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El enfoque formativo 
de la evaluación 
SERIE: HERRAMIENTAS PARA LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN BÁSICA
Secretaría de Educación Pública 
José Ángel Córdova Villalobos 
Subsecretaría de Educación Básica 
Francisco Ciscomani Freaner 
Dirección General de Desarrollo Curricular 
Noemí García García 
Dirección General de Materiales e informática educativa 
Óscar Ponce Hernández 
Dirección General de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa 
Juan Martín Martínez Becerra 
Dirección General de Educación Indígena 
Rosalinda Morales Garza 
Dirección General de Formación Continua de Maestros en Servicio 
Víctor Mario Gamiño Casillas
El enfoque formativo 
de la evaluación
El enfoque formativo de la evaluación fue coordinado por la Dirección General de Desarrollo Curricular 
(DGDC) que pertenece a la Subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública. 
CORDINACIÓN GENERAL Y ACADÉMICA 
Noemí García García 
Rosa María Nicolás Mora 
ASESORA ACADÉMICA 
Margarita Zorrilla Fierro 
CONTENIDOS 
Valentina Jiménez Franco 
Coordinación editorial 
Ernesto López Orendain 
Gisela L. Galicia 
CORECIÓN DE ESTILO 
Sonia Ramírez Fortiz 
Portada 
Lourdes Salas Alexander 
DISEÑO y formación 
Víctor Castañeda 
FOTOGRAFÍA 
Tania M. Gallegos Vega 
Jorge A. López Cruz 
Dirección General de Desarrollo Curricular (DGDC) 
revisión técnico-pedagógica 
Isabel Gómez Caravantes, María Guadalupe Fuentes Cardona, Norma Nélida Reséndiz Melgar, María Teresa 
Sandoval Sevilla, María Esther Tapia Álvarez, María Eréndira Tinoco Ramírez y Miriam Zamora Díaz Barriga. 
PRIMERA edición, 2012 
D. R. © Secretaría de Educación Pública, 2012, Argentina 28, Centro, 06020, Cuauhtémoc, México, D.F. 
ISBN: 978-607-467-274-9 
Impreso en México 
MATERIAL GRATUITO/Prohibida su venta
Índice 
Presentación 7 
Prólogo 9 
Introducción 13 
I. El enfoque formativo de la evaluación de los aprendizajes 17 
Evaluar desde el enfoque formativo 19 
¿Qué significa evaluar? 19 
La medición en el contexto formativo de la evaluación 20 
La estimación en el contexto formativo de la evaluación 21 
La calificación en el contexto formativo de la evaluación 21 
La acreditación 22 
La evaluación desde el enfoque formativo 23 
Funciones de la evaluación 24 
Momentos y tipos de la evaluación 25 
Los elementos de la evaluación 28 
¿Qué se evalúa? 28 
¿Para qué se evalúa? 29 
¿Quiénes evalúan? 30 
¿Cuándo se evalúa? 32 
¿Cómo se evalúa? 32 
¿Cómo se emiten juicios? 33 
¿Cómo se distribuyen las responsabilidades de la evaluación? 34 
¿Qué se hace con los resultados de la evaluación? 34 
El docente que evalúa con base en el enfoque formativo 35 
Un modelo de evaluación con enfoque formativo 37 
Claridad en lo que se enseña: los aprendizajes esperados 38 
Establecer y comunicar los criterios de evaluación 38
Identificar dónde están los alumnos y hasta dónde pueden llegar 39 
Retroalimentar a los alumnos 41 
Supervisar el propio desempeño 42 
La ética en la evaluación 43 
II. Preguntas frecuentes 46 
III. Autoevaluación docente. ¿Evalúo con base en el enfoque formativo? 52 
Primer apartado 55 
¿En qué grado soy un docente que evalúa desde el enfoque 
formativo? 55 
Segundo apartado 57 
¿Qué tan frecuente actúo como un docente-evaluador ético? 57 
Guía de calificación de la lista de verificación 
para la autoevaluación del docente 58 
Guía de calificación por componente 58 
Guía de calificación total 59 
IV. Para saber más 60 
Bibliografía consultada 64
Presentación 
La Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) tiene como elemento central la articula­ción 
de la Educación Básica, la cual determina un trayecto formativo congruente con las caracterís-ticas, 
los fines y los propósitos de la educación y el sistema educativo nacional. La articulación 
está centrada en el logro educativo, al atender las necesidades específicas de aprendizaje de cada 
uno de los estudiantes. En este contexto, el enfoque formativo de la evaluación se convierte 
en un aspecto sustantivo para la mejora del proceso educativo en los tres niveles que integran la 
Educación Básica. 
En el marco de la RIEB, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha editado la serie Herra-mientas 
para la evaluación en Educación Básica, con el propósito de favorecer la reflexión de los 
docentes acerca del enfoque formativo de la evaluación en todos los planteles de preescolar, 
primaria y secundaria. 
Los títulos de la serie Herramientas para la evaluación en Educación Básica son: 1. El en-foque 
formativo de la evaluación, 2. La evaluación durante el ciclo escolar, 3. Los elemen-tos 
del currículo en el contexto del enfoque formativo de la evaluación, 4. Las estrategias 
y los instrumentos de evaluación desde el enfoque formativo, y 5. La comunicación de 
los logros de aprendizaje de los alumnos desde el enfoque formativo, cuyos contenidos 
toman como base los principios pedagógicos expresados en el Plan de estudios 2011. Educación 
Básica, de manera particular el principio pedagógico Evaluar para aprender, en el que se destaca 
la creación de oportunidades para favorecer el logro de los aprendizajes. 
La SEP tiene confianza en que estos cinco cuadernillos serán de utilidad para orientar el 
trabajo de las maestras y los maestros de todo el país. Asimismo, reconoce que con su expe-riencia 
docente y a partir de los resultados que obtengan en la práctica, los enriquecerán. 
7 
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
Ahondar en la evaluación de los aprendizajes 
es considerar las emociones que despierta 
en el evaluador y en los evaluados, 
interpretar los contenidos y los modos 
de enseñar y aprender, 
los valores que se ponen en juego, 
los criterios de inclusión 
y exclusión, las creencias de los docentes 
acerca de las capacidades 
de aprender de sus alumnos. 
Rebeca Anijovich
La evaluación de los aprendizajes es una de las tareas de ma-yor 
comple­jidad 
que realizan los docentes, tanto por el pro-ceso 
que implica como por las consecuencias que tiene emitir 
juicios sobre los logros de aprendizaje de los alumnos. Por esta 
razón, quise iniciar el prólogo con la cita de Rebeca Anijovich, 
ya que acercarse y profundizar en la evaluación de los aprendi-zajes 
sólo es posible si se hacen conscientes las emociones que 
involucra, la forma en que se enseña y en la que aprenden los 
alumnos, los valores implicados, las consecuencias que puede 
tener respecto de la inclusión y la exclusión y, sobre todo, respon-der 
honestamente si se confía en la capacidad de aprender de 
9 
todos y cada uno de los alumnos. 
Esta reflexión es importante debido a que en el proceso de 
la RIEB la evaluación de los aprendizajes de los alumnos de los 
tres niveles que integran la Educación Básica es un elemento 
que está directamente rela­cionado 
con la manera en que se 
desarrolle el currículo en las aulas y las escuelas. 
Tal como lo establece el Plan de estudios 2011, se debe “eva-luar 
para aprender”. En la actualidad, se insiste en la importancia 
de que el propósito de la evaluación en el aula sea mejorar el 
aprendizaje y desempeño de los alumnos mediante la creación 
constante de mejores oportunidades para aprender, a partir de 
los resultados que aquéllos obtienen en cada una de las eva-luaciones 
que presentan durante un ciclo escolar. Significa dejar 
atrás el papel sancionador y el carácter exclusivamente conclu-sivo 
o sumativo de la evaluación de aprendizajes, por uno más 
interesado en conocer por qué los alumnos se equivocan o tie-
10 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
nen fallas para que, una vez identificadas las causas, sea posible 
ayudarlos a superarlas. En esto consiste lo que hemos denomina-do 
el enfoque formativo de la evaluación de los aprendizajes. 
Además de lo establecido en el Plan de estudios 2011, la frase 
“evaluar para aprender” remite a la posibilidad de que todos los 
que participan en el proceso de evaluación aprendan de sus re-sultados. 
No sólo hace referencia a los alumnos y sus aprendizajes, 
también se dirige a las educadoras, las maestras y los maestros, 
quienes con los procesos de evaluación tienen la oportunidad de 
mejorar la enseñanza, al adecuarla a las necesidades de apren-dizaje 
de sus alumnos. En este sentido, la evaluación también es 
una herramienta para mejorar la práctica docente. 
Por lo anterior, se elaboró esta serie de materiales de apoyo 
para los docentes titulada Herramientas para la evaluación en 
Educación Básica, cuyo propósito principal es invitar a educa-doras, 
maestras y maestros a reflexionar acerca de qué evalúan, 
cómo lo hacen y, sobre todo, cuál es el sentido de la evalua­ción 
de los aprendizajes, con el fin de que esta reflexión sea la base 
para mejorar sus prácticas evaluativas y les permita ser cada día 
mejores docentes. Sólo es posible innovar cuando se reconoce 
la manera en que se han realizado ciertas acciones, y para in-novar 
en la evaluación es necesario que cada uno de nosotros 
tome como punto de partida su propia tradición. 
La serie consta de cinco textos: 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
2. La evaluación durante el ciclo escolar 
3. Los elementos del currículo en el contexto del enfoque formativo 
de la evaluación 
4. Las estrategias y los instrumentos de evaluación desde el 
enfoque formativo 
5. La comunicación de los logros de aprendizaje de los alumnos 
desde el enfoque formativo
11 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
En el primer texto se aborda la conceptualización del enfo-que 
formativo de la evaluación de los aprendizajes, y se explica 
con mayor profundidad en qué consiste, cuáles son los pasos 
que se deben seguir cuando se evalúa y cuáles son los tipos de 
evaluación que se llevan a cabo, entre otros temas principales. 
En el segundo se hace un análisis del pa­pel 
de la evaluación 
durante el ciclo escolar y se brindan sugerencias para dar se-guimiento 
a los alumnos que a lo largo del ciclo van presen-tando 
algún rezago respecto del resto del grupo. En el tercero 
se ofrece una mirada desde la evaluación a los elementos del 
currículo para centrarse en cómo evaluar los aprendizajes espe-rados. 
