La hipertensión arterial afecta al 30% de la población adulta y es responsable de cerca de 7.5 millones de muertes al año, con un aumento en la prevalencia observado desde 1990. Las crisis hipertensivas se clasifican en urgencias y emergencias, requiriendo diferentes enfoques de tratamiento; la emergencia implica daño a órganos, mientras que la urgencia no lo presenta. El manejo incluye reducción gradual o rápida de la presión arterial con diferentes medicamentos, dependiendo de la situación clínica del paciente.