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3º 
LE Todos pueden aprender 
N G U A 
ASOCIAC I Ó N C I V I L
Responsable Técnico de UNICEF 
Elena Duro. Oficial de Educación 
Responsable Técnico de la Asociación Civil Educación para todos 
Irene Kit. Presidente 
ISBN-13: 978-92-806-5433-0 
ISBN-13: 92-806-5433-0 
© Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y Asociación civil Educación para todos 
1a edición agosto de 2007 
9000 ejemplares 
Esta publicación puede ser reproducida parcialmente siempre que se haga referencia a la fuente. 
UNICEF - Oficina de Argentina 
Junín 1940. Planta Baja (C1113AAX) 
Ciudad de Buenos Aires 
Correo electrónico: buenosaires@unicef.org 
Internet: www.unicef.org/argentina 
El Programa Todos Pueden Aprender ha sido declarado de interés educa-tivo 
por la Secretaría de Educación del Ministerio de Educación, Ciencia y 
Tecnología, por Resolución Nº 105/2006. 
Asociación civil Educación para todos 
Eduardo Acevedo 211. Dto. 2 F (C1405BVA) 
Ciudad de Buenos Aires 
Correo electrónico: mejor@educacionparatodos.org.ar 
Internet: www.educaciónparatodos.org.ar 
Todos pueden aprender - Lengua en 3º 
23cm x 30cm 
Cantidad de páginas: 64 
ISBN-13: 978-92-806-5433-0 
ISBN-13: 92-806-5433-0 
Primera Edición: agosto de 2007
Todos pueden aprender 
Lengua en 3º 
La concepción general de este proyecto y las orientaciones de producción 
del conjunto de materiales de apoyo son, en gran medida, frutos de la con-tribución 
de la profesora Mónica S. Farías, destacada pedagoga que falleció a 
fines de 2004. Su temprana muerte no le permitió alcanzar a ver los resulta-dos 
positivos logrados con la puesta en práctica de muchas de sus ideas, 
siempre dirigidas a la mejora de la enseñanza y los aprendizajes a favor de 
una educación más justa para todos. Los que compartimos con ella la géne-sis 
y el lanzamiento de este proyecto recordamos siempre con gran afecto su 
calidad humana y su capacidad intelectual, y reconocemos la deuda de gra-titud 
que hemos contraído con ella. 
Autoras: 
Coordinación autoral: 
Sara Melgar 
Marta Zamero 
Elena Duro 
Irene Kit
Representante de 
UNICEF en la Argentina: Gladys Acosta Vargas 
Responsables de edición: 
Diseño: 
Fotografías: 
Hugo Labate 
Norma Merino 
Silvia Corral 
UNICEF/Cristina Posadas 
Asociación civil Educación para todos
Índice 
1. El tercer año 
2. El repaso inicial 
2.1. La exploración del manual 
2.2. Repasar el trabajo con las consignas 
2.3. Repasar el trabajo con los cuentos 
2.4. Otro contenido para el repaso: el sistema alfabético 
3. Leer y escribir para aprender los contenidos de las áreas: 
la lengua como contenido transversal 
3.1. ¿Enseñamos a usar la lectura y la escritura para aprender? 
3.2. La lengua es un contenido transversal 
3.3. Las estrategias de estudio no son naturales 
3.4. Alfabetizar a través del curriculum 
4. La lectura 
4.1. Leer en todos los espacios curriculares 
4.2. Seleccionar textos y distribuir tiempos 
4.3. El texto explicativo en la alfabetización inicial: 
secuencia de lectura de un texto de Ciencias Naturales 
4.4. ¿Todo eso con cada lectura? 
4.5. Condiciones de un buen texto explicativo en la alfabetización inicial 
4.6. La extensión de los textos 
5. La escritura 
5.1. Escribir en todos los espacios curriculares 
5.2. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: 
secuencia de escritura de informe en Ciencias Naturales 
5.3. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: 
secuencia de escritura de resumen 
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6. La oralidad 
6.1. Hablar y escuchar en todos los espacios curriculares 
6.2. El texto explicativo en la alfabetización inicial: 
exposición oral sobre un tema 
6.3. Entre la lengua oral y la escrita: la lectura en voz alta 
7. El léxico 
7.1. Tareas y espacios curriculares 
7.2. La enseñanza del vocabulario, previa a la lectura 
7.3. El empleo de mapas semánticos, luego de la lectura 
8. La ortografía 
9. La gramática 
9.1. ¿Cómo se enseña la gramática en el tercer año? 
9.2. La reflexión gramatical desarrollada en este Módulo 
10. Lecturas sugeridas 
45 
45 
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49 
49 
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51 
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58 
58 
61
1. El tercer año 
El tercer año de la escuela primaria cierra el ciclo de la alfabetización inicial en la 
medida en que sienta las bases para la apropiación de la lengua escrita como sis-tema 
y consolida los aprendizajes básicos de lectura y escritura que posibilitan el 
desarrollo de la alfabetización avanzada en los siguientes ciclos de la escolaridad. 
La segunda alfabetización o alfabetización avanzada se caracteriza por la com-prensión 
y producción de textos más extensos, complejos y específicos, por la 
integración de formas de reflexión gramatical y normativa que favorecen la auto-nomía 
lectora y escritora y por la utilización de la lengua escrita como una herra-mienta 
para aprender. 
Recordemos que el enfoque de la alfabetización inicial de este Programa se 
sustenta en: 
Una concepción cultural de la alfabetización según la cual alfabetizarse no 
es aprender una técnica sino ingresar en la cultura escrita como miembro 
pleno. 
Un conocimiento específico de los sistemas que posibilitan el acceso a la 
cultura escrita: el sistema alfabético y el texto. 
Muchas certezas pedagógicas respecto de la capacidad de los niños y las 
niñas para aprender a leer y escribir, si se les brinda el tiempo y la enseñan-za 
adecuados. 
Mucha confianza en el saber experto del docente y en la organización de la 
escuela como ámbito para enseñar y aprender en general y en particular, 
para alfabetizar. 
Este enfoque está desarrollado con mayor profundidad en Todos pueden apren-der. 
Lengua y Matemática en el Primer Ciclo, y es recomendable que los docen-tes 
realicen una lectura completa de este material. 
Los niños y las niñas que, acompañados por sus docentes, experimentan estas 
propuestas de enseñanza, trabajan desde el comienzo del primer año con 
secuencias didácticas cuyo punto de partida es siempre un texto completo, 
narrativo, poético o instruccional. Esas secuencias con tareas enlazadas les per-miten 
apropiarse de estrategias para explorar y aprender a leer textos, oracio-nes 
y palabras, además de iniciarse en la escritura. Si los docentes y las institu-ciones 
han enseñado los contenidos de primero y segundo años siguiendo esta 
propuesta, sus alumnos y alumnas han tenido oportunidades para desarrollar 
confianza en sus posibilidades lectoras y escritoras, y los textos son para ellos 
una realidad cotidiana. 
7 
Lengua en 3º
Sin embargo, este aprendizaje de ninguna manera está acabado en el tercer año 
de la escolaridad obligatoria. Por el contrario, alumnos y alumnas aún deben 
encontrar muchas oportunidades, en su escuela, con sus docentes, para: 
Profundizar su conocimiento y práctica respecto de que los textos escritos 
permiten representar y expresar el pensamiento de una manera diferente 
de la lengua oral y complementaria respecto de ella. 
Reconocer que no se escribe como se habla, sino que la escritura tiene con-venciones 
que le son propias, que un buen escritor conoce y usa. 
Experimentar la lectura colectiva para que puedan compartir y acrecentar 
sentidos, e individual para que puedan leer con creciente comprensión, 
fluidez y autonomía. 
Sistematizar sus conocimientos sobre el sistema de escritura; comprender, 
a través de la práctica en clase con sus docentes, compañeros y compañe-ras, 
que los textos están conformados por frases que, a su vez, se compo-nen 
de palabras; que las palabras escritas están compuestas por grafías 
que mantienen una relación variable con los sonidos que ellos perciben al 
hablar. 
Experimentar la escritura como producto de un trabajo en el marco del 
cual la planificación, intercambio y discusión de borradores, tanto como la 
revisión cuidadosa, sea de una palabra, una frase o un texto completo son 
los pasos necesarios, habituales, desafiantes y movilizadores de la tarea del 
escritor. 
Es muy importante que en el tercer año se sostenga la continuidad de un fuerte 
y asiduo trabajo sobre los textos y el sistema de escritura, en el cual todos los 
alumnos y las alumnas recuperen las secuencias de tareas sobre textos narrati-vos, 
poéticos e instructivos que trabajaron en los años anteriores, para afianzar 
los conocimientos adquiridos y superar los problemas pendientes. 
Paralelamente a este proceso de afianzamiento y consolidación de los aprendiza-jes 
de los primeros años, se profundizan las estrategias de lectura y escritura, 
para lograr que los alumnos y alumnas comprendan a través de la experiencia, 
que leer y escribir son herramientas para aprender los contenidos de los diver-sos 
espacios curriculares. 
En resumen, el tercer año desarrolla 
la última fase de la alfabetización 
inicial en un proceso que ofrece con-tinuidad 
de los aprendizajes que se 
vienen desarrollando y a la vez focali-za 
un nuevo uso de la lengua en los 
distintos espacios curriculares: leer 
y escribir para aprender. El aborda-je 
de este uso de la lengua escrita 
implica un nuevo eje de trabajo en 
torno del cual se nuclean también la 
escucha, el habla y la reflexión gra-matical, 
como se verá a lo largo de 
este Módulo. 
Todos pueden aprender 
8
2. El repaso inicial 
Así como se propone para el segundo año, 
abrir el tercero con un período de repaso de 
un mes de duración también resulta muy 
beneficioso. En el repaso los alumnos y las 
alumnas tendrán oportunidades para vincu-larse 
nuevamente con los contenidos del año 
anterior, recordar los problemas que enfren-taron 
en el aprendizaje de la lectura y la 
escritura, preguntar por lo que no compren-dieron 
o siguen sin comprender. Los docen-tes 
pueden profundizar acerca de la necesi-dad 
y pertinencia de iniciar el año escolar 
con un repaso en Todos pueden aprender. 
Lengua en 2º, 2. Los beneficios del repaso. 
Los contenidos fundamentales del repaso de 
tercer año son la exploración del manual, las 
consignas, los textos narrativos y el sistema 
alfabético. 
2.1. La exploración del manual 
Es habitual que en el tercer año los docentes seleccionen un libro para el trabajo 
en los espacios curriculares, habitualmente llamado “manual”. Esto ofrece la 
oportunidad de preguntarse en clase qué es y para qué se usa un libro de lectura 
o manual, persiguiendo la idea de que niños, niñas y docentes puedan coincidir en 
que se trata de libros que sirven para aprender y que por eso tienen una organi-zación 
específica que hay que explorar y conocer para usarlos provechosamente. 
La exploración del manual debería ser sistemática. Primero sus partes: tapa, 
contratapa, lomo, hojas y páginas, luego el título. 
Después, las secciones correspondientes a los espacios curriculares: Lengua, 
Matemática, Ciencias Sociales, Naturales, Educación Artística... Es importante 
que los niños y las niñas aprendan a escribir bien estas palabras y que sepan qué 
se trata en cada espacio curricular. 
La exploración del manual reclama un tiempo de trabajo porque, como se seña-ló, 
es el material de estudio que los alumnos y las alumnas deben aprender a 
manipular y comprender. Sugerimos las siguientes actividades: 
Explorar el índice, leerlo, explicar para qué sirve, usarlo en la búsqueda de 
diferentes partes en ejercitaciones rápidas con lecturas “de vistazo” para 
encontrar rápidamente las secciones, las lecturas, los números de página. 
Explorar la página de manual como espacio paratextual con característi-cas 
específicas: en general se trata de doble página enfrentada, suele pre-sentar 
sistemas de íconos que indican qué actividades son grupales, indivi-duales, 
orales o escritas; presenta textos introductorios y marginales, ilus-traciones, 
cuadros, mapas y diagramas para leer y estudiar, además de 
consignas y preguntas con líneas o recuadros para el llenado. 
9 
Lengua en 3º
Algunas actividades rápidas “de vistazo” con las páginas de manual de los distin-tos 
espacios curriculares son: 
“para anticipar” mirando las ilustraciones y los títulos de qué espacio 
curricular es una página. 
“para diferenciar” por las siluetas: títulos, esquemas, ejercicios para llena-do, 
cuestionarios. 
“para interpretar y verbalizar” qué significan los íconos. 
Solo después de esta exploración y familiarización con el libro es posible iniciar 
la lectura de las páginas del manual, reduciendo uno de los riesgos en la com-prensión 
que es el desconocimiento del portador del texto. 
2.2. Repasar el trabajo con las consignas 
Este repaso puede realizarse sobre dos materiales: el manual que ya han exami-nado 
globalmente y el cuaderno del año anterior. Ambos permiten que los alum-nos 
y las alumnas vuelvan a leer los textos que más gravitan en su vida académi-ca: 
las consignas. 
Es importante que se dedique tiempo a recuperar y sistematizar la reflexión 
acerca de la consigna tal como desarrolló en segundo año, dada su importancia 
en la vida escolar y su incidencia en el gradual desarrollo de la autonomía de los 
alumnos y las alumnas. Será de gran ayuda para los docentes leer detenidamen-te 
la propuesta de trabajo que se incluye en Todos pueden aprender. Lengua en 
2º, 4.1. El texto instruccional; la consigna. Para abordar el repaso, los docentes 
pueden retomar las consignas de los cuadernos de segundo año y seleccionar 
instructivos para jugar, armar objetos o hacer comidas, que figuren en manuales 
de uso habitual; también podrán utilizar algunos textos ya seleccionados por los 
docentes de segundo año que pueden haber quedado sin desarrollo. 
Para recordar… 
Una buena consigna indica claramente la acción que se ha de realizar por 
medio de uno o varios verbos. Por ejemplo, si la consigna dice solamente IMA-GINAR 
, algún niño o niña puede pensar que basta con que piense y entonces 
no escribe nada. Debe decir IMAGINAR y ESCRIBIR (donde le indiquen). 
Además debe tener claramente indicado el objeto, el lugar y la finalidad. 
Por ejemplo, Buscar palabras que nombren animales es una mala consig-na 
porque el alumno o la alumna puede limitarse a buscar en su memoria, 
sin hacer nada más. En cambio, Buscar en diarios y revistas palabras que 
nombren animales, recortarlas y traerlas a la escuela mañana es una 
buena consigna porque permite saber exactamente qué hacer. 
Estas actividades con las consignas son una necesaria rutina de trabajo hasta que 
los niños se familiaricen con el modo de interpretarlas y comiencen: 
a preguntar ellos mismos por los elementos que no comprenden, 
a localizar claramente el lugar de la duda, en vez de preguntar globalmen-te 
¿Qué hay que hacer? 
Todos pueden aprender 
10
En Todos pueden aprender. Lengua en 2º se explica que hay un conjunto de ver-bos 
propios de las consignas escolares, que los alumnos y las alumnas habrán de 
identificar y trabajar en clase con el docente y los compañeros y las compañeras 
hasta que reconozcan su significado y sepan qué deben hacer en cada caso.1 Esta 
tarea contribuye en gran medida a la apropiación de vocabulario e incremento 
del caudal léxico de los alumnos y las alumnas, cuya profundización es uno de los 
ejes de trabajo en el proyecto del tercer año. 
2.3. Repasar el trabajo con los cuentos 
En el primer año, este Programa propone que los niños y las niñas trabajen sobre 
cuentos de patrones o estructuras repetidas y retahílas que faciliten sus prime-ros 
aprendizajes de la lengua escrita; en el transcurso del segundo año, se reco-mienda 
que aborden la lectura de narraciones más complejas que incorporan 
actividades interpretativas más exigentes. 
Es conveniente que el repaso, así como el trabajo del tercer año en su totalidad, 
insista y profundice en esta línea. Si los docentes desean emplear libros de cuen-tos 
y poemas en lugar de los textos que se encuentran en los manuales, en las 
Lecturas sugeridas de este Módulo pueden consultar las principales colecciones 
en circulación en nuestro país. Cualquiera de los libros de esas colecciones tiene 
material adecuado para los niños y las niñas en esta etapa. 
El trabajo de repaso con los cuentos ofrece a los niños y las niñas una oportuni-dad 
de vivenciar y experimentar que leer y escribir son prácticas que permiten: 
Comunicar por escrito lo que ellos piensan y quieren compartir y a la vez 
enterarse a través del texto escrito de lo que piensan y quieren comunicar 
los demás. 
Imaginar mundos alternativos y recrearse a través de la lectura de la obras 
de la literatura infantil. 
Es recomendable que los docentes puedan releer de los siguientes puntos, rela-cionados 
con estas cuestiones: La construcción social de la autonomía lectora (en 
Todos pueden aprender. Lengua y Matemática en el Primer Ciclo); El texto 
narrativo en la alfabetización inicial (Todos pueden aprender. Lengua en 1º) y El 
texto narrativo... con mayor complejidad (Todos pueden aprender. Lengua en 2º). 
2.4. Otro contenido para el repaso: el sistema alfabético2 
En este proyecto alfabetizador se promueve el posicionamiento de los niños y las 
niñas como verdaderos lectores de textos completos desde el inicio de la 
alfabetización, y simultáneamente, un trabajo sobre la palabra como puerta 
de entrada al aprendizaje del sistema alfabético de escritura. 
Toda palabra escrita muestra el sistema alfabético funcionando con todas sus 
características puesto que la palabra se lee y escribe linealmente, con letras 
sucesivas; puede ser escrita en distintos tipos de letras, se separa del resto con 
un espacio, y tanto para leerla como para escribirla es necesario conocer el prin-cipio 
alfabético, -es decir la relación entre grafemas y fonemas- y la ortografía 
que le es propia. 
11 
Lengua en 3º 
Se sugiere releer atentamente el 
punto referido a los verbos de uso 
frecuente en las consignas. 
Para planificar esta parte del repaso 
se sugiere la relectura minuciosa de 
Sexta tarea. Lectura, escritura y 
revisión de palabras, en 
Todos pueden aprender. Lengua y 
Matemática en el 1er. Ciclo. 
1 
2
En el enfoque de este Programa, la palabra ha constituido desde el primer año un 
territorio de exploración y experimentación. Es imprescindible sostener la con-tinuidad 
de este trabajo porque sobre él se asientan los conocimientos ortográ-ficos 
que comienzan a desarrollarse con mayor profundidad y sistematización en 
el tercer año de la escuela primaria. 
El repaso del sistema gráfico se plantea en dos situaciones didácticas diferentes: 
cuando se trabaja el léxico en la secuencia de tareas y como juego en otros 
momentos. Ambas situaciones están desarrolladas y ejemplificadas en Todos 
pueden aprender. Lengua en 1º y Todos pueden aprender. Lengua en 2º, cuya 
lectura es muy recomendable para los docentes de tercer año. 
El período de repaso permite afianzar procedimientos de análisis y comparación 
de palabras, de escritura (con y sin ayuda) y revisión guiada de palabras con dife-rentes 
dificultades, de completamiento, agregado y cambio de letras en relación 
con el cambio de sentido, y de reconocimiento de correspondencias entre for-mas 
gráficas distintas, fundamentalmente la relación entre mayúscula y minús-cula, 
imprenta y cursiva que comenzaron a trabajar años anteriores. 
El docente, los alumnos y las alumnas pueden llevar folletos, periódicos, avisos 
publicitarios, libros, manuscritos de distintas personas para que los niños y las 
niñas, en pequeños grupos, practiquen la lectura de frases y textos breves escri-tos 
con distintos tipos de letras. Los manuales de estudio del tercer año, los 
cuentos y poemas en los libros de lectura para el tercer año, están escritos en 
letras de molde con sus mayúsculas y minúsculas, pero también aparecen títulos 
con letras de variados diseños tipográficos cuya observación atenta hay que 
orientar. 
Para planificar esta parte del repaso, será de utilidad a los docentes la relectura 
minuciosa del apartado Sexta tarea. Lectura, escritura y revisión de palabras, en 
Todos pueden aprender. Lengua y Matemática en el Primer Ciclo. 
Todos pueden aprender 
12
3. Leer y escribir para aprender los contenidos de las áreas: 
la lengua como contenido transversal 
El tercer año comienza a poner en foco, a través del trabajo con géneros concep-tuales3, 
una idea fundamental para la vida escolar: 
La lectura y la escritura sirven para conocer, aprender, estudiar, plante-ar 
y resolver problemas y cumplimentar las tareas escolares en todos los 
espacios curriculares. Lectura y escritura se ponen en uso en todos los 
campos del conocimiento, posibilitan el estudio, la sistematización, con-servación 
y circulación de los saberes. 
3.1. ¿Enseñamos a usar la lectura y la escritura para aprender? 
Al analizar las actividades de aprendizaje de los distintos espacios curriculares, 
como se presentan en los manuales de uso habitual en el tercer año, podemos 
observar que para resolverlas, los alumnos y las alumnas tienen que utilizar dis-tintas 
estrategias4 de lectura y escritura como por ejemplo, describir y explicar a 
través de la observación de un dibujo, recuperar informaciones o comparar 
datos, resolver situaciones problemáticas, justificar puntos de vista, formular 
preguntas, responder preguntas literales -que se contestan con los datos pre-sentes 
en el texto -e inferenciales -que se responden buscando y seleccionando 
conocimientos almacenados en la memoria o en otras fuentes de información 
(otros libros, enciclopedias). 
Nuestras observaciones cotidianas dan cuenta de las dificultades de los alumnos 
y las alumnas ante los desafíos que les plantean las lecturas y escrituras en cada 
campo del conocimiento, cuando no son debidamente orientados por docentes 
que enseñen esos contenidos y brinden oportunidades específicas para practi-carlos. 
Más aún, en muchos casos, estas dificultades parecen ser las determinan-tes 
del frecuente incumplimiento de las tareas, de las fallas en la interpretación 
de las consignas, de la falta de atención y comprensión y, en suma, del bajo nivel 
de logros en los aprendizajes de los diferentes espacios curriculares. 
Los docentes pueden hacer una sencilla comprobación de lo dicho revisando las 
consignas y tareas de cualquier manual en uso, desde primero a noveno año. Este 
análisis permite tomar conciencia de que muchas veces existe una contradicción 
entre lo que se solicita a los alumnos y las alumnas que resuelvan y los propios 
juicios de los docentes en relación con las posibilidades autónomas que tienen de 
hacerlo. 
Esta comprobación debería mantener a los docentes en estado de alerta y refle-xión 
permanente sobre la relación entre las exigencias de comprensión y pro-ducción 
de textos explicativos que plantean a los alumnos y las alumnas y la 
enseñanza concreta y efectiva que ellos reciben en la escuela. 
A partir de esta constatación, se explicitan a continuación algunas cuestiones 
como punto de partida para la propuesta de trabajo en tercer año. 
13 
Lengua en 3º 
De manera general, a los géneros que 
forman parte de un circuito 
comunicativo que tiene por finalidad 
primordial presentar su contenido 
como objeto de conocimiento se los 
considera pertenecientes a géneros 
conceptuales. Estos transponen y 
adaptan al aula los contenidos de los 
textos científicos. 
Las estrategias son acciones 
complejas que se realizan para 
comprender y producir textos. Los 
lectores y escritores expertos las 
utilizan en forma inconsciente pero 
pueden ser usadas voluntariamente 
cuando se presentan problemas. 
3 
4
3.2. La lengua es un contenido transversal 
Los contenidos referidos a las habilidades básicas de leer, escribir, escuchar y 
hablar ocupan siempre un lugar central en la escolaridad, porque, para aprender, 
los alumnos y las alumnas necesitan apropiarse de los géneros discursivos que 
sirven de expresión y soporte a los conceptos de cada campo de conocimiento. 
Los textos no sólo desempeñan funciones comunicativas sino también cognitivas. 
Los contenidos de la producción y comprensión oral y escrita se requieren como 
instrumentos o condiciones básicas para el aprendizaje de los contenidos de todos 
y de cada uno de los espacios curriculares, áreas y campos del conocimiento. 
A su vez, los contenidos específicos de los distintos espacios curriculares propor-cionan 
los contextos que conectan la comprensión y la producción oral y escrita 
con experiencias concretas, significativas y culturalmente situadas. 
3.3. Las estrategias de estudio no son naturales 
El desarrollo de las estrategias de estudio no es un proceso natural, espontáneo 
y mucho menos sencillo. Por el contrario, es un proceso cultural; los alumnos y 
las alumnas han de ser enseñados y estimulados para aprender a comprender 
textos explicativos y obtener conocimientos a partir del acto de leer, así como a 
escribir de manera clara, conceptual y comunicativa; a escuchar cada vez más 
selectivamente y a usar vocabularios cada vez más específicos. 
Si bien hablar y escuchar son habilidades que se adquieren en el entorno social 
primario (la familia, el barrio), siguen siendo objeto de enseñanza escolar porque 
el desarrollo de la escucha atenta, la comprensión y uso del registro formal y los 
términos y conceptos de cada contenido del curriculum no se aprenden espon-táneamente; 
se aprenden en la escuela a partir de una didáctica específica. 
Por su parte, la lectura y la escritura son contenidos que se aprenden sistemáti-camente 
en la escuela y desde el comienzo de la escolaridad son objetos de ense-ñanza 
intencional. La educación básica debe garantizar su apropiación, no sólo 
como contenidos de un espacio curricular (Lengua) sino porque son herramien-tas 
necesarias para aprender en todos los campos del conocimiento. 
3.4. Alfabetizar a través del curriculum 
Los propósitos enunciados en el punto anterior requieren una planificación que 
atienda la articulación vertical entre los sucesivos años del ciclo, y la horizontal, 
entre los espacios curriculares del mismo año. 
En relación con la primera, es necesario destacar que para aprender a leer no 
basta con saber las letras (concepción aún fuerte y extendida entre muchos 
docentes), y tampoco basta con sólo crear un buen ambiente alfabetizador. La 
propuesta de este Programa para primero y segundo años logra buenos resulta-dos 
en la medida en que implica un fuerte y exhaustivo trabajo de comprensión 
lectora y escritura en clase, a partir de secuencias y tareas articuladas y sosteni-das 
en el tiempo que abordan sistemáticamente el conocimiento de la lengua y la 
comunicación escritas. 
Todos pueden aprender 
14
En este Programa, la articulación vertical reside en que instituciones y docentes 
garanticen a sus alumnos y alumnas de tercer año la continuidad de ese exigente 
trabajo, que se asienta en un marco teórico explícito. 
Por su parte, la articulación horizontal requiere una planificación que explicite 
contenidos, espacios curriculares, secuencias didácticas, tiempos y responsabi-lidades. 
Es necesario articular el trabajo alfabetizador en todos los espacios 
curriculares, para la enseñanza de los siguientes dominios básicos: 
la lectura y las estrategias de comprensión y procesamiento de la información; 
el vocabulario, estrechamente ligado a la lectura en todas las áreas y la con-versación 
y sistematización sobre lo que se lee; 
la escritura de algunos textos necesarios para el aprendizaje en las áreas, 
relacionada a su vez con la lectura y con el enriquecimiento del vocabulario; 
la oralidad y la escucha, que mejoran y se alimentan con la lectura y la 
escritura; 
la reflexión sobre la lengua, sus usos y su sistema, que toma como punto de 
partida el uso y la experimentación, es decir, la comprensión y producción 
de textos; 
el conocimiento de la normativa, que es útil en la medida en que contribu-ye 
a leer, escribir y reflexionar mejor. 
15 
Lengua en 3º
Lengua 3ro web
4. La lectura 
Es el aprendizaje central y eje de la escolarización. A medida que los alumnos y 
las alumnas avanzan en la escolaridad, la oralidad y la escritura dependen, cada 
vez con mayor profundidad, de los conocimientos generados en la lectura. 
Si bien es posible enunciar en general algunas estrategias de lectura (muestreo, 
inferencia, anticipación, etc.) los textos tienen características lingüísticas parti-culares 
que exigen al lector el uso de estrategias específicas para comprenderlos. 
Dicho en otros términos, comprender un texto narrativo literario no requiere las 
mismas estrategias lectoras que reclama la comprensión de un texto explicativo 
sobre el crecimiento de las plantas; por lo tanto, saber leer un cuento no habili-ta 
necesariamente para saber leer textos de Ciencias Sociales, Matemática o 
Ciencias Naturales. 
La comprensión de textos explicativos requiere estrategias específicas porque su 
finalidad es presentar los contenidos como objeto de conocimiento y porque, 
además, pertenecen a diferentes campos científicos en los que hay distintos 
modos de comunicar los saberes. 
Por eso es importante enseñar a los alumnos y las alumnas cómo se busca, se 
reconoce, se procesa y se emplea la información en los textos conceptuales o 
explicativos. Hay que conocer estas estrategias desde un buen principio y el ter-cer 
año es momento apropiado para empezar a hacerlo. 
4.1. Leer en todos los espacios curriculares 
En relación con la articulación horizontal entre los espacios curriculares es nece-sario 
tomar algunas decisiones. En general, los docentes del tercer año seleccio-nan 
un manual que tiene textos correspondientes a los espacios curriculares. 
Para enseñar a leerlos es preciso seleccionar un corpus de esos textos y elaborar 
secuencias didácticas, tomando como base las que se presentan más adelante. 
Los docentes no sólo pueden así “decir” cómo se comprende un texto, sino tam-bién 
ser modelos de cómo se lee, cómo se resuelven las dificultades de lectura y 
cómo se emplea lo leído en cada área. De esta manera, a través del ejemplo con-creto, 
los alumnos y las alumnas comparten con un experto el uso de los instru-mentos 
lógicos y lingüísticos que les permiten comprender, reformular y emple-ar 
los conocimientos aprendidos a partir de la lectura. 
17 
Lengua en 3º
En resumen: 
Para cada espacio curricular: Se puede seleccionar un conjunto de lec-turas 
disciplinares y proponer el desarrollo de secuencias didácticas de lec-tura. 
En estos espacios, la lectura es una herramienta para apropiarse de 
contenidos disciplinares de las ciencias. 