En el cuarto se presentan diversas estrategias e instrumen-tos 
de evaluación conforme a lo establecido en los programas 
de estudio y se dan sugerencias de cómo elaborarlos, también 
se identifica qué es lo que permite evaluar cada uno de ellos. 
Finalmente, en el quinto se abordan los temas relacionados con 
la comunicación de los logros de aprendizaje, desde la retro-alimentación 
en clase hasta el informe oficial que se brinda a 
través de la Cartilla de Educación Básica, y se plantean propues-tas 
de cómo hacer de la comunicación una herramienta para 
mejorar los logros de aprendizaje. 
Como puede apreciarse, estos textos, en su conjunto, hacen 
un re­corrido 
desde la conceptualización hasta la comunicación 
de resultados, con el fin de que los docentes cuenten con los 
elementos y las su­gerencias 
necesarias para mejorar la forma en 
que llevan a cabo la evaluación de los aprendizajes en el aula y 
la escuela. 
Este conjunto de materiales de evaluación de aprendizajes 
favorecerá el interés por este ámbito profesional de los docentes, 
que es tan importante, y por otros materiales sobre el te­ma 
que 
permitan profundizar en distintos aspectos de la evaluación. 
Para ello, resultará fundamental contar con las experiencias y 
opiniones de los propios docentes para orientar las reflexiones 
respecto de la evaluación.
12 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Como maestra e investigadora, quiero expresar mi agra-decimiento 
por haberme invitado a reflexionar sobre el tema 
con los colegas de la Subsecretaría de Educación Básica, pues 
reconozco que la evaluación de los aprendizajes escolares es 
una labor de las educadoras, las maestras y los maestros frente 
a grupo, porque son quienes mejor conocen a los alumnos y 
quienes cuentan con la información necesaria para desarrollar 
esta tarea. 
Varias de las conclusiones a que llegamos en esas conver-saciones, 
están ahora en estos textos. Por ello, espero que los 
docentes de los tres niveles que integran la Educación Básica 
encuentren respuestas en ellos y se formulen nuevas preguntas 
que los lleven a profundizar su propio aprendizaje y a mejorar su 
enseñanza. Sin duda, la evaluación no puede ser un apéndice 
de la enseñanza, es parte de la enseñanza y del aprendizaje. 
Margarita Zorrilla Fierro
El cuadernillo El enfoque formativo de la evaluación forma 
parte de un conjunto de textos que integran la serie Herra-mientas 
para la evaluación en Educación Básica, mediante los 
cuales se pretende generar la reflexión entre docentes, direc-tivos, 
equipos técnicos y autoridades en torno a los principios 
teóricos y metodológicos del enfoque formativo de la evalua-ción, 
y de esta forma coadyuvar al logro de los aprendizajes de 
las niñas, los niños y los adolescentes que en México cursan los 
niveles preescolar, primaria y secundaria. 
En la actualidad la evaluación es un tema importante en el 
ámbito educativo. La mayoría de los actores educativos están 
conscientes de las implicaciones de evaluar o ser evaluado en 
el proceso educativo. En este sentido, la evaluación verifica lo 
que los alumnos aprenden y cómo lo aprenden, lo que los do-centes 
enseñan y cómo lo enseñan, qué contenidos y mediante 
qué estrategias. Es decir, la actividad educativa de alumnos y 
docentes está orientada en algún grado por la evaluación para 
mejorar el aprendizaje (De la Orden, 1989). Con esta perspecti-va, 
es importante conocer qué es evaluar desde el enfoque for-mativo, 
con el fin de que la evaluación contribuya a una mejor 
enseñanza y al aprendizaje de los alumnos. 
Evaluar mediante el enfoque formativo implica reconocer 
que existe una cultura de evaluación que no se limita a la es-cuela. 
Tradicionalmente, la evaluación se aplicaba para cono-cer 
el desempeño escolar de los alumnos en un nivel cognosci-tivo: 
referir conceptos, hechos, principios, etcétera, adquiridos 
por ellos en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. A partir 
13
14 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
de la década de 1960, la evaluación se ha extendido a otros 
elementos del proceso educativo: la práctica docente, el fun-cionamiento 
de los programas de apoyo al currículo y los com-ponentes 
del sistema educativo. Esta ampliación se realizó en 
Estados Unidos por circunstancias como la crítica a la calidad 
de la escuela pública y la necesidad de que se rindiera cuentas 
ante la enorme inversión en temas educativos, entre otras. 
En México, desde los años 90 del siglo XX la evaluación edu-cativa 
ha combinado el avance técnico de las pruebas estan-darizadas 
a gran escala, con la evaluación de los aprendizajes 
de los alumnos por parte de los docentes. 
Las pruebas estandarizadas aplicadas a un grupo conside-rable 
de la población escolarizada, permiten obtener resultados 
confiables de los niveles de aprendizaje que alcanzan miles de 
alumnos y tener un panorama que ayude a tomar decisiones 
para la mejora de la calidad de la educación; sin embargo, para 
ello se necesita reducir el número de temas al mínimo y utilizar 
preguntas que no atienden los aspectos más complejos de las 
competencias que pretende desarrollar la escuela. En este sen-tido, 
la evaluación de los aprendizajes de los alumnos por par-te 
del docente permite atender con precisión los aspectos más 
complejos de la enseñanza y el aprendizaje, y hacerlo de modo 
que se brinde retroalimentación detallada y oportuna a cada 
alumno (SEP, 2010). 
En el principio pedagógico “Evaluar para aprender”, seña­lado 
en el Plan de estudios 2011. Educación Básica, se men-ciona 
que los docentes son los responsables directos de la 
evaluación de los alumnos, independientemente de su mo-mento 
(inicial, de proceso y final) y/o finalidad (acreditativa o 
no acreditativa). En este contexto, la evaluación con enfoque 
formativo se concibe como un insumo importante para mejo-rar 
los procesos de aprendizaje durante todo el trayecto for-mativo. 
Esto se sustenta en el Acuerdo número 592 por el que 
se establece la Articulación de la Educación Básica (SEP, 2011).
15 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Aun cuando dicho Acuerdo tiene alcance nacional, cada 
docente y escuela selecciona las estrategias, las técnicas y los 
instrumentos que le aportan información cualitativa y cuantita-tiva 
relevante en función del seguimiento al aprendizaje de sus 
alumnos y a las necesidades que puedan surgir de acuerdo con 
las características del contexto. Los docentes tienen absoluta 
libertad para determinar, interpretar, registrar y utilizar distintos 
elementos para la evaluación, y brindar retroalimentación a sus 
alumnos, aunque siempre teniendo como referente directo lo 
señalado en el Plan y los programas de estudio 2011 de Educa-ción 
Básica. 
Con frecuencia se observa que los docentes dedican poco 
tiempo a la evaluación del aprendizaje en sí mismo, lo cual pue-de 
redundar en que los criterios y los procedimientos empleados 
no necesariamente valoren de manera amplia y consistente el 
aprendizaje adquirido por los alumnos. Para subsanar esta situa-ción, 
la evaluación del aprendizaje desde el enfoque formativo 
requiere que cada docente utilice las estrategias y los instru-mentos 
de evaluación que considere adecuados a las necesi-dades 
de aprendizaje de su grupo para atender a la diversidad 
de alumnos. 
El propósito principal de este texto es aportar elementos que 
permitan transformar el sentido de la evaluación, conocer los 
avances en el aprendizaje y contar con información confiable 
que posibilite crear oportunidades adecuadas para que cada 
alumno pueda aprender cada vez mejor. Sobre todo, la interro-gante 
principal que se pretende ayudar a responder con este 
texto es explicitar en qué elementos se debe fijar el docente 
para fortalecer y potencializar su práctica y evaluar desde un 
enfoque formativo, es decir, a partir del principio de evaluar 
para aprender centrando la atención en los estudiantes y en 
sus procesos de aprendizaje. 
El texto se organizó en cuatro secciones; en la primera se pre-senta 
la conceptualización de evaluación y de otros elementos
16 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
relacionados con este proceso. También se señalan las caracterís-ticas 
de la evaluación desde un enfoque formativo y los elemen-tos 
que deben considerarse para implementarla. En la segunda 
sección se detallan las características del docente que evalúa 
los aprendizajes de sus alumnos a partir del enfoque formativo. En 
la tercera sección se ofrece una serie de sugerencias puntuales 
basadas en preguntas frecuentes de los docentes para entender 
el enfoque formativo de la evaluación. Finalmente, el cuadernillo 
integra una sección de referencias “Para saber más”.
I 
El enfoque formativo 
de la evaluación de los aprendizajes
C1 web
Evaluar desde el enfoque formativo 
19 
¿Qué significa evaluar? 
El objeto de estudio más difícil de evaluar es el desarrollo del ser 
humano, al tener éste la capacidad permanente de aprender, 
evolucionar, adaptarse y cambiar, por lo que evaluar en el te-rreno 
educativo, es decir, el aprendizaje convencional de las 
personas, se torna en una actividad aún más compleja. 
En el campo de la evaluación educativa, la evaluación es 
un proceso integral y sistemático a través del cual se recopi-la 
información de manera metódica y rigurosa, para conocer, 
analizar y juzgar el valor de un objeto educativo determinado: 
los aprendizajes de los alumnos, el desempeño de los docen-tes, 
el grado de dominio del currículo y sus características; los 
programas educativos del orden estatal y federal, y la gestión 
de las instituciones, con base en lineamientos definidos que fun-damentan 
la toma de decisiones orientadas a ayudar, mejorar 
y ajustar la acción educativa (Ruiz, 1996; Hopkins, 1998; JCSE, 
2003; Worthen, Sanders y Fitzpatrick, 1997). 
Desde esta perspectiva, el Plan de estudios 2011. Educación 
Básica recupera las aportaciones de la evaluación educativa y 
define la evaluación de los aprendizajes de los alumnos como 
“el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y 
brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los 
alumnos a lo largo de su formación; por tanto, es parte cons-
20 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
titutiva de la enseñanza y del aprendizaje” (SEP, 2011:22). Este 
enfoque formativo enriquece las aportaciones de la evalua-ción 
educativa al indicar que el centro de la evaluación son los 
aprendizajes y no los alumnos, esto es, se evalúa el desempeño 
y no la persona; con ello, la evaluación deja de ser una medida 
de sanción. 
