El documento analiza el estado actual de la educación, criticando su dependencia de la economía y el enfoque en el rendimiento académico en detrimento de la calidad educativa y el desarrollo integral del estudiante. Se argumenta que, a pesar de discursos sobre igual oportunidades y metodologías constructivistas, la educación se ha convertido en un privilegio para unos pocos, y se cuestiona la eficacia de las reformas educativas. Finalmente, se destaca la necesidad de un enfoque que combine teoría y práctica, reconociendo las diversas necesidades de los estudiantes y promoviendo un aprendizaje real y significativo.