La palma datilera (Phoenix dactylifera) es una planta adaptada a climas áridos y semiáridos, originaria del norte de África o Arabia, cultivada por primeras civilizaciones hace 3000 a.C. Aprecia suelos alcalinos y tiene requerimientos específicos de temperatura para florecer y fructificar, mientras que su fruto, de alto valor nutricional, requiere técnicas de manejo agronómico que incluyen poda y control de plagas. La polinización manual y el raleo de frutos son prácticas clave para optimizar la producción y calidad de los dátiles.