Para el espacio curricular Lengua: El texto literario es propio de este 
espacio curricular. Por lo tanto, en el tercer año hay que hacer una selec-ción 
de textos literarios (provenientes del manual o de otras fuentes) para 
que los niños y las niñas puedan profundizar, afianzar y realizar de modo 
cada vez más autónomo lo que ya han aprendido, puesto que este año cie-rra 
una etapa importante de la alfabetización. Los textos literarios se tra-bajan 
en clase con los modelos de secuencia de lectura de cuentos y poe-mas 
exhaustivamente desarrollados en los Módulos de primero y segundo 
año, cuya lectura detallada y uso en el tercer año se recomienda a todos los 
docentes que participan de este Programa. Asimismo, en relación con los 
textos de ciencias, en el espacio curricular de Lengua se enseñan, ejercitan 
y sistematizan las estrategias cognitivas y lingüísticas de lectura que se 
habrán de emplear en todas las áreas. Se verá con ejemplos en el desarro-llo 
de la secuencia didáctica, bajo el subtítulo En Lengua. 
4.2. Seleccionar textos y distribuir tiempos 
El análisis de los principales libros de tercer año de las editoriales más conocidas 
nos muestra que los espacios de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales suelen tener 
un promedio de 10 lecturas cada uno. Cada lectura se desarrolla en una carilla de 
aproximadamente 20 a 25 renglones, sin incluir ejercitaciones y cuestionarios. 
Para enseñar a leer el texto explicativo en el tercer año es imprescindible el tra-bajo 
presencial, en clase, de tres cuartas partes de esas lecturas informativas. Es 
recomendable ofrecer una experiencia de andamiaje exhaustivo sobre catorce 
lecturas de textos informativos (siete de Ciencias Sociales y siete de Ciencias 
Naturales) a lo largo del año como base para garantizar un aprendizaje comple-jo 
que habrá de completarse en los años siguientes. 
En la primera mitad del año escolar, estas lecturas deberían realizarse siempre 
en clase con fuerte modelado del docente como se explicará más adelante. En el 
segundo periodo, el docente puede alternar el modelado fuerte en clase de un 
texto explicativo durante una semana, con la delegación a los alumnos y las 
alumnas de una lectura breve (de 15 a 20 renglones) como tarea para la semana 
siguiente, con lo cual completará las lecturas restantes de cada área. En este 
caso, la lectura puede ir acompañada por una guía de preguntas, cuyas respues-tas 
serán retomadas en clase. Así podrá cumplimentar la totalidad de las lectu-ras 
de las áreas. 
Las lecturas de Matemática se cumplen en sus horas correspondientes. 
En un cálculo restringido, el año lectivo permite disponer de 30 semanas comple-tas, 
las cuales pueden distribuirse en iguales proporciones entre las lecturas lite-rarias 
y las lecturas de las áreas. 
Por lo tanto, esta propuesta resulta viable, y no menoscaba la enseñanza de la 
literatura, mientras que agrega el enorme valor de la comprensión del texto 
explicativo al proceso alfabetizador de los alumnos y las alumnas. 
Todos pueden aprender 
18
4.3. El texto explicativo en la alfabetización inicial: 
secuencia de lectura de un texto de Ciencias Naturales 
Las lecturas narrativas, poéticas e instruccionales cuentan con 
un conocimiento discursivo existente en los alumnos y las 
alumnas puesto que ingresan a la escuela, aunque nadie les 
haya leído cuentos antes de dormir, habiendo experimentado 
relatos, chismes, cuentos de pueblo o de barrio, series de tele-visión; 
lo mismo sucede con canciones, coplas y tantanes; ade-más, 
no hay niño que no sepa qué es una receta de cocina. En 
cambio, los textos explicativos circulan en libros, manuales y 
enciclopedias, no se recitan en las esquinas ni en las reuniones 
familiares y por eso su comprensión es algo que hay que produ-cir 
en la escuela. 
Para la propuesta que se desarrolla a continuación, tomamos 
como base la lectura de una página de Ciencias Naturales 
(Curiosos de 3º, Buenos Aires, Longseller, 2005). 
Exposición del docente y conversación 
Foco: Escucha y activación de conocimientos previos 
Antes de leer el texto seleccionado, alumnos y alumnas deben 
activar sus conocimientos sobre el tema. Esta tarea es una 
práctica habitual en este enfoque alfabetizador, que los niños y 
las niñas han realizado con textos ficcionales, poéticos e ins-truccionales 
desde el primer año. A partir de tercero, lo harán 
también con los textos de estudio. 
Recordemos que la activación mental previa a la lectura es un 
poderoso aliado de la comprensión posterior del texto, porque 
centra la atención del alumno o la alumna sobre el tema de su 
futura lectura y porque trae a su conciencia muchas de las pala-bras 
que luego va a encontrar leyendo. Un lector experto activa 
sus conocimientos previos sólo con leer el título del texto o 
recorriendo el índice, pero los niños y las niñas tienen que 
aprender a hacerlo. Por ejemplo, si van a leer un texto sobre 
cómo crece una planta, el docente debe explicarles que van a 
leer un texto de Ciencias Naturales que trata ese tema y formu-lar 
preguntas para que los alumnos y las alumnas expliquen lo 
que ya saben: si las plantas son todas iguales; qué tienen pare-cido 
o diferente; qué plantas conocen; de dónde nacen; cuáles 
son sus partes; cómo nos damos cuenta que crecen; qué nece-sitan 
para crecer, etc. 
En el cuaderno 
Hablamos sobre las plantas . Ilustración. 
19 
Lengua en 3º 
TAREA 
INICIAL 
TAREA 1
Léxico 
Foco: Vocabulario anterior a la lectura 
La conversación guiada, anterior a la lectura, activa los saberes 
previos de los niños y las niñas y permite hacer una lista de 
palabras clave en el pizarrón: semilla, raíz, planta, tronco, 
rama, flor, fruto, hojas, tierra, agua, luz, calor, crecer, regar, 
nacer, cuidar, madurar. Los alumnos y las alumnas escriben 
esas palabras y exploran su correcta escritura y pronunciación. 
Si los alumnos y las alumnas no las mencionaron, el docente 
debería incorporar progresivamente palabras específicas que 
se usan en el campo de conocimiento al que pertenece el texto: 
en este caso, por ejemplo, “germinar”; “tallo”; también debe 
ayudarlos a pensar en un tiempo y un “proceso”, puede pre-guntarles 
por las “condiciones” para que de una semilla crezca 
una planta, etc.. Es el momento para que el docente escuche 
atentamente todo lo que dicen los alumnos y las alumnas, en 
especial sus conceptos ingenuos o erróneos. Sin contradecirlos 
ni avergonzarlos, es importante que el docente tome nota de 
estas concepciones para poder transformarlas mediante la 
experimentación, la observación y la lectura. 
La recuperación de saberes previos y el uso de un léxico cada 
vez más específico se potencian a través de la conversación y el 
intercambio en clase. Al principio, este proceso es colectivo y 
externo a los alumnos y las alumnas, mediado por el docente y 
compartido con los pares durante todo el tercer año. La activa-ción 
individual, autónoma y silenciosa es más compleja y se 
produce después de mucha práctica colectiva. 
En el cuaderno 
Bajo el título Palabras para leer, los niños y las niñas co-pian 
la lista de palabras escritas en el pizarrón y revisan su 
correcta escritura. 
En Lengua 
La reflexión sobre el vocabulario es un aprendizaje prioritario 
de tercer año. Se considera necesario enseñar este contenido 
en relación con los textos que se leen y escriben puesto que el 
aumento del vocabulario mejora la comprensión lectora y per-mite 
realizar reformulaciones en los textos escritos. En el espa-cio 
curricular de Lengua se toman estas palabras para armar 
familias de palabras derivadas de una raíz común (planta, plan-tación, 
plantón); para reflexionar sobre su significado en dis-tintos 
contextos (la planta del pie, la planta de lechuga, la plan-ta 
baja de un edificio), para aprender sus singulares y plurales 
irregulares (raíz, raíces), sus antónimos (crecer, decrecer); para 
ordenarlas alfabéticamente y ejercitar la correcta escritura de 
palabras que no tienen regla ortográfica (la “g” en germinar, 
germinación, germinado; la “s” en semilla, la “h” en hoja). 
Todos pueden aprender 
20 
TAREA 2
Exploración de paratexto 
Foco: Observación de la página que se va a leer 
21 
Lengua en 3º 
TAREA 3 
Ana Arias y otros. Curiosos de 3ro, Longseller, Buenos Aires, 2005.
Los alumnos y las alumnas concentran su atención en la página, 
observan y describen lo que ven: el texto lingüístico central, las 
ilustraciones o fotos (con o sin epígrafes), cuadros, gráficos, y 
los textos complementarios a la lectura, como preguntas para 
responder, actividades ampliatorias, etc. 
Dentro del texto lingüístico, es necesario distinguir título y sub-título/ 
s en relación con el tamaño y tipo de letra y luego los 
párrafos marcados con sangría inicial. El docente formula pre-guntas. 
¿Cuál es el título? ¿Y el subtítulo? ¿Qué relación hay 
entre ellos? ¿Dónde explicará lo que se ve en la ilustración? 
¿Qué indican las flechas? ¿Hay recuadros? ¿Hay diferentes 
colores? ¿Por qué hay preguntas? ¿Qué tendríamos que 
hacer con ellas? Es necesario que todos los niños y las niñas 
participen de esta exploración y que entiendan cómo está orga-nizada 
la página. 
Es importante preguntarles: ¿Qué creen que nos explicará 
esta página del libro sobre el nacimiento de una planta? Y en 
esta tarea, también es importante anotar en el pizarrón lo que 
digan. En este momento el docente incorpora, sin pretender 
que los alumnos y las alumnas los memoricen, los términos 
referidos al tema del texto informativo. Por ejemplo, los niños y 
las niñas dicen: “Va a decir cómo crece la planta”, “cómo es”, 
“qué partes tiene”, “para qué sirve cada parte, por ejemplo, 
la raíz”. Y el docente reformula estas expresiones utilizando 
términos técnicos y anota respectivamente en el pizarrón: “Va 
a explicar el proceso de crecimiento”, “la descripción de la planta, las 
funciones de sus partes”. 
Es el docente quien usa las palabras técnicas y las repite hasta 
que se hagan habituales en la escucha para los alumnos y las 
alumnas. 
El tema del texto 
Foco: Lectura de título y subtítulo/s. Reformular para 
comprender y subtitular para aclarar el tema 
Para esta tarea los niños y las niñas tienen el texto sobre el 
banco. Leen los títulos y subtítulos y recuerdan que se distin-guen 
por su ubicación y tipo de letra. 
Los títulos plantean un problema. Habitualmente, títulos y sub-títulos 
son fragmentos y nominalizaciones, es decir, frases del 
tipo que la gramática tradicional llamaba oraciones unimem-bres. 
Esta particularidad sintáctica suele presentar dificultades 
para la comprensión. En estas frases no hay verbo conjugado 
sino sustantivos, por ejemplo, “Terminaciones”, “Los tiempos 
del azúcar”, “Más problemas” “Del mar a la mesa”, “Ciudades de 
ayer” o construcciones de un sustantivo derivado de verbo más 
un complemento, por ejemplo,”El nacimiento de una planta”. 
“El crecimiento de las ciudades”, “La fabricación del pan”. 
Todos pueden aprender 
22 
TAREA 4
En estos casos, el lector inexperto tiene dificultades para repo-ner 
el agente (¿quién?) que realiza la acción (¿qué hace?). El 
problema consiste en que el sujeto semántico (¿quién?) o el 
objeto (¿qué?) están en el complemento. Por eso es muy im-portante 
enseñar a los alumnos y las alumnas a transformar las 
nominalizaciones en oraciones con el verbo conjugado: “El 
nacimiento de una planta”, en “La planta nace”; El crecimien-to 
de las ciudades“, en “Las ciudades crecen”, “La fabricación 
del pan”, en “(Alguien) fabrica el pan”. En este último caso los 
niños y las niñas comprenden que el pan es fabricado por 
alguien que no se dice en el título pero se explica en el texto y 
por lo tanto es una información que se puede recuperar y repo-ner 
en un subtítulo aclaratorio. 
Este proceso de explicación se llama reformulación o paráfra-sis5 
y es muy útil porque los alumnos y las alumnas se acostum-bran 
a simplificar las dificultades sintácticas procesando el 
texto y expresándolo con sus propias palabras. A partir de esta 
tarea, saben qué grandes unidades de información tiene la pági-na 
que van a leer, porque leyeron los títulos y los parafrasearon. 
Algunos títulos plantean otro problema. Hay títulos que expre-san 
claramente el tema del texto, por ejemplo: “¿Cómo se 
inventó la aspiradora?”, “La historia del papel”, “Los instru-mentos 
musicales”. En otros casos, los títulos no informan 
acerca del tema, por ejemplo, “Dime con qué andas y te diré 
por qué”, es el título de un texto sobre bicicletas; “Cuando el 
cuerpo tiene alas” desarrolla una breve historia del ballet. 
En estos casos, los alumnos y las alumnas con su docente tienen 
que observar toda la página hasta encontrar datos y palabras 
claves que les permitan formular un subtítulo aclaratorio. 
Por lo tanto, el trabajo con la reformulación de títulos puede 
realizarse con diferentes propósitos: transformar nominaliza-ciones 
en oraciones con verbos conjugados y también para ela-borar 
un subtítulo que explicite más directamente el tema, por 
ejemplo “La bicicleta” en lugar de “Dime en qué andas y te diré 
por qué”. En todos los casos se trata de trabajo sobre oraciones 
y da lugar a la producción de nuevas frases. 
En el cuaderno 
¿Cómo entendemos los títulos? 
El nacimiento de una planta. La planta nace. 
El cruce de Los Andes. (Alguien) cruzó Los Andes. 
“Dime en qué andas y te diré por qué”. La bicicleta . 
23 
Lengua en 3º 
Reformular, en sentido amplio, 
significa producir un nuevo texto a 
partir de la paráfrasis de un texto 
fuente. El término paráfrasis tiene dos 
acepciones: por un lado, explicación o 
interpretación amplificativa de un 
texto para ilustrarlo o hacerlo más 
claro e inteligible y por otro, 
traducción en verso en la cual se imita 
un texto original. En este Módulo 
utilizamos el término en su primera 
acepción. 
5
Lectura de párrafos 
Foco: Exploración de la información visual 
propia del párrafo 
Para ejemplificar la secuencia de tareas, se propone como 
modelo el trabajo con el texto “El nacimiento de una planta”, de 
la página de manual. 
Lo primero que los alumnos y las alumnas deberían hacer es 
observar que el texto que aparece debajo del título está com-puesto 
por párrafos, marcados por una sangría inicial, separa-dos 
por punto y aparte y formados por dos o más oraciones. 
Así, pueden reconocer cuántos párrafos tiene el texto. Hay que 
enseñarles a observar esta información visual y explicarles que 
cada parte así separada se llama párrafo (y se escribe la pala-bra 
en el pizarrón). En un texto bien escrito y bien puntuado, 
cada párrafo trae una información nueva e importante relacio-nada 
siempre con el tema que expresa el título. 
En el libro 
Los alumnos y las alumnas reconocen los párrafos. Los cuentan 
y los marcan. 
Lectura del primer párrafo 
Una vez ubicado el primer párrafo, observan cuántas oraciones 
tiene. En este caso hay tres oraciones. Los alumnos y las alum-nas 
las identifican y el docente insiste en la observación del 
punto final de oración y la mayúscula inicial. 
Se inicia la lectura de la primera oración. Conviene que los 
niños y las niñas lean de a dos y comenten entre ellos qué quie-re 
decir lo que leyeron. Luego el docente formula preguntas 
que tienen dos propósitos simultáneos: alentarlos a la reformu-lación 
del texto fuente con sus palabras y confrontar respues-tas 
y posibles interpretaciones personales con la información 
literal del texto. Para el primero es necesario no sólo que los 
niños y las niñas hablen sino que sean cuidadosamente escu-chados; 
para el segundo, el docente tiene que presentar desafí-os 
para que sus alumnos y alumnas discutan y relean: 
¿Entonces el texto dice que la planta nace de repente, en 
seguida? La información del texto que impide esta interpreta-ción 
es “luego de un largo proceso”, expresión que se relee. La 
idea es que lleguen a expresar que “proceso” implica tiempo. 
Una vez que quedó claro el sentido de la primera oración, se 
pasa a la segunda. Pero antes, debemos recordar que los lecto-res 
comprendemos los textos cuando cumplen condiciones de 
lecturabilidad que se relacionan con la distribución de la 
información. El texto plantea un punto de partida, parte de 
una información nueva para el lector: las plantas nacen de 
una semilla después de un proceso. 
Todos pueden aprender 
24 
TAREA 5 
Tarea 5.1
Una vez que eso se expresó, pasa a ser información dada, cono-cida 
por el lector. El texto sigue avanzando, mediante la incor-poración 
de otra información nueva que se relaciona con la ya 
dada. Muchas veces una palabra (concepto) que está en la ora-ción 
anterior se repite en la oración siguiente y sirve de unión 
para incorporar otra información nueva. A este proceso se lo 
llama progresión temática. En los textos de estudio de tercer 
año es muy frecuente la progresión temática lineal simple: 
alguna palabra dicha antes aparece en la frase siguiente y se le 
añade una información nueva y así sucesivamente. 
En el texto que estamos leyendo: 
“Una planta nace luego de un largo proceso que se inicia en la 
semilla. Cuando la semilla se encuentra en determinadas condi-ciones 
se inicia el crecimiento de la pequeña planta que tiene 
en su interior. Sólo después de este proceso la planta desarro-lla 
todas sus partes y cumple las funciones que le permiten 
vivir”. 
Es posible enfocar la atención de los niños y las niñas hacia esta 
característica de los textos a través de recapitulaciones, pre-guntas 
y consignas: 
Lean la segunda oración. (Nuevamente leen de a dos, comen-tan 
entre ellos qué quiere decir lo que leyeron y lo expresan.) 
Subrayen la/s palabra/s que se repite/n en la segunda oración. 
¿Qué agrega, añade, dice, informa la segunda oración que no 
decía la primera? 
En este caso, los alumnos y las alumnas tienen que entender 
que la segunda oración les provee la siguiente información 
nueva: 
Que la planta está en la semilla. 
Que la planta crece si la semilla se encuentra, está, en 
“determinadas condiciones”. 
¿La oración expresa, informa cuáles son esas condiciones? No. 
Dice que son “determinadas”. ¿Qué quiere decir eso? Es el 
docente quien muestra aquí sus propios procesos de interpre-tación, 
sus propias paráfrasis de lector experto: ¿Qué quiere 
decir que la semilla tiene que tener determinadas condicio-nes? 
Por ejemplo, ¿una semilla crecerá si la ponemos sobre 
un vidrio, en la oscuridad, sin nada de agua? 
Cuando los niños y las niñas responden según su experiencia 
(Necesita tierra, agua, luz), el docente les hace ver que él plan-teó 
unas condiciones y los alumnos y las alumnas propusieron 
otras. No cualquier condición, sino una determinada, necesa-ria, 
favorece el crecimiento. De paso conviene reflexionar con 
los alumnos y las alumnas sobre el significado de estas palabras 
y frases “condición determinada, necesaria, sin la cual (la plan-ta) 
no puede crecer”. 
La oración leída no explicó las “determinadas condiciones”. 
25 
Lengua en 3º
Hay que ver qué dice la oración siguiente. 
“Sólo después de este proceso la planta desarrolla todas sus 
partes y cumple las funciones que le permiten vivir”. 
En realidad, la siguiente oración no desarrolla la cuestión de las 
condiciones, sino que retoma la idea de que para que la planta 
crezca hace falta un proceso. Es importante que el docente les 
haga ver a los alumnos y las alumnas que el párrafo deja pen-diente 
una cuestión, deja abierta una necesidad de información 
que será necesario buscar en otro párrafo. 
En el cuaderno 
Al terminar de leer el primer párrafo los alumnos y las alumnas 
repasan lo que leyeron y formulan breves oraciones, oralmente 
y por escrito en el pizarrón primero y luego en el cuaderno, 
donde recuperan los conceptos: 
La planta nace de la semilla . La semilla necesita 
condiciones para crecer . Crecer es un proceso . 
Lectura del segundo párrafo 
“La semilla contiene el alimento necesario para el crecimiento 
de una nueva plantita, que se encuentra en su interior. Pero 
necesita encontrar humedad, calor y luz para poder germinar, 
es decir, para convertirse en una planta.” 
Identifican las oraciones del párrafo. Los alumnos y las alumnas 
leen la primera e intercambian interpretaciones: ¿A qué se 
refiere la oración? A la semilla (sujeto de la primera oración e 
información dada). ¿Qué información nueva expresa a propó-sito 
de la semilla? Que contiene dos cosas: la planta y el ali-mento 
para la planta. La estructura canónica de esta oración 
permite conocer primero el “quién” (sujeto, “la semilla”) y 
luego el qué hace/qué le sucede, (predicado, “contiene el ali-mento 
necesario para el crecimiento de una nueva plantita, que 
se encuentra en su interior”). ¿Se aclaró la cuestión de las 
condiciones? Todavía no; sigue pendiente. 
La siguiente oración dice “necesita”, lo cual es una llamada de 
atención ya que en el punto anterior se relacionaron “determi-nadas 
condiciones” con “condiciones necesarias”, “condiciones 
que la semilla necesita”. Entonces, “necesita” anticipa que se va 
a informar algo acerca de las condiciones. 
Pero aparece un problema sintáctico que puede obstaculizar la 
comprensión: el sujeto no está presente y es necesario realizar 
una inferencia para reponerlo. Hay que enseñar a los alumnos 
y las alumnas a buscarlo, preguntando: ¿Quién necesita qué 
cosa? Seleccionamos la forma del pronombre “quién”, porque 
el pronombre interrogativo “qué” conduce inmediatamente 
hacia el reconocimiento del objeto directo sintáctico, que al 
estar expreso no presenta problemas, pero lo que necesitan los 
niños es pensar en el sujeto, que es lo que falta.6 
Todos pueden aprender 
26 
Tarea 5.2 
Durante la vigencia de la gramática 
estructural, en el siglo pasado, estas 
interrogaciones estuvieron mal 
consideradas, pero modelos 
gramaticales más actuales las 
proponen porque son las que usa el 
hablante nativo para entender su 
lengua, es decir que son 
pragmáticamente pertinentes. 
6
En este párrafo, el sujeto ha sido omitido varias veces y el 
docente tiene que formular preguntas para que los niños y las 
niñas lo hagan explícito: ¿Quién germina? ¿Quién se convier-te 
en una planta? 
“La semilla contiene el alimento necesario para el crecimiento de 
una nueva plantita, que se encuentra en su interior. Pero (la semi-lla) 
necesita encontrar humedad, calor y luz para (la semilla) poder 
germinar, es decir, para (la semilla) convertirse en una planta”. 
En el cuaderno 
Los alumnos repasan lo que leyeron y elaboran breves oracio-nes, 
primero oralmente a partir de preguntas formuladas por el 
docente. 
¿Cuáles son, según lo que acabamos de leer, las condiciones 
determinadas o necesarias? Humedad, luz y calor. 
¿Qué pasa cuando la semilla está en estas condiciones? 
Germina. 
¿Qué informó este párrafo? ¿Qué anotamos en el cuaderno? 
La semilla tiene adentro el alimento y la planta. 
Para que germine la semilla necesita humedad, luz 
y calor. 
En Lengua 
El docente plantea la observación de los tipos de oraciones que 
encontraron: 
“La semilla contiene el alimento necesario para el crecimiento 
de una nueva plantita”. 
“Necesita encontrar humedad, calor y luz para poder germinar”. 
En la primera está expresado el sujeto; en la segunda no, pero 
el lector lo puede reponer. Esto es objeto de reflexión con los 
alumnos y las alumnas y de reposición cada vez que haga falta 
en las lecturas de tercer año. No hace falta incluir nombres 
(tácito, expreso, desinencial) hasta que no afiancen el procedi-miento 
de reposición. 
El docente plantea un problema de cohesión del párrafo que se 
puede resolver a nivel oracional con la elisión (supresión) del 
sujeto y la incorporación de palabras para conectar. Esto impli-ca 
la resolución de un problema lingüístico que requiere la 
transferencia del conocimiento anterior: el sujeto puede estar 
o no estar dicho. 
Problema: Si quiero escribir un párrafo con estas tres ora-ciones, 
¿cómo hago para no repetir “la semilla”? 
La semilla contiene el alimento necesario para la nueva 
plantita. 
La semilla necesita encontrar humedad, calor y luz para 
germinar. 
La semilla se convierte en una planta. 
27 
Lengua en 3º
Posible solución: 
La semilla contiene el alimento necesario para la nueva plan-tita 
PERO necesita encontrar humedad, calor y luz para ger-minar 
ENTONCES/ASÍ/DE ESTA MANERA se convierte en una 
planta. 
Los niños y las niñas exponen sus soluciones, comparan y final-mente 
escriben el párrafo sin repeticiones. 
Lectura del tercer párrafo 
“Primero, la semilla se hincha. Lentamente, la plantita empieza 
a desarrollarse: surgen las raíces y luego, el tallo. Más adelan-te, 
nacen las hojas y la nueva planta puede empezar a fabricar 
su alimento”. 
¿Qué informa este párrafo? Desde el principio el texto dice que 
la planta no crece de repente, sino que hay un proceso. En este 
párrafo se leen dos cosas importantes: un proceso tiene pasos 
y los pasos se desarrollan en el tiempo. Hay palabras que dicen 
qué pasa primero y qué pasa después. ¿Cuáles son esas pala-bras? 
Las buscan y subrayan leyendo con el compañero. Los 
niños y las niñas exponen sus respuestas y luego esas palabras 
se marcan en el párrafo escrito en el pizarrón: “primero”, 
“luego”, “más adelante”. 
Luego se reconstruye el proceso, para lo cual los niños y las 
niñas leen cuidadosamente el párrafo. En el pizarrón el docen-te 
escribe, al dictado de los alumnos y las alumnas, el proceso 
en forma de columna. Si es necesario, se agregan más palabras 
que indican orden. 
Primero la semilla se hincha . 
¿Por qué se hincha la semilla? El texto no lo dice, hay que infe-rir, 
es decir, reponer una información que no está presente, 
que no es literal y debe ser enseñada por el docente ya que es 
parte de lo que los alumnos y las alumnas tienen que aprender. 
Segundo surgen las raíces . 
El texto dice: “surgen las raíces y luego, el tallo”. ¿Cómo enten-demos 
esa frase? Hay una coma donde debería haber un 
verbo: “surgen las raíces y luego surge el tallo”. La oración se lee 
grupalmente con los alumnos y las alumnas, en voz alta hasta 
que logren representar la coma con una pausa significativa y 
puedan descubrir que es la marca de una palabra que no está 
expresa pero que se puede buscar cerca, en la misma oración. 
Más adelante, nacen las hojas y la nueva planta puede empezar a 
fabricar su alimento . 
“Más adelante” es una construcción adverbial engañosa: lo más 
habitual es que indique lugar, por ejemplo, “Más adelante había 
un cerro”, pero también puede indicar tiempo: “Más adelante 
nacen las hojas”. Hay que ayudar a los alumnos y las alumnas a 
identificar sin confundir estos dos sentidos. 
Todos pueden aprender 
28 
Tarea 5.3
Esta oración contiene una información nueva e importante. En el 
primer párrafo dice que la semilla tiene alimento para la plantita. 
¿Siempre la plantita se alimenta de la semilla? ¿Qué está infor-mando 
esta frase? 
El docente expone la información necesaria sobre el tema para 
que los niños y las niñas puedan relacionar la fabricación del 
alimento con las hojas (lo cual no es explícito en el texto) y así 
puedan pensar en dos fases en la alimentación de la planta: 
Primero, la semilla tiene el alimento. 
Segundo, la planta fabrica el alimento a partir de las hojas. 
Esto nos enseña que todo texto se continúa en otros textos, 
deja cuestiones abiertas y permite formularse nuevas pregun-tas. 
En este caso: ¿Cómo fabrica la planta su alimento una vez 
que tiene hojas? 
En el cuaderno 
Completar 
La semilla se hincha porque .................................. 
Surgen las raíces y luego ........................ el tallo. 
Se recupera oralmente la información del último párrafo y 
luego escriben en colaboración con el docente, en el pizarrón y 
en el cuaderno: 
La planta crece así : primero se hincha la semilla 
y la plantita crece adentro. Segundo crecen las 
raíces, después el tallo, al final crecen las hojas. 
Las hojas hacen que la planta fabrique su 
alimento. 
Poslectura 
Todos juntos recuerdan qué pensaban antes de leer el texto. El 
docente puede ayudar a los alumnos y las alumnas a confrontar 
sus opiniones anteriores con lo que aprendieron a partir de la 
lectura, a través de preguntas: ¿Sabíamos que la planta se ali-menta 
de la semilla? ¿Sabíamos qué crece primero y qué 
crece después? 
Finalmente se alienta a los niños y las niñas a formular pregun-tas 
que pueden haber surgido del desarrollo de la secuencia 
incentivando su curiosidad. ¿Por qué formular preguntas al 
final? Porque hay que construir con los alumnos y las alumnas 
el concepto de que toda lectura deja preguntas abiertas que 
conducen a otras lecturas y que un lector asiduo y activo es 
alguien que siempre puede averiguar algo más leyendo un 
nuevo texto. 
29 
Lengua en 3º 
TAREA 6
TAREA 7 Sistematización del vocabulario 
Esta tarea consiste en memorizar un vocabulario que permite 
pensar un tema de ciencias. Mientras se está desarrollando la 
secuencia, las palabras se escriben en un afiche que queda a la 
vista de todos. Los niños y las niñas con su docente realizan 
mapas semánticos con los conceptos clave del tema y memori-zan 
la correcta escritura de las palabras que escriben en orden 
alfabético en su libreta personal. 
También las escriben en una ficha que conserva parte del voca-bulario 
de cada texto leído, con el título del mismo. Esta ficha se 
guarda en un fichero o caja. 
4.4. ¿Todo eso con cada lectura? 
El trabajo de comprensión lectora guiada que aquí se ha desarrollado, a más de 
un colega le parecerá excesivamente detallado y largo. 
Sin embargo, todo lo que se ha explicado demuestra claramente que no hay 
texto sencillo aunque esté en un manual de tercer año. Los autores de textos 
escriben confiados en que los docentes son lectores expertos que van a anda-miar, 
guiar y explicar la lectura, de manera que si los docentes no lo hacen, los 
niños y las niñas quedan sin entender. 
