Este documento describe un experimento de toxicología en el que se administró formaldehído a un cobayo vía intraperitoneal. El animal mostró convulsiones y respiración lenta antes de morir. Luego, las vísceras y sangre del cobayo se destilaron para identificar formaldehído mediante varias reacciones químicas, pero todas dieron negativo. El documento concluye que la dosis administrada fue letal y que las pruebas confirmaron la ausencia de formaldehído en los tejidos del animal.