El documento resume la figura histórica del Cid y sus hazañas, incluyendo su destierro por el rey Alfonso IV. También describe a los juglares medievales como artistas itinerantes que transmitían historias de forma oral. Finalmente, diferencia el mester de juglaría, con obras anónimas para entretener, del mester de clerecía, con autores conocidos que enseñaban a través de sus relatos.