Para que los alumnos y las alumnas del tercer año empiecen a transitar el cami-no 
de la autonomía lectora con los textos de estudio, es muy importante que 
este trabajo se haga y no solamente con una lectura de un área, sino con las lec-turas 
de todas las áreas a lo largo del tercero y cuarto años, en secuencias des-arrolladas 
en clase, y después periódicamente por lo menos una vez cada quince 
días en todo el resto del segundo y tercer ciclo. En el apartado 4.2. Seleccionar 
textos y distribuir tiempos de este Módulo se explica cómo distribuir las lecturas 
en clase; los docentes pueden releerlo atentamente. 
Este Programa propone hacer efectivo el derecho 
de los alumnos y las alumnas a cumplimentar su 
escolaridad sin repitencia; para ello, también tie-nen 
derecho a que se les enseñe a hacer bien lo 
que deben hacer: en este caso, a leer los textos de 
estudio. 
Las aulas del tercer ciclo están vacías de niños y 
niñas que podrían estar allí si hubieran seguido 
una trayectoria sin repitencia, pero también están 
llenas de niños y niñas que no saben leer solos una 
página de manual porque nadie asumió el compro-metido 
trabajo necesariamente detallado, sosteni-do 
y graduado de enseñarles a hacerlo. 
Todos pueden aprender 
30 
luz 
nacimiento 
crecimiento 
germinar 
planta 
desarrollo 
raíz 
proceso 
funciones 
raíces 
semilla 
condiciones 
tallo 
humedad 
hojas 
calor
4.5. Condiciones de un buen texto explicativo 
en la alfabetización inicial 
El texto debe contener los conceptos relevantes y disciplinarmente correc-tos 
del área a la que pertenece. Estos conceptos tienen que aparecer orga-nizados 
en un texto coherente y cohesivo que desarrolle claramente el 
tema, preferentemente con una progresión temática lineal simple en la 
que alguna palabra o concepto ya dicho se retoma en la siguiente frase y se 
le añade una información nueva y así sucesivamente. 
El texto tiene que ser muy explícito, es decir contener gran cantidad de 
información literal, porque el lector inexperto generalmente no domina el 
tema. 
El texto debe estar bien titulado, presentar la estructura visual y temática 
de cada párrafo; debe contener oraciones bien estructuradas (recordemos 
que es conveniente que la sintaxis de la oración escrita en el texto explica-tivo 
adecuado para la alfabetización inicial sea muy ordenada: sujeto, pre-dicado 
y dentro de este último, el verbo, y luego los objetos y complemen-tos), 
y contener un léxico que los niños y las niñas puedan comprender con 
la ayuda del docente. 
4.6. La extensión de los textos 
A veces en los manuales aparecen textos explicativos tan resumidos que parecen 
fichas. Tal vez algunos docentes los prefieren porque aparentemente esos textos 
tan breves no causan problemas de lectura a sus alumnos y alumnas. Sin embar-go, 
tampoco sirven demasiado para enseñarles a leer textos auténticos. Cuando 
se trata de enseñar contenidos a través de la lectura a niños y niñas que están 
empezando a conocer un tema es preferible, para que el docente lo trabaje en 
clase y enseñe a comprender, un texto que tenga detalles y algunas informacio-nes 
secundarias y no un texto ya resumido. Por supuesto, estos textos exigen 
más trabajo en clase, pero permiten evocar significados particulares, producen 
imágenes y representaciones mentales que son descriptibles, comparables, 
sobre las que es más fácil preguntar. 
31 
Lengua en 3º
Lengua 3ro web
5. La escritura 
En el proceso de alfabetización tal como propone desarrollarlo este Programa, la 
escritura no es posible sin proyecto de lectura que le sirva de base; la escritura se 
nutre de la lectura y mientras avanzan en el proceso, los alumnos y las alumnas 
no sólo son posicionados como lectores de textos completos desde el primer día, 
sino que además empiezan a pensarse como personas capaces de comunicarse 
por escrito. 
5.1. Escribir en todos los espacios curriculares 
La escritura es, junto con la lectura, un aprendizaje central dentro de la escolari-zación, 
un instrumento para comunicarse, para pensar y aprender en todas las 
áreas. En relación con la articulación horizontal, la enseñanza de la escritura 
también supone un trabajo compartido y simultáneo en todos los espacios curri-culares. 
Este aspecto de la escritura es el menos atendido en la escuela. 
Generalmente se promueven proyectos de escritura a partir de experiencias lite-rarias, 
pero se presta poca atención a la necesidad de enseñar a escribir respues-tas 
a preguntas de pruebas, resúmenes, explicaciones e informes. Sin descuidar 
los aspectos personales y creativos de la escritura, el tercer año es bueno para 
empezar a ocuparse de las escrituras que sirven para permanecer en la escuela 
expresando cada vez mejor por escrito lo que se aprende en todos los espacios 
curriculares. 
Para cada espacio curricular: Se pueden seleccionar los textos escritos 
que producirán los alumnos y las alumnas en cada espacio curricular del 
tercer año y elaborar las secuencias didácticas de escritura. A modo de 
ejemplo, se propone el informe de una salida de Ciencias Naturales. 
Para el espacio curricular 
Lengua: El texto literario y la 
exploración de la escritura per-sonal 
son propios de este espa-cio. 
Por eso es necesario conti-nuar 
la propuesta de los años 
anteriores en relación con la 
narración y la renarración escrita 
de textos previamente leídos, a lo 
que se suman escrituras perso-nales, 
por ejemplo, la escritura 
personal de cartas. Asimismo, en 
relación con la escritura de tex-tos 
de ciencias corresponde, en 
el espacio curricular Lengua, la 
enseñanza, ejercitación y siste-matización 
de estrategias de es-critura 
particulares de cada tex-to, 
como se verá en las secuen-cias 
didácticas de escritura bajo 
el subtítulo En Lengua. 
33 
Lengua en 3º
5.2. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: 
secuencia de escritura de informe en Ciencias Naturales 
Situación inicial 
El docente y sus alumnos y alumnas han planeado una salida 
para colectar hojas y luego clasificarlas. La tarea inicial consiste 
en que los niños y las niñas escuchen la consigna (en este caso, 
oral) y formulen todas las preguntas que consideren necesarias 
para realizar la tarea de recolección. El docente anuncia que 
luego escribirán un informe, para lo cual es preciso observar con 
atención y recordar lo que se va haciendo en el recorrido. 
Conversación posterior a la recolección 
Foco: Léxico 
Una secuencia de escritura comienza siempre con la tarea de 
conversación y tiene como cimiento las secuencias de lecturas 
previas que los niños y las niñas han realizado (en este caso 
deberían haber sido lecturas relacionadas con las plantas, sus 
partes y funciones y su diversidad de formas y tamaños). 
La conversación se propicia en la clase luego de que los alum-nos 
y las alumnas grupalmente observaron y clasificaron las 
hojas según sus propios criterios. Luego describen las hojas y 
esta oportunidad es creada y aprovechada por el docente para 
enseñar -a través de la incorporación en la conversación y 
exposición de cada grupo- el vocabulario específico compuesto 
principalmente por sustantivos comunes y adjetivos calificati-vos. 
Después los niños y las niñas acomodan las hojas entre 
papeles de diarios para que se sequen. 
En Lengua 
Reflexionan sobre las palabras que nombran las cosas, llama-das 
sustantivos y las palabras que dicen cómo son las cosas, 
sus cualidades, llamadas adjetivos calificativos. En este caso: 
las hojas... son redondas, ovales, lanceoladas; son medianas, 
pequeñas, grandes, perennes o caducas; sus bordes son lisos, 
dentados, curvos, redondeados o lobulares; su superficie es 
suave, áspera, etc. Es importante que los niños y las niñas sepan 
cuál es el término con el que se expresa la cualidad en la cien-cia, 
por ejemplo se dice “hoja dentada” y no hoja “con puras 
puntitas en el borde”. Se tomarán estas palabras para refle-xionar 
sobre su significado, descubrir sus familias y ejercitar su 
correcta escritura en situaciones de uso y revisión con y sin 
ayuda. 
Todos pueden aprender 
34 
TAREA 
INICIAL 
TAREA 1
Planificar el texto 
Foco: Estrategias de planificación de un texto 
Para planificar el texto es necesario pensar quién va a ser el lec-tor 
del mismo y con qué intención se va a escribir. Es importan-te 
reflexionar con los alumnos y las alumnas acerca de que 
escribimos con distintas finalidades y para distintos lectores. 
¿Para qué escribimos una invitación, una cartita, un correo 
electrónico, un mensaje de texto? ¿Para qué escribimos un 
cuento? ¿Qué queremos que sienta, piense e imagine el lec-tor 
de un cuento que escribimos? En general, si el docente 
abre un buen espacio para el diálogo, los alumnos y las alumnas 
conocen las funciones y los circuitos comunicativos de estos 
textos. 
¿Por qué, para qué y para quién tenemos que escribir un 
informe en Ciencias Naturales? Los alumnos y las alumnas 
pueden responder “Para que lo lean los papás, la directora, 
otros niños y niñas”. Sin embargo, será importante que el 
docente los ayude a pensar que además de compartir el escrito 
con otros, un informe de Ciencias se escribe para que cada uno 
sistematice lo que observó, para ordenar en forma escrita los 
conceptos, las ideas, las conclusiones a las que llegó el que 
escribe. En este sentido, el informe de Ciencias es una de las 
primeras oportunidades que tienen los alumnos y las alumnas 
de experimentar el valor epistémico de la escritura, es decir, 
el valor de la escritura como instrumento privilegiado del cono-cimiento, 
su potencia para ordenar las ideas, aclarar y aclarar-se 
uno mismo lo que piensa y sabe sobre un objeto de conoci-miento, 
para pensar mejor. La escritura, en este caso sirve para 
aprender. Cuando el escritor hace el esfuerzo de escribir un 
texto de esta naturaleza, siente que al terminarlo sabe más que 
antes, porque jerarquizó y organizó las ideas, porque usó un 
vocabulario específico, porque pudo explicar un tema. 
Para iniciar la construcción del informe, un recurso adecuado 
es la formulación de preguntas por parte del docente, que ayu-den 
a los alumnos y las alumnas a pensar la información que 
necesitan para armar un borrador del texto. 
Este proceso de escritura se plantea en estrecha colaboración 
con el docente y en situación colectiva: se formulan preguntas, 
se responden y escriben las respuestas en el pizarrón y en el 
cuaderno. 
¿Para qué fuimos a la plaza? 
¿Qué tipo de hojas teníamos que juntar? 
¿Qué hicimos después con las hojas? 
¿Cómo eran las hojas? 
¿Hay una planta que tenga hojas de distintas formas? 
¿Qué hicimos después con las hojas? 
35 
Lengua en 3º 
TAREA 2
¿Qué hicimos para secarlas? 
¿Qué hicimos con las hojas secas? 
En el cuaderno 
Los alumnos copian las respuestas. 
Escribir un borrador 
Foco: Estrategia de escritura de borrador 
En un afiche o en el pizarrón auxiliar y también en los cuader-nos 
han quedado las respuestas escritas una debajo de la otra, 
como en una lista. 
Fuimos a la plaza a juntar hojas . 
Teníamos que juntar hojas de forma diferente . 
Las contamos . Son veinte . Pusimos juntas las 
parecidas . 
Hojas redondas, hojas ovaladas, hojas dentadas... 
Cada planta tiene una sola forma de hoja . 
Las medimos y anotamos la medida . Las 
medimos sobre un papel cuadriculado . Vimos 
cuántos cuadraditos tapa cada hoja . Hay hojas 
grandes y chicas . 
Las pusimos en papel de diario para que se 
sequen . 
Las pegamos en una lámina . 
La leen en voz alta y el docente les hace ver que se trata de una 
serie de frases, no es un texto como los que habitualmente leen 
en la página de manual. A partir de allí propone el desafío de 
transformar la lista en un texto. 
Revisar el borrador 
Foco: Estrategias de revisión de borradores 
En esta tarea los niños y las niñas trabajan en situación colecti-va 
sobre el borrador, en colaboración con el maestro que mues-tra 
sus intervenciones expertas para revisar el texto, dice en 
voz alta lo que se pregunta, lo que piensa, lo que decide; alien-ta 
el trabajo, pide alternativas a los alumnos y las alumnas, las 
brinda, escribe posibilidades en el pizarrón. Entre todos discu-ten 
si hay que añadir u omitir palabras y frases; si hay que escri-bir 
en forma de párrafos, si coloca puntos y hace otra oración, 
si hay que aclarar alguna expresión, etc. Por ejemplo (las opcio-nes 
se separan con barras): 
Todos pueden aprender 
36 
TAREA 3 
TAREA 4
El lunes a la mañana fuimos a la plaza a juntar 
hojas ./ Para hacer un trabajo de Ciencias 
Naturales fuimos a la plaza a juntar hojas . 
Teníamos que juntar hojas de forma diferente . 
Cuando llegamos al aula/ después , en la escuela/ 
cuando volvimos / las contamos . Eran veinte . 
Después , pusimos juntas las hojas parecidas . 
Vimos que hay hojas redondas, ovaladas , 
dentadas..., pero siempre las plantas tienen una 
sola forma de hoja . 
Después / Además las medimos y anotamos la 
medida ./ También las medimos sobre un papel 
cuadriculado , allí vimos cuántos cuadraditos tapa 
cada hoja . Hay hojas grandes y chicas. 
Al final , las pegamos en una lámina . 
Esta escritura es colectiva, modelada por el docente. No es 
espontánea, es fuertemente interactiva y permite que los niños 
y las niñas se apropien de formas de trabajo del escritor exper-to. 
Los siguientes informes que se les propongan encontrarán a 
los alumnos y las alumnas mejor posicionados para escribir a 
partir de notas en forma de listado o columna. 
En Lengua 
Comparar y reformular oraciones. El docente plantea oracio-nes 
con diversas informaciones y propone compararlas. ¿Dicen 
lo mismo? ¿Cuál tiene más información? ¿Cuál menos? 
A través de consignas propone reformulaciones para evitar las 
repeticiones de palabras, para colocar el sujeto en distintos 
lugares de la oración o para omitirlo. 
Este trabajo específico en las horas de Lengua enseña las estra-tegias 
de escritura que se utilizan durante la revisión. Esas es-trategias 
son gramaticales y es muy importante que los niños y 
las niñas experimenten la resolución de problemas de escritura 
en el marco del desarrollo de la gramática de tercer año; pero a 
la vez es imprescindible que esos conocimientos gramaticales 
estén fuertemente conectados con el proceso de escritura y la 
estrategia de revisión. 
Tarea 5: Escritura de la versión final 
En situación cooperativa y colectiva similar a la de la tarea 
anterior se revisa el borrador para elaborar la versión final. 
Siempre se retoma la planificación inicial para evaluar si se 
escribió lo que se quería escribir, si se colocó la información que 
se considera pertinente para que los lectores del informe se 
enteren de la actividad que realizaron los niños y las niñas fuera 
de la escuela. 
37 
Lengua en 3º 
TAREA 5
La escritura de la versión final implica una revisión fina de los 
aspectos gráficos y ortográficos puesto que no debe contener 
errores. En esta parte del proceso, el docente muestra y alien-ta 
la consulta de fuentes de información (fundamentalmente 
diccionarios y fichas) para salir de la duda respecto del signifi-cado 
o la ortografía de distintas palabras. 
Los niños y las niñas tienen que experimentar que la escritura 
de un texto, aun para quienes sabemos hacerlo, es un trabajo 
que implica la utilización de todas estas estrategias: escribe 
mejor quien más revisa, rescribe, reformula y corrige un texto. 
En el cuaderno 
Los niños y las niñas escriben la versión final del texto respe-tando 
todas las convenciones de la escritura en relación con el 
texto y con el sistema alfabético. Este texto será leído por los 
destinatarios seleccionados y por eso es necesaria la correc-ción 
ortográfica y la prolijidad en la presentación. 
En tercer año es importante plantearles a los alumnos y las 
alumnas situaciones de escritura en las que se ponga en juego 
la exploración de los tipos y formas de las letras (la cursiva con 
sus rasgos característicos, las mayúsculas) y de subrayados 
para destacar títulos. Esta es una de esas situaciones. 
5.3. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: 
secuencia de escritura de resumen 
Hacer un resumen es un trabajo complejo que requiere un proceso de lectura 
prolija, de comprensión profunda del texto que se va a resumir (texto fuente) 
para luego tomar decisiones que modifican el texto fuente y producen un texto 
más corto que debe mantener la información imprescindible del primero. Esas 
decisiones son estrategias de resumen que ponen en juego muchos saberes lin-güísticos 
y comunicativos. 
El resumen tiene las siguientes características: 
Mantiene equivalencia informativa con el texto fuente, es decir que infor-ma 
lo mismo que el texto completo. 
Economiza palabras para expresarlo, es decir, que es más breve. 
Se adapta a una nueva situación de enunciación, es decir que retrabaja y 
modifica las palabras que indican la pertenencia del texto fuente a un 
determinado tiempo, emisor o espacio. 
A resumir, se enseña 
En general, con el resumen sucede lo mismo que con la lectura y la escritu-ra: 
es un contenido muy solicitado y exigido a los alumnos y las alumnas 
pero poco (o nada) enseñado en las escuelas. Su enseñanza, cuando existe, 
es puntual, se “da” como un tema de un día o una semana, y no está 
secuenciada de manera que los niños y las niñas puedan acercarse gradual-mente 
a las dificultades que este tipo de procedimiento intertextual les 
plantea. 
Todos pueden aprender 
38
A resumir se enseña. No una vez, sino a lo largo de toda la escolaridad básica, de 
manera que al finalizar el tercer ciclo los alumnos y las alumnas estén en condi-ciones 
de resumir con diversas intenciones, los innumerables materiales de estu-dio 
con que se vinculan en la escuela. 
Una secuencia de trabajo 
Para que esto sea posible hay que iniciar el trabajo sobre las tareas de resumen 
en el tercer año y luego continuar de manera secuenciada en los siguientes años, 
con textos y procedimientos cada vez más complejos. 
Enseñar a hacer un resumen consiste en preparar a los alumnos y las alumnas 
para que, frente a cada texto fuente, se planteen esta pregunta general: ¿Cuáles 
son las informaciones que no pueden ser suprimidas sin afectar la comprensión 
del texto? 
Las tareas para dar respuesta a esta pregunta y producir el resumen pueden 
secuenciarse así: 
Identificación del tema global. Lectura completa del texto para identificar 
de manera provisoria, sujeta a ajuste, una primera aproximación al conte-nido 
global del texto o macroestructura. La macroestructura es lo que 
tradicionalmente se denomina tema del texto. En un texto bien titulado, el 
título permite conocer el tema. 
Fragmentación del texto y eliminación de redundancias: la tarea consiste 
primeramente en identificar y aislar las unidades de información. Se con-sidera 
unidad de información cada parte del texto portadora de informa-ción 
nueva en relación con las informaciones precedentes. Las distintas 
unidades de información de un texto no están aisladas, sino que corres-ponden 
a un principio de coherencia y unidad de sentido dada por el texto 
en su conjunto. 
Jerarquización: consiste en la clasificación de las diversas unidades de 
información en función de su importancia para mantener la lógica del 
texto. 
T. Van Dijk (1992) propone operaciones textuales y reglas cuya aplicación 
resulta de utilidad para resumir un texto en la medida en que contribuyen a 
jerarquizar la información. Las reglas son: 
1. Omitir 
2. Seleccionar 
3. Generalizar 
4. Construir 
A continuación exponemos todas las reglas, 
pero en el tercer año se trabaja básicamente 
con la primera, la regla de omisión. 
Omitir: aplicando esta operación, se eli-minan 
aquellas proposiciones que no se 
consideran relevantes para la interpreta-ción, 
porque son redundantes o aparecen 
repetidas. 
39 
Lengua en 3º
Por ejemplo: 
a. Hubo un accidente en una calle céntrica. 
b. Se trató de una colisión en una concurrida calle de la 
ciudad. 
c. Chocaron un auto y una camioneta. 
d. El auto era modelo 95, color azul. 
e. No hubo víctimas. 
En este caso se puede omitir la proposición b porque repite parte de a y de 
c. También se puede omitir d porque es inútil para la interpretación. 
Seleccionar: se selecciona una proposición eliminando el resto en función 
de la existencia de una relación lógica entre las proposiciones, que justifica 
esa eliminación. En el siguiente ejemplo, se pueden eliminar a, b, c, ya que 
son condición necesaria de d, presente en el texto original. 
a. Tengo fiebre. 
b. Me duele la garganta. 
c. Tengo mucha sed. 
d. Tengo una terrible angina. 
Generalizar: se clasifica, omitiendo componentes de un concepto que son 
sustituidos por otro, una categoría o nombre de clase, que los contiene. Por 
ejemplo: 
a. No se necesita pasaporte para viajar a Brasil. 
b. No se necesita pasaporte para viajar a Uruguay. 
c. No se necesita pasaporte para viajar a Chile. 
d. Uruguay, Brasil y Chile son miembros de la categoría 
“paises limítrofes de la Argentina”. 
La generalización es: 
No se necesita pasaporte para viajar a países limítrofes. 
Construir: la información provista por el texto para resumir se sustituye 
por una nueva información que no es el resultado de una omisión ni de la 
selección de una unidad presente en el texto fuente, sino que es propuesta 
por el que resume, dado que su conocimiento del mundo o conocimiento 
cultural le permite reconocer el guión o script que condensa una serie de 
frases. Veamos en qué consiste esto. 
A medida que las personas aumentan sus interacciones comunicativas y su 
conocimiento del mundo, van estructurando sus conocimientos de sucesos 
y procesos en forma de secuencias prototípicas, llamadas guiones o scripts. 
Por ejemplo, saben que ir al cine supone una secuencia de acciones que 
incluye: elegir una película, llegar al cine, entrar, comprar su entrada, sen-tarse 
en una butaca..., de manera que les basta decir “Fui al cine” y presu-ponen 
que su interlocutor, que comparte el mismo guión o script, va a 
saber lo que hizo paso por paso. Al resumir, este conocimiento de guiones 
o scripts, permite condensar información. 
Todos pueden aprender 
40
Las tareas del docente 
El trabajo inicial que se sugiere a los docentes es seleccionar los textos para resu-mir, 
según criterios que permitan graduar esos textos a lo largo de años y ciclos, 
lo cual significa un punto más de articulación en el proceso de alfabetización. 
En tercer año, el aprendizaje está destinado a resumir textos breves 
(de no más de 30 líneas, algo más de media carilla tipiada), empleando 
para ello las mismas palabras del texto de base. Dichos textos deben 
tener contenido informativo explícito, deben respetar un orden lógico 
y/o cronológico, y la comprensión de los mismos no debe exigir un cono-cimiento 
preciso de la situación de enunciación, es decir, que para com-prenderlos 
no hace falta que los niños y las niñas conozcan el momento 
histórico o el lugar en los que fue escrito el texto. Un buen ejemplo de 
texto que reúne estas características es el usado en la secuencia de lec-tura 
de Ciencias Naturales. 
Entonces, las características a tener en cuenta en los textos para resumir son: 
Extensión del texto. 
Carácter explícito o implícito de la información que contiene el texto. 
Orden lógico y cronológico. 
Y los procedimientos que se complejizan son: 
Empleo de las palabras del texto fuente o sustitución, generalización y 
construcción personales. 
Intención del resumen. Se trata primeramente de empezar a resumir para 
saber condensar información, como tarea para estudiar y recordar. En el 
tercer ciclo se puede incorporar el resumen con objetivos más específicos: 
resumir para citar un concepto en una monografía, por ejemplo. 
Tratamiento de la situación de enunciación. Se trata de empezar por tex-tos 
que no presenten problemas con el emisor, el espacio y el tiempo en los 
que se producen e ir presentando gradualmente estas complejidades en 
segundo y tercer ciclo. 
Las tareas de los alumnos y las alumnas 
Los procedimientos y actividades que contribuyen a que los alumnos y las 
alumnas del tercer año se familiaricen con el resumen son: 
Comparar textos más resumibles (cuentos populares) y menos resumibles 
(reglas de juego). El trabajo de comparación les permitirá ver las diferen-cias 
entre un texto fragmentado en unidades breves, cada una de las cua-les 
porta una información nueva claramente identificable, y un texto com-puesto 
por unidades largas portadoras de redundancias, que requiere ope-raciones 
de eliminación para ser resumido. 
41 
Lengua en 3º
Hacer una lista con las informaciones de un texto. 
Omitir información accesoria o redundante, repeticiones, ejemplos y detalles. 
Reconocer en un conjunto de informaciones, aquella información que 
engloba a todas. 
Comparar en clase un esquema o lista de informaciones en su orden lógico 
y un resumen escrito a partir de ella por el docente. Para el segundo ciclo 
se propone analizar colectivamente los procedimientos de encadenamien-to 
o conexión empleados en el texto resumen. 
Se sugiere desarrollar estas tareas en su totalidad en colaboración con el docen-te, 
en situaciones colectivas de trabajo. Se pueden llevar a cabo primeramente en 
forma oral, sobre los cuentos y los textos de estudio, lo cual prepara muy bien a 
los alumnos y las alumnas para resumir a partir de la lectura. En todos estos 
casos no se les plantea la escritura del resumen, puesto que se está trabajando 
sobre estrategias básicas, que les permitirán luego llegar mejor posicionados a la 
escritura. Igualmente, cuando se plantea la escritura de resumen se lo hace 
siempre en colaboración con el docente, a partir de los esquemas producidos con 
anterioridad. 
En Lengua: hiperónimos e hipónimos 
Algunas estrategias a nivel oracional y léxico, necesarias para realizar resúme-nes, 
son contenidos propios del espacio curricular Lengua de tercer año. 
Para que los alumnos y las alumnas logren generalizar, necesitan disponer de una 
cantidad importante de léxico. En el ejemplo de “Brasil, Uruguay y Chile”, la frase 
“países limítrofes de la Argentina” es una expresión que no está en el texto sino 
que la aporta el lector a partir de un conocimiento sistemático de categorías o 
nombres de clases. Este procedimiento hay que enseñarlo explícitamente con 
propuestas como las que sugieren a continuación: 
Piensen y escriban la palabra (hiperónimo) o expresión que incluye las pala-bras 
subrayadas: 
Andrés leyó Federico dice no, Caperucita Roja, Federico no 
presta y ¿Quién se sentó sobre mi dedo? 
Andrés leyó ............................. (cuentos, narraciones) . 
Llegó a la escuela una caja con lotería, dominó de animales, 
damas, ajedrez . 
Llegó a la escuela una caja con ................................ (juegos) . 
Recogimos hojas de hierbas, árboles y arbustos . 
Recogimos hojas de ..................... (plantas, distintas plantas) . 
Todos pueden aprender 
42
Escriban las palabras (hipónimos) incluidas en la palabra subrayada: 
Algunos barrios tienen muchos negocios . 
Algunos barrios tienen farmacia, verdulería, carnicería , almacén, 
quiosco , pescadería , librería , panadería , bar y ciber . 
Este trabajo se plantea en el contexto de oraciones como las de los ejemplos 
anteriores y también con colecciones de palabras, por ejemplo: 
Escribir el nombre de este conjunto: 
Cuando se trata de palabras desconocidas para los niños y las niñas, el docente 
puede brindar algunas para que ellos seleccionen y fundamenten la opción. En 
este caso, las palabras podrían ser: “utensilios, herramientas, útiles”. Para la 
resolución de este problema, pueden utilizar el diccionario. 
También hay que plantear la pertenencia o no a una determinada clase de obje-tos 
o acciones, insertando palabras que no pertenecen a un determinado hiperó-nimo, 
por ejemplo: 
43 
Lengua en 3º 
tenedor 
cuchillo 
espumadera 
cuchara sopera 
cucharita 
farmacia 
verdulería 
carnicería 
iglesia 
almacén 
pescadería 
escuela... 
tallarines 
ñoquis 
milanesas 
ravioles 
escribir 
pintar 
volar 
leer 
dibujar
Secuencias de acciones 
Algo similar sucede con las expresiones que resumen secuencias de acciones y 
que permiten la selección y construcción de información en un texto. Para eso, 
los niños y las niñas tienen que pasar por un trabajo explícito de reflexión sobre 
este conocimiento. Veamos algunos ejemplos: 
¿Cuál es la acción? 
Extendió el mantel y sobre él distribuyó platos y vasos, tenedores 
y cuchillos . Luego agregó la panera , las servilletas y la jarra 
con agua . (Puso la mesa) 
Abrió la puerta, subió , se sentó, le dio arranque con la llave 
y se marchó . (Se fue en auto) 
O a la inversa: 
Enumerar las acciones que encierran las siguientes expresiones: Tomar 
mate. Hacer la tarea. Jugar a las cartas. Ir al médico... 
Todos pueden aprender 
44
6. La oralidad 
6.1. Hablar y escuchar en todos los espacios curriculares 
Todos sabemos que en la escuela no se trata de enseñar a escuchar y a hablar 
desde cero, pues los alumnos y las alumnas ya saben hacer frente a muchas 
situaciones cotidianas de uso de la lengua oral. Sin embargo, fuera de la escuela 
no se aprende a hablar formalmente, a escuchar con atención la exposición de 
un maestro, a conversar respetando el tema y el turno, a leer en voz alta o a 
exponer un tema de ciencias. Estos son contenidos curriculares. 
Por eso este Programa plantea, desde el comienzo de la alfabetización, el de-sarrollo 
de la oralidad en forma simultánea al de la escritura. En tercer año 
comienza a hacerse visible lo que la escuela ha logrado en ese proceso desde el 
Nivel Inicial y sobre esos logros ha de producirse una sistematización de lo 
aprendido y una construcción propia del tercero. 
Para cada espacio curricular: Se recomienda incluir sistemáticamente 
en cada secuencia de trabajo, las tareas específicamente destinadas a que 
los niños y las niñas escuchen, conversen, pregunten, respondan, opinen, 
argumenten, expongan los resultados de sus actividades grupales e indivi-duales, 
tal como se ve en las secuencias de trabajo desde primer año y en 
particular en las secuencias de lectura y escritura de textos de estudio de 
tercero. Además, son propias de este año la sistematización de la lectura en 
voz alta y la exposición breve sobre un tema de estudio. 
Para el espacio curricular Lengua: El texto poético y los juegos del len-guaje 
son propios de este espacio curricular y están estructurados a partir 
de numerosos recursos sonoros (ritmos, rimas, repeticiones que producen 
efectos de sentido) que desafían distintos aspectos de la oralidad (la articu-lación 
o la velocidad en la pronunciación de las palabras) cuando se recitan 
o se juega con ellos. Asimismo, hay dos tareas que enlazan la oralidad y la 
lectura, cuyo desarrollo hay que profundizar en Lengua: la renarración y la 
lectura en voz alta, sobre la que hablaremos más adelante. En relación con 
los textos de ciencias, en el espacio curricular Lengua se enseñan, ejercitan 
y sistematizan las estrategias cognitivas y lingüísticas de exposición de un 
tema, como veremos a continuación. 
