Este documento discute el origen y la naturaleza del hombre según la perspectiva bíblica versus la teoría de la evolución. Argumenta que la Biblia enseña que Dios creó a cada especie de manera especial, mientras que la evolución propone que todas las formas de vida evolucionaron gradualmente de formas inferiores a superiores. Sin embargo, no existe evidencia concluyente que demuestre la evolución de una especie a otra.