Para que una estructura funcione bien, debe cumplir tres condiciones: estabilidad, resistencia y rigidez. La estabilidad depende de la posición del centro de gravedad, siendo más estable cuanto más bajo y centrado esté. La resistencia depende de los materiales, la cantidad de material y la forma. Y la rigidez se consigue a través de uniones soldadas y dándole a la estructura una forma que permita deformaciones controladas.