45 
Lengua en 3º
6.2. El texto explicativo en la alfabetización inicial: 
exposición oral sobre un tema 
Primero, escuchar... 
La formación de buenos expositores comienza con un posicionamiento de los 
alumnos y las alumnas como escuchas de las exposiciones de sus docentes, quie-nes 
constituyen su primer modelo. 
La escucha es un proceso activo que integra habilidades lingüísticas de identifi-cación, 
segmentación, reconocimiento y jerarquización de enunciados. La capa-cidad 
de mantener una escucha activa se relaciona con el marco enciclopédi-co 
del que escucha (cuáles y cuántas palabras y conceptos reconoce) que le per-mite 
una mayor o menor riqueza en sus interpretaciones e inferencias. Para 
optimizar la escucha vuelven a ser determinantes la lectura asidua y las reglas de 
reducción de la información expuestas por los gramáticos del texto, que figuran 
en este módulo en la secuencia de enseñanza del resumen. 
Es muy importante, entonces, posicionar a los niños y las niñas como escuchas, pre-ferentemente 
en ejercicios frecuentes, breves y localizados, con una devolución 
inmediata por parte del docente y los compañeros y compañeras acerca de la cali-dad 
de la escucha. En las áreas curriculares se sugiere la realización de los siguientes 
ejercicios: 
Los alumnos y las alumnas escuchan una exposición breve del docente y 
luego reconocen la idea central. A medida que avanzan en este aprendiza-je, 
el docente les plantea gradualmente la recuperación de ideas secunda-rias 
y de detalles. 
Anticipación: Los alumnos y las alumnas escuchan el fragmento inicial de 
una exposición (del docente o de un video sobre un tema). El docente inte-rrumpe 
la audición y los niños y las niñas anticipan qué se dirá a continua-ción 
en función del tema tratado. 
...Y leer 
Si bien aquí se plantean los aprendizajes inicia-les, 
una exposición oral sobre cualquier tema y 
en cualquier espacio curricular es necesaria-mente 
posterior al trabajo en clase sobre el 
mismo tema; en otros términos, toda exposición 
será siempre planteada con posterioridad al 
desarrollo de una secuencia de lectura de uno o 
varios textos del libro o manual. En el segundo 
ciclo también se presenta la secuencia de escri-tura 
de un resumen como imprescindible paso 
previo. 
Para impulsar un desarrollo sólido de la oralidad 
es altamente recomendable enseñar a los alum-nos 
y alumnas la secuencia de trabajo que con-tiene 
las siguientes tareas, que deberían reali-zarse 
todas en colaboración con el docente. 
Todos pueden aprender 
46
Planificar 
Pensar la situación en la que se va a desarrollar la exposición (desde el 
banco sentados en círculo, en el frente, con láminas o sin ellas...). 
Preparar el tema: seleccionar la información, releer las páginas del libro 
donde se encuentra. 
Pensar el vocabulario específico que será imprescindible en esa exposición. 
Seleccionar o elaborar los soportes escritos que se van a emplear: por 
ejemplo, carteles con palabras, fichas, láminas... 
Preparar la exposición 
Leer y releer el libro y escribir borradores de lo que se va a decir. 
Memorizar el tema y el vocabulario específico con buena pronunciación. 
Ensayar el desarrollo de distintas partes de la exposición planificada. 
Desarrollar la exposición 
Exponer lo que se preparó. 
Controlar los aspectos no verbales en la exposición: se trata de ayudar a los 
alumnos y las alumnas a que controlen la voz cuando exponen, en lo que 
respecta especialmente a la articulación, el volumen y el tono, así como a 
usar códigos no verbales adecuados (gestos y movimientos) y dirigir la 
mirada a los interlocutores. 
Negociar el significado. Los alumnos y las alumnas expositores deberán 
estar atentos a las manifestaciones de comprensión o incomprensión del 
interlocutor, contestando sus preguntas o verificando que exista una ade-cuada 
realimentación entre lo que ellos dicen y lo que entiende el auditorio. 
Conducir la interacción en el caso de que se exponga un tema frente al 
curso. En estos casos el expositor deberá dejar espacio para las preguntas 
y tratará de responderlas procurando que el grupo total comparta pregun-ta 
y respuesta. 
Estas dos últimas tareas deben ser pensadas en función de los avances de los 
niños y las niñas. 
Evaluar 
Evaluar grupalmente el desempe-ño 
de los alumnos y las alumnas 
sugiriendo modificaciones entre 
todos para mejorar las siguientes 
exposiciones. 
47 
Lengua en 3º
6.3. Entre la lengua oral y la escrita: la lectura en voz alta 
La lectura en voz alta fue una práctica tradicional en las escuelas, muchas veces 
utilizada sólo para evaluar los avances de los niños y las niñas en la estrategia lec-tora 
de decodificación. Este uso de la lectura en voz alta como mera técnica para 
transformar letras en sonidos, como práctica desligada de los aspectos más 
importantes del texto, es decir, del significado, fue también terreno propicio 
para numerosas exageraciones en cuanto a la adopción de una postura para leer 
y otras prácticas igualmente revisables. Por esto -y además porque las investiga-ciones 
sobre la lectura posteriores a la década del 60 privilegiaron la lectura 
silenciosa como garante de la comprensión- se fue abandonando paulatinamen-te 
la lectura en voz alta y se puso en duda como contenido relevante. 
Sin embargo, este tipo de lectura es una práctica social cotidiana y necesaria y 
por ello consideramos que un egresado de la educación básica debe poder leer 
un texto de tema conocido a primera vista, de manera clara, con buena dicción 
y entonación correcta. Para llegar a ese egresado, es necesario que los alumnos 
y las alumnas, desde el tercer año, preparen semanalmente textos para leer en 
espacios intencionalmente destinados a ese desarrollo. Las situaciones más 
comunes son las siguientes: 
Lectura dramatizada: leer un cuento, distribuyendo las voces de los perso-najes 
y la del narrador. 
Lectura comunicativa: leer un escrito que la audiencia no tiene y que debe 
comprender para realizar una tarea. 
La enseñanza y desarrollo de la lectura en voz alta, así como la de cualquier otra 
competencia o estrategia lingüística, también comienza por actividades grupales 
en las que los niños y las niñas aprenden a leer fragmentos seleccionados por el 
docente, en principio con todos sus compañeros y compañeras a la vez, luego en 
un pequeño grupo que asume la voz de uno de los personajes en un diálogo o del 
narrador y así sucesivamente hasta lograr la confianza suficiente para asumir la 
lectura individual de un texto o parte de él, frente al grupo de pares. 
No se trata de que aprendan algunos niños o niñas a quienes ya les gusta leer en 
voz alta, sino que sea un contenido del curriculum para todos, que todos encuen-tren 
oportunidades, enseñanza e incentivo para hacerlo. 
Todos pueden aprender 
48
7. El léxico 
En relación con la exposición oral, que es una de las actividades más formales que 
llevan adelante los alumnos y las alumnas en tercer año, es oportuno reflexionar 
en torno a una de las dificultades con que suelen tropezar niños, niñas y maestros. 
En numerosas oportunidades los docentes expresan su preocupación por el 
vocabulario pobre de sus alumnos y alumnas: ”hablan siempre con las mismas 
palabras, repiten, pronuncian mal...” En principio, hay que considerar que el 
habla coloquial es pobre y repetitiva por definición, se apoya en el contexto, en 
gestos y señalamientos por cuestiones de economía comunicativa. Además, la 
pobreza de vocabulario de los alumnos y las alumnas mantiene una relación 
estrecha y directa con la falta de enseñanza, estimulación y trabajo sistemático 
apropiados para su incremento en la escuela. 
Para comprender y producir textos (orales y escritos) de cualquier campo del 
saber es necesario conocer su vocabulario específico y saber usarlo con propie-dad. 
El vocabulario que se guarda en la memoria es el que se necesita, se usa, se 
escucha y se lee más. 
Por eso, la propuesta de este Programa incluye desde el primer año un trabajo 
focalizado en el vocabulario de los textos leídos y en el tercero incorpora tareas 
específicas en la secuencia didáctica de lectura de textos de estudio, destinadas 
a garantizar la comprensión y el uso del vocabulario escrito y, como se presentó 
anteriormente, también en la exposición oral. 
7.1. Tareas y espacios curriculares 
El desarrollo léxico que aquí se propone implica tomar decisiones para articular 
horizontal y verticalmente el trabajo de enseñanza del espacio curricular Lengua 
con los otros espacios. 
Para cada espacio curricular: Se sugiere establecer un vocabulario espe-cífico 
(es el vocabulario activo del área correspondiente) para ser trabaja-do 
durante el año. Este vocabulario se recorta de las lecturas previamente 
seleccionadas del libro o manual de tercero. Los docentes hacen una lista 
para cada área, de no más de diez términos o frases 
clave. Esta lista corresponde a los conceptos centra-les 
que han de ser enseñados durante todo el año. 
En Ciencias Naturales, por ejemplo, esta lista con-tiene 
los siguientes términos: 
Ser vivo Circulación 
Animal / vegetal Ambiente 
Organismo / Partes Reproducción 
Función Nutrición 
Alimento / nutriente Energía 
49 
Lengua en 3º
La apropiación de los mismos requiere la creación de múltiples situaciones 
de escucha (los niños y las niñas escuchan los términos en las exposiciones 
del docente junto con la explicación de su significado); de lectura (los alum-nos 
y las alumnas leen los textos en los que se encuentra este léxico que 
expresa los conceptos del campo de estudio); de uso (los usan para conver-sar 
y escribir sobre el tema y los memorizan para exponer frente a los com-pañeros 
y compañeras). 
Es deseable que el docente impulse un trabajo sostenido para que a fin de 
año sus alumnos y alumnas conozcan el significado de esos términos, pue-dan 
pronunciarlos y escribirlos correctamente, explicarlos a otros y emple-arlos 
con propiedad en los contextos adecuados. 
La articulación vertical se concreta pasando esta lista (y el posicionamien-to7 
de los niños y las niñas en relación con ella) al docente del siguiente año, 
quien no sólo promoverá su uso sino que añadirá nuevos términos. 
En el espacio curricular Lengua: Se recuperan los vocabularios de las 
áreas para sistematizar su pertenencia a familias y a distintas clases de 
palabras (verbos, sustantivos, adjetivos), sus acepciones cuando tienen 
más de una, su organización en campos conceptuales y asociativos, su pre-sencia 
en diccionarios y enciclopedias, etc., como se ejemplifica en el apar-tado 
de Lengua en la tarea 2 de la secuencia de lectura. 
En la enseñanza del vocabulario de las áreas hay dos tareas que combinadas 
entre sí contribuyen en gran medida a la apropiación y desarrollo del léxico; se 
detallan a continuación. 
7.2. La enseñanza del vocabulario, previa a la lectura 
Como se ha visto en la Tarea 2 de la secuencia de lectura, una práctica importan-te 
para ampliar los esquemas conceptuales de los alumnos y las alumnas es la 
enseñanza, anterior a la lectura, de las palabras que van a encontrar en ella, 
especialmente de aquéllas que desconocen. Para que puedan anticipar el conte-nido 
de las lecturas que van a abordar y formular hipótesis acertadas, los lecto-res 
deben ser capaces de identificar la mayoría de las palabras. Para eso, a partir 
del título de la lectura que luego van a leer o del tema global, se ha explicado 
cómo sería conveniente que el docente promueva, en la conversación o en forma 
de torbellino, la activación de todos los conceptos y palabras relacionados y ade-más 
incorpore las palabras que van a aparecer en la lectura. 
La enseñanza previa de los nuevos términos que los alumnos y las 
alumnas van a encontrar en las lecturas influye directamente en su com-prensión, 
evita los tropiezos en el nivel léxico y aumenta sus habilidades 
para leer con fluidez. 
Todos pueden aprender 
50 
Posicionamiento es un término 
técnico que hemos acuñado para 
referirnos al lugar de construcción 
desde donde cada niño o niña 
interroga al sistema de escritura en 
función de las situaciones didácticas 
que haya podido experimentar. En 
este sentido, la evaluación aporta 
datos sobre distintos 
posicionamientos que tienen los 
alumnos y las alumnas en relación 
con los contenidos desarrollados 
durante un determinado período. 
7
A pesar de que estas ideas están bastante difundidas, existen dos tropiezos muy 
comunes en la enseñanza de la lectura; el primero consiste en que muchos maes-tros 
no preparan a los incipientes lectores para reconocer el vocabulario que va 
a aparecer en la lectura porque piensan que las primeras experiencias lectoras 
que han tenido los niños y las niñas los habilitarán para leer cualquier texto, 
entre ellos los de ciencias y que, por eso, todo lo que tienen que hacer es indicar 
la lectura que tienen que realizar. Esta es una práctica contraproducente tam-bién 
generalizada en el segundo ciclo; como resultado de la misma los alumnos y 
las alumnas leen generalmente solos, en la casa y sin ayuda experta. 
Otro problema de igual importancia es la creencia de que, si los lectores desco-nocen 
el significado de las palabras, pueden igualmente comprender el texto, sal-teando 
la palabra desconocida, habilidad que es propia de lectores expertos, 
pero no de lectores noveles. Proponemos, por lo tanto, que la enseñanza previa 
del vocabulario se instale como estrategia superadora de enseñanza. 
7.3. El empleo de mapas semánticos, luego de la lectura 
Una vez que leyeron el texto, los docentes pueden enseñar a hacer un mapa 
semántico que permita a los alumnos y las alumnas construir una red conceptual 
y organizar el vocabulario de diversos modos. 
Para ello, hay que seleccionar una palabra clave del texto, es decir una palabra 
que designe un concepto importante o central para la comprensión del mismo, y 
escribirla en el centro del pizarrón, por ejemplo, “orientación”, en torno de la 
cual se organiza el resto de los conceptos clave: puntos cardinales, orientarse de 
día, sol, este, oeste, norte, sur; orientarse de noche, estrellas, Cruz del sur. 
51 
Lengua en 3º
Lengua 3ro web
8. La ortografía 8 
La ortografía de los alumnos y las alumnas es res-ponsabilidad 
de todos y cada uno de los maestros 
que están al frente de un grupo. 
Si se desea lograr que los niños y las niñas tengan 
una actitud responsable respecto de la adecuación 
normativa de sus escritos, es importante que: 
Los docentes sean cuidadosos con su propia 
escritura para poder constituirse en buenos 
modelos normativos. 
Acordar institucionalmente cómo señalar 
los errores ortográficos a los alumnos y las 
alumnas y mantener lo acordado. 
Permitir que los alumnos y las alumnas ten-gan 
un plazo razonable para revisar sus 
escritos con autonomía creciente, consul-tando 
el diccionario u otras fuentes de infor-mación, 
que siempre estarán en el aula, a 
disposición de todos. 
Para considerar adecuadamente la dificultad que plantea la ortografía, es nece-sario 
considerar que la lengua escrita y la lengua hablada son muy diferentes. 
Esta última presenta variedades según la región, la edad y el oficio de los hablan-tes; 
pero la lengua escrita es estándar y, además, es general. Es decir, hay una 
entonación y palabras diferentes en el léxico de un mexicano, un chileno, un 
correntino y un porteño, pero no hay ortografía mexicana, chilena o porteña. 
Todos estos hablantes pueden pronunciar de maneras diferentes la palabra “llu-via” 
(algunos son yeístas, otros no) pero todos escriben LLUVIA. 
La ortografía pretende la reproducción del código oral en el nivel de las unidades 
más pequeñas perceptibles: los fonemas. Esta reproducción es siempre (en todas 
las lenguas) de varios tipos: 
biunívoca: cuando a un fonema le corresponde una y solo una letra (/m/ = M); 
plurívoca: cuando a un fonema le corresponde más de una letra (/s/ = Z,S,C) 
o a más de una letra le corresponde un fonema (X, XC, CC = /cs/) 
vacía: a una letra no le corresponde ningún fonema (H = /cero fonema/). 
El error ortográfico consiste en adjudicar a una palabra alguna de las plurivoci-dades 
que no le corresponden. Por ejemplo, existiendo la plurivocidad B-V, el 
error ortográfico consiste en escribir Baca por Vaca. 
La dificultad ortográfica plantea un gran desafío a todos los que escriben. La 
forma más productiva de enfrentarla es tener presente siempre la posibilidad del 
error y darse el espacio y el tiempo para revisar los propios escritos, junto con 
otra persona y también en soledad. Desde la didáctica, una posible secuencia de 
enseñanza de la ortografía se describe en el cuadro que sigue. 
53 
Lengua en 3º 
Antes de leer este apartado, se sugiere 
a los docentes releer el apartado 
Los procesos cognitivos básicos en 
Todos pueden aprender. Lengua y 
Matemática en el Primer Ciclo. 
8
Todos pueden aprender 
54 
La ortografía del español tiene 
Un grupo de correspondencias 
biunívocas: 
P T D F L M N Ch A E I O U en sílaba 
directa (consonante + vocal). 
Plurivocidades de resolución siste-mática, 
general y sin excepción: 
Alternancia C/QU (CASO QUESO 
QUISO COSO CUNA). Siempre QUE 
y QUI se escriben con QU. 
Alternancia G/GU (GATO GUERRA 
GUITA GOTA GULA). Siempre GUE y 
GUI se escriben con GU. 
Alternancia R/RR (RATA ROTA 
RUTA RETA RITApero 
CARO/CARRO; CORO/CORRO; 
CURO/CURRO; PERO /PERRO). 
Plurivocidades directas: 
B/V; C/S/Z; G/J; Y/LL; Ñ/NI; H. 
La tildación: 
a/á, e/é, i/í, o/ó, u/ú 
Cuándo se enseña 
Entre 1ro. y 2do. año. 
Se enseña a través de la lectura (análisis y comparación) de 
palabras bien escritas, a través de la copia y de la revisión 
de la escritura desde el primer año (y aun desde antes) y 
del trabajo sistemático sobre el léxico de los textos leídos. 
. 
Entre 2do. y 3er. año. 
Se continúa enseñando como en primer año, a través de la 
lectura (análisis y comparación) de palabras bien escritas, 
a través de la copia y de la revisión de la escritura. Se agre-ga 
una ejercitación (por completamiento de palabras) y 
memorización luego del trabajo sistemático sobre el léxi-co 
de los textos leídos. 
. 
Se enseñan desde 1er. año, como ya lo hemos descripto, 
a través de la lectura (análisis y comparación) de palabras 
bien escritas, a través de la copia y de la revisión de la 
escritura, porque la mayoría de las palabras que presentan 
estas plurivocidades no tienen regla. 
Desde 4to. año en adelante, cuando los niños ya saben 
escribir BIEN un conjunto importante de palabras, se sis-tematizan 
algunas reglas. 
Se ejercita la escritura de familias de palabras (cocinar 
cocina cocinero cocido cocción) ( coser cosido). 
A ellas se agrega desde segundo ciclo la enseñanza de pre-fijos, 
(vinculados con temas de estudio y con literatura: 
BIO biólogo; biodiversidad; biosfera ) y de sufijos (vincula-dos 
con temas de estudio y con literatura:-SIBLE sensible 
extensible ). 
Se enseña desde 1er. año como ya se ha descripto, a través 
de la lectura (análisis y comparación) de palabras bien 
escritas, a través de la copia y de la revisión de la escritura. 
Durante todo el tercer año, cada vez que se escribe una 
palabra que lleva tilde el docente llama la atención sobre la 
presencia de este signo diacrítico. 
Como ejercicio, en el tercer año, alumnos y alumnas con la 
ayuda del docente comienzan a reconocer en cualquier 
palabra, lleve tilde o no, cuál es la sílaba tónica.
Recordamos que las actividades para aprender las convenciones ortográficas 
requieren, de parte de las instituciones y los docentes, una propuesta de ense-ñanza 
que distinga con claridad la lengua oral de la escrita, puesto que la orto-grafía 
es una propiedad de la escritura y no del habla. Cuando sucede lo contra-rio, 
es decir, cuando la lengua escrita se enseña como una mera técnica de trans-cripción 
de sonidos a letras, los niños y las niñas lamentablemente aprenden eso: 
que se escribe como se habla, y generalmente siguen arrastrando ese problema 
en etapas avanzadas de la alfabetización. 
La ortografía se aprende junto con la exploración del sistema alfabético -que, 
como se vio en el cuadro anterior, tiene correspondencias biunívocas pero la 
mayoría son correspondencias multívocas- durante el primer ciclo, con un tra-bajo 
sostenido de comprensión y reflexión y de la mano de un docente que 
muestra cómo es ese sistema y construye diariamente la idea de que no se escri-be 
como se habla, que escribir es un trabajo que implica revisar y corregir. 
55 
Lengua en 3º
Lengua 3ro web
9. La gramática 
Una gramática tradicional es un modelo de descripción de una lengua y, para 
autores más modernos, es un modelo explicativo que procura dar cuenta de la 
capacidad del hablante para producir y comprender los enunciados de su lengua. 
En la escuela, la enseñanza de la gramática generalmente se considera sinónimo 
de enseñanza de la normativa, es decir, de aquella parte que dice “cómo debe 
ser” la lengua. Con ello pierde su parte más interesante para la didáctica, ligada 
a la reflexión acerca de “cómo es la lengua”. 
Un enfoque tradicional de la enseñanza de la gramática en la escuela concibe al 
alumno o la alumna como una “tabla rasa”, alguien a quien hay que proveer de 
toda la información proveniente de los gramáticos para que después la aplique, 
si puede, a la resolución de sus problemas lingüísticos y comunicativos. 
Otros enfoques centrados en concepciones activistas consideran que los alum-nos 
y las alumnas en esta etapa son espontáneos y carentes de normatividad, por 
lo cual el docente no se siente autorizado a modificar esas características a tra-vés 
de la incorporación de contenidos presuntamente arduos como la (mala) 
fama dice que son los gramaticales. 
Los niños y las niñas del tercer año no son ni tablas rasas ni incapaces de relacio-narse 
con la normatividad. Han desarrollado usos lingüísticos y comunicativos 
diversos que adquirieron en su entorno, con su familia, en su barrio; además, 
están aprendiendo a leer y escribir y sabemos que este aprendizaje no es fácil. 
Sin embargo, esos niños y esas niñas poseen una competencia lingüística y 
comunicativa que, si son estimuladas por docentes que se interesen en lo que 
ellos piensan, les permiten plantear y responder preguntas sobre el funciona-miento 
de la lengua que ya hablan y sobre la lengua escrita que están aprendien-do. 
En la medida en que sus docentes les brinden oportunidades para pensar 
acerca del funcionamiento de la lengua a partir del planteo y la resolución de 
problemas lingüísticos y comunicativos en el tercer año y en adelante, estarán 
luego en condiciones óptimas para abordar sistematizaciones formales en el 
ciclo superior. 
Por eso, la enseñanza de la gramática ha 
de procurar que los alumnos y las alum-nas 
puedan hacer buenas preguntas 
sobre la lengua y que encuentren en el 
aula, en los textos, con sus docentes y 
sus compañeros y compañeras, el ámbi-to 
donde puedan responderlas. 
57 
Lengua en 3º
9.1. ¿Cómo se enseña la gramática en el tercer año? 
La gramática puede enseñarse experimentando la lengua oral, la lectura y la 
escritura y pensando juntos, el docente, los alumnos y las alumnas, cómo se 
resuelven algunos problemas que ellas plantean. Desde esta perspectiva lo prio-ritario 
no es que los niños y las niñas aprendan nombres de memoria, ni clasifi-caciones 
vacías, ni resuelvan ejercicios sueltos que no guardan relación con el 
resto de los contenidos curriculares. 
Por el contrario, la gramática en el tercer año, y en la escolaridad básica, tiene 
que ser un instrumento de reflexión ligado a la comprensión y producción 
de textos orales y escritos. Los docentes pueden repasar las secuencias de acti-vidades 
de comprensión lectora de textos explicativos, de escritura y de oralidad 
que se han desarrollado exhaustivamente en este módulo, para comprobar que 
hay una permanente reflexión gramatical muy exigente y precisa que acompaña 
estos aprendizajes, es decir, que en la propuesta de este Programa se plantea la 
enseñanza de la gramática fuertemente contextualizada. En este punto del 
Módulo se sistematizarán sus contenidos. 
9.2. La reflexión gramatical desarrollada en este Módulo 
En este Módulo se ha sugerido cómo enseñar contenidos propios de la gramá-tica 
del texto en el tercer año, detallando cómo realizar distintas operaciones 
para comprender y producir textos orales y escritos: 
Desde primer año se propone trabajar detalladamente el reconocimiento 
de los géneros discursivos y las tipologías textuales. Los alumnos y las 
alumnas que reciben enseñanza a partir de las orientaciones didácticas de 
este Programa, encaran desde primer año textos completos y con sus 
maestros experimentan tareas específicas y secuenciadas que les permi-ten 
comprender su pertenencia a una clase de textos y sus características, 
formatos, partes, ámbitos de circulación y demás propiedades. 
En este Módulo se explica cómo trabajar el párrafo como unidad textual y 
cómo observar y producir sus marcas gráficas: sangría, mayúsculas, punto 
y aparte. Su ubicación dentro del texto. Su aporte al tema que desarrolla el 
texto. El reconocimiento de la oración más informativa del párrafo, que 
puede estar al principio, en medio o al final. 
En el contexto del párrafo y entre párrafos de un texto, se dieron pautas 
para enseñar uno de los principios estructurantes de la coherencia y cohe-sión 
textuales: la progresión temática, especialmente la progresión temá-tica 
lineal simple. La lectura detallada del párrafo tal como se explicó en 
la secuencia de Ciencias Naturales brinda el contexto textual óptimo para 
tratar la alternancia de información dada y nueva en el texto. Cada vez que 
se explica en este Módulo cómo leer un párrafo, el docente encontrará 
oportunidades para enseñar este contenido. 
Se explicó cómo expandir textos mediante la paráfrasis y reformula-ción 
(ver el trabajo con estrategias de reformulación sintáctica de títulos, 
subtítulos, consignas y fragmentos). 
Todos pueden aprender 
58
Se explicó cómo empezar a enseñar a resumir textos mediante opera-ciones 
de omisión en el tercer año (ver todas las actividades explicadas 
acerca del resumen). 
Se explicó cómo elaborar un texto informativo coherente y cohesivo a 
partir de una lista de informaciones sueltas, mediante el trabajo con 
borradores. Los docentes pueden repasar este punto en la secuencia de 
enseñanza de escritura de un informe de Ciencias Naturales. 
En este Módulo se propuso cómo enseñar contenidos propios de la gramática 
oracional porque se detalló cómo realizar distintas operaciones sintácticas para 
comprender y producir oraciones: 
En la secuencia de lectura de texto de Ciencias Naturales y en el trabajo con 
la consigna hay explicaciones exhaustivas acerca de cómo enseñar -mien-tras 
se enseña a leer- la noción de agente de la acción (quién), de acción 
(hace o sufre, le pasa), de objeto de la acción (qué cosa), de lugar, modo y 
tiempo (dónde, cómo, cuándo) y cómo enseñar a reponer el agente, la 
acción, el objeto y las informaciones de tiempo, lugar y modo cuando no 
están explícitamente expresadas en la oración. (Ver el trabajo con cada 
oración y el trabajo con la comprensión de las consignas). 
En la lectura de Ciencias Naturales explicamos cómo reconocer el 
sujeto/agente de la acción, cómo reponerlo cuando está elidido o suprimi-do 
y cómo suprimirlo cuando está innecesariamente repetido. 
En la lectura hay orientaciones precisas para enseñar a comprender frag-mentos 
y nominalizaciones (es decir, oraciones unimembres según la 
gramática estructural) mediante operaciones de reformulación. (Ver el 
trabajo con títulos). 
En este Módulo se ha incluido el trabajo con clases de palabras. 
Se explicó cómo reconocer palabras que nombran objetos (sustantivos) y 
palabras que los califican (adjetivos). Los docentes pueden encontrar acti-vidades 
al respecto en la lectura de Ciencias Naturales y transferirlas a 
cualquier otra lectura que aborden. 
En este Módulo se ha propuesto cómo enseñar el vocabulario porque en 
la lectura se detalla cómo realizar distintas operaciones semánticas y mor-fológicas 
para comprender las palabras y emplearlas con propiedad en tex-tos 
orales y escritos: 
Se explicó cómo se activa el vocabulario previo a la lectura. 
Se explicó cómo enseñar a sistematizar el léxico de la lec-tura 
que se está trabajando a través de la búsqueda de 
términos específicos de las áreas, sinónimos, antónimos, 
nombres de clase (hiperónimos), usos contextuales y 
expresiones idiomáticas. 
Se explicó cómo se sistematiza la red semántica de los tex-tos 
leídos y escuchados, a través de mapas semánticos. 
Los docentes pueden repasar la Tarea Léxico en cada secuen-cia 
de las lecturas. 
59 
Lengua en 3º
En este Módulo se ha explicado cómo enseñar la normativa porque en cada lec-tura 
y especialmente en cada escritura se detalla cómo verificar colectivamente 
el ajuste del texto, la frase o la palabra a las condiciones de adecuación que llevan 
a una producción normalizada. 
Se ha promovido permanentemente la duda sobre la correcta escritura de 
las palabras y la consulta a fuentes de información (diccionarios, fichas...). 
Se ha explicado cómo trabajar con borradores hasta lograr un texto cohe-rente, 
bien escrito y puntuado (ver escritura del informe). 
Se han propuesto múltiples actividades y tareas para reconocer, usar, leer 
y escribir las palabras, las frases y los textos con corrección. 
Todos pueden aprender 
60
10. Lecturas sugeridas 
Alisedo, G.. Didáctica de la ortografía. El lugar de la ortografía en el marco 
de las Ciencias del Lenguaje en Escuchar, hablar, leer y escribir. Buenos 
Aires, Paidós, 1999. 
Alisedo, G., Melgar, S., Chiocci, C.. Didáctica de las Ciencias del lenguaje. 
Buenos Aires, Paidós, 1994. 
Beau Fly Jones, Annemarie Sullivan Palincsar et alia.. Estrategias para 
enseñar a aprender. Buenos Aires, Aique, 1994. 
Blair, Larsen, S. Y Williams, K. (1990) El programa equilibrado de lectura, 
IRA. 
