El benchmarking es un proceso continuo que permite a las empresas comparar sus productos, servicios y procesos con los de líderes del sector, con el fin de identificar oportunidades de mejora y aumentar la competitividad. Existen tres tipos de benchmarking: competitivo, interno y funcional, cada uno con su propio enfoque y ventajas. El proceso incluye etapas de planificación, recopilación de datos, análisis, acción y seguimiento, orientadas a implementar mejoras efectivas en la empresa.