La inteligencia artificial surge en 1956 y se define como la creación de máquinas inteligentes capaces de razonar, aprender y ser autosuficientes. Existen dos perspectivas: como ciencia, busca entender el funcionamiento de la mente; y como tecnología, aplica este conocimiento para desarrollar herramientas que faciliten las actividades humanas. El test de Turing propone evaluar la inteligencia de una máquina mediante conversaciones, aunque su validez ha sido cuestionada.