En la comprensión del enfoque formativo de la evaluación 
que plantea el Plan de estudios 2011, es necesario considerar los 
siguientes aspectos: 
• Que en la práctica se tiende a confundir con cierta facili-dad 
conceptos como medición, calificación, estimación 
o acreditación. Sin embargo, existen diferencias episte-mológicas 
o de origen y metodológicas que es importan-te 
atender para clarificar su uso dentro del proceso de la 
evaluación. 
• Que la evaluación, al ser un proceso que busca informa-ción 
para tomar decisiones, demanda el uso de técnicas 
e instrumentos para recolectar información de corte cua-litativo 
y cuantitativo con objeto de obtener evidencias 
y dar seguimiento a los aprendizajes de los alumnos a lo 
largo de su formación en la Educación Básica. 
La medición en el contexto 
formativo de la evaluación 
Se define como la asignación de un valor 
numérico a conocimientos, habilidades, 
valores o actitudes, logrados por los alum-nos 
durante un periodo de corte, particu­lar­mente 
en primaria y secundaria.1 A partir 
Para conocer acerca 
de las técnicas y 
los instrumentos de 
evaluación, consultar 
el cuadernillo 4, Las 
estrategias y los 
instrumentos de 
evaluación desde el 
enfoque formativo. 
1 En preescolar no se usa la medición. No se mide a las personas en sí mismas, sino en términos del 
nivel de su desempeño.
21 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
de esta definición, si se aplica una prueba a los alumnos con la 
intención de medir lo que aprendieron en Español durante el pri-mer 
bimestre, muchas veces se piensa que con esta acción se 
está evaluando; sin embargo, sólo se mide el aprendizaje, es de-cir, 
sólo se obtiene un puntaje. 
Para evaluar no sólo se requiere contar con una evidencia nu-mérica, 
además se necesita comparar ese puntaje con elemen-tos 
de referencia que se establecen previamente para conocer 
el desempeño de los alumnos. En el caso de Español, como en el 
resto de las asignaturas de primaria y secundaria, los aprendizajes 
esperados constituyen dicho referente. 
La estimación en el contexto formativo 
de la evaluación 
Los resultados de la medición permiten realizar estimaciones. 
Estimar es la acción concreta de emitir un juicio de lo que ha 
aprendido un alumno, con base en evidencias cualitativas y 
cuantitativas, cuando sea el caso. Una forma de estimación en 
el ámbito escolar es la calificación. 
La calificación en el contexto formativo 
de la evaluación 
Calificar se refiere sólo a la expresión cualitativa del nivel de 
desempeño, A: destacado, B: satisfactorio, C: suficiente, y 
D: insuficiente, o cuantitativa, como la escala numérica (10, 9, 
8, 7, 6, 5) del juicio de valor que emita el docente acerca del 
logro de los aprendizajes esperados de los alumnos. En este 
juicio de valor se suele expresar el grado de suficiencia o insu-ficiencia 
de los aprendizajes esperados. 
Cuando se evalúa, no basta con establecer una califica-ción 
sino tomar decisiones sobre estas estimaciones. Las deci-siones 
se refieren a la retroalimentación que debe darse a los
22 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
alumnos, a la mejora o adecuación de la práctica docente y, 
en consecuencia, a la creación de oportunidades de aprendi-zaje 
que les permita a los alumnos aprender más y mejor. En el 
Plan de estudios 2011 se establece que los juicios acerca de los 
aprendizajes logrados durante el proceso de evaluación deben 
buscar que los alumnos, docentes, madres y padres de familia o 
tutores, autoridades escolares y educativas, en sus distintos nive-les, 
tomen decisiones que permitan mejorar el desempeño de 
los alumnos (SEP, 2011). 
La acreditación 
Consiste en tomar la decisión respecto a la pertinencia de que 
un alumno acceda al grado escolar o nivel educativo siguien-te 
o termine la Educación Básica, en función de las evidencias 
cualitativas y cuantitativas que se tienen sobre el logro de los 
aprendizajes esperados de cada alumno.2 
En síntesis, la evaluación no se li-mita 
ni reduce a alguno de los con-ceptos 
previamente descritos sino, 
al contrario, los incorpora de alguna 
otra forma como acciones indispen-sables 
que integran el proceso. 
En la Educación Básica, el do-cente 
es el encargado de la eva-luación 
de los aprendizajes de los 
alumnos, por lo que debe recolectar 
evidencias, medir los aprendizajes en 
el aula, calificar y tomar decisiones 
2 El Acuerdo número 648 por el que se establecen normas generales para la evaluación, acreditación, promo-ción 
y certificación en la educación básica, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 14 de agosto 
de 2012, además de dar cumplimiento al transitorio Séptimo del Acuerdo número 592, en el sentido de 
modificar el Acuerdo 200 para definir la evaluación de los aprendizajes en la escuela acorde al Plan y 
los programas de estudio 2011, establece criterios de acreditación para cada uno de los cuatro perio-dos 
en que se organiza la Educación Básica, y sus correspondientes criterios de promoción de grado 
y nivel educativo. 
Para conocer acerca de 
las particularidades 
de la acreditación en 
Educación Básica, consultar 
el cuadernillo 5, 
La comunicación de los 
logros de aprendizaje desde 
el enfoque formativo.
23 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
que permitan mejorar el desempeño de los alumnos para dar 
seguimiento a su aprendizaje, crear oportunidades de mejora 
y hacer modificaciones en su práctica docente para lograr los 
aprendizajes establecidos en los programas de estudio. 
La evaluación desde el enfoque formativo 
La evaluación desde el enfoque formativo además de tener 
como propósito contribuir a la mejora del aprendizaje, regula el 
proceso de enseñanza y de aprendizaje, principalmente para 
adaptar o ajustar las condiciones pedagógicas (estrategias, ac-tividades, 
planificaciones) en función de las necesidades de los 
alumnos. 
Desde este enfoque, la evaluación favo-rece 
el seguimiento al desarrollo del aprendi-zaje 
de los alumnos como resultado de la ex-periencia, 
la enseñanza o la observación. Por 
tanto, la evaluación formativa constituye un 
proceso en continuo cambio, producto de 
las acciones de los alumnos y de las propues-tas 
pedagógicas que promueva el docente 
(Díaz Barriga y Hernández, 2002). De ahí que 
sea importante entender qué ocurre en el 
proceso e identificar la necesidad de nuevas 
oportunidades de aprendizaje. De esta ma-nera, 
el proceso es más importante que el 
resultado y éste se convierte en un elemento 
de reflexión para la mejora. 
De acuerdo con estas consideraciones, 
la evaluación para la mejora de la calidad 
educativa es fundamental por dos razones: 
a) proporciona información que no se había 
previsto para ayudar a mejorar, y b) provee
24 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
información para ser comunicada a las diversas partes o au-diencias 
interesadas (alumnos, madres y padres de familia, tu-tores 
y autoridades escolares). En consecuencia, la evaluación 
desde el enfoque formativo responde a dos funciones; la prime-ra 
es de carácter pedagógico –no acreditativo–, y la segunda, 
social –acreditativo– (Vizcarro, 1998; Coll y Onrubia, 1999; Díaz 
Barriga y Hernández, 2002). 
Funciones de la evaluación 
La función pedagógica de la evaluación permite identificar 
las­necesidades 
del grupo de alumnos con que trabaje cada 
docen­te, 
mediante la reflexión y mejora de la enseñanza y del 
aprendizaje. También es útil para orientar el desempeño docente 
y seleccionar el tipo de actividades de aprendizaje que respon-dan 
a las necesidades de los alumnos. Sin esta función pedagó-gica 
no se podrían realizar los ajustes necesarios para el logro de 
los aprendizajes esperados, ni saber si se han logrado los aprendi-zajes 
de un campo formativo o de una asignatura, a lo largo del 
ciclo escolar o al final del nivel educativo. 
La función social de la evaluación está relacionada con la 
creación de oportunidades para seguir aprendiendo y la comu-nicación 
de los resultados al final de un periodo de corte, tam-bién 
implica analizar los resultados obtenidos para hacer ajustes 
en la práctica del siguiente periodo. Esto es, 
las evidencias obtenidas del seguimiento al 
progreso del aprendizaje de los alumnos, así 
como los juicios que se emitan de éste, serán 
insumos para la toma de decisiones respecto al 
mejora­miento 
de los aprendizajes de los alum-nos. 
Des­de 
este enfoque, una calificación y una 
des­cripción 
sin propuesta de mejora son insufi-cientes 
e inapropiadas para mejorar el proceso 
de enseñanza y de aprendizaje (SEP, 2011). 
Para conocer acerca de 
la función social de la 
evaluación consultar el 
cuadernillo 5, 
La comunicación de 
los logros de aprendizaje 
desde el enfoque 
formativo.
25 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Momentos y tipos de la evaluación 
Tradicionalmente se señalan tres momentos de evaluación: ini-cial, 
de proceso y final. Estos momentos coindicen con los tipos 
de evaluación: diagnóstica, formativa y sumativa o sumaria (Scri-ven, 
1967; Díaz Barriga y Hernández, 2002; Nirenberg, Brawerman 
y Ruiz, 2003). 
La evaluación diagnóstica se realiza de manera previa al 
desarrollo de un proceso educativo, cualquiera que sea, con 
la intención de explorar los conocimientos que ya poseen los 
alumnos. Este tipo de evaluación es considerado por muchos 
teóricos como parte de la evaluación formativa, dado que su 
objetivo es establecer una línea base de aprendizajes comunes 
para diseñar las estrategias de intervención docente; por ello, la 
evaluación diagnóstica puede realizarse al inicio del ciclo esco-lar 
o de una situación o secuencia didáctica. 
La evaluación formativa se realiza para valorar el avance en 
los aprendizajes y mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Su fun-ción 
es mejorar una intervención en un momento determinado, y 
en concreto, permite valorar si la planificación se está realizando 
de acuerdo con lo planeado. Las modalidades de evaluación 
formativa que se emplean para regular el proceso de enseñanza 
y de aprendizaje son: interactiva, retroactiva y proactiva. 
Regulación interactiva. Son las evaluaciones que ocurren 
completamente integradas al proceso de enseñanza. La regu-lación 
suele ser inmediata gracias a los intercambios frecuen-tes 
y sistemáticos entre el docente y los alumnos, a propósito 
de una actividad o tarea realizada en el aula. En estos casos, 
el docente utiliza la observación, el diálogo y la interpretación 
de lo que hacen y dicen sus alumnos, para decidir qué apoyos 
necesita para hacer el seguimiento de los aprendizajes de los 
alumnos. 