Camps, Anna (coord.). El aula como espacio de investigación y reflexión. 
Investigaciones en didáctica de la lengua. Barcelona, Grao, 2001. 
Cassany, D., y otros. Enseñar lengua. Madrid, Grao 1994. 
Fayol,M.. Études de Linguistique Appliquée Nº 59. Sept., 1985. 
Di Tullio, Ángela. Manual de gramática del español. Buenos Aires, Edicial, 
1997. 
Fuchs,C.. Paraphrase et Enunciation. París, Orphia, 1994. 
Gall, M. D. y otros. Herramientas para el aprendizaje. Guía para enseñar a 
estudiar. Buenos Aires, Aique, 1994. 
Garcia-Debanc, C.. Propositions pour une initiation méthodique a la prise 
de notes Pratiques Nº 48. Dec., 1985. 
Gaskins, I., Elliot,T.. Cómo enseñar estrategias cognitivas en la escuela. 
Buenos Aires, Paidós, 1999. 
Gellatly, Angus. La inteligencia hábil. Buenos Aires, Aique,1997. 
Graves, Donald. Exploraciones en clase. Los discursos de la “no ficción”. 
Buenos Aires, Aique, 1992. 
Heimlich, J., y Pittelman. Estudiar en el aula. El mapa semántico. Buenos 
Aires, Aique, 1991. 
Laurent, J. P.. L’apprentissage de l’acte de résumer, Pratiques Nº 48. Dec., 
1985. 
Melgar, S.. Aprender a escuchar en Escuchar, hablar, leer, escribir en la 
EGB. Buenos Aires, Paidós, 1999. 
Melgar, S.. Aprender a pensar las bases para la alfabetización avanzada. 
Buenos Aires, Papers, 2005. 
Minnick, Santa, C., y Alvermann, D.. Una didáctica de las ciencias. Buenos 
Aires, Aique, 1994. 
Romero de Cutropia. Palabras bajo la lupa. Dirección general de Escuelas, 
Gobierno de Mendoza, 1995. 
Romero de Cutropia, A. et al.. La enseñanza de la comprensión lectora 
Módulo 1. Red de Escuelas de Campana, 2001. 
61 
Lengua en 3º
Serafini, Ma. Teresa. Cómo redactar un tema. Didáctica de la escritura. 
Buenos Aires, Paidós, 1989. 
Silvestri, Adriana. En otras palabras. Las habilidades de reformulación en la 
producción del texto escrito. Buenos Aires, Cántaro, 1999. 
Tishman, S., Perkins, D., Jay, E.. Un aula para pensar. Buenos Aires, Aique, 
1997. 
Van Dijk, T.. La ciencia del texto. Barcelona, Paidós, 1983. 
Colecciones sugeridas para los alumnos en esta etapa 
Colección Cuentos del Pajarito Remendado. Colihue. 
Colección Los morochitos. Colihue. 
Colección Primera lectura. Sigmar. 
Colección Leo con figuras. Sigmar. 
Cuentos y leyendas. Ed. Atlántida. 
Pequeños lectores Barco de vapor. SM ediciones. 
Colección celeste Barco de vapor. SM ediciones. 
Colección infantil-juvenil. El Ateneo. 
Colección juega y cuenta. Ediciones Susaeta. 
Colección Los libros de María Chucena. Ediciones Caligraf. 
Colección El bosque encantado. Sigmar. 
Colección Cuentos del Chiribitil. CEAL. 
Colección Osito sabe. Sigmar. 
Colección mil preguntas. Sigmar. 
Colección Pequeño Emecé. 
Papapepelipitopos. Antología. Colihue. 
Pan flauta. Ed. Sudamericana. 
Colección Torre azul. Ed. Norma. 
Colección Rolin Todos de Ziraldo. Emecé. 
Desde 8 años en adelante 
Colección Libros del malabarista. Colihue. 
Colección Pajaritos en bandadas. Colihue. 
Serie blanca. Libros del Quirquincho. 
Serie negra. Libros del Quirquincho. 
Entender y participar. Libros del Quirquincho. 
Vida y salud. Libros del Quirquincho. 
Todos pueden aprender 
62
Los libros verdes de ecología. Libros del Quirquincho. 
Serie naranja Barco de Vapor. SM ediciones. 
Atlas ilustrado de los animales. Ed. Atlántida. 
Enciclopedia activa. Ed. Atlántida. 
Cómo funcionan las cosas. David Macaulay. Ed. Atlántida. 
El cuerpo humano. Ed. Atlántida. 
La otra historia. Libros del Quirquincho. 
Los chicos hacemos una obra de teatro. Ed. Albatros. 
Colección Prehistoria ilustrada para niños. Ed. Plesa. 
Colección Libros Visuales. Sigmar. 
Leyendas argentinas. Sigmar. 
Leyendas americanas. Sigmar. 
Mi primer libro de poemas. Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y 
Rafael Alberti. Ed. Aique. 
63 
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  • 1. 3º LE Todos pueden aprender N G U A ASOCIAC I Ó N C I V I L
  • 2. Responsable Técnico de UNICEF Elena Duro. Oficial de Educación Responsable Técnico de la Asociación Civil Educación para todos Irene Kit. Presidente ISBN-13: 978-92-806-5433-0 ISBN-13: 92-806-5433-0 © Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y Asociación civil Educación para todos 1a edición agosto de 2007 9000 ejemplares Esta publicación puede ser reproducida parcialmente siempre que se haga referencia a la fuente. UNICEF - Oficina de Argentina Junín 1940. Planta Baja (C1113AAX) Ciudad de Buenos Aires Correo electrónico: buenosaires@unicef.org Internet: www.unicef.org/argentina El Programa Todos Pueden Aprender ha sido declarado de interés educa-tivo por la Secretaría de Educación del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, por Resolución Nº 105/2006. Asociación civil Educación para todos Eduardo Acevedo 211. Dto. 2 F (C1405BVA) Ciudad de Buenos Aires Correo electrónico: mejor@educacionparatodos.org.ar Internet: www.educaciónparatodos.org.ar Todos pueden aprender - Lengua en 3º 23cm x 30cm Cantidad de páginas: 64 ISBN-13: 978-92-806-5433-0 ISBN-13: 92-806-5433-0 Primera Edición: agosto de 2007
  • 3. Todos pueden aprender Lengua en 3º La concepción general de este proyecto y las orientaciones de producción del conjunto de materiales de apoyo son, en gran medida, frutos de la con-tribución de la profesora Mónica S. Farías, destacada pedagoga que falleció a fines de 2004. Su temprana muerte no le permitió alcanzar a ver los resulta-dos positivos logrados con la puesta en práctica de muchas de sus ideas, siempre dirigidas a la mejora de la enseñanza y los aprendizajes a favor de una educación más justa para todos. Los que compartimos con ella la géne-sis y el lanzamiento de este proyecto recordamos siempre con gran afecto su calidad humana y su capacidad intelectual, y reconocemos la deuda de gra-titud que hemos contraído con ella. Autoras: Coordinación autoral: Sara Melgar Marta Zamero Elena Duro Irene Kit
  • 4. Representante de UNICEF en la Argentina: Gladys Acosta Vargas Responsables de edición: Diseño: Fotografías: Hugo Labate Norma Merino Silvia Corral UNICEF/Cristina Posadas Asociación civil Educación para todos
  • 5. Índice 1. El tercer año 2. El repaso inicial 2.1. La exploración del manual 2.2. Repasar el trabajo con las consignas 2.3. Repasar el trabajo con los cuentos 2.4. Otro contenido para el repaso: el sistema alfabético 3. Leer y escribir para aprender los contenidos de las áreas: la lengua como contenido transversal 3.1. ¿Enseñamos a usar la lectura y la escritura para aprender? 3.2. La lengua es un contenido transversal 3.3. Las estrategias de estudio no son naturales 3.4. Alfabetizar a través del curriculum 4. La lectura 4.1. Leer en todos los espacios curriculares 4.2. Seleccionar textos y distribuir tiempos 4.3. El texto explicativo en la alfabetización inicial: secuencia de lectura de un texto de Ciencias Naturales 4.4. ¿Todo eso con cada lectura? 4.5. Condiciones de un buen texto explicativo en la alfabetización inicial 4.6. La extensión de los textos 5. La escritura 5.1. Escribir en todos los espacios curriculares 5.2. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: secuencia de escritura de informe en Ciencias Naturales 5.3. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: secuencia de escritura de resumen 7 9 9 10 1 1 1 1 13 13 14 14 14 17 17 18 19 30 3 1 3 1 33 33 34 38
  • 6. 6. La oralidad 6.1. Hablar y escuchar en todos los espacios curriculares 6.2. El texto explicativo en la alfabetización inicial: exposición oral sobre un tema 6.3. Entre la lengua oral y la escrita: la lectura en voz alta 7. El léxico 7.1. Tareas y espacios curriculares 7.2. La enseñanza del vocabulario, previa a la lectura 7.3. El empleo de mapas semánticos, luego de la lectura 8. La ortografía 9. La gramática 9.1. ¿Cómo se enseña la gramática en el tercer año? 9.2. La reflexión gramatical desarrollada en este Módulo 10. Lecturas sugeridas 45 45 46 48 49 49 50 51 53 57 58 58 61
  • 7. 1. El tercer año El tercer año de la escuela primaria cierra el ciclo de la alfabetización inicial en la medida en que sienta las bases para la apropiación de la lengua escrita como sis-tema y consolida los aprendizajes básicos de lectura y escritura que posibilitan el desarrollo de la alfabetización avanzada en los siguientes ciclos de la escolaridad. La segunda alfabetización o alfabetización avanzada se caracteriza por la com-prensión y producción de textos más extensos, complejos y específicos, por la integración de formas de reflexión gramatical y normativa que favorecen la auto-nomía lectora y escritora y por la utilización de la lengua escrita como una herra-mienta para aprender. Recordemos que el enfoque de la alfabetización inicial de este Programa se sustenta en: Una concepción cultural de la alfabetización según la cual alfabetizarse no es aprender una técnica sino ingresar en la cultura escrita como miembro pleno. Un conocimiento específico de los sistemas que posibilitan el acceso a la cultura escrita: el sistema alfabético y el texto. Muchas certezas pedagógicas respecto de la capacidad de los niños y las niñas para aprender a leer y escribir, si se les brinda el tiempo y la enseñan-za adecuados. Mucha confianza en el saber experto del docente y en la organización de la escuela como ámbito para enseñar y aprender en general y en particular, para alfabetizar. Este enfoque está desarrollado con mayor profundidad en Todos pueden apren-der. Lengua y Matemática en el Primer Ciclo, y es recomendable que los docen-tes realicen una lectura completa de este material. Los niños y las niñas que, acompañados por sus docentes, experimentan estas propuestas de enseñanza, trabajan desde el comienzo del primer año con secuencias didácticas cuyo punto de partida es siempre un texto completo, narrativo, poético o instruccional. Esas secuencias con tareas enlazadas les per-miten apropiarse de estrategias para explorar y aprender a leer textos, oracio-nes y palabras, además de iniciarse en la escritura. Si los docentes y las institu-ciones han enseñado los contenidos de primero y segundo años siguiendo esta propuesta, sus alumnos y alumnas han tenido oportunidades para desarrollar confianza en sus posibilidades lectoras y escritoras, y los textos son para ellos una realidad cotidiana. 7 Lengua en 3º
  • 8. Sin embargo, este aprendizaje de ninguna manera está acabado en el tercer año de la escolaridad obligatoria. Por el contrario, alumnos y alumnas aún deben encontrar muchas oportunidades, en su escuela, con sus docentes, para: Profundizar su conocimiento y práctica respecto de que los textos escritos permiten representar y expresar el pensamiento de una manera diferente de la lengua oral y complementaria respecto de ella. Reconocer que no se escribe como se habla, sino que la escritura tiene con-venciones que le son propias, que un buen escritor conoce y usa. Experimentar la lectura colectiva para que puedan compartir y acrecentar sentidos, e individual para que puedan leer con creciente comprensión, fluidez y autonomía. Sistematizar sus conocimientos sobre el sistema de escritura; comprender, a través de la práctica en clase con sus docentes, compañeros y compañe-ras, que los textos están conformados por frases que, a su vez, se compo-nen de palabras; que las palabras escritas están compuestas por grafías que mantienen una relación variable con los sonidos que ellos perciben al hablar. Experimentar la escritura como producto de un trabajo en el marco del cual la planificación, intercambio y discusión de borradores, tanto como la revisión cuidadosa, sea de una palabra, una frase o un texto completo son los pasos necesarios, habituales, desafiantes y movilizadores de la tarea del escritor. Es muy importante que en el tercer año se sostenga la continuidad de un fuerte y asiduo trabajo sobre los textos y el sistema de escritura, en el cual todos los alumnos y las alumnas recuperen las secuencias de tareas sobre textos narrati-vos, poéticos e instructivos que trabajaron en los años anteriores, para afianzar los conocimientos adquiridos y superar los problemas pendientes. Paralelamente a este proceso de afianzamiento y consolidación de los aprendiza-jes de los primeros años, se profundizan las estrategias de lectura y escritura, para lograr que los alumnos y alumnas comprendan a través de la experiencia, que leer y escribir son herramientas para aprender los contenidos de los diver-sos espacios curriculares. En resumen, el tercer año desarrolla la última fase de la alfabetización inicial en un proceso que ofrece con-tinuidad de los aprendizajes que se vienen desarrollando y a la vez focali-za un nuevo uso de la lengua en los distintos espacios curriculares: leer y escribir para aprender. El aborda-je de este uso de la lengua escrita implica un nuevo eje de trabajo en torno del cual se nuclean también la escucha, el habla y la reflexión gra-matical, como se verá a lo largo de este Módulo. Todos pueden aprender 8
  • 9. 2. El repaso inicial Así como se propone para el segundo año, abrir el tercero con un período de repaso de un mes de duración también resulta muy beneficioso. En el repaso los alumnos y las alumnas tendrán oportunidades para vincu-larse nuevamente con los contenidos del año anterior, recordar los problemas que enfren-taron en el aprendizaje de la lectura y la escritura, preguntar por lo que no compren-dieron o siguen sin comprender. Los docen-tes pueden profundizar acerca de la necesi-dad y pertinencia de iniciar el año escolar con un repaso en Todos pueden aprender. Lengua en 2º, 2. Los beneficios del repaso. Los contenidos fundamentales del repaso de tercer año son la exploración del manual, las consignas, los textos narrativos y el sistema alfabético. 2.1. La exploración del manual Es habitual que en el tercer año los docentes seleccionen un libro para el trabajo en los espacios curriculares, habitualmente llamado “manual”. Esto ofrece la oportunidad de preguntarse en clase qué es y para qué se usa un libro de lectura o manual, persiguiendo la idea de que niños, niñas y docentes puedan coincidir en que se trata de libros que sirven para aprender y que por eso tienen una organi-zación específica que hay que explorar y conocer para usarlos provechosamente. La exploración del manual debería ser sistemática. Primero sus partes: tapa, contratapa, lomo, hojas y páginas, luego el título. Después, las secciones correspondientes a los espacios curriculares: Lengua, Matemática, Ciencias Sociales, Naturales, Educación Artística... Es importante que los niños y las niñas aprendan a escribir bien estas palabras y que sepan qué se trata en cada espacio curricular. La exploración del manual reclama un tiempo de trabajo porque, como se seña-ló, es el material de estudio que los alumnos y las alumnas deben aprender a manipular y comprender. Sugerimos las siguientes actividades: Explorar el índice, leerlo, explicar para qué sirve, usarlo en la búsqueda de diferentes partes en ejercitaciones rápidas con lecturas “de vistazo” para encontrar rápidamente las secciones, las lecturas, los números de página. Explorar la página de manual como espacio paratextual con característi-cas específicas: en general se trata de doble página enfrentada, suele pre-sentar sistemas de íconos que indican qué actividades son grupales, indivi-duales, orales o escritas; presenta textos introductorios y marginales, ilus-traciones, cuadros, mapas y diagramas para leer y estudiar, además de consignas y preguntas con líneas o recuadros para el llenado. 9 Lengua en 3º
  • 10. Algunas actividades rápidas “de vistazo” con las páginas de manual de los distin-tos espacios curriculares son: “para anticipar” mirando las ilustraciones y los títulos de qué espacio curricular es una página. “para diferenciar” por las siluetas: títulos, esquemas, ejercicios para llena-do, cuestionarios. “para interpretar y verbalizar” qué significan los íconos. Solo después de esta exploración y familiarización con el libro es posible iniciar la lectura de las páginas del manual, reduciendo uno de los riesgos en la com-prensión que es el desconocimiento del portador del texto. 2.2. Repasar el trabajo con las consignas Este repaso puede realizarse sobre dos materiales: el manual que ya han exami-nado globalmente y el cuaderno del año anterior. Ambos permiten que los alum-nos y las alumnas vuelvan a leer los textos que más gravitan en su vida académi-ca: las consignas. Es importante que se dedique tiempo a recuperar y sistematizar la reflexión acerca de la consigna tal como desarrolló en segundo año, dada su importancia en la vida escolar y su incidencia en el gradual desarrollo de la autonomía de los alumnos y las alumnas. Será de gran ayuda para los docentes leer detenidamen-te la propuesta de trabajo que se incluye en Todos pueden aprender. Lengua en 2º, 4.1. El texto instruccional; la consigna. Para abordar el repaso, los docentes pueden retomar las consignas de los cuadernos de segundo año y seleccionar instructivos para jugar, armar objetos o hacer comidas, que figuren en manuales de uso habitual; también podrán utilizar algunos textos ya seleccionados por los docentes de segundo año que pueden haber quedado sin desarrollo. Para recordar… Una buena consigna indica claramente la acción que se ha de realizar por medio de uno o varios verbos. Por ejemplo, si la consigna dice solamente IMA-GINAR , algún niño o niña puede pensar que basta con que piense y entonces no escribe nada. Debe decir IMAGINAR y ESCRIBIR (donde le indiquen). Además debe tener claramente indicado el objeto, el lugar y la finalidad. Por ejemplo, Buscar palabras que nombren animales es una mala consig-na porque el alumno o la alumna puede limitarse a buscar en su memoria, sin hacer nada más. En cambio, Buscar en diarios y revistas palabras que nombren animales, recortarlas y traerlas a la escuela mañana es una buena consigna porque permite saber exactamente qué hacer. Estas actividades con las consignas son una necesaria rutina de trabajo hasta que los niños se familiaricen con el modo de interpretarlas y comiencen: a preguntar ellos mismos por los elementos que no comprenden, a localizar claramente el lugar de la duda, en vez de preguntar globalmen-te ¿Qué hay que hacer? Todos pueden aprender 10
  • 11. En Todos pueden aprender. Lengua en 2º se explica que hay un conjunto de ver-bos propios de las consignas escolares, que los alumnos y las alumnas habrán de identificar y trabajar en clase con el docente y los compañeros y las compañeras hasta que reconozcan su significado y sepan qué deben hacer en cada caso.1 Esta tarea contribuye en gran medida a la apropiación de vocabulario e incremento del caudal léxico de los alumnos y las alumnas, cuya profundización es uno de los ejes de trabajo en el proyecto del tercer año. 2.3. Repasar el trabajo con los cuentos En el primer año, este Programa propone que los niños y las niñas trabajen sobre cuentos de patrones o estructuras repetidas y retahílas que faciliten sus prime-ros aprendizajes de la lengua escrita; en el transcurso del segundo año, se reco-mienda que aborden la lectura de narraciones más complejas que incorporan actividades interpretativas más exigentes. Es conveniente que el repaso, así como el trabajo del tercer año en su totalidad, insista y profundice en esta línea. Si los docentes desean emplear libros de cuen-tos y poemas en lugar de los textos que se encuentran en los manuales, en las Lecturas sugeridas de este Módulo pueden consultar las principales colecciones en circulación en nuestro país. Cualquiera de los libros de esas colecciones tiene material adecuado para los niños y las niñas en esta etapa. El trabajo de repaso con los cuentos ofrece a los niños y las niñas una oportuni-dad de vivenciar y experimentar que leer y escribir son prácticas que permiten: Comunicar por escrito lo que ellos piensan y quieren compartir y a la vez enterarse a través del texto escrito de lo que piensan y quieren comunicar los demás. Imaginar mundos alternativos y recrearse a través de la lectura de la obras de la literatura infantil. Es recomendable que los docentes puedan releer de los siguientes puntos, rela-cionados con estas cuestiones: La construcción social de la autonomía lectora (en Todos pueden aprender. Lengua y Matemática en el Primer Ciclo); El texto narrativo en la alfabetización inicial (Todos pueden aprender. Lengua en 1º) y El texto narrativo... con mayor complejidad (Todos pueden aprender. Lengua en 2º). 2.4. Otro contenido para el repaso: el sistema alfabético2 En este proyecto alfabetizador se promueve el posicionamiento de los niños y las niñas como verdaderos lectores de textos completos desde el inicio de la alfabetización, y simultáneamente, un trabajo sobre la palabra como puerta de entrada al aprendizaje del sistema alfabético de escritura. Toda palabra escrita muestra el sistema alfabético funcionando con todas sus características puesto que la palabra se lee y escribe linealmente, con letras sucesivas; puede ser escrita en distintos tipos de letras, se separa del resto con un espacio, y tanto para leerla como para escribirla es necesario conocer el prin-cipio alfabético, -es decir la relación entre grafemas y fonemas- y la ortografía que le es propia. 11 Lengua en 3º Se sugiere releer atentamente el punto referido a los verbos de uso frecuente en las consignas. Para planificar esta parte del repaso se sugiere la relectura minuciosa de Sexta tarea. Lectura, escritura y revisión de palabras, en Todos pueden aprender. Lengua y Matemática en el 1er. Ciclo. 1 2
  • 12. En el enfoque de este Programa, la palabra ha constituido desde el primer año un territorio de exploración y experimentación. Es imprescindible sostener la con-tinuidad de este trabajo porque sobre él se asientan los conocimientos ortográ-ficos que comienzan a desarrollarse con mayor profundidad y sistematización en el tercer año de la escuela primaria. El repaso del sistema gráfico se plantea en dos situaciones didácticas diferentes: cuando se trabaja el léxico en la secuencia de tareas y como juego en otros momentos. Ambas situaciones están desarrolladas y ejemplificadas en Todos pueden aprender. Lengua en 1º y Todos pueden aprender. Lengua en 2º, cuya lectura es muy recomendable para los docentes de tercer año. El período de repaso permite afianzar procedimientos de análisis y comparación de palabras, de escritura (con y sin ayuda) y revisión guiada de palabras con dife-rentes dificultades, de completamiento, agregado y cambio de letras en relación con el cambio de sentido, y de reconocimiento de correspondencias entre for-mas gráficas distintas, fundamentalmente la relación entre mayúscula y minús-cula, imprenta y cursiva que comenzaron a trabajar años anteriores. El docente, los alumnos y las alumnas pueden llevar folletos, periódicos, avisos publicitarios, libros, manuscritos de distintas personas para que los niños y las niñas, en pequeños grupos, practiquen la lectura de frases y textos breves escri-tos con distintos tipos de letras. Los manuales de estudio del tercer año, los cuentos y poemas en los libros de lectura para el tercer año, están escritos en letras de molde con sus mayúsculas y minúsculas, pero también aparecen títulos con letras de variados diseños tipográficos cuya observación atenta hay que orientar. Para planificar esta parte del repaso, será de utilidad a los docentes la relectura minuciosa del apartado Sexta tarea. Lectura, escritura y revisión de palabras, en Todos pueden aprender. Lengua y Matemática en el Primer Ciclo. Todos pueden aprender 12
  • 13. 3. Leer y escribir para aprender los contenidos de las áreas: la lengua como contenido transversal El tercer año comienza a poner en foco, a través del trabajo con géneros concep-tuales3, una idea fundamental para la vida escolar: La lectura y la escritura sirven para conocer, aprender, estudiar, plante-ar y resolver problemas y cumplimentar las tareas escolares en todos los espacios curriculares. Lectura y escritura se ponen en uso en todos los campos del conocimiento, posibilitan el estudio, la sistematización, con-servación y circulación de los saberes. 3.1. ¿Enseñamos a usar la lectura y la escritura para aprender? Al analizar las actividades de aprendizaje de los distintos espacios curriculares, como se presentan en los manuales de uso habitual en el tercer año, podemos observar que para resolverlas, los alumnos y las alumnas tienen que utilizar dis-tintas estrategias4 de lectura y escritura como por ejemplo, describir y explicar a través de la observación de un dibujo, recuperar informaciones o comparar datos, resolver situaciones problemáticas, justificar puntos de vista, formular preguntas, responder preguntas literales -que se contestan con los datos pre-sentes en el texto -e inferenciales -que se responden buscando y seleccionando conocimientos almacenados en la memoria o en otras fuentes de información (otros libros, enciclopedias). Nuestras observaciones cotidianas dan cuenta de las dificultades de los alumnos y las alumnas ante los desafíos que les plantean las lecturas y escrituras en cada campo del conocimiento, cuando no son debidamente orientados por docentes que enseñen esos contenidos y brinden oportunidades específicas para practi-carlos. Más aún, en muchos casos, estas dificultades parecen ser las determinan-tes del frecuente incumplimiento de las tareas, de las fallas en la interpretación de las consignas, de la falta de atención y comprensión y, en suma, del bajo nivel de logros en los aprendizajes de los diferentes espacios curriculares. Los docentes pueden hacer una sencilla comprobación de lo dicho revisando las consignas y tareas de cualquier manual en uso, desde primero a noveno año. Este análisis permite tomar conciencia de que muchas veces existe una contradicción entre lo que se solicita a los alumnos y las alumnas que resuelvan y los propios juicios de los docentes en relación con las posibilidades autónomas que tienen de hacerlo. Esta comprobación debería mantener a los docentes en estado de alerta y refle-xión permanente sobre la relación entre las exigencias de comprensión y pro-ducción de textos explicativos que plantean a los alumnos y las alumnas y la enseñanza concreta y efectiva que ellos reciben en la escuela. A partir de esta constatación, se explicitan a continuación algunas cuestiones como punto de partida para la propuesta de trabajo en tercer año. 13 Lengua en 3º De manera general, a los géneros que forman parte de un circuito comunicativo que tiene por finalidad primordial presentar su contenido como objeto de conocimiento se los considera pertenecientes a géneros conceptuales. Estos transponen y adaptan al aula los contenidos de los textos científicos. Las estrategias son acciones complejas que se realizan para comprender y producir textos. Los lectores y escritores expertos las utilizan en forma inconsciente pero pueden ser usadas voluntariamente cuando se presentan problemas. 3 4
  • 14. 3.2. La lengua es un contenido transversal Los contenidos referidos a las habilidades básicas de leer, escribir, escuchar y hablar ocupan siempre un lugar central en la escolaridad, porque, para aprender, los alumnos y las alumnas necesitan apropiarse de los géneros discursivos que sirven de expresión y soporte a los conceptos de cada campo de conocimiento. Los textos no sólo desempeñan funciones comunicativas sino también cognitivas. Los contenidos de la producción y comprensión oral y escrita se requieren como instrumentos o condiciones básicas para el aprendizaje de los contenidos de todos y de cada uno de los espacios curriculares, áreas y campos del conocimiento. A su vez, los contenidos específicos de los distintos espacios curriculares propor-cionan los contextos que conectan la comprensión y la producción oral y escrita con experiencias concretas, significativas y culturalmente situadas. 3.3. Las estrategias de estudio no son naturales El desarrollo de las estrategias de estudio no es un proceso natural, espontáneo y mucho menos sencillo. Por el contrario, es un proceso cultural; los alumnos y las alumnas han de ser enseñados y estimulados para aprender a comprender textos explicativos y obtener conocimientos a partir del acto de leer, así como a escribir de manera clara, conceptual y comunicativa; a escuchar cada vez más selectivamente y a usar vocabularios cada vez más específicos. Si bien hablar y escuchar son habilidades que se adquieren en el entorno social primario (la familia, el barrio), siguen siendo objeto de enseñanza escolar porque el desarrollo de la escucha atenta, la comprensión y uso del registro formal y los términos y conceptos de cada contenido del curriculum no se aprenden espon-táneamente; se aprenden en la escuela a partir de una didáctica específica. Por su parte, la lectura y la escritura son contenidos que se aprenden sistemáti-camente en la escuela y desde el comienzo de la escolaridad son objetos de ense-ñanza intencional. La educación básica debe garantizar su apropiación, no sólo como contenidos de un espacio curricular (Lengua) sino porque son herramien-tas necesarias para aprender en todos los campos del conocimiento. 3.4. Alfabetizar a través del curriculum Los propósitos enunciados en el punto anterior requieren una planificación que atienda la articulación vertical entre los sucesivos años del ciclo, y la horizontal, entre los espacios curriculares del mismo año. En relación con la primera, es necesario destacar que para aprender a leer no basta con saber las letras (concepción aún fuerte y extendida entre muchos docentes), y tampoco basta con sólo crear un buen ambiente alfabetizador. La propuesta de este Programa para primero y segundo años logra buenos resulta-dos en la medida en que implica un fuerte y exhaustivo trabajo de comprensión lectora y escritura en clase, a partir de secuencias y tareas articuladas y sosteni-das en el tiempo que abordan sistemáticamente el conocimiento de la lengua y la comunicación escritas. Todos pueden aprender 14
  • 15. En este Programa, la articulación vertical reside en que instituciones y docentes garanticen a sus alumnos y alumnas de tercer año la continuidad de ese exigente trabajo, que se asienta en un marco teórico explícito. Por su parte, la articulación horizontal requiere una planificación que explicite contenidos, espacios curriculares, secuencias didácticas, tiempos y responsabi-lidades. Es necesario articular el trabajo alfabetizador en todos los espacios curriculares, para la enseñanza de los siguientes dominios básicos: la lectura y las estrategias de comprensión y procesamiento de la información; el vocabulario, estrechamente ligado a la lectura en todas las áreas y la con-versación y sistematización sobre lo que se lee; la escritura de algunos textos necesarios para el aprendizaje en las áreas, relacionada a su vez con la lectura y con el enriquecimiento del vocabulario; la oralidad y la escucha, que mejoran y se alimentan con la lectura y la escritura; la reflexión sobre la lengua, sus usos y su sistema, que toma como punto de partida el uso y la experimentación, es decir, la comprensión y producción de textos; el conocimiento de la normativa, que es útil en la medida en que contribu-ye a leer, escribir y reflexionar mejor. 15 Lengua en 3º
