El sistema monocito-macrófago, parte del sistema reticuloendotelial, es fundamental en la defensa del cuerpo, donde los macrófagos tisulares y móviles fagocitan patógenos y partículas extrañas. Se dividen y multiplican en el lugar de inflamación, creando una respuesta más fuerte contra microorganismos infecciosos. Los macrófagos también están presentes en órganos clave como el hígado, bazo y pulmones, donde juegan un papel esencial en la filtración y eliminación de bacterias.