Este documento discute la necesidad de integrar dos agendas educativas en América Latina: recuperar el retraso acumulado en el siglo XX y enfrentar los desafíos del siglo XXI. Propone una estrategia que involucre a toda la sociedad, no solo al sistema educativo, mediante alianzas con municipios, organizaciones sociales y empresas para lograr una "sociedad educadora". También destaca la importancia de fortalecer las instituciones educativas descentralizadas a través de mecanismos de coordinación, control y participación social