La hegemonía implica la imposición de una concepción única del mundo a través de la conformación del sentido común. Gramsci consideraba que la escuela debía transmitir la cultura de forma crítica, formando personas capaces de pensar y dirigir. Proponía instituciones compensatorias que neutralizaran las deficiencias de origen y una escuela única que llevara a todos los alumnos a desarrollar su iniciativa.