El documento de Philippe Ariès explora la evolución de la percepción y la experiencia de la muerte desde la Edad Media hasta la actualidad, destacando cómo las actitudes hacia la muerte han cambiado con el tiempo, y cómo, a pesar de ello, ciertos rituales y creencias permanecen en la memoria cultural. Se discute la 'muerte domesticada', donde la muerte era planificada y esperada, y se contrasta con la impetuosidad de las muertes súbitas y horrendas, proporcionando ejemplos literarios y observaciones históricas. Finalmente, el autor establece que la muerte ha sido siempre un evento público con sus propias ceremonias y rituales, que son esenciales para su comprensión en el contexto cultural de cada época.