El hígado es el segundo órgano más comúnmente lesionado en traumas cerrados y abiertos. Las lesiones hepáticas pueden clasificarse en 5 grados dependiendo de la profundidad y extensión de la lesión, y las lesiones de grado III o superior tienen altas tasas de mortalidad. El diagnóstico incluye pruebas de imagen como tomografía computarizada y ultrasonido, mientras que el tratamiento depende de la gravedad de la lesión y la estabilidad del paciente, variando desde el manejo médico hasta la cirugía