Los anglosajones, compuestos por los anglos, jutos y sajones, invadieron Gran Bretaña durante la Edad Media, tras la caída del Imperio Romano. Establecieron reinos, cultivaron la tierra y vivieron en pueblos, lejos de las ciudades, usando monedas y hablando inglés antiguo. Además, realizaron actividades artesanales como la fabricación de cerámicas y joyas, y sus casas eran de madera.