  • 17. 4. La lectura Es el aprendizaje central y eje de la escolarización. A medida que los alumnos y las alumnas avanzan en la escolaridad, la oralidad y la escritura dependen, cada vez con mayor profundidad, de los conocimientos generados en la lectura. Si bien es posible enunciar en general algunas estrategias de lectura (muestreo, inferencia, anticipación, etc.) los textos tienen características lingüísticas parti-culares que exigen al lector el uso de estrategias específicas para comprenderlos. Dicho en otros términos, comprender un texto narrativo literario no requiere las mismas estrategias lectoras que reclama la comprensión de un texto explicativo sobre el crecimiento de las plantas; por lo tanto, saber leer un cuento no habili-ta necesariamente para saber leer textos de Ciencias Sociales, Matemática o Ciencias Naturales. La comprensión de textos explicativos requiere estrategias específicas porque su finalidad es presentar los contenidos como objeto de conocimiento y porque, además, pertenecen a diferentes campos científicos en los que hay distintos modos de comunicar los saberes. Por eso es importante enseñar a los alumnos y las alumnas cómo se busca, se reconoce, se procesa y se emplea la información en los textos conceptuales o explicativos. Hay que conocer estas estrategias desde un buen principio y el ter-cer año es momento apropiado para empezar a hacerlo. 4.1. Leer en todos los espacios curriculares En relación con la articulación horizontal entre los espacios curriculares es nece-sario tomar algunas decisiones. En general, los docentes del tercer año seleccio-nan un manual que tiene textos correspondientes a los espacios curriculares. Para enseñar a leerlos es preciso seleccionar un corpus de esos textos y elaborar secuencias didácticas, tomando como base las que se presentan más adelante. Los docentes no sólo pueden así “decir” cómo se comprende un texto, sino tam-bién ser modelos de cómo se lee, cómo se resuelven las dificultades de lectura y cómo se emplea lo leído en cada área. De esta manera, a través del ejemplo con-creto, los alumnos y las alumnas comparten con un experto el uso de los instru-mentos lógicos y lingüísticos que les permiten comprender, reformular y emple-ar los conocimientos aprendidos a partir de la lectura. 17 Lengua en 3º
  • 18. En resumen: Para cada espacio curricular: Se puede seleccionar un conjunto de lec-turas disciplinares y proponer el desarrollo de secuencias didácticas de lec-tura. En estos espacios, la lectura es una herramienta para apropiarse de contenidos disciplinares de las ciencias. Para el espacio curricular Lengua: El texto literario es propio de este espacio curricular. Por lo tanto, en el tercer año hay que hacer una selec-ción de textos literarios (provenientes del manual o de otras fuentes) para que los niños y las niñas puedan profundizar, afianzar y realizar de modo cada vez más autónomo lo que ya han aprendido, puesto que este año cie-rra una etapa importante de la alfabetización. Los textos literarios se tra-bajan en clase con los modelos de secuencia de lectura de cuentos y poe-mas exhaustivamente desarrollados en los Módulos de primero y segundo año, cuya lectura detallada y uso en el tercer año se recomienda a todos los docentes que participan de este Programa. Asimismo, en relación con los textos de ciencias, en el espacio curricular de Lengua se enseñan, ejercitan y sistematizan las estrategias cognitivas y lingüísticas de lectura que se habrán de emplear en todas las áreas. Se verá con ejemplos en el desarro-llo de la secuencia didáctica, bajo el subtítulo En Lengua. 4.2. Seleccionar textos y distribuir tiempos El análisis de los principales libros de tercer año de las editoriales más conocidas nos muestra que los espacios de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales suelen tener un promedio de 10 lecturas cada uno. Cada lectura se desarrolla en una carilla de aproximadamente 20 a 25 renglones, sin incluir ejercitaciones y cuestionarios. Para enseñar a leer el texto explicativo en el tercer año es imprescindible el tra-bajo presencial, en clase, de tres cuartas partes de esas lecturas informativas. Es recomendable ofrecer una experiencia de andamiaje exhaustivo sobre catorce lecturas de textos informativos (siete de Ciencias Sociales y siete de Ciencias Naturales) a lo largo del año como base para garantizar un aprendizaje comple-jo que habrá de completarse en los años siguientes. En la primera mitad del año escolar, estas lecturas deberían realizarse siempre en clase con fuerte modelado del docente como se explicará más adelante. En el segundo periodo, el docente puede alternar el modelado fuerte en clase de un texto explicativo durante una semana, con la delegación a los alumnos y las alumnas de una lectura breve (de 15 a 20 renglones) como tarea para la semana siguiente, con lo cual completará las lecturas restantes de cada área. En este caso, la lectura puede ir acompañada por una guía de preguntas, cuyas respues-tas serán retomadas en clase. Así podrá cumplimentar la totalidad de las lectu-ras de las áreas. Las lecturas de Matemática se cumplen en sus horas correspondientes. En un cálculo restringido, el año lectivo permite disponer de 30 semanas comple-tas, las cuales pueden distribuirse en iguales proporciones entre las lecturas lite-rarias y las lecturas de las áreas. Por lo tanto, esta propuesta resulta viable, y no menoscaba la enseñanza de la literatura, mientras que agrega el enorme valor de la comprensión del texto explicativo al proceso alfabetizador de los alumnos y las alumnas. Todos pueden aprender 18
  • 19. 4.3. El texto explicativo en la alfabetización inicial: secuencia de lectura de un texto de Ciencias Naturales Las lecturas narrativas, poéticas e instruccionales cuentan con un conocimiento discursivo existente en los alumnos y las alumnas puesto que ingresan a la escuela, aunque nadie les haya leído cuentos antes de dormir, habiendo experimentado relatos, chismes, cuentos de pueblo o de barrio, series de tele-visión; lo mismo sucede con canciones, coplas y tantanes; ade-más, no hay niño que no sepa qué es una receta de cocina. En cambio, los textos explicativos circulan en libros, manuales y enciclopedias, no se recitan en las esquinas ni en las reuniones familiares y por eso su comprensión es algo que hay que produ-cir en la escuela. Para la propuesta que se desarrolla a continuación, tomamos como base la lectura de una página de Ciencias Naturales (Curiosos de 3º, Buenos Aires, Longseller, 2005). Exposición del docente y conversación Foco: Escucha y activación de conocimientos previos Antes de leer el texto seleccionado, alumnos y alumnas deben activar sus conocimientos sobre el tema. Esta tarea es una práctica habitual en este enfoque alfabetizador, que los niños y las niñas han realizado con textos ficcionales, poéticos e ins-truccionales desde el primer año. A partir de tercero, lo harán también con los textos de estudio. Recordemos que la activación mental previa a la lectura es un poderoso aliado de la comprensión posterior del texto, porque centra la atención del alumno o la alumna sobre el tema de su futura lectura y porque trae a su conciencia muchas de las pala-bras que luego va a encontrar leyendo. Un lector experto activa sus conocimientos previos sólo con leer el título del texto o recorriendo el índice, pero los niños y las niñas tienen que aprender a hacerlo. Por ejemplo, si van a leer un texto sobre cómo crece una planta, el docente debe explicarles que van a leer un texto de Ciencias Naturales que trata ese tema y formu-lar preguntas para que los alumnos y las alumnas expliquen lo que ya saben: si las plantas son todas iguales; qué tienen pare-cido o diferente; qué plantas conocen; de dónde nacen; cuáles son sus partes; cómo nos damos cuenta que crecen; qué nece-sitan para crecer, etc. En el cuaderno Hablamos sobre las plantas . Ilustración. 19 Lengua en 3º TAREA INICIAL TAREA 1
  • 20. Léxico Foco: Vocabulario anterior a la lectura La conversación guiada, anterior a la lectura, activa los saberes previos de los niños y las niñas y permite hacer una lista de palabras clave en el pizarrón: semilla, raíz, planta, tronco, rama, flor, fruto, hojas, tierra, agua, luz, calor, crecer, regar, nacer, cuidar, madurar. Los alumnos y las alumnas escriben esas palabras y exploran su correcta escritura y pronunciación. Si los alumnos y las alumnas no las mencionaron, el docente debería incorporar progresivamente palabras específicas que se usan en el campo de conocimiento al que pertenece el texto: en este caso, por ejemplo, “germinar”; “tallo”; también debe ayudarlos a pensar en un tiempo y un “proceso”, puede pre-guntarles por las “condiciones” para que de una semilla crezca una planta, etc.. Es el momento para que el docente escuche atentamente todo lo que dicen los alumnos y las alumnas, en especial sus conceptos ingenuos o erróneos. Sin contradecirlos ni avergonzarlos, es importante que el docente tome nota de estas concepciones para poder transformarlas mediante la experimentación, la observación y la lectura. La recuperación de saberes previos y el uso de un léxico cada vez más específico se potencian a través de la conversación y el intercambio en clase. Al principio, este proceso es colectivo y externo a los alumnos y las alumnas, mediado por el docente y compartido con los pares durante todo el tercer año. La activa-ción individual, autónoma y silenciosa es más compleja y se produce después de mucha práctica colectiva. En el cuaderno Bajo el título Palabras para leer, los niños y las niñas co-pian la lista de palabras escritas en el pizarrón y revisan su correcta escritura. En Lengua La reflexión sobre el vocabulario es un aprendizaje prioritario de tercer año. Se considera necesario enseñar este contenido en relación con los textos que se leen y escriben puesto que el aumento del vocabulario mejora la comprensión lectora y per-mite realizar reformulaciones en los textos escritos. En el espa-cio curricular de Lengua se toman estas palabras para armar familias de palabras derivadas de una raíz común (planta, plan-tación, plantón); para reflexionar sobre su significado en dis-tintos contextos (la planta del pie, la planta de lechuga, la plan-ta baja de un edificio), para aprender sus singulares y plurales irregulares (raíz, raíces), sus antónimos (crecer, decrecer); para ordenarlas alfabéticamente y ejercitar la correcta escritura de palabras que no tienen regla ortográfica (la “g” en germinar, germinación, germinado; la “s” en semilla, la “h” en hoja). Todos pueden aprender 20 TAREA 2
  • 21. Exploración de paratexto Foco: Observación de la página que se va a leer 21 Lengua en 3º TAREA 3 Ana Arias y otros. Curiosos de 3ro, Longseller, Buenos Aires, 2005.
  • 22. Los alumnos y las alumnas concentran su atención en la página, observan y describen lo que ven: el texto lingüístico central, las ilustraciones o fotos (con o sin epígrafes), cuadros, gráficos, y los textos complementarios a la lectura, como preguntas para responder, actividades ampliatorias, etc. Dentro del texto lingüístico, es necesario distinguir título y sub-título/ s en relación con el tamaño y tipo de letra y luego los párrafos marcados con sangría inicial. El docente formula pre-guntas. ¿Cuál es el título? ¿Y el subtítulo? ¿Qué relación hay entre ellos? ¿Dónde explicará lo que se ve en la ilustración? ¿Qué indican las flechas? ¿Hay recuadros? ¿Hay diferentes colores? ¿Por qué hay preguntas? ¿Qué tendríamos que hacer con ellas? Es necesario que todos los niños y las niñas participen de esta exploración y que entiendan cómo está orga-nizada la página. Es importante preguntarles: ¿Qué creen que nos explicará esta página del libro sobre el nacimiento de una planta? Y en esta tarea, también es importante anotar en el pizarrón lo que digan. En este momento el docente incorpora, sin pretender que los alumnos y las alumnas los memoricen, los términos referidos al tema del texto informativo. Por ejemplo, los niños y las niñas dicen: “Va a decir cómo crece la planta”, “cómo es”, “qué partes tiene”, “para qué sirve cada parte, por ejemplo, la raíz”. Y el docente reformula estas expresiones utilizando términos técnicos y anota respectivamente en el pizarrón: “Va a explicar el proceso de crecimiento”, “la descripción de la planta, las funciones de sus partes”. Es el docente quien usa las palabras técnicas y las repite hasta que se hagan habituales en la escucha para los alumnos y las alumnas. El tema del texto Foco: Lectura de título y subtítulo/s. Reformular para comprender y subtitular para aclarar el tema Para esta tarea los niños y las niñas tienen el texto sobre el banco. Leen los títulos y subtítulos y recuerdan que se distin-guen por su ubicación y tipo de letra. Los títulos plantean un problema. Habitualmente, títulos y sub-títulos son fragmentos y nominalizaciones, es decir, frases del tipo que la gramática tradicional llamaba oraciones unimem-bres. Esta particularidad sintáctica suele presentar dificultades para la comprensión. En estas frases no hay verbo conjugado sino sustantivos, por ejemplo, “Terminaciones”, “Los tiempos del azúcar”, “Más problemas” “Del mar a la mesa”, “Ciudades de ayer” o construcciones de un sustantivo derivado de verbo más un complemento, por ejemplo,”El nacimiento de una planta”. “El crecimiento de las ciudades”, “La fabricación del pan”. Todos pueden aprender 22 TAREA 4
  • 23. En estos casos, el lector inexperto tiene dificultades para repo-ner el agente (¿quién?) que realiza la acción (¿qué hace?). El problema consiste en que el sujeto semántico (¿quién?) o el objeto (¿qué?) están en el complemento. Por eso es muy im-portante enseñar a los alumnos y las alumnas a transformar las nominalizaciones en oraciones con el verbo conjugado: “El nacimiento de una planta”, en “La planta nace”; El crecimien-to de las ciudades“, en “Las ciudades crecen”, “La fabricación del pan”, en “(Alguien) fabrica el pan”. En este último caso los niños y las niñas comprenden que el pan es fabricado por alguien que no se dice en el título pero se explica en el texto y por lo tanto es una información que se puede recuperar y repo-ner en un subtítulo aclaratorio. Este proceso de explicación se llama reformulación o paráfra-sis5 y es muy útil porque los alumnos y las alumnas se acostum-bran a simplificar las dificultades sintácticas procesando el texto y expresándolo con sus propias palabras. A partir de esta tarea, saben qué grandes unidades de información tiene la pági-na que van a leer, porque leyeron los títulos y los parafrasearon. Algunos títulos plantean otro problema. Hay títulos que expre-san claramente el tema del texto, por ejemplo: “¿Cómo se inventó la aspiradora?”, “La historia del papel”, “Los instru-mentos musicales”. En otros casos, los títulos no informan acerca del tema, por ejemplo, “Dime con qué andas y te diré por qué”, es el título de un texto sobre bicicletas; “Cuando el cuerpo tiene alas” desarrolla una breve historia del ballet. En estos casos, los alumnos y las alumnas con su docente tienen que observar toda la página hasta encontrar datos y palabras claves que les permitan formular un subtítulo aclaratorio. Por lo tanto, el trabajo con la reformulación de títulos puede realizarse con diferentes propósitos: transformar nominaliza-ciones en oraciones con verbos conjugados y también para ela-borar un subtítulo que explicite más directamente el tema, por ejemplo “La bicicleta” en lugar de “Dime en qué andas y te diré por qué”. En todos los casos se trata de trabajo sobre oraciones y da lugar a la producción de nuevas frases. En el cuaderno ¿Cómo entendemos los títulos? El nacimiento de una planta. La planta nace. El cruce de Los Andes. (Alguien) cruzó Los Andes. “Dime en qué andas y te diré por qué”. La bicicleta . 23 Lengua en 3º Reformular, en sentido amplio, significa producir un nuevo texto a partir de la paráfrasis de un texto fuente. El término paráfrasis tiene dos acepciones: por un lado, explicación o interpretación amplificativa de un texto para ilustrarlo o hacerlo más claro e inteligible y por otro, traducción en verso en la cual se imita un texto original. En este Módulo utilizamos el término en su primera acepción. 5
  • 24. Lectura de párrafos Foco: Exploración de la información visual propia del párrafo Para ejemplificar la secuencia de tareas, se propone como modelo el trabajo con el texto “El nacimiento de una planta”, de la página de manual. Lo primero que los alumnos y las alumnas deberían hacer es observar que el texto que aparece debajo del título está com-puesto por párrafos, marcados por una sangría inicial, separa-dos por punto y aparte y formados por dos o más oraciones. Así, pueden reconocer cuántos párrafos tiene el texto. Hay que enseñarles a observar esta información visual y explicarles que cada parte así separada se llama párrafo (y se escribe la pala-bra en el pizarrón). En un texto bien escrito y bien puntuado, cada párrafo trae una información nueva e importante relacio-nada siempre con el tema que expresa el título. En el libro Los alumnos y las alumnas reconocen los párrafos. Los cuentan y los marcan. Lectura del primer párrafo Una vez ubicado el primer párrafo, observan cuántas oraciones tiene. En este caso hay tres oraciones. Los alumnos y las alum-nas las identifican y el docente insiste en la observación del punto final de oración y la mayúscula inicial. Se inicia la lectura de la primera oración. Conviene que los niños y las niñas lean de a dos y comenten entre ellos qué quie-re decir lo que leyeron. Luego el docente formula preguntas que tienen dos propósitos simultáneos: alentarlos a la reformu-lación del texto fuente con sus palabras y confrontar respues-tas y posibles interpretaciones personales con la información literal del texto. Para el primero es necesario no sólo que los niños y las niñas hablen sino que sean cuidadosamente escu-chados; para el segundo, el docente tiene que presentar desafí-os para que sus alumnos y alumnas discutan y relean: ¿Entonces el texto dice que la planta nace de repente, en seguida? La información del texto que impide esta interpreta-ción es “luego de un largo proceso”, expresión que se relee. La idea es que lleguen a expresar que “proceso” implica tiempo. Una vez que quedó claro el sentido de la primera oración, se pasa a la segunda. Pero antes, debemos recordar que los lecto-res comprendemos los textos cuando cumplen condiciones de lecturabilidad que se relacionan con la distribución de la información. El texto plantea un punto de partida, parte de una información nueva para el lector: las plantas nacen de una semilla después de un proceso. Todos pueden aprender 24 TAREA 5 Tarea 5.1
  • 25. Una vez que eso se expresó, pasa a ser información dada, cono-cida por el lector. El texto sigue avanzando, mediante la incor-poración de otra información nueva que se relaciona con la ya dada. Muchas veces una palabra (concepto) que está en la ora-ción anterior se repite en la oración siguiente y sirve de unión para incorporar otra información nueva. A este proceso se lo llama progresión temática. En los textos de estudio de tercer año es muy frecuente la progresión temática lineal simple: alguna palabra dicha antes aparece en la frase siguiente y se le añade una información nueva y así sucesivamente. En el texto que estamos leyendo: “Una planta nace luego de un largo proceso que se inicia en la semilla. Cuando la semilla se encuentra en determinadas condi-ciones se inicia el crecimiento de la pequeña planta que tiene en su interior. Sólo después de este proceso la planta desarro-lla todas sus partes y cumple las funciones que le permiten vivir”. Es posible enfocar la atención de los niños y las niñas hacia esta característica de los textos a través de recapitulaciones, pre-guntas y consignas: Lean la segunda oración. (Nuevamente leen de a dos, comen-tan entre ellos qué quiere decir lo que leyeron y lo expresan.) Subrayen la/s palabra/s que se repite/n en la segunda oración. ¿Qué agrega, añade, dice, informa la segunda oración que no decía la primera? En este caso, los alumnos y las alumnas tienen que entender que la segunda oración les provee la siguiente información nueva: Que la planta está en la semilla. Que la planta crece si la semilla se encuentra, está, en “determinadas condiciones”. ¿La oración expresa, informa cuáles son esas condiciones? No. Dice que son “determinadas”. ¿Qué quiere decir eso? Es el docente quien muestra aquí sus propios procesos de interpre-tación, sus propias paráfrasis de lector experto: ¿Qué quiere decir que la semilla tiene que tener determinadas condicio-nes? Por ejemplo, ¿una semilla crecerá si la ponemos sobre un vidrio, en la oscuridad, sin nada de agua? Cuando los niños y las niñas responden según su experiencia (Necesita tierra, agua, luz), el docente les hace ver que él plan-teó unas condiciones y los alumnos y las alumnas propusieron otras. No cualquier condición, sino una determinada, necesa-ria, favorece el crecimiento. De paso conviene reflexionar con los alumnos y las alumnas sobre el significado de estas palabras y frases “condición determinada, necesaria, sin la cual (la plan-ta) no puede crecer”. La oración leída no explicó las “determinadas condiciones”. 25 Lengua en 3º
  • 26. Hay que ver qué dice la oración siguiente. “Sólo después de este proceso la planta desarrolla todas sus partes y cumple las funciones que le permiten vivir”. En realidad, la siguiente oración no desarrolla la cuestión de las condiciones, sino que retoma la idea de que para que la planta crezca hace falta un proceso. Es importante que el docente les haga ver a los alumnos y las alumnas que el párrafo deja pen-diente una cuestión, deja abierta una necesidad de información que será necesario buscar en otro párrafo. En el cuaderno Al terminar de leer el primer párrafo los alumnos y las alumnas repasan lo que leyeron y formulan breves oraciones, oralmente y por escrito en el pizarrón primero y luego en el cuaderno, donde recuperan los conceptos: La planta nace de la semilla . La semilla necesita condiciones para crecer . Crecer es un proceso . Lectura del segundo párrafo “La semilla contiene el alimento necesario para el crecimiento de una nueva plantita, que se encuentra en su interior. Pero necesita encontrar humedad, calor y luz para poder germinar, es decir, para convertirse en una planta.” Identifican las oraciones del párrafo. Los alumnos y las alumnas leen la primera e intercambian interpretaciones: ¿A qué se refiere la oración? A la semilla (sujeto de la primera oración e información dada). ¿Qué información nueva expresa a propó-sito de la semilla? Que contiene dos cosas: la planta y el ali-mento para la planta. La estructura canónica de esta oración permite conocer primero el “quién” (sujeto, “la semilla”) y luego el qué hace/qué le sucede, (predicado, “contiene el ali-mento necesario para el crecimiento de una nueva plantita, que se encuentra en su interior”). ¿Se aclaró la cuestión de las condiciones? Todavía no; sigue pendiente. La siguiente oración dice “necesita”, lo cual es una llamada de atención ya que en el punto anterior se relacionaron “determi-nadas condiciones” con “condiciones necesarias”, “condiciones que la semilla necesita”. Entonces, “necesita” anticipa que se va a informar algo acerca de las condiciones. Pero aparece un problema sintáctico que puede obstaculizar la comprensión: el sujeto no está presente y es necesario realizar una inferencia para reponerlo. Hay que enseñar a los alumnos y las alumnas a buscarlo, preguntando: ¿Quién necesita qué cosa? Seleccionamos la forma del pronombre “quién”, porque el pronombre interrogativo “qué” conduce inmediatamente hacia el reconocimiento del objeto directo sintáctico, que al estar expreso no presenta problemas, pero lo que necesitan los niños es pensar en el sujeto, que es lo que falta.6 Todos pueden aprender 26 Tarea 5.2 Durante la vigencia de la gramática estructural, en el siglo pasado, estas interrogaciones estuvieron mal consideradas, pero modelos gramaticales más actuales las proponen porque son las que usa el hablante nativo para entender su lengua, es decir que son pragmáticamente pertinentes. 6
  • 27. En este párrafo, el sujeto ha sido omitido varias veces y el docente tiene que formular preguntas para que los niños y las niñas lo hagan explícito: ¿Quién germina? ¿Quién se convier-te en una planta? “La semilla contiene el alimento necesario para el crecimiento de una nueva plantita, que se encuentra en su interior. Pero (la semi-lla) necesita encontrar humedad, calor y luz para (la semilla) poder germinar, es decir, para (la semilla) convertirse en una planta”. En el cuaderno Los alumnos repasan lo que leyeron y elaboran breves oracio-nes, primero oralmente a partir de preguntas formuladas por el docente. ¿Cuáles son, según lo que acabamos de leer, las condiciones determinadas o necesarias? Humedad, luz y calor. ¿Qué pasa cuando la semilla está en estas condiciones? Germina. ¿Qué informó este párrafo? ¿Qué anotamos en el cuaderno? La semilla tiene adentro el alimento y la planta. Para que germine la semilla necesita humedad, luz y calor. En Lengua El docente plantea la observación de los tipos de oraciones que encontraron: “La semilla contiene el alimento necesario para el crecimiento de una nueva plantita”. “Necesita encontrar humedad, calor y luz para poder germinar”. En la primera está expresado el sujeto; en la segunda no, pero el lector lo puede reponer. Esto es objeto de reflexión con los alumnos y las alumnas y de reposición cada vez que haga falta en las lecturas de tercer año. No hace falta incluir nombres (tácito, expreso, desinencial) hasta que no afiancen el procedi-miento de reposición. El docente plantea un problema de cohesión del párrafo que se puede resolver a nivel oracional con la elisión (supresión) del sujeto y la incorporación de palabras para conectar. Esto impli-ca la resolución de un problema lingüístico que requiere la transferencia del conocimiento anterior: el sujeto puede estar o no estar dicho. Problema: Si quiero escribir un párrafo con estas tres ora-ciones, ¿cómo hago para no repetir “la semilla”? La semilla contiene el alimento necesario para la nueva plantita. La semilla necesita encontrar humedad, calor y luz para germinar. La semilla se convierte en una planta. 27 Lengua en 3º
  • 28. Posible solución: La semilla contiene el alimento necesario para la nueva plan-tita PERO necesita encontrar humedad, calor y luz para ger-minar ENTONCES/ASÍ/DE ESTA MANERA se convierte en una planta. Los niños y las niñas exponen sus soluciones, comparan y final-mente escriben el párrafo sin repeticiones. Lectura del tercer párrafo “Primero, la semilla se hincha. Lentamente, la plantita empieza a desarrollarse: surgen las raíces y luego, el tallo. Más adelan-te, nacen las hojas y la nueva planta puede empezar a fabricar su alimento”. ¿Qué informa este párrafo? Desde el principio el texto dice que la planta no crece de repente, sino que hay un proceso. En este párrafo se leen dos cosas importantes: un proceso tiene pasos y los pasos se desarrollan en el tiempo. Hay palabras que dicen qué pasa primero y qué pasa después. ¿Cuáles son esas pala-bras? Las buscan y subrayan leyendo con el compañero. Los niños y las niñas exponen sus respuestas y luego esas palabras se marcan en el párrafo escrito en el pizarrón: “primero”, “luego”, “más adelante”. Luego se reconstruye el proceso, para lo cual los niños y las niñas leen cuidadosamente el párrafo. En el pizarrón el docen-te escribe, al dictado de los alumnos y las alumnas, el proceso en forma de columna. Si es necesario, se agregan más palabras que indican orden. Primero la semilla se hincha . ¿Por qué se hincha la semilla? El texto no lo dice, hay que infe-rir, es decir, reponer una información que no está presente, que no es literal y debe ser enseñada por el docente ya que es parte de lo que los alumnos y las alumnas tienen que aprender. Segundo surgen las raíces . El texto dice: “surgen las raíces y luego, el tallo”. ¿Cómo enten-demos esa frase? Hay una coma donde debería haber un verbo: “surgen las raíces y luego surge el tallo”. La oración se lee grupalmente con los alumnos y las alumnas, en voz alta hasta que logren representar la coma con una pausa significativa y puedan descubrir que es la marca de una palabra que no está expresa pero que se puede buscar cerca, en la misma oración. Más adelante, nacen las hojas y la nueva planta puede empezar a fabricar su alimento . “Más adelante” es una construcción adverbial engañosa: lo más habitual es que indique lugar, por ejemplo, “Más adelante había un cerro”, pero también puede indicar tiempo: “Más adelante nacen las hojas”. Hay que ayudar a los alumnos y las alumnas a identificar sin confundir estos dos sentidos. Todos pueden aprender 28 Tarea 5.3
  • 29. Esta oración contiene una información nueva e importante. En el primer párrafo dice que la semilla tiene alimento para la plantita. ¿Siempre la plantita se alimenta de la semilla? ¿Qué está infor-mando esta frase? El docente expone la información necesaria sobre el tema para que los niños y las niñas puedan relacionar la fabricación del alimento con las hojas (lo cual no es explícito en el texto) y así puedan pensar en dos fases en la alimentación de la planta: Primero, la semilla tiene el alimento. Segundo, la planta fabrica el alimento a partir de las hojas. Esto nos enseña que todo texto se continúa en otros textos, deja cuestiones abiertas y permite formularse nuevas pregun-tas. En este caso: ¿Cómo fabrica la planta su alimento una vez que tiene hojas? En el cuaderno Completar La semilla se hincha porque .................................. Surgen las raíces y luego ........................ el tallo. Se recupera oralmente la información del último párrafo y luego escriben en colaboración con el docente, en el pizarrón y en el cuaderno: La planta crece así : primero se hincha la semilla y la plantita crece adentro. Segundo crecen las raíces, después el tallo, al final crecen las hojas. Las hojas hacen que la planta fabrique su alimento. Poslectura Todos juntos recuerdan qué pensaban antes de leer el texto. El docente puede ayudar a los alumnos y las alumnas a confrontar sus opiniones anteriores con lo que aprendieron a partir de la lectura, a través de preguntas: ¿Sabíamos que la planta se ali-menta de la semilla? ¿Sabíamos qué crece primero y qué crece después? Finalmente se alienta a los niños y las niñas a formular pregun-tas que pueden haber surgido del desarrollo de la secuencia incentivando su curiosidad. ¿Por qué formular preguntas al final? Porque hay que construir con los alumnos y las alumnas el concepto de que toda lectura deja preguntas abiertas que conducen a otras lecturas y que un lector asiduo y activo es alguien que siempre puede averiguar algo más leyendo un nuevo texto. 29 Lengua en 3º TAREA 6
  • 30. TAREA 7 Sistematización del vocabulario Esta tarea consiste en memorizar un vocabulario que permite pensar un tema de ciencias. Mientras se está desarrollando la secuencia, las palabras se escriben en un afiche que queda a la vista de todos. Los niños y las niñas con su docente realizan mapas semánticos con los conceptos clave del tema y memori-zan la correcta escritura de las palabras que escriben en orden alfabético en su libreta personal. También las escriben en una ficha que conserva parte del voca-bulario de cada texto leído, con el título del mismo. Esta ficha se guarda en un fichero o caja. 4.4. ¿Todo eso con cada lectura? El trabajo de comprensión lectora guiada que aquí se ha desarrollado, a más de un colega le parecerá excesivamente detallado y largo. Sin embargo, todo lo que se ha explicado demuestra claramente que no hay texto sencillo aunque esté en un manual de tercer año. Los autores de textos escriben confiados en que los docentes son lectores expertos que van a anda-miar, guiar y explicar la lectura, de manera que si los docentes no lo hacen, los niños y las niñas quedan sin entender. Para que los alumnos y las alumnas del tercer año empiecen a transitar el cami-no de la autonomía lectora con los textos de estudio, es muy importante que este trabajo se haga y no solamente con una lectura de un área, sino con las lec-turas de todas las áreas a lo largo del tercero y cuarto años, en secuencias des-arrolladas en clase, y después periódicamente por lo menos una vez cada quince días en todo el resto del segundo y tercer ciclo. En el apartado 4.2. Seleccionar textos y distribuir tiempos de este Módulo se explica cómo distribuir las lecturas en clase; los docentes pueden releerlo atentamente. Este Programa propone hacer efectivo el derecho de los alumnos y las alumnas a cumplimentar su escolaridad sin repitencia; para ello, también tie-nen derecho a que se les enseñe a hacer bien lo que deben hacer: en este caso, a leer los textos de estudio. Las aulas del tercer ciclo están vacías de niños y niñas que podrían estar allí si hubieran seguido una trayectoria sin repitencia, pero también están llenas de niños y niñas que no saben leer solos una página de manual porque nadie asumió el compro-metido trabajo necesariamente detallado, sosteni-do y graduado de enseñarles a hacerlo. Todos pueden aprender 30 luz nacimiento crecimiento germinar planta desarrollo raíz proceso funciones raíces semilla condiciones tallo humedad hojas calor
