El Internet de las Cosas (IoT) implica la conexión de cualquier dispositivo a Internet y entre sí para que sean más inteligentes e independientes. Funciona gracias a tecnologías inalámbricas como Wi-Fi, Bluetooth y 4G que permiten la conexión y comunicación de los dispositivos. El IoT traerá ventajas como un análisis de datos más rápido, facilidad de seguimiento y ahorro de tiempo y dinero. Sin embargo, también plantea desafíos como falta de estándares, complejidad, privacidad y seguridad