Regulación retroactiva. Son las evaluaciones que permiten 
crear oportunidades de aprendizaje después de realizar una
26 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
medición puntual al término de una situación o secuencia di-dáctica; 
de esta forma, permiten reforzar lo que no se ha apren-dido 
de manera apropiada. Existen varias opciones para de-sarrollar 
este tipo de regulaciones: a) explicar los resultados o 
argumentos de las actividades realizadas con el grupo de alum-nos; 
b) realizar el proceso de forma sencilla, y c) agrupar a los 
alumnos por el tipo de apoyo que requieren para que elaboren 
ejercicios de manera diferenciada. 
Regulación proactiva. Son las evaluaciones que ayudan 
a hacer adaptaciones relacionadas con lo que se aprenderá 
en un futuro cercano. En el caso de los alumnos que lograron 
los aprendizajes propuestos, se pueden programar actividades 
para ampliar lo que aprendieron, y para los alumnos que no lo-graron 
todos los aprendizajes se proponen actividades con me-nor 
grado de dificultad. 
La regulación interactiva constituye la modalidad por exce-lencia 
de la evaluación formativa, mientras que la proactiva y 
la retroactiva son alternativas para que puedan utilizarse cuan-do 
la primera no ha funcionado por diversos factores (Díaz Barri-ga 
y Hernández, 2002). 
Por otra parte, la evaluación sumativa promueve que se ob-tenga 
un juicio global del grado de avance en el logro de los 
aprendizajes esperados de cada alumno, al concluir una secuen-cia 
didáctica o una situación didáctica. Para el caso de prima-ria 
y secundaria, también permite tomar decisiones relacionadas 
con la acreditación al final de un periodo de enseñanza o ciclo 
escolar, no así en el nivel de preescolar, donde la acreditación se 
obtendrá sólo por el hecho de haberlo cursado. 
Asimismo, la evaluación sumativa se basa en la recolec-ción 
de información acerca de los resultados de los alumnos, 
así como de los procesos, las estrategias y las actividades que 
ha utilizado el docente y le han permitido llegar a dichos resul-tados.
27 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
En relación con los tres momentos de la evaluación, éstos 
son fundamentales para tomar decisiones respecto al desarrollo 
de la planificación en un aula en particular, por ello, es necesa-rio 
evaluar durante todo el ciclo escolar. En general, la evalua-ción 
inicial ocurre cuando comienza un ciclo escolar y en las 
primeras etapas del desarrollo de un periodo o bloque, y la final 
en las últimas etapas, mientras que la evaluación de proceso 
hace posible el aprendizaje. Generalmente, la evaluación final 
suele tener más atención por parte de los docentes que la del 
proceso. Si lo anterior ocurre, el docente no se centraría en la 
evaluación de los aprendizajes de los alumnos desde el enfo-que 
formativo, por lo que al no aplicar adecuadamente estas 
evaluaciones, se puede detener el proceso de aprendizaje de 
varias maneras; por ejemplo: 
• Si los exámenes y las tareas que se evalúan no comuni-can 
lo que es importante aprender o no se enfocan en 
los aprendizajes esperados, los alumnos no podrán mejo-rar 
sus aprendizajes. 
• La asignación de calificaciones como premio o castigo 
puede terminar con la motivación de los alumnos por 
aprender. 
• Si los alumnos perciben la obtención de una calificación 
como un logro fuera de su alcance, puede aminorar su 
esfuerzo y aumentar los distractores en el aprendizaje. 
• Las prácticas de evaluación en las que se aplican pre-mios 
o castigos pueden reducir la colaboración entre los 
alumnos o la motivación por aprender de los demás. 
El éxito de la evaluación es que los docentes mejoren el pro-ceso 
de enseñanza y de aprendizaje, en el cual las evaluacio-nes 
finales se utilicen como momentos importantes de logro. Por 
tanto, se apega más a la realidad de las aulas el fomentar la
28 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
evaluación con el único fin de mejorar el proceso de enseñanza 
y de aprendizaje. 
Desde el enfoque formativo, la evaluación debe centrarse 
en los aprendizajes para dar seguimiento al progreso de cada 
alumno y ofrecerle oportunidades para lograrlos; hacer hincapié 
en que ellos asuman la responsabilidad de reflexionar su propio 
progreso en el aprendizaje; mejorar la práctica docente, y pro-porcionar 
información para la acreditación, la promoción y la 
certificación de estudios. 
Los elementos de la evaluación 
Cuando se evalúa desde el enfoque formativo se debe tener 
presente una serie de elementos para el diseño, el desarrollo y 
la reflexión del proceso evaluativo, que se refieren a las siguien-tes 
preguntas: ¿Qué se evalúa? ¿Para qué se evalúa? ¿Quié-nes 
evalúan? ¿Cuándo se evalúa? ¿Cómo se evalúa? ¿Cómo 
se emiten juicios? ¿Cómo se distribuyen las responsabilidades 
de la evaluación? ¿Qué se hace con los resultados de la eva-luación? 
¿Qué se evalúa? 
El objeto de evaluación se refiere al componente que se evalúa, 
respecto al cual se toman decisiones en función de un conjunto 
de criterios establecidos. Con base en el Plan de estudios 2011. 
Educación Básica, el objeto de evaluación son los aprendizajes 
de los alumnos. 
En educación preescolar, los referentes para la evaluación 
son los aprendizajes esperados establecidos en cada campo 
formativo, que constituyen la expresión concreta de las compe-tencias 
y orientan a los docentes para saber en qué centrar su 
observación y qué registrar en relación con lo que los niños ha-
29 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Para conocer acerca de los 
elementos del currículo 
consultar el cuadernillo 3, 
Los elementos del 
currículo en el contexto 
del enfoque formativo de 
la evaluación. 
cen. En la educación primaria y secundaria, 
en cada bloque se establecen los aprendi-zajes 
esperados para las asignaturas, lo que 
significa que se cuenta con referentes de 
evaluación que permiten dar seguimiento 
y apoyo cercano a los aprendizajes de los 
alumnos (SEP, 2011). 
¿Para qué se evalúa? 
Toda evaluación que se lleve a cabo durante el ciclo escolar, in-dependientemente 
de su momento (inicio, durante el proceso 
o al final del proceso), de su finalidad (acreditativa o no acredi-tativa), 
o de quienes intervengan en ella (docentes, alumnos), 
se hará desde el enfoque formativo de la evaluación, es decir, 
evaluar para aprender como se señala en el séptimo principio 
pedagógico del Plan de estudios 2011,3 y en consecuencia me-jorar 
los procesos de enseñanza y de aprendizaje. 
Así, a partir de las evidencias recolectadas a lo largo del 
proceso se puede retroalimentar a los alumnos para mejorar su 
desempeño y ampliar sus posibilidades de aprendizaje. Por ello, 
el docente brindará propuestas de mejora y creará oportunida-des 
de aprendizaje para que los alumnos continúen aprendiendo. 
Con esto, los docentes comparten con los alumnos, madres 
y padres de familia o tutores lo que se espera que aprendan, 
así como los criterios de evaluación. Esto brinda comprensión y 
apropiación compartida respecto a la meta de aprendizaje y los 
instrumentos a utilizar para conocer su logro; además, posibilita 
que todos valoren los resultados de las evaluaciones y las con-viertan 
en insumos para el aprendizaje. Por lo que es necesario 
que los esfuerzos se concentren en cómo apoyar y mejorar el 
desempeño de los alumnos y de la práctica docente (SEP, 2011). 
3 Plan de estudios 2011. Educación Básica, p. 31.
30 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
¿Quiénes evalúan? 
El docente frente a grupo es el encargado de evaluar los aprendi­zajes 
de los alumnos. Para ello planifica y conduce procesos de 
evaluación en diferentes contextos y con diversos propósitos y al-cances 
para el aseguramiento del logro de los aprendizajes de 
sus alumnos. Desde el enfoque formativo, existen tres formas en 
las que el docente puede realizar la evaluación: la interna, la ex-terna 
y la participativa (Nirenberg, Brawerman y Ruiz, 2003). 
La interna se refiere a que el docente evalúa a los alum-nos 
del grupo que atiende en un ciclo escolar, porque tiene un 
conocimiento detallado del contexto y las condiciones en las 
que surgen los aprendizajes de los alumnos. Este conocimiento 
propicia la reflexión y el autoanálisis para la contextualización y 
adaptación de sus estrategias de enseñanza y de evaluación, 
con el fin de crear las oportunidades que permitan que los alum-nos 
mejoren su aprendizaje. 
La evaluación participativa se refiere a que el docente eva-lúa 
al involucrar otros actores educativos, como sus alumnos, 
docentes o directivos. Esta forma de evaluar permite establecer 
acuerdos y negociaciones entre los involucrados, ya que se pro-mueve 
la participación de todos y, por tanto, los cambios son 
factibles. De esta manera, la evaluación se convierte en un re-curso 
común para mejorar el aprendizaje, lo cual implica que se 
establezcan acuerdos y se compartan criterios de evaluación 
para que todos puedan mejorar. 
Cuando el docente involucra a sus alumnos en el proceso 
de evaluación, propicia que ellos aprendan a regular sus proce-sos 
de aprendizaje; para lo cual pueden promoverse los siguien-tes 
tipos de evaluaciones formativas que son complementarias 
a las que realizan los docentes: 
Autoevaluación: es la evaluación que realiza el propio 
alumno de sus producciones y su proceso de aprendi-
31 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
zaje. De esta forma, conoce y valora sus actuaciones, 
y cuenta con más bases para mejorar su desempeño 
(SEP, 2011). 
Coevaluación: es la evaluación que realiza el propio 
alumno en colaboración con sus compañeros acerca 
de alguna producción o evidencia de desempeño de-terminada. 
De esta forma aprende a valorar los proce-sos 
y actuaciones de sus compañeros con la respon-sabilidad 
que esto conlleva. Además, representa una 
oportunidad para compartir estrategias de aprendizaje 
y aprender juntos (SEP, 2011). 
