Las consecuencias de la depresión son personales, familiares y sociales, incluyendo absentismo laboral y gastos de salud. Desde la década de 1950, los fármacos antidepresivos han mejorado el tratamiento de la depresión, siendo eficaces en el 60-80% de pacientes. La terapia electroconvulsiva también es un tratamiento eficaz para algunos tipos de depresión resistentes. La psicoterapia y medicamentos a menudo se usan juntos para tratar la depresión.