La angina de pecho estable se caracteriza por un dolor torácico predecible que se desencadena con el ejercicio y se alivia con el descanso. El diagnóstico se basa en la historia clínica, pruebas de laboratorio, electrocardiograma, ecocardiografía y prueba de esfuerzo. El tratamiento incluye fármacos antitrombóticos, hipolipemiantes y antianginosos, y en algunos casos revascularización.