El sistema circulatorio transporta sangre oxigenada y dióxido de carbono entre los pulmones y las células del cuerpo, utilizando el corazón, vasos sanguíneos y sangre. En caso de paro cardiaco, es crucial reconocer los síntomas y aplicar RCP inmediatamente, lo que puede incluir compresiones y ventilaciones, con la cadena de supervivencia destacando la activación del SEM y la desfibrilación temprana. La muerte clínica puede revertirse si se actúa rápidamente, mientras que la muerte biológica es irreversible tras la muerte de las células cerebrales, lo que ocurre entre 4 y 6 minutos sin oxígeno.