  • 31. 4.5. Condiciones de un buen texto explicativo en la alfabetización inicial El texto debe contener los conceptos relevantes y disciplinarmente correc-tos del área a la que pertenece. Estos conceptos tienen que aparecer orga-nizados en un texto coherente y cohesivo que desarrolle claramente el tema, preferentemente con una progresión temática lineal simple en la que alguna palabra o concepto ya dicho se retoma en la siguiente frase y se le añade una información nueva y así sucesivamente. El texto tiene que ser muy explícito, es decir contener gran cantidad de información literal, porque el lector inexperto generalmente no domina el tema. El texto debe estar bien titulado, presentar la estructura visual y temática de cada párrafo; debe contener oraciones bien estructuradas (recordemos que es conveniente que la sintaxis de la oración escrita en el texto explica-tivo adecuado para la alfabetización inicial sea muy ordenada: sujeto, pre-dicado y dentro de este último, el verbo, y luego los objetos y complemen-tos), y contener un léxico que los niños y las niñas puedan comprender con la ayuda del docente. 4.6. La extensión de los textos A veces en los manuales aparecen textos explicativos tan resumidos que parecen fichas. Tal vez algunos docentes los prefieren porque aparentemente esos textos tan breves no causan problemas de lectura a sus alumnos y alumnas. Sin embar-go, tampoco sirven demasiado para enseñarles a leer textos auténticos. Cuando se trata de enseñar contenidos a través de la lectura a niños y niñas que están empezando a conocer un tema es preferible, para que el docente lo trabaje en clase y enseñe a comprender, un texto que tenga detalles y algunas informacio-nes secundarias y no un texto ya resumido. Por supuesto, estos textos exigen más trabajo en clase, pero permiten evocar significados particulares, producen imágenes y representaciones mentales que son descriptibles, comparables, sobre las que es más fácil preguntar. 31 Lengua en 3º
  • 33. 5. La escritura En el proceso de alfabetización tal como propone desarrollarlo este Programa, la escritura no es posible sin proyecto de lectura que le sirva de base; la escritura se nutre de la lectura y mientras avanzan en el proceso, los alumnos y las alumnas no sólo son posicionados como lectores de textos completos desde el primer día, sino que además empiezan a pensarse como personas capaces de comunicarse por escrito. 5.1. Escribir en todos los espacios curriculares La escritura es, junto con la lectura, un aprendizaje central dentro de la escolari-zación, un instrumento para comunicarse, para pensar y aprender en todas las áreas. En relación con la articulación horizontal, la enseñanza de la escritura también supone un trabajo compartido y simultáneo en todos los espacios curri-culares. Este aspecto de la escritura es el menos atendido en la escuela. Generalmente se promueven proyectos de escritura a partir de experiencias lite-rarias, pero se presta poca atención a la necesidad de enseñar a escribir respues-tas a preguntas de pruebas, resúmenes, explicaciones e informes. Sin descuidar los aspectos personales y creativos de la escritura, el tercer año es bueno para empezar a ocuparse de las escrituras que sirven para permanecer en la escuela expresando cada vez mejor por escrito lo que se aprende en todos los espacios curriculares. Para cada espacio curricular: Se pueden seleccionar los textos escritos que producirán los alumnos y las alumnas en cada espacio curricular del tercer año y elaborar las secuencias didácticas de escritura. A modo de ejemplo, se propone el informe de una salida de Ciencias Naturales. Para el espacio curricular Lengua: El texto literario y la exploración de la escritura per-sonal son propios de este espa-cio. Por eso es necesario conti-nuar la propuesta de los años anteriores en relación con la narración y la renarración escrita de textos previamente leídos, a lo que se suman escrituras perso-nales, por ejemplo, la escritura personal de cartas. Asimismo, en relación con la escritura de tex-tos de ciencias corresponde, en el espacio curricular Lengua, la enseñanza, ejercitación y siste-matización de estrategias de es-critura particulares de cada tex-to, como se verá en las secuen-cias didácticas de escritura bajo el subtítulo En Lengua. 33 Lengua en 3º
  • 34. 5.2. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: secuencia de escritura de informe en Ciencias Naturales Situación inicial El docente y sus alumnos y alumnas han planeado una salida para colectar hojas y luego clasificarlas. La tarea inicial consiste en que los niños y las niñas escuchen la consigna (en este caso, oral) y formulen todas las preguntas que consideren necesarias para realizar la tarea de recolección. El docente anuncia que luego escribirán un informe, para lo cual es preciso observar con atención y recordar lo que se va haciendo en el recorrido. Conversación posterior a la recolección Foco: Léxico Una secuencia de escritura comienza siempre con la tarea de conversación y tiene como cimiento las secuencias de lecturas previas que los niños y las niñas han realizado (en este caso deberían haber sido lecturas relacionadas con las plantas, sus partes y funciones y su diversidad de formas y tamaños). La conversación se propicia en la clase luego de que los alum-nos y las alumnas grupalmente observaron y clasificaron las hojas según sus propios criterios. Luego describen las hojas y esta oportunidad es creada y aprovechada por el docente para enseñar -a través de la incorporación en la conversación y exposición de cada grupo- el vocabulario específico compuesto principalmente por sustantivos comunes y adjetivos calificati-vos. Después los niños y las niñas acomodan las hojas entre papeles de diarios para que se sequen. En Lengua Reflexionan sobre las palabras que nombran las cosas, llama-das sustantivos y las palabras que dicen cómo son las cosas, sus cualidades, llamadas adjetivos calificativos. En este caso: las hojas... son redondas, ovales, lanceoladas; son medianas, pequeñas, grandes, perennes o caducas; sus bordes son lisos, dentados, curvos, redondeados o lobulares; su superficie es suave, áspera, etc. Es importante que los niños y las niñas sepan cuál es el término con el que se expresa la cualidad en la cien-cia, por ejemplo se dice “hoja dentada” y no hoja “con puras puntitas en el borde”. Se tomarán estas palabras para refle-xionar sobre su significado, descubrir sus familias y ejercitar su correcta escritura en situaciones de uso y revisión con y sin ayuda. Todos pueden aprender 34 TAREA INICIAL TAREA 1
  • 35. Planificar el texto Foco: Estrategias de planificación de un texto Para planificar el texto es necesario pensar quién va a ser el lec-tor del mismo y con qué intención se va a escribir. Es importan-te reflexionar con los alumnos y las alumnas acerca de que escribimos con distintas finalidades y para distintos lectores. ¿Para qué escribimos una invitación, una cartita, un correo electrónico, un mensaje de texto? ¿Para qué escribimos un cuento? ¿Qué queremos que sienta, piense e imagine el lec-tor de un cuento que escribimos? En general, si el docente abre un buen espacio para el diálogo, los alumnos y las alumnas conocen las funciones y los circuitos comunicativos de estos textos. ¿Por qué, para qué y para quién tenemos que escribir un informe en Ciencias Naturales? Los alumnos y las alumnas pueden responder “Para que lo lean los papás, la directora, otros niños y niñas”. Sin embargo, será importante que el docente los ayude a pensar que además de compartir el escrito con otros, un informe de Ciencias se escribe para que cada uno sistematice lo que observó, para ordenar en forma escrita los conceptos, las ideas, las conclusiones a las que llegó el que escribe. En este sentido, el informe de Ciencias es una de las primeras oportunidades que tienen los alumnos y las alumnas de experimentar el valor epistémico de la escritura, es decir, el valor de la escritura como instrumento privilegiado del cono-cimiento, su potencia para ordenar las ideas, aclarar y aclarar-se uno mismo lo que piensa y sabe sobre un objeto de conoci-miento, para pensar mejor. La escritura, en este caso sirve para aprender. Cuando el escritor hace el esfuerzo de escribir un texto de esta naturaleza, siente que al terminarlo sabe más que antes, porque jerarquizó y organizó las ideas, porque usó un vocabulario específico, porque pudo explicar un tema. Para iniciar la construcción del informe, un recurso adecuado es la formulación de preguntas por parte del docente, que ayu-den a los alumnos y las alumnas a pensar la información que necesitan para armar un borrador del texto. Este proceso de escritura se plantea en estrecha colaboración con el docente y en situación colectiva: se formulan preguntas, se responden y escriben las respuestas en el pizarrón y en el cuaderno. ¿Para qué fuimos a la plaza? ¿Qué tipo de hojas teníamos que juntar? ¿Qué hicimos después con las hojas? ¿Cómo eran las hojas? ¿Hay una planta que tenga hojas de distintas formas? ¿Qué hicimos después con las hojas? 35 Lengua en 3º TAREA 2
  • 36. ¿Qué hicimos para secarlas? ¿Qué hicimos con las hojas secas? En el cuaderno Los alumnos copian las respuestas. Escribir un borrador Foco: Estrategia de escritura de borrador En un afiche o en el pizarrón auxiliar y también en los cuader-nos han quedado las respuestas escritas una debajo de la otra, como en una lista. Fuimos a la plaza a juntar hojas . Teníamos que juntar hojas de forma diferente . Las contamos . Son veinte . Pusimos juntas las parecidas . Hojas redondas, hojas ovaladas, hojas dentadas... Cada planta tiene una sola forma de hoja . Las medimos y anotamos la medida . Las medimos sobre un papel cuadriculado . Vimos cuántos cuadraditos tapa cada hoja . Hay hojas grandes y chicas . Las pusimos en papel de diario para que se sequen . Las pegamos en una lámina . La leen en voz alta y el docente les hace ver que se trata de una serie de frases, no es un texto como los que habitualmente leen en la página de manual. A partir de allí propone el desafío de transformar la lista en un texto. Revisar el borrador Foco: Estrategias de revisión de borradores En esta tarea los niños y las niñas trabajan en situación colecti-va sobre el borrador, en colaboración con el maestro que mues-tra sus intervenciones expertas para revisar el texto, dice en voz alta lo que se pregunta, lo que piensa, lo que decide; alien-ta el trabajo, pide alternativas a los alumnos y las alumnas, las brinda, escribe posibilidades en el pizarrón. Entre todos discu-ten si hay que añadir u omitir palabras y frases; si hay que escri-bir en forma de párrafos, si coloca puntos y hace otra oración, si hay que aclarar alguna expresión, etc. Por ejemplo (las opcio-nes se separan con barras): Todos pueden aprender 36 TAREA 3 TAREA 4
  • 37. El lunes a la mañana fuimos a la plaza a juntar hojas ./ Para hacer un trabajo de Ciencias Naturales fuimos a la plaza a juntar hojas . Teníamos que juntar hojas de forma diferente . Cuando llegamos al aula/ después , en la escuela/ cuando volvimos / las contamos . Eran veinte . Después , pusimos juntas las hojas parecidas . Vimos que hay hojas redondas, ovaladas , dentadas..., pero siempre las plantas tienen una sola forma de hoja . Después / Además las medimos y anotamos la medida ./ También las medimos sobre un papel cuadriculado , allí vimos cuántos cuadraditos tapa cada hoja . Hay hojas grandes y chicas. Al final , las pegamos en una lámina . Esta escritura es colectiva, modelada por el docente. No es espontánea, es fuertemente interactiva y permite que los niños y las niñas se apropien de formas de trabajo del escritor exper-to. Los siguientes informes que se les propongan encontrarán a los alumnos y las alumnas mejor posicionados para escribir a partir de notas en forma de listado o columna. En Lengua Comparar y reformular oraciones. El docente plantea oracio-nes con diversas informaciones y propone compararlas. ¿Dicen lo mismo? ¿Cuál tiene más información? ¿Cuál menos? A través de consignas propone reformulaciones para evitar las repeticiones de palabras, para colocar el sujeto en distintos lugares de la oración o para omitirlo. Este trabajo específico en las horas de Lengua enseña las estra-tegias de escritura que se utilizan durante la revisión. Esas es-trategias son gramaticales y es muy importante que los niños y las niñas experimenten la resolución de problemas de escritura en el marco del desarrollo de la gramática de tercer año; pero a la vez es imprescindible que esos conocimientos gramaticales estén fuertemente conectados con el proceso de escritura y la estrategia de revisión. Tarea 5: Escritura de la versión final En situación cooperativa y colectiva similar a la de la tarea anterior se revisa el borrador para elaborar la versión final. Siempre se retoma la planificación inicial para evaluar si se escribió lo que se quería escribir, si se colocó la información que se considera pertinente para que los lectores del informe se enteren de la actividad que realizaron los niños y las niñas fuera de la escuela. 37 Lengua en 3º TAREA 5
  • 38. La escritura de la versión final implica una revisión fina de los aspectos gráficos y ortográficos puesto que no debe contener errores. En esta parte del proceso, el docente muestra y alien-ta la consulta de fuentes de información (fundamentalmente diccionarios y fichas) para salir de la duda respecto del signifi-cado o la ortografía de distintas palabras. Los niños y las niñas tienen que experimentar que la escritura de un texto, aun para quienes sabemos hacerlo, es un trabajo que implica la utilización de todas estas estrategias: escribe mejor quien más revisa, rescribe, reformula y corrige un texto. En el cuaderno Los niños y las niñas escriben la versión final del texto respe-tando todas las convenciones de la escritura en relación con el texto y con el sistema alfabético. Este texto será leído por los destinatarios seleccionados y por eso es necesaria la correc-ción ortográfica y la prolijidad en la presentación. En tercer año es importante plantearles a los alumnos y las alumnas situaciones de escritura en las que se ponga en juego la exploración de los tipos y formas de las letras (la cursiva con sus rasgos característicos, las mayúsculas) y de subrayados para destacar títulos. Esta es una de esas situaciones. 5.3. La escritura de texto explicativo en la alfabetización inicial: secuencia de escritura de resumen Hacer un resumen es un trabajo complejo que requiere un proceso de lectura prolija, de comprensión profunda del texto que se va a resumir (texto fuente) para luego tomar decisiones que modifican el texto fuente y producen un texto más corto que debe mantener la información imprescindible del primero. Esas decisiones son estrategias de resumen que ponen en juego muchos saberes lin-güísticos y comunicativos. El resumen tiene las siguientes características: Mantiene equivalencia informativa con el texto fuente, es decir que infor-ma lo mismo que el texto completo. Economiza palabras para expresarlo, es decir, que es más breve. Se adapta a una nueva situación de enunciación, es decir que retrabaja y modifica las palabras que indican la pertenencia del texto fuente a un determinado tiempo, emisor o espacio. A resumir, se enseña En general, con el resumen sucede lo mismo que con la lectura y la escritu-ra: es un contenido muy solicitado y exigido a los alumnos y las alumnas pero poco (o nada) enseñado en las escuelas. Su enseñanza, cuando existe, es puntual, se “da” como un tema de un día o una semana, y no está secuenciada de manera que los niños y las niñas puedan acercarse gradual-mente a las dificultades que este tipo de procedimiento intertextual les plantea. Todos pueden aprender 38
  • 39. A resumir se enseña. No una vez, sino a lo largo de toda la escolaridad básica, de manera que al finalizar el tercer ciclo los alumnos y las alumnas estén en condi-ciones de resumir con diversas intenciones, los innumerables materiales de estu-dio con que se vinculan en la escuela. Una secuencia de trabajo Para que esto sea posible hay que iniciar el trabajo sobre las tareas de resumen en el tercer año y luego continuar de manera secuenciada en los siguientes años, con textos y procedimientos cada vez más complejos. Enseñar a hacer un resumen consiste en preparar a los alumnos y las alumnas para que, frente a cada texto fuente, se planteen esta pregunta general: ¿Cuáles son las informaciones que no pueden ser suprimidas sin afectar la comprensión del texto? Las tareas para dar respuesta a esta pregunta y producir el resumen pueden secuenciarse así: Identificación del tema global. Lectura completa del texto para identificar de manera provisoria, sujeta a ajuste, una primera aproximación al conte-nido global del texto o macroestructura. La macroestructura es lo que tradicionalmente se denomina tema del texto. En un texto bien titulado, el título permite conocer el tema. Fragmentación del texto y eliminación de redundancias: la tarea consiste primeramente en identificar y aislar las unidades de información. Se con-sidera unidad de información cada parte del texto portadora de informa-ción nueva en relación con las informaciones precedentes. Las distintas unidades de información de un texto no están aisladas, sino que corres-ponden a un principio de coherencia y unidad de sentido dada por el texto en su conjunto. Jerarquización: consiste en la clasificación de las diversas unidades de información en función de su importancia para mantener la lógica del texto. T. Van Dijk (1992) propone operaciones textuales y reglas cuya aplicación resulta de utilidad para resumir un texto en la medida en que contribuyen a jerarquizar la información. Las reglas son: 1. Omitir 2. Seleccionar 3. Generalizar 4. Construir A continuación exponemos todas las reglas, pero en el tercer año se trabaja básicamente con la primera, la regla de omisión. Omitir: aplicando esta operación, se eli-minan aquellas proposiciones que no se consideran relevantes para la interpreta-ción, porque son redundantes o aparecen repetidas. 39 Lengua en 3º
  • 40. Por ejemplo: a. Hubo un accidente en una calle céntrica. b. Se trató de una colisión en una concurrida calle de la ciudad. c. Chocaron un auto y una camioneta. d. El auto era modelo 95, color azul. e. No hubo víctimas. En este caso se puede omitir la proposición b porque repite parte de a y de c. También se puede omitir d porque es inútil para la interpretación. Seleccionar: se selecciona una proposición eliminando el resto en función de la existencia de una relación lógica entre las proposiciones, que justifica esa eliminación. En el siguiente ejemplo, se pueden eliminar a, b, c, ya que son condición necesaria de d, presente en el texto original. a. Tengo fiebre. b. Me duele la garganta. c. Tengo mucha sed. d. Tengo una terrible angina. Generalizar: se clasifica, omitiendo componentes de un concepto que son sustituidos por otro, una categoría o nombre de clase, que los contiene. Por ejemplo: a. No se necesita pasaporte para viajar a Brasil. b. No se necesita pasaporte para viajar a Uruguay. c. No se necesita pasaporte para viajar a Chile. d. Uruguay, Brasil y Chile son miembros de la categoría “paises limítrofes de la Argentina”. La generalización es: No se necesita pasaporte para viajar a países limítrofes. Construir: la información provista por el texto para resumir se sustituye por una nueva información que no es el resultado de una omisión ni de la selección de una unidad presente en el texto fuente, sino que es propuesta por el que resume, dado que su conocimiento del mundo o conocimiento cultural le permite reconocer el guión o script que condensa una serie de frases. Veamos en qué consiste esto. A medida que las personas aumentan sus interacciones comunicativas y su conocimiento del mundo, van estructurando sus conocimientos de sucesos y procesos en forma de secuencias prototípicas, llamadas guiones o scripts. Por ejemplo, saben que ir al cine supone una secuencia de acciones que incluye: elegir una película, llegar al cine, entrar, comprar su entrada, sen-tarse en una butaca..., de manera que les basta decir “Fui al cine” y presu-ponen que su interlocutor, que comparte el mismo guión o script, va a saber lo que hizo paso por paso. Al resumir, este conocimiento de guiones o scripts, permite condensar información. Todos pueden aprender 40
  • 41. Las tareas del docente El trabajo inicial que se sugiere a los docentes es seleccionar los textos para resu-mir, según criterios que permitan graduar esos textos a lo largo de años y ciclos, lo cual significa un punto más de articulación en el proceso de alfabetización. En tercer año, el aprendizaje está destinado a resumir textos breves (de no más de 30 líneas, algo más de media carilla tipiada), empleando para ello las mismas palabras del texto de base. Dichos textos deben tener contenido informativo explícito, deben respetar un orden lógico y/o cronológico, y la comprensión de los mismos no debe exigir un cono-cimiento preciso de la situación de enunciación, es decir, que para com-prenderlos no hace falta que los niños y las niñas conozcan el momento histórico o el lugar en los que fue escrito el texto. Un buen ejemplo de texto que reúne estas características es el usado en la secuencia de lec-tura de Ciencias Naturales. Entonces, las características a tener en cuenta en los textos para resumir son: Extensión del texto. Carácter explícito o implícito de la información que contiene el texto. Orden lógico y cronológico. Y los procedimientos que se complejizan son: Empleo de las palabras del texto fuente o sustitución, generalización y construcción personales. Intención del resumen. Se trata primeramente de empezar a resumir para saber condensar información, como tarea para estudiar y recordar. En el tercer ciclo se puede incorporar el resumen con objetivos más específicos: resumir para citar un concepto en una monografía, por ejemplo. Tratamiento de la situación de enunciación. Se trata de empezar por tex-tos que no presenten problemas con el emisor, el espacio y el tiempo en los que se producen e ir presentando gradualmente estas complejidades en segundo y tercer ciclo. Las tareas de los alumnos y las alumnas Los procedimientos y actividades que contribuyen a que los alumnos y las alumnas del tercer año se familiaricen con el resumen son: Comparar textos más resumibles (cuentos populares) y menos resumibles (reglas de juego). El trabajo de comparación les permitirá ver las diferen-cias entre un texto fragmentado en unidades breves, cada una de las cua-les porta una información nueva claramente identificable, y un texto com-puesto por unidades largas portadoras de redundancias, que requiere ope-raciones de eliminación para ser resumido. 41 Lengua en 3º
  • 42. Hacer una lista con las informaciones de un texto. Omitir información accesoria o redundante, repeticiones, ejemplos y detalles. Reconocer en un conjunto de informaciones, aquella información que engloba a todas. Comparar en clase un esquema o lista de informaciones en su orden lógico y un resumen escrito a partir de ella por el docente. Para el segundo ciclo se propone analizar colectivamente los procedimientos de encadenamien-to o conexión empleados en el texto resumen. Se sugiere desarrollar estas tareas en su totalidad en colaboración con el docen-te, en situaciones colectivas de trabajo. Se pueden llevar a cabo primeramente en forma oral, sobre los cuentos y los textos de estudio, lo cual prepara muy bien a los alumnos y las alumnas para resumir a partir de la lectura. En todos estos casos no se les plantea la escritura del resumen, puesto que se está trabajando sobre estrategias básicas, que les permitirán luego llegar mejor posicionados a la escritura. Igualmente, cuando se plantea la escritura de resumen se lo hace siempre en colaboración con el docente, a partir de los esquemas producidos con anterioridad. En Lengua: hiperónimos e hipónimos Algunas estrategias a nivel oracional y léxico, necesarias para realizar resúme-nes, son contenidos propios del espacio curricular Lengua de tercer año. Para que los alumnos y las alumnas logren generalizar, necesitan disponer de una cantidad importante de léxico. En el ejemplo de “Brasil, Uruguay y Chile”, la frase “países limítrofes de la Argentina” es una expresión que no está en el texto sino que la aporta el lector a partir de un conocimiento sistemático de categorías o nombres de clases. Este procedimiento hay que enseñarlo explícitamente con propuestas como las que sugieren a continuación: Piensen y escriban la palabra (hiperónimo) o expresión que incluye las pala-bras subrayadas: Andrés leyó Federico dice no, Caperucita Roja, Federico no presta y ¿Quién se sentó sobre mi dedo? Andrés leyó ............................. (cuentos, narraciones) . Llegó a la escuela una caja con lotería, dominó de animales, damas, ajedrez . Llegó a la escuela una caja con ................................ (juegos) . Recogimos hojas de hierbas, árboles y arbustos . Recogimos hojas de ..................... (plantas, distintas plantas) . Todos pueden aprender 42
  • 43. Escriban las palabras (hipónimos) incluidas en la palabra subrayada: Algunos barrios tienen muchos negocios . Algunos barrios tienen farmacia, verdulería, carnicería , almacén, quiosco , pescadería , librería , panadería , bar y ciber . Este trabajo se plantea en el contexto de oraciones como las de los ejemplos anteriores y también con colecciones de palabras, por ejemplo: Escribir el nombre de este conjunto: Cuando se trata de palabras desconocidas para los niños y las niñas, el docente puede brindar algunas para que ellos seleccionen y fundamenten la opción. En este caso, las palabras podrían ser: “utensilios, herramientas, útiles”. Para la resolución de este problema, pueden utilizar el diccionario. También hay que plantear la pertenencia o no a una determinada clase de obje-tos o acciones, insertando palabras que no pertenecen a un determinado hiperó-nimo, por ejemplo: 43 Lengua en 3º tenedor cuchillo espumadera cuchara sopera cucharita farmacia verdulería carnicería iglesia almacén pescadería escuela... tallarines ñoquis milanesas ravioles escribir pintar volar leer dibujar
  • 44. Secuencias de acciones Algo similar sucede con las expresiones que resumen secuencias de acciones y que permiten la selección y construcción de información en un texto. Para eso, los niños y las niñas tienen que pasar por un trabajo explícito de reflexión sobre este conocimiento. Veamos algunos ejemplos: ¿Cuál es la acción? Extendió el mantel y sobre él distribuyó platos y vasos, tenedores y cuchillos . Luego agregó la panera , las servilletas y la jarra con agua . (Puso la mesa) Abrió la puerta, subió , se sentó, le dio arranque con la llave y se marchó . (Se fue en auto) O a la inversa: Enumerar las acciones que encierran las siguientes expresiones: Tomar mate. Hacer la tarea. Jugar a las cartas. Ir al médico... Todos pueden aprender 44
  • 45. 6. La oralidad 6.1. Hablar y escuchar en todos los espacios curriculares Todos sabemos que en la escuela no se trata de enseñar a escuchar y a hablar desde cero, pues los alumnos y las alumnas ya saben hacer frente a muchas situaciones cotidianas de uso de la lengua oral. Sin embargo, fuera de la escuela no se aprende a hablar formalmente, a escuchar con atención la exposición de un maestro, a conversar respetando el tema y el turno, a leer en voz alta o a exponer un tema de ciencias. Estos son contenidos curriculares. Por eso este Programa plantea, desde el comienzo de la alfabetización, el de-sarrollo de la oralidad en forma simultánea al de la escritura. En tercer año comienza a hacerse visible lo que la escuela ha logrado en ese proceso desde el Nivel Inicial y sobre esos logros ha de producirse una sistematización de lo aprendido y una construcción propia del tercero. Para cada espacio curricular: Se recomienda incluir sistemáticamente en cada secuencia de trabajo, las tareas específicamente destinadas a que los niños y las niñas escuchen, conversen, pregunten, respondan, opinen, argumenten, expongan los resultados de sus actividades grupales e indivi-duales, tal como se ve en las secuencias de trabajo desde primer año y en particular en las secuencias de lectura y escritura de textos de estudio de tercero. Además, son propias de este año la sistematización de la lectura en voz alta y la exposición breve sobre un tema de estudio. Para el espacio curricular Lengua: El texto poético y los juegos del len-guaje son propios de este espacio curricular y están estructurados a partir de numerosos recursos sonoros (ritmos, rimas, repeticiones que producen efectos de sentido) que desafían distintos aspectos de la oralidad (la articu-lación o la velocidad en la pronunciación de las palabras) cuando se recitan o se juega con ellos. Asimismo, hay dos tareas que enlazan la oralidad y la lectura, cuyo desarrollo hay que profundizar en Lengua: la renarración y la lectura en voz alta, sobre la que hablaremos más adelante. En relación con los textos de ciencias, en el espacio curricular Lengua se enseñan, ejercitan y sistematizan las estrategias cognitivas y lingüísticas de exposición de un tema, como veremos a continuación. 45 Lengua en 3º
  • 46. 6.2. El texto explicativo en la alfabetización inicial: exposición oral sobre un tema Primero, escuchar... La formación de buenos expositores comienza con un posicionamiento de los alumnos y las alumnas como escuchas de las exposiciones de sus docentes, quie-nes constituyen su primer modelo. La escucha es un proceso activo que integra habilidades lingüísticas de identifi-cación, segmentación, reconocimiento y jerarquización de enunciados. La capa-cidad de mantener una escucha activa se relaciona con el marco enciclopédi-co del que escucha (cuáles y cuántas palabras y conceptos reconoce) que le per-mite una mayor o menor riqueza en sus interpretaciones e inferencias. Para optimizar la escucha vuelven a ser determinantes la lectura asidua y las reglas de reducción de la información expuestas por los gramáticos del texto, que figuran en este módulo en la secuencia de enseñanza del resumen. Es muy importante, entonces, posicionar a los niños y las niñas como escuchas, pre-ferentemente en ejercicios frecuentes, breves y localizados, con una devolución inmediata por parte del docente y los compañeros y compañeras acerca de la cali-dad de la escucha. En las áreas curriculares se sugiere la realización de los siguientes ejercicios: Los alumnos y las alumnas escuchan una exposición breve del docente y luego reconocen la idea central. A medida que avanzan en este aprendiza-je, el docente les plantea gradualmente la recuperación de ideas secunda-rias y de detalles. Anticipación: Los alumnos y las alumnas escuchan el fragmento inicial de una exposición (del docente o de un video sobre un tema). El docente inte-rrumpe la audición y los niños y las niñas anticipan qué se dirá a continua-ción en función del tema tratado. ...Y leer Si bien aquí se plantean los aprendizajes inicia-les, una exposición oral sobre cualquier tema y en cualquier espacio curricular es necesaria-mente posterior al trabajo en clase sobre el mismo tema; en otros términos, toda exposición será siempre planteada con posterioridad al desarrollo de una secuencia de lectura de uno o varios textos del libro o manual. En el segundo ciclo también se presenta la secuencia de escri-tura de un resumen como imprescindible paso previo. Para impulsar un desarrollo sólido de la oralidad es altamente recomendable enseñar a los alum-nos y alumnas la secuencia de trabajo que con-tiene las siguientes tareas, que deberían reali-zarse todas en colaboración con el docente. Todos pueden aprender 46
