El documento aborda la grave situación de los derechos humanos en América Latina, caracterizada por un debilitamiento de las instituciones democráticas y la proliferación de regímenes de excepción. Se destaca la necesidad de un análisis jurídico que contemple las legislaciones excepcionales y sus consecuencias sobre el estado de derecho, así como la preocupación de Europa ante estos fenómenos. Se enfatiza la importancia de restaurar la democracia y el imperio de la ley como principios fundamentales en la región.