El documento presenta 5 afirmaciones sobre la lectura y escritura como actividades contextualizadas. Se argumenta que los métodos tradicionales de enseñanza de la lengua escrita fragmentan el lenguaje y lo despojan de significado, y que la alfabetización implica apropiarse de prácticas comunicativas mediadas por la escritura. También señala que la lengua escrita no es monolítica y que al elegir la lectura o escritura como recursos comunicativos, se crea y recrea la cultura de usar la lengua escrita