Heteroevaluación: es la evaluación que el docente 
realiza de las producciones de un alumno o un grupo de 
alumnos. Esta evaluación contribuye al mejoramiento 
de los aprendizajes de los alumnos mediante la identi-ficación 
de las respuestas que se obtienen con dichos 
aprendizajes y, en consecuencia, permite la creación de 
oportunidades para mejorar el desempeño (SEP, 2011). 
Desde el enfoque formativo de la evaluación, tanto en la au-toevaluación 
como en la coevaluación es necesario brindar a los 
alumnos criterios claros, precisos y concisos que deben aplicar du-rante 
el proceso, con el fin de que éste se convierta en una expe-riencia 
constructiva y no en la emisión de juicios sin fundamento. 
La evaluación externa se refiere a que el docente o agen-te 
que evalúa no esta incorporado a la escuela; es decir, se 
establece un juicio más objetivo porque no existen relaciones 
interpersonales con los evaluados. Sin embargo, se tiene poco 
conocimiento acerca de los avances en el aprendizaje de los 
alumnos y una noción mínima del contexto. 
En el enfoque formativo se debe privilegiar que los docen-tes 
evalúen de manera interna y participativa, al considerar los 
aprendizajes de los alumnos como el centro de atención de la 
evaluación en el aula.
32 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
¿Cuándo se evalúa? 
La evaluación es un proceso cíclico que se lleva a cabo de ma-nera 
sistemática, y consiste en tres grandes fases: inicio, que im-plica 
el diseño; el proceso, que genera evalua-ciones 
formativas, y el final, donde se aplican 
evaluaciones sumativas en las que se puede 
reflexionar en torno a los resultados (Nirenberg, 
Brawerman y Ruiz, 2003). En este sentido, estos 
tres momentos de la evaluación pueden apli-carse 
de acuerdo al foco de atención: la activi-dad 
de un proyecto, un proyecto, un bloque, un 
bimestre o el ciclo escolar. 
¿Cómo se evalúa? 
Para que la evaluación tenga un sentido formativo es necesario 
evaluar usando distintas técnicas e instrumentos para la reco-lección 
de información; además de aplicar criterios explícitos 
que permitan obtener información sistemática. 
Las técnicas y los instrumentos de recolección de informa-ción 
pueden ser informales, semiformales y formales: a) infor-males, 
como la observación del trabajo individual y grupal de los 
alumnos: registros anecdóticos, diarios de clase; las preguntas 
orales tipo pregunta-respuesta-retroalimenta­ción 
(IRF, estrategias de iniciación-respues-ta- 
feedback); b) semiformales, la producción 
de textos amplios, la realización de ejercicios 
en clase, tareas y trabajos, y la evaluación de 
portafolios, y c) formales, exámenes, mapas 
conceptuales, evaluación del desempeño, rú-bricas, 
lista de verificación o cotejo y escalas. 
En los tres casos se obtienen evidencias cuali-tativas 
y cuantitativas. 
Para aprender más 
acerca de planificación 
consultar el 
cuadernillo 2, 
La evaluación durante 
el ciclo escolar. 
Para aprender más 
acerca de cómo evaluar 
consultar el cuadernillo 
4, Las estrategias y 
los instrumentos de 
la evaluación desde el 
enfoque formativo.
33 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
La sistematización de la información que se deriva de los 
instrumentos de evaluación utilizados, permitirá que al final de 
cada periodo de corte se registre, en la Cartilla de Educación 
Básica, el nivel de desempeño en preescolar y la referencia 
numérica y los niveles de desempeño que 
correspondan, en primaria y secundaria; 
además de los apoyos que se sugieran a 
los alumnos para mejorar su desempeño. 
Cuando no se usen los instrumentos suficien-tes 
para dar seguimiento al aprendizaje de 
los alumnos, el registro de las evaluaciones 
en la Cartilla hará difícil conocer los logros 
de aprendizaje de los alumnos. 
¿Cómo se emiten juicios? 
Para profundizar acerca 
del uso de la Cartilla de 
Educación Básica, consultar el 
cuadernillo 5, La comunicación 
de los logros de aprendizaje de 
los alumnos desde el enfoque 
formativo. 
Los docentes emiten juicios en torno al logro de los aprendizajes 
esperados señalados en los programas de estudio. Las eviden-cias 
obtenidas a lo largo de un periodo previamente estableci-do 
permitirán elaborar los juicios respecto al desempeño de los 
alumnos, es decir, en sus aprendizajes y no en sus características 
personales. 
Para emitir un juicio del desempeño de los alumnos es nece-sario 
establecer criterios de evaluación: identificar los aprendi-zajes 
esperados y, en consecuencia, seleccionar las evidencias 
de desempeño que permitan verificarlos; además de determi-nar 
los criterios que se usarán para evaluar las evidencias. Estas 
evidencias pueden ser las producciones de los alumnos o los 
instrumentos de evaluación que el docente seleccione. 
Una vez que se seleccionaron las evidencias deben analizar-se 
los resultados tomando como referencia los aprendizajes es-perados, 
lo cual permitirá emitir un juicio del nivel de desempeño 
en relación con el logro de los aprendizajes y, si es necesario, bus-car 
otras estrategias para mejorar el desempeño de los alumnos.
34 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
¿Cómo se distribuyen las responsabilidades 
de la evaluación? 
El alumno es corresponsable con docentes, familia o tutores de 
su proceso formativo; además tiene derecho a conocer los cri-terios 
de evaluación que utilizará el docente para las evalua-ciones 
que realice y a recibir retroalimentación del logro de sus 
aprendizajes, con el fin de contar con elementos que le permi-tan 
mejorar su desempeño. 
Las madres, padres de familia o tutores deben contribuir al 
proceso formativo de sus hijos o tutorados, por tanto, deben lle-varlos 
a la escuela con puntualidad y conocer los resultados de 
la evaluación de sus aprendizajes y, con base en ello, apoyar su 
desempeño. 
Las autoridades escolares deben estar al tanto de los proce-sos 
y resultados de las evaluaciones que realizan los docentes y 
así tomar las decisiones conducentes para alcanzar el logro de 
los aprendizajes. 
Las autoridades educativas de las entidades federativas 
y federales deben conocer los resultados de las evaluaciones 
realizadas en los planteles de Educación Básica y, en el marco 
de sus atribuciones y competencias, tomar las medidas necesa-rias 
para el logro de los aprendizajes establecidos en el Plan y los 
programas de estudio 2011 (SEP, 2011). 
¿Qué se hace con los resultados de la evaluación? 
Generalmente, las madres y los padres de familia son quienes 
esperan que se evalúe a sus hijos y se les retroalimente acer-ca 
de su progreso. La sociedad en general también está a la 
expectativa de los resultados de los alumnos. Sin embargo, los 
resultados de las evaluaciones no se utilizan como un insumo 
para aprender y en consecuencia mejorar el desempeño del 
alumno, del docente y de las escuelas.
35 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Con base en el enfoque formativo de la evaluación, los re-sultados 
deben analizarse para identificar las áreas de mejora y 
tomar decisiones que permitan avanzar hacia las metas que se 
esperan en beneficio de los alumnos. 
El docente que evalúa con base 
en el enfoque formativo 
Durante los procesos de enseñanza y de aprendizaje, el do-cente 
es el responsable de crear experiencias interpersonales 
que permitan a los alumnos convertirse en aprendices exitosos, 
pensadores críticos y participantes activos de su propio apren-dizaje. 
En este sentido, se espera que el docente: a) sea un 
media­dor 
entre el conocimiento y el aprendizaje de sus alumnos, 
b) sea un profesional reflexivo que de manera crítica examine 
su práctica, tome decisiones y solucione problemas pertinen-tes 
al contexto de su clase; c) analice críticamente sus propias 
ideas; d) promueva aprendizajes significativos; e) preste ayuda 
pedagógica ajustada a las necesidades y competencias del 
alumnado, y f) establezca como meta educativa la autono-mía 
y la autodirección de sus alumnos (Díaz Barriga y Hernán-dez, 
2002). 
En este contexto, la enseñanza deja de ser un proceso de 
transmisión de conocimiento de alguien que lo posee (el docen-te) 
a alguien que no lo posee (el alumno), y se convierte en un 
proceso de naturaleza social, lingüística y comunicativa, en el 
cual el papel fundamental del docente es estructurar y guiar la 
construcción de significados que realizan los alumnos en un en-torno 
complejo de actividad y discurso, lo que permite ajustar 
su ayuda y apoyo en función de cómo los alumnos realizan esta 
construcción (Colomina, Onrubia y Cochera, 2001). 
Por lo anterior, la docencia es un proceso sistemático, per-manente 
y formal que surge en un marco educativo; dicho
36 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
proceso incluye las siguientes características: a) se enmarca en 
contextos institucionales; b) requiere formación, conocimientos 
especializados y habilidades específicas para trabajar con los 
alumnos; c) demanda conocimientos del contexto; d) exige ar-ticular 
la diversidad de conocimientos manejados de manera 
armónica, estratégica y lógica, y e) requiere de una revisión y 
actualización constante y profunda. 
En este contexto, el docente, como principal ejecutor del 
proceso de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación, diseña 
estrategias para que los alumnos sean capaces de plantear y 
resolver problemas, de pensar en forma crítica y creativa. Ade-más, 
interactúa con sus alumnos al apoyar de manera construc-tiva 
el aprendizaje significativo, ajustando el tipo y el grado de 
ayuda en sus progresos, lo que contribuye a favorecer la auto-nomía 
y la regulación en los aprendizajes. 
Esta forma de acercarse a los procesos de enseñanza y de 
aprendizaje permite: a) utilizar el conocimiento para la resolución 
eficaz de problemas, al enjuiciar de manera crítica la actividad y 
posición durante el proceso, además de los resultados del mismo; 
b) recurrir a estrategias tanto cognoscitivas como metacog-noscitivas 
que permitan resolver las tareas de modo eficiente 
logrando que los alumnos obtengan: una organización del co-nocimiento, 
la capacidad para resolver problemas, las habilida-des 
de autorregulación, y una motivación incrementada. 
La evaluación de los aprendizajes desde el enfoque formati-vo 
permite realizar un trabajo dinámico, en el que se incorpora la 
toma de decisiones con base en el juicio experto del docente y 
el conocimiento por el contacto diario con los alumnos, así como 
las evidencias recolectadas. Existe un modelo de evaluación for-mativa 
que expone Sadler (1989) y enriquece Sheppard, el cual 
integra elementos que el docente debe atender para favorecer 
la evaluación desde este enfoque. A continuación se presenta 
este modelo para aportar más elementos y comprender el enfo-que 
formativo de la evaluación de los aprendizajes.
