La tesorería moderna se define como una gestión clave en la administración del capital de trabajo, en lugar de una mera función operativa. Su objetivo principal es optimizar el ciclo económico, maximizar rendimientos, reducir costos financieros y fortalecer la gestión de cuentas. Para lograrlo, se requiere una estructura organizativa eficaz y el uso de tecnología que facilite la cobranza y el control de flujos de efectivo.