La Ley de Seguridad y Salud Ocupacional de 1970 creó la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) para promover lugares de trabajo seguros al darle a los empleados nuevos derechos como revisar documentos de seguridad y pedir inspecciones, y a los empleadores nuevas responsabilidades como establecer programas de comunicación de riesgos. Los empleados también tienen el derecho a acceder a registros médicos, observar monitoreos de materiales peligrosos y oponerse a citaciones.