El programa Pueblos Mágicos de México fue creado en 2001 para promover pueblos pequeños con gran riqueza cultural e histórica. Los pueblos deben preservar tradiciones, arquitectura y modo de vida para ser nombrados Pueblos Mágicos, lo que trae beneficios económicos. Algunos ejemplos son Taxco, Alamos y Bacalar, que atraen turistas con sus sitios históricos, festividades y artesanías.