La compañía BF Goodrich encargó al ingeniero Vandivier dirigir un proyecto para diseñar frenos para un nuevo avión militar. Las pruebas mostraron que los frenos no cumplían con los requisitos, pero los superiores de Vandivier insistieron en falsificar el informe. Vandivier se debatió entre renunciar y perder su trabajo o falsificar el informe a pesar de sus preocupaciones éticas. Finalmente decidió falsificar el informe para mantener su empleo y sustento familiar.