El documento narra la leyenda del robo del fuego por parte de los animales. El Yaguareté había obtenido el fuego luego de un gran incendio y se negaba a compartirlo. Luego de varios intentos fallidos, el Conejo engañó al Yaguareté ofreciéndole pescado y logró robar una brasa, escapando con ella. Al encender los yuyos, se produjo un nuevo incendio que le permitió a los demás animales obtener también el fuego. Desde entonces, el Conejo tiene una marca blanca