El Impresionismo fue un movimiento artístico del siglo XIX que se caracterizó por la pintura al aire libre para captar los efectos cambiantes de la luz y los nuevos temas de la vida cotidiana. Los impresionistas valoraban la luz y aplicaban colores puros y pinceladas cortas para sugerir las formas. Joaquín Sorolla fue un pintor valenciano vinculado a este estilo que se destacó por plasmar el protagonismo de la luz y el movimiento en sus obras.