El documento justifica la indignación de los pensionistas españoles por varias razones: 1) Sus pensiones son un derecho adquirido, no una subvención, y han contribuido a ellas a lo largo de sus carreras laborales; 2) Se les ha ofrecido un aumento de pensión "humillante" y "ridículo" a pesar del crecimiento económico; 3) La hucha de pensiones no se ha vaciado sola, sino debido a los rescates bancarios y otras medidas del gobierno.