37 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Un modelo de evaluación con enfoque 
formativo 
Sheppard4 ha aportado el modelo más aceptado de la eva-luación 
formativa. El modelo se sustenta en la premisa de que 
los docentes no sólo se limiten a brindar retroalimentación de las 
respuestas correctas o incorrectas de sus alumnos, sino que ten-gan 
claridad: ¿Qué quiero que aprendan los alumnos? ¿Qué 
aprendizajes han construido? y ¿Cómo voy a lograr que apren-dan 
lo que se espera? En el contexto del Plan y los programas 
de estudio 2011, la primera pregunta se refiere a los aprendizajes 
esperados; la segunda a tener claridad de los conocimientos 
previos que tienen los alumnos, y la tercera, a las estrategias que 
se requieren para alcanzar los aprendizajes de acuerdo con lo 
que saben los alumnos. 
Este modelo plantea que en un primer momento debe exis-tir 
claridad por parte del docente y los alumnos respecto a los 
aprendizajes esperados, los criterios para valorar el trabajo del 
alumno, y el reconocimiento por parte del docente y los alumnos 
de los aprendizajes con que cuentan. Posteriormente, el modelo 
señala en un segundo momento que la evaluación debe darse 
durante el proceso de aprendizaje, mientras el alumno trabaja 
en tareas que ejemplifican los aprendizajes esperados de ma-nera 
directa. Esta evaluación que surge a la par del aprendizaje 
puede darse mediante preguntas dirigidas al alumno durante el 
trabajo grupal, cuando los alumnos explican en la clase cómo re-solvieron 
un problema, o al examinar un trabajo escrito. Finalmen-te, 
en un tercer momento, para que la evaluación formativa sea 
de ayuda para el aprendizaje, el docente debe retroalimentar el 
trabajo de los alumnos para subsanar las dificultades detectadas 
en el aprendizaje y brindar los elementos necesarios para que los 
alumnos sean capaces de supervisar su propio mejoramiento. 
4 El texto completo traducido al español puede consultarse en la página del Instituto Nacional para la 
Evaluación de la Educación (INEE), www.inee.edu.mx
38 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Este modelo resalta la necesidad de que el docente identi-fique 
los aprendizajes esperados; los criterios de evaluación; lo 
que saben los alumnos en relación con lo que les quiere ense-ñar, 
para establecer las estrategias que permitan que los alum-nos 
aprendan; se les brinde retroalimentación y que se autoe-valúen 
y supervisen su propio desempeño. A continuación se 
explican estos elementos. 
Claridad en lo que se enseña: los aprendizajes 
esperados 
En el Plan de estudios 2011 se establece que los aprendizajes es-perados 
son indicadores de logro que, en términos de la tempo-ralidad 
establecida en los programas de estudio, definen lo que 
se espera de cada alumno, en términos de saber, saber hacer 
y saber ser; además, le dan concreción al trabajo docente al 
constatar lo que los alumnos logran, y cons-tituyen 
un referente para la planificación y la 
evaluación en el aula (SEP, 2011). 
Para que los aprendizajes tengan sentido 
es necesario que la enseñanza aplique el en-foque 
didáctico de cada campo formativo 
(preescolar) o asignatura (primaria y secunda-ria), 
porque así los alumnos desarrollarán ac-tividades 
de aprendizaje significativas y con-gruentes 
con los aprendizajes esperados. 
Para conocer acerca 
de los referentes de 
la evaluación consultar 
el cuadernillo 3, 
Los elementos del 
currículo en el contexto 
del enfoque formativo de 
la evaluación. 
Establecer y comunicar los criterios de evaluación 
El docente que evalúa con base en el enfoque formativo debe 
definir y compartir con sus alumnos los criterios de evaluación 
que utilizará, por lo que se espera que antes de iniciar y duran-te 
una actividad, secuencia didáctica o proyecto, les comu-nique: 
los propósitos; lo que se espera que logren al final de la
39 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
actividad (los aprendizajes esperados); el tipo de actividades 
que se planificarán; el tiempo destinado para su realización; la 
importancia que tiene la actividad para el logro de los aprendi-zajes 
esperados, y cómo se les va a evaluar, es decir, el tipo de 
estrategia de evaluación (técnica o instrumento de evaluación: 
examen, ensayo, portafolio, etcétera); las características que 
tendrán los trabajos que se tomarán en cuenta; así como los 
lineamientos para evaluar que determinará el docente. 
Lo anterior con la finalidad que los alumnos conozcan de 
antemano en qué consistirá la actividad que están por desarro-llar 
y lo que se espera de ellos, para lograr que sean participan-tes 
activos y reflexivos en su proceso de aprendizaje. 
Identificar dónde están los alumnos 
y hasta dónde pueden llegar 
¿Qué saben los alumnos de lo que se les va a enseñar? El cono-cimiento 
previo es esencial para el aprendizaje, el cual incluye 
el aprendizaje formal, pero también una multitud de explica-ciones 
implícitas para comprender e interpretar el mundo. Las 
estrategias eficaces de enseñanza se basan en el conocimiento 
previo de los estudiantes. Por ejemplo, los docentes ayudan a 
los alumnos a desarrollar el hábito de preguntarse (cuando se 
enfrentan a un nuevo aprendizaje o una tarea en la que tengan 
que resolver un problema) acerca de lo que ya saben: ¿qué 
puede ayudar a resolver esto? 
Se puede aplicar una evaluación diagnóstica formal y utilizar 
los resultados para decidir qué saben los alumnos y qué requiere 
de mayor trabajo. De esta manera, los alumnos entienden el 
sentido de los resultados de las evaluaciones y su vinculación 
formativa con lo que se les enseña (Sheppard, 2008). 
¿Cómo identificar hasta dónde pueden llegar los alumnos? 
Esta concepción corresponde directamente con la zona de
40 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
desarrollo próximo y con la teoría sociocultural del aprendizaje. 
La perspectiva sociocultural considera que el desarrollo es el fru-to 
de una compleja e intrincada construcción, modificación y 
reorganización de los procesos cognoscitivos y de los esquemas 
de interpretación de la realidad, procesos que surgen gracias 
a la interacción entre las personas con el entorno donde viven, 
incluyendo las prácticas sociales y culturales. 
La perspectiva sociocultural tiene un punto de apoyo funda-mental 
en el trabajo de Vygotsky (1962, 1991). Uno de los presu-puestos 
básicos de su teoría es que todas las funciones mentales 
complejas aparecen primero en el plano interpsicológico –a nivel 
social–, y posteriormente, después de la interacción con alguien 
experto, aparecen en el plano intrapsicológico –a nivel individual. 
El concepto utilizado para ello es la zona de desarrollo próxi-mo, 
que es la región, en un continuo imaginario de aprendizaje, 
entre lo que un alumno puede hacer de manera independiente 
y lo que puede hacer si lo ayuda el docente u otros alumnos 
más expertos que él. Es decir, la zona de desarrollo próximo se 
refiere a la diferencia que existe entre el desarrollo actual de un 
alumno, determinado por su capacidad de solucionar proble-mas 
de manera independiente (conocimientos, habilidades y 
actitudes previas), y su desarrollo potencial, determinado por 
lo que puede llegar a lograr con la guía o la colaboración de 
alguien más experto. 
Respecto a lo anterior, se deben tender puentes entre lo 
que conoce un alumno (conocimientos previos) y lo que puede 
aprender. Esto implica un mecanismo distinto a la identificación 
de la zona de desarrollo próximo, que Bruner (1986) denominó 
como el proceso de andamiaje, y Sheppard (2008) especificó 
andamiaje de la enseñanza. En este proceso, un alumno,que 
inicialmente no conoce algo o no maneja un aprendizaje es-perado, 
conocimiento, habilidad o actitud, puede llegar a ha-cerlo 
si interactúa con un “experto”: el docente, que le brinda
41 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
guías, indicaciones y estímulos con base en estrategias especí-ficas 
con el propósito de que el alumno mejore su desempeño. 
Para favorecer el proceso de andamiaje de la enseñanza 
se determinan dinámicas en el aula que garanticen que los 
elementos básicos de la evaluación formativa y del andamiaje 
estén establecidos y funcionando como interacciones de en-señanza 
ordinarias. Algunas dinámicas serían que los alumnos 
compartan algo que han escrito con el grupo, y enseñarles a 
que se retroalimenten unos a otros. Este tipo de exposición gru-pal 
y retroalimentación ofrece un andamiaje al alumno, sin que 
sea necesario que el docente los atienda de manera individual 
(Sheppard, 2008). 
El reto que tiene el docente es lograr que estos procesos no 
interrumpan la enseñanza, sino que retroalimenten un aprendi-zaje 
continuo. 
Retroalimentar a los alumnos 
Uno de los hallazgos más antiguos en la investigación es que 
la retroalimentación facilita el aprendizaje; sin ésta es probable 
que el alumno siga cometiendo los mismos errores. En este sen-tido, 
uno de los mecanismos que puede establecerse como an-damiaje 
de la enseñanza es la retroalimentación. 
De acuerdo con las evidencias de la investigación, no es 
conveniente hacer elogios falsos al tratar de motivar a los estu-diantes 
y aumentar su autoestima. Al mismo tiempo, la retroali-mentación 
negativa directa, sin consideraciones, puede dete-ner 
el aprendizaje y la disposición del alumno a esforzarse más. 
La evaluación formativa demuestra que la retroalimentación es 
especialmente eficaz cuando dirige su atención a cualidades 
particulares del desempeño del alumno en relación con criterios 
establecidos, y proporciona una guía de qué hacer para mejorar.
42 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Además, para que la retroalimentación sea formativa los 
docentes deben propiciar un clima de confianza y desarrollar 
normas en clase que posibiliten la crítica constructiva y las opi-niones 
fundamentadas. Estratégicamente, esto significa que la 
retroalimentación debe ocurrir durante el proceso de aprendi-zaje 
(y no al final, cuando ya se terminó el aprendizaje de ese 
tema): docente y alumnos deben tener una comprensión com-partida 
de que la finalidad de la retroalimentación es facilitar el 
aprendizaje (Sheppard, 2008). 
