El duelo es un proceso complejo que implica sentimientos y reacciones ante una pérdida significativa, donde cada persona reacciona de manera única y también influenciada por su entorno y cultura. William Worden describe cuatro tareas fundamentales del duelo: aceptar la realidad de la pérdida, trabajar las emociones, adaptarse a la ausencia del ser querido y recolocar emocionalmente al fallecido. Aunque el duelo no es un proceso lineal, es esencial permitir la experiencia del dolor para encontrar un nuevo sentido en la vida y transformar la relación con el fallecido.