El documento aborda la alfabetización académica como un cambio necesario en las universidades para mejorar las competencias de lectura y escritura de los estudiantes. Se argumenta que, aunque las deficiencias pueden atribuirse a la educación previa, es responsabilidad del docente guiar a los estudiantes a ser autodidactas y críticos en su aprendizaje. Se destaca que esta metodología ya está en práctica en universidades anglosajonas y europeas, y se está empezando a adoptar en Latinoamérica.