Para que haya una retroalimentación eficaz es necesario 
que los docentes sean capaces de analizar el trabajo de los 
alumnos e identificar los patrones de errores y las interferencias 
en el aprendizaje que más atención requieren. En un estudio 
de intervención, Elawar y Corno (1985) descubrieron que los 
docentes mejoraban extraordinariamente la eficacia de la re-troalimentación 
cuando se concentraban en estas preguntas: 
“¿Cuál es el error principal? ¿Cuál es la razón probable de que 
el alumno cometiera este error? ¿Cómo puedo guiar al alumno 
para que evite el error en un futuro?”. 
Supervisar el propio desempeño 
El hábito de autoevaluarse se asocia con la autosupervisión del 
desempeño, que es la finalidad del andamiaje de la enseñanza, 
así como el objetivo de la evaluación formativa de Sadler (1989). 
El proceso de autoevaluación se basa en que existan criterios 
de evaluación claros y explícitos para que los alumnos puedan 
pensar, aplicar y reflexionar, en el contexto de su propio trabajo. 
Este proceso de autoreflexión incrementa la responsabilidad y el 
compromiso de los alumnos ante su aprendizaje, lo que genera 
más colaboración en la relación alumno-docente. Los docentes, 
por su parte, no renuncian a su responsabilidad sino que, al com-partirla, 
consiguen que los alumnos tengan mayor confianza en
43 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
lo que deben aprender, se generan expectativas que entienden 
ambas partes, y se promueve que los alumnos se autorregulen. 
Se sabe que los alumnos que son capaces de desarrollar es-tas 
habilidades autorreguladoras son más eficaces en su apren-dizaje, 
y éstas suelen ser aprendidas cuando alguien que sabe 
más las modela o las muestra de manera visible (Díaz Barriga y 
Hernández, 2002). 
La ética en la evaluación 
La ética le da a la evaluación la posibilidad de constituirse como 
un ejercicio profesional equilibrado, al regular que los juicios de 
los docentes se apliquen de manera imparcial, justa, equitati-va, 
respetuosa, responsable, honesta y con compromiso social; 
además que se asuman las responsabilidades y se facilite la re-flexión 
de las acciones que surgen de la evaluación. 
Asimismo, la ética es un elemento a considerar en el proce-so 
de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación, con todos los 
actores: docentes, alumnos, madres y padres, tutores, autorida-des 
escolares y educativas. 
Un docente que evalúa debe ser un profesional ético que: 
a) trate a los alumnos de acuerdo con las orientaciones y los 
valores que rigen su conducta, como la honestidad, el respe-to, 
la autonomía, la reciprocidad, la imparcialidad y la justicia; 
b) reconozca las voces de todos, asegurando que los grupos 
más vulnerados en la sociedad, la escuela y el salón de clases, 
sean igualmente escuchados durante los procesos de enseñan-za, 
de aprendizaje y de evaluación; c) incorpore a los alumnos 
en las actividades con su pleno consentimiento; d) logre que 
los resultados estén disponibles y sean legítimos para todos los 
interesados, y e) permita a otros docentes enterarse de lo que 
él hace (House, 1990; Lois-Ellin, 1999).
44 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Algunas herramientas y estrategias que le ayudan al docente 
que evalúa a identificar, enfrentar y solucionar los dilemas éticos, 
se dividen en tres ámbitos: individual, colectivo y material, que en 
su conjunto permite al docente que evalúa enfrentar los desafíos 
éticos. Esta es una propuesta que el docente puede reflexionar y 
aumentar según su experiencia. 
A continuación se describe cada uno de estos ámbitos. 
El ámbito individual se refiere a todas aquellas competen-cias 
(conocimientos, habilidades, actitudes y valores) que debe 
poseer el docente que evalúa para poder identificar, enfrentar 
y solucionar un dilema ético: ser reflexivo, tener formación y es-tar 
actualizado en su campo, además de contar con capaci-dad 
analítica y autocrítica. 
El ámbito colectivo se refiere a que el docente que evalúa 
trabaje de manera colegiada y colaborativa para evaluar su 
desempeño, mediante el diálogo entre docentes para comuni-car 
sus experiencias, avances y retos. Es necesario fomentar el 
intercambio de experiencias entre docentes para favorecer la 
conformación de redes y el desarrollo de un clima de aprendi-zaje, 
que permita la actualización y la detección de problemas 
comunes para establecer y comprender principios y códigos de 
actuación, que favorezcan al docente evaluador revisar su 
de­sem­peño 
con base en las opiniones de otros docentes. 
El ámbito material se refiere a las herramientas con que cuen-ta 
el docente para regular y desarrollar un proceso de evaluación 
ético. La evaluación debe reflejar lo que el alumno ha aprendido 
o le falta por aprender; de esta manera, dentro de este ámbito es 
necesario que el docente tenga las evidencias que le ayuden a 
tomar las decisiones correctas para favorecer el desempeño de 
los alumnos. Cabe señalar que una mala evaluación es determi-nante 
en los procesos de aprendizaje de los alumnos. 
En relación con la ética, la evaluación no debe considerarse 
una medida de control o sanción, de amenaza a los alumnos, 
como cambiar calificaciones o “bajarles puntos”, ya que no
45 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
beneficia el proceso de aprendizaje; la evaluación debe consi-derarse 
una medida conveniente para establecer criterios cen-trados 
en mejorar el aprendizaje, que garanticen el derecho a 
la educación de todos los alumnos, respetando su dignidad y 
protegiendo sus derechos. 
En suma, el tener siempre presente los tres ámbitos permitirá 
al docente evaluar de manera profesional y ética.
46 
Preguntas frecuentes 
II 
1. El enfoque formativo de la evaluación
C1 web
S e presentan algunas preguntas que permiten aclarar, definir y aplicar los 
conceptos teóricos y metodológicos que se suscriben al hecho de evaluar 
los aprendizajes de los alumnos, con base en un enfoque formativo, y que de 
manera recurrente los docentes formulan. 
Qué significa evaluar bajo el enfoque formativo 
En el Plan de estudios 2011. Educación Básica se define la evaluación 
de los aprendizajes de los alumnos como “el proceso que permite ob-tener 
evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los 
logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación; por 
tanto, es parte constitutiva de la enseñanza y del aprendizaje” (SEP, 
2011:22). 
Para evaluar desde el enfoque formativo es necesario realizar un 
seguimiento sistemático del aprendizaje de los alumnos, a partir de 
la recolección de evidencias relacionadas con su desempeño. Reunir 
dichas evidencias sin el análisis del desempeño y la propuesta de me-jora, 
no es parte del enfoque formativo de la evaluación porque no 
48 
contribuye al logro educativo.
49 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Cómo se caracteriza a un docente que evalúa 
con base en el enfoque formativo 
El docente que evalúa desde el enfoque formativo, reflexiona constan-temente 
acerca de los aprendizajes esperados; los criterios de evalua-ción; 
informa a los alumnos lo que quiere que aprendan y retroalimenta 
su trabajo; además de promover que supervicen su desempeño. 
El docente que evalúa con base en el enfoque formativo es quien: 
• Posee una conducta ética y promueve una práctica profesional. 
• Cuenta con capacidad analítica y autocrítica. 
• Realiza en el aula una práctica reflexiva. 
• Se actualiza de forma continua. 
• Utiliza diferentes instrumentos para recolectar evidencias. 
• Fortalece competencias interpersonales, como algunas habilidades 
de comunicación con diferentes audiencias; tiene buen manejo del 
tiempo; es líder constructivo a lo largo del proceso; es asertivo bajo 
presión; es sensible para percibir conflictos, y es negociador y constru-ye 
relaciones sólidas con sus alumnos y otros docentes. 
• Promueve que el aula y la escuela sean los espacios destinados a la 
formación de los alumnos, la convivencia respetuosa y armoniosa. 
• Organiza, planifica su trabajo, y evalúa lo que enseña. 
• Conoce, a partir de las evaluaciones, los avances de sus alumnos y 
crea oportunidades de aprendizaje que conduzcan al logro de los 
aprendizajes esperados. 
• Define y comparte con sus alumnos los criterios de evaluación que 
utilizará, y ofrece retroalimentación de su progreso en el aprendizaje 
para que sus alumnos conozcan su desempeño y cuenten con los ele-mentos 
necesarios para mejorarlo. 
• Analiza los resultados de sus evaluaciones para reflexionar y tomar de-cisiones 
conducentes a mejorar su práctica, de manera que incida en 
el mejor desempeño de sus alumnos. 
• Informa a las autoridades escolares y a las madres, padres de familia o 
tutores el progreso en el logro de los aprendizajes de los alumnos, tanto
50 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
en los momentos destinados para ello como cuando lo considera opor-tuno, 
con el fin de que todos contribuyan al logro de los aprendizajes 
esperados. 
• Promueve en sus alumnos la puntualidad, la asistencia y la limpieza en 
sus trabajos, pero no incorpora estos aspectos como parte de la eva-luación. 
Cómo entender la función pedagógica de 
la evaluación 
La evaluación debe privilegiar la mejora del proceso de enseñanza 
y de aprendizaje, e involucrar a todos los implicados para centrar la 
atención en el alumno. 
De igual manera, entender cómo aprenden los alumnos, cuáles son 
sus estilos y ritmos de aprendizaje, las actividades desafiantes o retado-ras 
que favorecen el aprendizaje; además de considerar los resultados 
de la evaluación para mejorar, se remite a la función pedagógica de 
la evaluación. 
En qué momentos se evalúa 
La evaluación debe ser constante, por lo que es recomendable utilizar 
instrumentos para recolectar de forma sistemática y rigurosa la infor-mación. 
Esto permite al docente hacer un seguimiento del desempe-ño 
de los alumnos durante el desarrollo de las actividades cotidianas 
en el aula y en la escuela. 
La evaluación diagnóstica, que generalmente se usa al inicio del 
ciclo escolar, permitirá identificar las fortalezas y las debilidades de los 
alumnos para enfrentarse a nuevos aprendizajes, lo que favorecerá el 
diseño o la selección de estrategias de enseñanza. 
La evaluación formativa permite hacer un seguimiento cercano al 
desempeño de los alumnos; este tipo de evaluación ofrece la posibi-
51 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
lidad de retroalimentar a los alumnos durante los procesos de apren-dizaje 
o el desarrollo de las actividades de aprendizaje, y no al final. 
