Antes de someter a un paciente a una cirugía no cardíaca, es necesario evaluar su riesgo cardiovascular, ya que muchas complicaciones perioperatorias como infarto agudo de miocardio, angina inestable y muerte pueden prevenirse mediante una adecuada evaluación del riesgo basada en la morbilidad del paciente y el tipo de cirugía. Diversos algoritmos como las guías ACC/AHA y el índice de riesgo cardiaco revisado son útiles para estratificar el riesgo. La capacidad funcional cuantificada en METS