  • 47. Planificar Pensar la situación en la que se va a desarrollar la exposición (desde el banco sentados en círculo, en el frente, con láminas o sin ellas...). Preparar el tema: seleccionar la información, releer las páginas del libro donde se encuentra. Pensar el vocabulario específico que será imprescindible en esa exposición. Seleccionar o elaborar los soportes escritos que se van a emplear: por ejemplo, carteles con palabras, fichas, láminas... Preparar la exposición Leer y releer el libro y escribir borradores de lo que se va a decir. Memorizar el tema y el vocabulario específico con buena pronunciación. Ensayar el desarrollo de distintas partes de la exposición planificada. Desarrollar la exposición Exponer lo que se preparó. Controlar los aspectos no verbales en la exposición: se trata de ayudar a los alumnos y las alumnas a que controlen la voz cuando exponen, en lo que respecta especialmente a la articulación, el volumen y el tono, así como a usar códigos no verbales adecuados (gestos y movimientos) y dirigir la mirada a los interlocutores. Negociar el significado. Los alumnos y las alumnas expositores deberán estar atentos a las manifestaciones de comprensión o incomprensión del interlocutor, contestando sus preguntas o verificando que exista una ade-cuada realimentación entre lo que ellos dicen y lo que entiende el auditorio. Conducir la interacción en el caso de que se exponga un tema frente al curso. En estos casos el expositor deberá dejar espacio para las preguntas y tratará de responderlas procurando que el grupo total comparta pregun-ta y respuesta. Estas dos últimas tareas deben ser pensadas en función de los avances de los niños y las niñas. Evaluar Evaluar grupalmente el desempe-ño de los alumnos y las alumnas sugiriendo modificaciones entre todos para mejorar las siguientes exposiciones. 47 Lengua en 3º
  • 48. 6.3. Entre la lengua oral y la escrita: la lectura en voz alta La lectura en voz alta fue una práctica tradicional en las escuelas, muchas veces utilizada sólo para evaluar los avances de los niños y las niñas en la estrategia lec-tora de decodificación. Este uso de la lectura en voz alta como mera técnica para transformar letras en sonidos, como práctica desligada de los aspectos más importantes del texto, es decir, del significado, fue también terreno propicio para numerosas exageraciones en cuanto a la adopción de una postura para leer y otras prácticas igualmente revisables. Por esto -y además porque las investiga-ciones sobre la lectura posteriores a la década del 60 privilegiaron la lectura silenciosa como garante de la comprensión- se fue abandonando paulatinamen-te la lectura en voz alta y se puso en duda como contenido relevante. Sin embargo, este tipo de lectura es una práctica social cotidiana y necesaria y por ello consideramos que un egresado de la educación básica debe poder leer un texto de tema conocido a primera vista, de manera clara, con buena dicción y entonación correcta. Para llegar a ese egresado, es necesario que los alumnos y las alumnas, desde el tercer año, preparen semanalmente textos para leer en espacios intencionalmente destinados a ese desarrollo. Las situaciones más comunes son las siguientes: Lectura dramatizada: leer un cuento, distribuyendo las voces de los perso-najes y la del narrador. Lectura comunicativa: leer un escrito que la audiencia no tiene y que debe comprender para realizar una tarea. La enseñanza y desarrollo de la lectura en voz alta, así como la de cualquier otra competencia o estrategia lingüística, también comienza por actividades grupales en las que los niños y las niñas aprenden a leer fragmentos seleccionados por el docente, en principio con todos sus compañeros y compañeras a la vez, luego en un pequeño grupo que asume la voz de uno de los personajes en un diálogo o del narrador y así sucesivamente hasta lograr la confianza suficiente para asumir la lectura individual de un texto o parte de él, frente al grupo de pares. No se trata de que aprendan algunos niños o niñas a quienes ya les gusta leer en voz alta, sino que sea un contenido del curriculum para todos, que todos encuen-tren oportunidades, enseñanza e incentivo para hacerlo. Todos pueden aprender 48
  • 49. 7. El léxico En relación con la exposición oral, que es una de las actividades más formales que llevan adelante los alumnos y las alumnas en tercer año, es oportuno reflexionar en torno a una de las dificultades con que suelen tropezar niños, niñas y maestros. En numerosas oportunidades los docentes expresan su preocupación por el vocabulario pobre de sus alumnos y alumnas: ”hablan siempre con las mismas palabras, repiten, pronuncian mal...” En principio, hay que considerar que el habla coloquial es pobre y repetitiva por definición, se apoya en el contexto, en gestos y señalamientos por cuestiones de economía comunicativa. Además, la pobreza de vocabulario de los alumnos y las alumnas mantiene una relación estrecha y directa con la falta de enseñanza, estimulación y trabajo sistemático apropiados para su incremento en la escuela. Para comprender y producir textos (orales y escritos) de cualquier campo del saber es necesario conocer su vocabulario específico y saber usarlo con propie-dad. El vocabulario que se guarda en la memoria es el que se necesita, se usa, se escucha y se lee más. Por eso, la propuesta de este Programa incluye desde el primer año un trabajo focalizado en el vocabulario de los textos leídos y en el tercero incorpora tareas específicas en la secuencia didáctica de lectura de textos de estudio, destinadas a garantizar la comprensión y el uso del vocabulario escrito y, como se presentó anteriormente, también en la exposición oral. 7.1. Tareas y espacios curriculares El desarrollo léxico que aquí se propone implica tomar decisiones para articular horizontal y verticalmente el trabajo de enseñanza del espacio curricular Lengua con los otros espacios. Para cada espacio curricular: Se sugiere establecer un vocabulario espe-cífico (es el vocabulario activo del área correspondiente) para ser trabaja-do durante el año. Este vocabulario se recorta de las lecturas previamente seleccionadas del libro o manual de tercero. Los docentes hacen una lista para cada área, de no más de diez términos o frases clave. Esta lista corresponde a los conceptos centra-les que han de ser enseñados durante todo el año. En Ciencias Naturales, por ejemplo, esta lista con-tiene los siguientes términos: Ser vivo Circulación Animal / vegetal Ambiente Organismo / Partes Reproducción Función Nutrición Alimento / nutriente Energía 49 Lengua en 3º
  • 50. La apropiación de los mismos requiere la creación de múltiples situaciones de escucha (los niños y las niñas escuchan los términos en las exposiciones del docente junto con la explicación de su significado); de lectura (los alum-nos y las alumnas leen los textos en los que se encuentra este léxico que expresa los conceptos del campo de estudio); de uso (los usan para conver-sar y escribir sobre el tema y los memorizan para exponer frente a los com-pañeros y compañeras). Es deseable que el docente impulse un trabajo sostenido para que a fin de año sus alumnos y alumnas conozcan el significado de esos términos, pue-dan pronunciarlos y escribirlos correctamente, explicarlos a otros y emple-arlos con propiedad en los contextos adecuados. La articulación vertical se concreta pasando esta lista (y el posicionamien-to7 de los niños y las niñas en relación con ella) al docente del siguiente año, quien no sólo promoverá su uso sino que añadirá nuevos términos. En el espacio curricular Lengua: Se recuperan los vocabularios de las áreas para sistematizar su pertenencia a familias y a distintas clases de palabras (verbos, sustantivos, adjetivos), sus acepciones cuando tienen más de una, su organización en campos conceptuales y asociativos, su pre-sencia en diccionarios y enciclopedias, etc., como se ejemplifica en el apar-tado de Lengua en la tarea 2 de la secuencia de lectura. En la enseñanza del vocabulario de las áreas hay dos tareas que combinadas entre sí contribuyen en gran medida a la apropiación y desarrollo del léxico; se detallan a continuación. 7.2. La enseñanza del vocabulario, previa a la lectura Como se ha visto en la Tarea 2 de la secuencia de lectura, una práctica importan-te para ampliar los esquemas conceptuales de los alumnos y las alumnas es la enseñanza, anterior a la lectura, de las palabras que van a encontrar en ella, especialmente de aquéllas que desconocen. Para que puedan anticipar el conte-nido de las lecturas que van a abordar y formular hipótesis acertadas, los lecto-res deben ser capaces de identificar la mayoría de las palabras. Para eso, a partir del título de la lectura que luego van a leer o del tema global, se ha explicado cómo sería conveniente que el docente promueva, en la conversación o en forma de torbellino, la activación de todos los conceptos y palabras relacionados y ade-más incorpore las palabras que van a aparecer en la lectura. La enseñanza previa de los nuevos términos que los alumnos y las alumnas van a encontrar en las lecturas influye directamente en su com-prensión, evita los tropiezos en el nivel léxico y aumenta sus habilidades para leer con fluidez. Todos pueden aprender 50 Posicionamiento es un término técnico que hemos acuñado para referirnos al lugar de construcción desde donde cada niño o niña interroga al sistema de escritura en función de las situaciones didácticas que haya podido experimentar. En este sentido, la evaluación aporta datos sobre distintos posicionamientos que tienen los alumnos y las alumnas en relación con los contenidos desarrollados durante un determinado período. 7
  • 51. A pesar de que estas ideas están bastante difundidas, existen dos tropiezos muy comunes en la enseñanza de la lectura; el primero consiste en que muchos maes-tros no preparan a los incipientes lectores para reconocer el vocabulario que va a aparecer en la lectura porque piensan que las primeras experiencias lectoras que han tenido los niños y las niñas los habilitarán para leer cualquier texto, entre ellos los de ciencias y que, por eso, todo lo que tienen que hacer es indicar la lectura que tienen que realizar. Esta es una práctica contraproducente tam-bién generalizada en el segundo ciclo; como resultado de la misma los alumnos y las alumnas leen generalmente solos, en la casa y sin ayuda experta. Otro problema de igual importancia es la creencia de que, si los lectores desco-nocen el significado de las palabras, pueden igualmente comprender el texto, sal-teando la palabra desconocida, habilidad que es propia de lectores expertos, pero no de lectores noveles. Proponemos, por lo tanto, que la enseñanza previa del vocabulario se instale como estrategia superadora de enseñanza. 7.3. El empleo de mapas semánticos, luego de la lectura Una vez que leyeron el texto, los docentes pueden enseñar a hacer un mapa semántico que permita a los alumnos y las alumnas construir una red conceptual y organizar el vocabulario de diversos modos. Para ello, hay que seleccionar una palabra clave del texto, es decir una palabra que designe un concepto importante o central para la comprensión del mismo, y escribirla en el centro del pizarrón, por ejemplo, “orientación”, en torno de la cual se organiza el resto de los conceptos clave: puntos cardinales, orientarse de día, sol, este, oeste, norte, sur; orientarse de noche, estrellas, Cruz del sur. 51 Lengua en 3º
  • 53. 8. La ortografía 8 La ortografía de los alumnos y las alumnas es res-ponsabilidad de todos y cada uno de los maestros que están al frente de un grupo. Si se desea lograr que los niños y las niñas tengan una actitud responsable respecto de la adecuación normativa de sus escritos, es importante que: Los docentes sean cuidadosos con su propia escritura para poder constituirse en buenos modelos normativos. Acordar institucionalmente cómo señalar los errores ortográficos a los alumnos y las alumnas y mantener lo acordado. Permitir que los alumnos y las alumnas ten-gan un plazo razonable para revisar sus escritos con autonomía creciente, consul-tando el diccionario u otras fuentes de infor-mación, que siempre estarán en el aula, a disposición de todos. Para considerar adecuadamente la dificultad que plantea la ortografía, es nece-sario considerar que la lengua escrita y la lengua hablada son muy diferentes. Esta última presenta variedades según la región, la edad y el oficio de los hablan-tes; pero la lengua escrita es estándar y, además, es general. Es decir, hay una entonación y palabras diferentes en el léxico de un mexicano, un chileno, un correntino y un porteño, pero no hay ortografía mexicana, chilena o porteña. Todos estos hablantes pueden pronunciar de maneras diferentes la palabra “llu-via” (algunos son yeístas, otros no) pero todos escriben LLUVIA. La ortografía pretende la reproducción del código oral en el nivel de las unidades más pequeñas perceptibles: los fonemas. Esta reproducción es siempre (en todas las lenguas) de varios tipos: biunívoca: cuando a un fonema le corresponde una y solo una letra (/m/ = M); plurívoca: cuando a un fonema le corresponde más de una letra (/s/ = Z,S,C) o a más de una letra le corresponde un fonema (X, XC, CC = /cs/) vacía: a una letra no le corresponde ningún fonema (H = /cero fonema/). El error ortográfico consiste en adjudicar a una palabra alguna de las plurivoci-dades que no le corresponden. Por ejemplo, existiendo la plurivocidad B-V, el error ortográfico consiste en escribir Baca por Vaca. La dificultad ortográfica plantea un gran desafío a todos los que escriben. La forma más productiva de enfrentarla es tener presente siempre la posibilidad del error y darse el espacio y el tiempo para revisar los propios escritos, junto con otra persona y también en soledad. Desde la didáctica, una posible secuencia de enseñanza de la ortografía se describe en el cuadro que sigue. 53 Lengua en 3º Antes de leer este apartado, se sugiere a los docentes releer el apartado Los procesos cognitivos básicos en Todos pueden aprender. Lengua y Matemática en el Primer Ciclo. 8
  • 54. Todos pueden aprender 54 La ortografía del español tiene Un grupo de correspondencias biunívocas: P T D F L M N Ch A E I O U en sílaba directa (consonante + vocal). Plurivocidades de resolución siste-mática, general y sin excepción: Alternancia C/QU (CASO QUESO QUISO COSO CUNA). Siempre QUE y QUI se escriben con QU. Alternancia G/GU (GATO GUERRA GUITA GOTA GULA). Siempre GUE y GUI se escriben con GU. Alternancia R/RR (RATA ROTA RUTA RETA RITApero CARO/CARRO; CORO/CORRO; CURO/CURRO; PERO /PERRO). Plurivocidades directas: B/V; C/S/Z; G/J; Y/LL; Ñ/NI; H. La tildación: a/á, e/é, i/í, o/ó, u/ú Cuándo se enseña Entre 1ro. y 2do. año. Se enseña a través de la lectura (análisis y comparación) de palabras bien escritas, a través de la copia y de la revisión de la escritura desde el primer año (y aun desde antes) y del trabajo sistemático sobre el léxico de los textos leídos. . Entre 2do. y 3er. año. Se continúa enseñando como en primer año, a través de la lectura (análisis y comparación) de palabras bien escritas, a través de la copia y de la revisión de la escritura. Se agre-ga una ejercitación (por completamiento de palabras) y memorización luego del trabajo sistemático sobre el léxi-co de los textos leídos. . Se enseñan desde 1er. año, como ya lo hemos descripto, a través de la lectura (análisis y comparación) de palabras bien escritas, a través de la copia y de la revisión de la escritura, porque la mayoría de las palabras que presentan estas plurivocidades no tienen regla. Desde 4to. año en adelante, cuando los niños ya saben escribir BIEN un conjunto importante de palabras, se sis-tematizan algunas reglas. Se ejercita la escritura de familias de palabras (cocinar cocina cocinero cocido cocción) ( coser cosido). A ellas se agrega desde segundo ciclo la enseñanza de pre-fijos, (vinculados con temas de estudio y con literatura: BIO biólogo; biodiversidad; biosfera ) y de sufijos (vincula-dos con temas de estudio y con literatura:-SIBLE sensible extensible ). Se enseña desde 1er. año como ya se ha descripto, a través de la lectura (análisis y comparación) de palabras bien escritas, a través de la copia y de la revisión de la escritura. Durante todo el tercer año, cada vez que se escribe una palabra que lleva tilde el docente llama la atención sobre la presencia de este signo diacrítico. Como ejercicio, en el tercer año, alumnos y alumnas con la ayuda del docente comienzan a reconocer en cualquier palabra, lleve tilde o no, cuál es la sílaba tónica.
  • 55. Recordamos que las actividades para aprender las convenciones ortográficas requieren, de parte de las instituciones y los docentes, una propuesta de ense-ñanza que distinga con claridad la lengua oral de la escrita, puesto que la orto-grafía es una propiedad de la escritura y no del habla. Cuando sucede lo contra-rio, es decir, cuando la lengua escrita se enseña como una mera técnica de trans-cripción de sonidos a letras, los niños y las niñas lamentablemente aprenden eso: que se escribe como se habla, y generalmente siguen arrastrando ese problema en etapas avanzadas de la alfabetización. La ortografía se aprende junto con la exploración del sistema alfabético -que, como se vio en el cuadro anterior, tiene correspondencias biunívocas pero la mayoría son correspondencias multívocas- durante el primer ciclo, con un tra-bajo sostenido de comprensión y reflexión y de la mano de un docente que muestra cómo es ese sistema y construye diariamente la idea de que no se escri-be como se habla, que escribir es un trabajo que implica revisar y corregir. 55 Lengua en 3º
  • 57. 9. La gramática Una gramática tradicional es un modelo de descripción de una lengua y, para autores más modernos, es un modelo explicativo que procura dar cuenta de la capacidad del hablante para producir y comprender los enunciados de su lengua. En la escuela, la enseñanza de la gramática generalmente se considera sinónimo de enseñanza de la normativa, es decir, de aquella parte que dice “cómo debe ser” la lengua. Con ello pierde su parte más interesante para la didáctica, ligada a la reflexión acerca de “cómo es la lengua”. Un enfoque tradicional de la enseñanza de la gramática en la escuela concibe al alumno o la alumna como una “tabla rasa”, alguien a quien hay que proveer de toda la información proveniente de los gramáticos para que después la aplique, si puede, a la resolución de sus problemas lingüísticos y comunicativos. Otros enfoques centrados en concepciones activistas consideran que los alum-nos y las alumnas en esta etapa son espontáneos y carentes de normatividad, por lo cual el docente no se siente autorizado a modificar esas características a tra-vés de la incorporación de contenidos presuntamente arduos como la (mala) fama dice que son los gramaticales. Los niños y las niñas del tercer año no son ni tablas rasas ni incapaces de relacio-narse con la normatividad. Han desarrollado usos lingüísticos y comunicativos diversos que adquirieron en su entorno, con su familia, en su barrio; además, están aprendiendo a leer y escribir y sabemos que este aprendizaje no es fácil. Sin embargo, esos niños y esas niñas poseen una competencia lingüística y comunicativa que, si son estimuladas por docentes que se interesen en lo que ellos piensan, les permiten plantear y responder preguntas sobre el funciona-miento de la lengua que ya hablan y sobre la lengua escrita que están aprendien-do. En la medida en que sus docentes les brinden oportunidades para pensar acerca del funcionamiento de la lengua a partir del planteo y la resolución de problemas lingüísticos y comunicativos en el tercer año y en adelante, estarán luego en condiciones óptimas para abordar sistematizaciones formales en el ciclo superior. Por eso, la enseñanza de la gramática ha de procurar que los alumnos y las alum-nas puedan hacer buenas preguntas sobre la lengua y que encuentren en el aula, en los textos, con sus docentes y sus compañeros y compañeras, el ámbi-to donde puedan responderlas. 57 Lengua en 3º
  • 58. 9.1. ¿Cómo se enseña la gramática en el tercer año? La gramática puede enseñarse experimentando la lengua oral, la lectura y la escritura y pensando juntos, el docente, los alumnos y las alumnas, cómo se resuelven algunos problemas que ellas plantean. Desde esta perspectiva lo prio-ritario no es que los niños y las niñas aprendan nombres de memoria, ni clasifi-caciones vacías, ni resuelvan ejercicios sueltos que no guardan relación con el resto de los contenidos curriculares. Por el contrario, la gramática en el tercer año, y en la escolaridad básica, tiene que ser un instrumento de reflexión ligado a la comprensión y producción de textos orales y escritos. Los docentes pueden repasar las secuencias de acti-vidades de comprensión lectora de textos explicativos, de escritura y de oralidad que se han desarrollado exhaustivamente en este módulo, para comprobar que hay una permanente reflexión gramatical muy exigente y precisa que acompaña estos aprendizajes, es decir, que en la propuesta de este Programa se plantea la enseñanza de la gramática fuertemente contextualizada. En este punto del Módulo se sistematizarán sus contenidos. 9.2. La reflexión gramatical desarrollada en este Módulo En este Módulo se ha sugerido cómo enseñar contenidos propios de la gramá-tica del texto en el tercer año, detallando cómo realizar distintas operaciones para comprender y producir textos orales y escritos: Desde primer año se propone trabajar detalladamente el reconocimiento de los géneros discursivos y las tipologías textuales. Los alumnos y las alumnas que reciben enseñanza a partir de las orientaciones didácticas de este Programa, encaran desde primer año textos completos y con sus maestros experimentan tareas específicas y secuenciadas que les permi-ten comprender su pertenencia a una clase de textos y sus características, formatos, partes, ámbitos de circulación y demás propiedades. En este Módulo se explica cómo trabajar el párrafo como unidad textual y cómo observar y producir sus marcas gráficas: sangría, mayúsculas, punto y aparte. Su ubicación dentro del texto. Su aporte al tema que desarrolla el texto. El reconocimiento de la oración más informativa del párrafo, que puede estar al principio, en medio o al final. En el contexto del párrafo y entre párrafos de un texto, se dieron pautas para enseñar uno de los principios estructurantes de la coherencia y cohe-sión textuales: la progresión temática, especialmente la progresión temá-tica lineal simple. La lectura detallada del párrafo tal como se explicó en la secuencia de Ciencias Naturales brinda el contexto textual óptimo para tratar la alternancia de información dada y nueva en el texto. Cada vez que se explica en este Módulo cómo leer un párrafo, el docente encontrará oportunidades para enseñar este contenido. Se explicó cómo expandir textos mediante la paráfrasis y reformula-ción (ver el trabajo con estrategias de reformulación sintáctica de títulos, subtítulos, consignas y fragmentos). Todos pueden aprender 58
  • 59. Se explicó cómo empezar a enseñar a resumir textos mediante opera-ciones de omisión en el tercer año (ver todas las actividades explicadas acerca del resumen). Se explicó cómo elaborar un texto informativo coherente y cohesivo a partir de una lista de informaciones sueltas, mediante el trabajo con borradores. Los docentes pueden repasar este punto en la secuencia de enseñanza de escritura de un informe de Ciencias Naturales. En este Módulo se propuso cómo enseñar contenidos propios de la gramática oracional porque se detalló cómo realizar distintas operaciones sintácticas para comprender y producir oraciones: En la secuencia de lectura de texto de Ciencias Naturales y en el trabajo con la consigna hay explicaciones exhaustivas acerca de cómo enseñar -mien-tras se enseña a leer- la noción de agente de la acción (quién), de acción (hace o sufre, le pasa), de objeto de la acción (qué cosa), de lugar, modo y tiempo (dónde, cómo, cuándo) y cómo enseñar a reponer el agente, la acción, el objeto y las informaciones de tiempo, lugar y modo cuando no están explícitamente expresadas en la oración. (Ver el trabajo con cada oración y el trabajo con la comprensión de las consignas). En la lectura de Ciencias Naturales explicamos cómo reconocer el sujeto/agente de la acción, cómo reponerlo cuando está elidido o suprimi-do y cómo suprimirlo cuando está innecesariamente repetido. En la lectura hay orientaciones precisas para enseñar a comprender frag-mentos y nominalizaciones (es decir, oraciones unimembres según la gramática estructural) mediante operaciones de reformulación. (Ver el trabajo con títulos). En este Módulo se ha incluido el trabajo con clases de palabras. Se explicó cómo reconocer palabras que nombran objetos (sustantivos) y palabras que los califican (adjetivos). Los docentes pueden encontrar acti-vidades al respecto en la lectura de Ciencias Naturales y transferirlas a cualquier otra lectura que aborden. En este Módulo se ha propuesto cómo enseñar el vocabulario porque en la lectura se detalla cómo realizar distintas operaciones semánticas y mor-fológicas para comprender las palabras y emplearlas con propiedad en tex-tos orales y escritos: Se explicó cómo se activa el vocabulario previo a la lectura. Se explicó cómo enseñar a sistematizar el léxico de la lec-tura que se está trabajando a través de la búsqueda de términos específicos de las áreas, sinónimos, antónimos, nombres de clase (hiperónimos), usos contextuales y expresiones idiomáticas. Se explicó cómo se sistematiza la red semántica de los tex-tos leídos y escuchados, a través de mapas semánticos. Los docentes pueden repasar la Tarea Léxico en cada secuen-cia de las lecturas. 59 Lengua en 3º
  • 60. En este Módulo se ha explicado cómo enseñar la normativa porque en cada lec-tura y especialmente en cada escritura se detalla cómo verificar colectivamente el ajuste del texto, la frase o la palabra a las condiciones de adecuación que llevan a una producción normalizada. Se ha promovido permanentemente la duda sobre la correcta escritura de las palabras y la consulta a fuentes de información (diccionarios, fichas...). Se ha explicado cómo trabajar con borradores hasta lograr un texto cohe-rente, bien escrito y puntuado (ver escritura del informe). Se han propuesto múltiples actividades y tareas para reconocer, usar, leer y escribir las palabras, las frases y los textos con corrección. Todos pueden aprender 60
  • 61. 10. Lecturas sugeridas Alisedo, G.. Didáctica de la ortografía. El lugar de la ortografía en el marco de las Ciencias del Lenguaje en Escuchar, hablar, leer y escribir. Buenos Aires, Paidós, 1999. Alisedo, G., Melgar, S., Chiocci, C.. Didáctica de las Ciencias del lenguaje. Buenos Aires, Paidós, 1994. Beau Fly Jones, Annemarie Sullivan Palincsar et alia.. Estrategias para enseñar a aprender. Buenos Aires, Aique, 1994. Blair, Larsen, S. Y Williams, K. (1990) El programa equilibrado de lectura, IRA. Camps, Anna (coord.). El aula como espacio de investigación y reflexión. Investigaciones en didáctica de la lengua. Barcelona, Grao, 2001. Cassany, D., y otros. Enseñar lengua. Madrid, Grao 1994. Fayol,M.. Études de Linguistique Appliquée Nº 59. Sept., 1985. Di Tullio, Ángela. Manual de gramática del español. Buenos Aires, Edicial, 1997. Fuchs,C.. Paraphrase et Enunciation. París, Orphia, 1994. Gall, M. D. y otros. Herramientas para el aprendizaje. Guía para enseñar a estudiar. Buenos Aires, Aique, 1994. Garcia-Debanc, C.. Propositions pour une initiation méthodique a la prise de notes Pratiques Nº 48. Dec., 1985. Gaskins, I., Elliot,T.. Cómo enseñar estrategias cognitivas en la escuela. Buenos Aires, Paidós, 1999. Gellatly, Angus. La inteligencia hábil. Buenos Aires, Aique,1997. Graves, Donald. Exploraciones en clase. Los discursos de la “no ficción”. Buenos Aires, Aique, 1992. Heimlich, J., y Pittelman. Estudiar en el aula. El mapa semántico. Buenos Aires, Aique, 1991. Laurent, J. P.. L’apprentissage de l’acte de résumer, Pratiques Nº 48. Dec., 1985. Melgar, S.. Aprender a escuchar en Escuchar, hablar, leer, escribir en la EGB. Buenos Aires, Paidós, 1999. Melgar, S.. Aprender a pensar las bases para la alfabetización avanzada. Buenos Aires, Papers, 2005. Minnick, Santa, C., y Alvermann, D.. Una didáctica de las ciencias. Buenos Aires, Aique, 1994. Romero de Cutropia. Palabras bajo la lupa. Dirección general de Escuelas, Gobierno de Mendoza, 1995. Romero de Cutropia, A. et al.. La enseñanza de la comprensión lectora Módulo 1. Red de Escuelas de Campana, 2001. 61 Lengua en 3º
  • 62. Serafini, Ma. Teresa. Cómo redactar un tema. Didáctica de la escritura. Buenos Aires, Paidós, 1989. Silvestri, Adriana. En otras palabras. Las habilidades de reformulación en la producción del texto escrito. Buenos Aires, Cántaro, 1999. Tishman, S., Perkins, D., Jay, E.. Un aula para pensar. Buenos Aires, Aique, 1997. Van Dijk, T.. La ciencia del texto. Barcelona, Paidós, 1983. Colecciones sugeridas para los alumnos en esta etapa Colección Cuentos del Pajarito Remendado. Colihue. Colección Los morochitos. Colihue. Colección Primera lectura. Sigmar. Colección Leo con figuras. Sigmar. Cuentos y leyendas. Ed. Atlántida. Pequeños lectores Barco de vapor. SM ediciones. Colección celeste Barco de vapor. SM ediciones. Colección infantil-juvenil. El Ateneo. Colección juega y cuenta. Ediciones Susaeta. Colección Los libros de María Chucena. Ediciones Caligraf. Colección El bosque encantado. Sigmar. Colección Cuentos del Chiribitil. CEAL. Colección Osito sabe. Sigmar. Colección mil preguntas. Sigmar. Colección Pequeño Emecé. Papapepelipitopos. Antología. Colihue. Pan flauta. Ed. Sudamericana. Colección Torre azul. Ed. Norma. Colección Rolin Todos de Ziraldo. Emecé. Desde 8 años en adelante Colección Libros del malabarista. Colihue. Colección Pajaritos en bandadas. Colihue. Serie blanca. Libros del Quirquincho. Serie negra. Libros del Quirquincho. Entender y participar. Libros del Quirquincho. Vida y salud. Libros del Quirquincho. Todos pueden aprender 62
  • 63. Los libros verdes de ecología. Libros del Quirquincho. Serie naranja Barco de Vapor. SM ediciones. Atlas ilustrado de los animales. Ed. Atlántida. Enciclopedia activa. Ed. Atlántida. Cómo funcionan las cosas. David Macaulay. Ed. Atlántida. El cuerpo humano. Ed. Atlántida. La otra historia. Libros del Quirquincho. Los chicos hacemos una obra de teatro. Ed. Albatros. Colección Prehistoria ilustrada para niños. Ed. Plesa. Colección Libros Visuales. Sigmar. Leyendas argentinas. Sigmar. Leyendas americanas. Sigmar. Mi primer libro de poemas. Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Rafael Alberti. Ed. Aique. 63 Lengua en 3º