La evaluación sumativa se realiza al concluir un periodo de corte 
para obtener un juicio como producto de las evidencias recolectadas 
durante el proceso de aprendizaje. Es importante considerar que usar 
un instrumento solamente al final de un periodo de corte no permitirá 
ver de manera integral el desempeño de los alumnos. 
Qué son los criterios de evaluación 
Los criterios de evaluación son los elementos que el docente usará para 
evaluar las producciones de los alumnos, los cuales deben ser con-gruentes 
con los aprendizajes esperados porque permitirán identificar 
los avances en el logro de los mismos. Por ejemplo, si se va a evaluar un 
texto elaborado por los alumnos, algunos criterios de evaluación serían 
si cumple con las características del tipo de texto que se solicita, la co-herencia 
entre las ideas y el propósito del texto, entre otros.
52 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
III 
Autoevaluación docente. 
¿Evalúo con base 
en el enfoque formativo?
53
Para que el docente identifique si evalúa con enfoque forma-tivo, 
se sugiere emplear una lista de verificación en la que 
se puntualicen las características, los atributos y las acciones 
desea­bles 
que debe reunir un docente que evalúa los aprendi-zajes 
de sus alumnos, con base en el enfoque formativo. 
A continuación se presenta un ejemplo de lista de verifica-ción 
para promover que cada docente desarrolle un ejercicio 
de autoevaluación relacionada con su función. A partir de los 
resultados de este diagnóstico, se sugiere reflexionar acerca de 
los atributos que aún faltan por desarrollar. 
54
55 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Primer apartado 
¿En qué grado soy un docente que evalúa 
desde el enfoque formativo? 
Instrucciones: Marque con una X la columna “Sí”, si usted cum-ple 
con la característica que se está valorando; “No”, en caso 
de no tenerla. Se incorpora una columna de observaciones en 
cada requisito. 
LISTA DE VERIFICACIÓN PARA LA AUTOEVALUACIÓN DEL DOCENTE 
Características personales de un profesional-ético Sí No Observaciones 
Soy reflexiva(o). 
Soy autocrítica(o). 
Soy analítica(o). 
Trato a los demás de acuerdo con los valores de la ética 
docente (honestidad, respeto, autonomía, reciprocidad, 
imparcialidad, justicia, equidad). 
Soy asertiva(o) bajo presión. 
Tengo buen manejo del tiempo. 
Dialogo con otros docentes. 
Soy negociadora(o). 
Construyo relaciones sólidas con los alumnos y demás docentes. 
Reconozco a todas(os), y me aseguro de que también sean 
escuchados. 
Tengo formación profesional en mis áreas de conocimiento. 
Me actualizo constantemente en mis áreas de conocimiento. 
Tengo formación en cuestiones básicas de evaluación de 
los aprendizajes de los alumnos. 
Me actualizo constantemente en temas de evaluación de 
los aprendizajes de los alumnos. 
Percibo con facilidad cuando hay un conflicto.
56 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Acciones en práctica Sí No 
No 
aplica 
Observaciones 
Vinculo los procesos de enseñanza, de aprendiza-je 
y de evaluación. 
Organizo y planifico mi trabajo. 
Utilizo instrumentos para recolectar evidencias. 
Creo oportunidades de aprendizaje que conduz-can 
al logro de los aprendizajes esperados. 
Defino los criterios de evaluación que utilizo. 
Comparto con mis alumnos los criterios de evalua-ción 
que utilizo. 
Brindo retroalimentación a mis alumnos acerca de 
su progreso en el aprendizaje. 
Uso los resultados de las evaluaciones para re-flexionar. 
Uso los resultados de las evaluaciones para tomar 
decisiones. 
Uso los resultados de las evaluaciones para mejo-rar 
mi práctica. 
Me aseguro de que los ajustes que realizo a mi 
práctica incidan para el mejor desempeño de mis 
alumnos. 
Comunicación de los resultados Sí No 
No 
aplica 
Observaciones 
Me aseguro de que las estimaciones que realizo al 
desempeño de mis alumnos estén balanceadas. 
Es decir, valoro de manera equitativa sus fortalezas 
y las áreas de oportunidad de aprendizaje. 
Informo a las madres, padres de familia o tutores 
el progreso en el logro de los aprendizajes de mis 
alumnos. 
Informo los resultados en los momentos destinados 
para ello. 
Informo de los resultados cuando lo considero 
oportuno. 
Procuro que los resultados estén disponibles para 
las madres, padres de familia o tutores. 
Procuro que los resultados los entiendan las ma-dres, 
padres de familia o tutores.
57 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Segundo apartado 
¿Qué tan frecuente actúo como un 
docente-evaluador ético? 
Instrucciones: Marque con una X la frecuencia con que usted rea-liza 
las siguientes acciones. Para valorar cada acción se presenta 
una escala numérica y descriptiva de frecuencia, en la cual 1 sig-nifica 
“nunca”; 2, “pocas veces”; 3, “regularmente”, y 4, “siempre”. 
Acciones que realiza con frecuencia un 
docente-evaluador formativo 
4 
Siempre 
3 
Regularmente 
2 
Pocas veces 
1 
Nunca 
Vinculo las tareas de evaluación al proceso 
de enseñanza y de aprendizaje. 
Organizo y planifico mi trabajo. 
Desarrollo investigación sistemática para re-colectar 
evidencias. 
Creo oportunidades de aprendizaje que 
conduzcan al logro de los aprendizajes es-perados. 
Defino los criterios de evaluación que aplico. 
Comparto con mis alumnos los criterios de 
evaluación que aplico. 
Brindo retroalimentación a mis alumnos de su 
progreso en el aprendizaje. 
Analizo los resultados de sus evaluaciones 
para reflexionar. 
Analizo los resultados de sus evaluaciones 
para tomar decisiones. 
Analizo los resultados de sus evaluaciones 
para mejorar mi práctica. 
Me aseguro de que los ajustes que realizo a 
mi práctica incidan en el mejor desempeño 
de mis alumnos. 
Informo a las madres, padres de familia o 
tutores el progreso en el logro de los apren-dizajes 
de mis alumnos. 
Informo los resultados en los momentos des-tinados 
para ello. 
Informo los resultados cuando lo considero 
oportuno.
58 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Guía de calificación de la lista de verificación 
para la autoevaluación del docente 
Guía de calificación por componente 
La lista de verificación para la autoevaluación del docente que 
se muestra le es útil para que valore el tipo de atributos que tie-ne 
un evaluador formativo. En el primer apartado, la respuesta 
deseada para cada uno de los requisitos incorporados en los 
tres componentes, es “Sí”. Por lo tanto, a cada “Sí” se le otorga 
el valor de un punto, mientras que en los requisitos que se regis-tre 
“No”, se les otorga el valor de cero puntos. En el segundo 
apartado, la respuesta elegida para cada acción se le otorga 
el valor predeterminado: “nunca” tiene valor de 1; “pocas ve-ces”, 
de 2; “regularmente”, de 3, y “siempre”, de 4. 
Los puntajes máximos por componente son los siguientes: 
Componente Puntaje total 
por componente 
Registre 
el puntaje obtenido 
por componente 
Características personales de un profesional-ético. 15 
Acciones en práctica. 11 
Comunica los resultados. 6 
Acciones que realiza con frecuencia un docente-eva-luador 
formativo. 
56 
Total de puntos 88
59 
1. El enfoque formativo de la evaluación 
Guía de calificación total 
Una vez que se obtuvo el puntaje total de cada uno de los cua-tro 
componentes de análisis, es conveniente sumar estos punta-jes 
para obtener la calificación final de cada docente. Debe re-visarse 
la tabla de conversiones que se presenta a continuación 
para convertir los puntajes a una calificación en una escala de 
0 a 10, y asignar el nivel en el que un docente cuenta con atri-butos 
de un docente-evaluador formativo. 
Puntaje total 
obtenido 
Calificación Nivel de un docente que cuenta con atributos 
de un docente-evaluador formativo 
88-74 
puntos 
10 
Excelente; usted cuenta con el perfil deseable de un docen-te- 
evaluador formativo. Compartir las estrategias que lo han 
llevado a lograr este perfil permitirá al resto de sus colegas 
tener en cuenta ejemplos exitosos. 
73-59 
puntos 
9 
Muy bien; usted cuenta con una cantidad satisfactoria de 
atributos que lo distinguen como un docente-evaluador for-mativo. 
58-44 
puntos 
8 
Bien; usted cuenta con una cantidad considerable de atribu-tos 
que lo distinguen como un docente-evaluador formativo. 
Se sugiere reflexionar en torno a los atributos que no figuran 
en su práctica y desarrollar planes de acción para su posible 
implementación. 
43-29 
puntos 
7 
Regular; usted cuenta con una cantidad limitada de atributos 
de un docente-evaluador formativo. Se sugiere reflexionar en 
torno a los atributos que no figuran en su práctica y desarrollar 
planes de acción para su posible implementación. 
28-14 
puntos 
6 
Suficiente; usted cuenta con una cantidad muy limitada de 
atributos de un docente-evaluador formativo. Se sugiere dia-logar 
con sus pares para conocer experiencias exitosas y de-sarrollar 
planes de acción para su posible implementación. Es 
recomendable dialogar con sus pares para conocer expe-riencias 
exitosas. 
13-0 
puntos 
5 
Inaceptable; usted cuenta con una cantidad muy limitada 
de atributos de un docente-evaluador formativo. Se sugiere 
dialogar con sus pares para conocer experiencias exitosas y 
diseñar cuanto antes un plan de acción (cursos de capacita-ción, 
intercambio con los pares) y así subsanar áreas de opor-tunidad 
visibles.
60 
Para saber más 
IV 
1. El enfoque formativo de la evaluación
61
Colomina, R. y otros (2001), “Interactividad, mecanismos de influen-cia 
educativa y construcción del conocimiento en el aula”, en 
C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi (comps.) (2001), Desarrollo psi-cológico 
y educación, 2. Psicología de la educación escolar, 
62 
Madrid, Alianza. 
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marco de la reforma: una perspectiva de conjunto”, Signos, 
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preal.org/Biblioteca.asp 
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C1 web

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  • 2. El enfoque formativo de la evaluación SERIE: HERRAMIENTAS PARA LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN BÁSICA
  • 3. Secretaría de Educación Pública José Ángel Córdova Villalobos Subsecretaría de Educación Básica Francisco Ciscomani Freaner Dirección General de Desarrollo Curricular Noemí García García Dirección General de Materiales e informática educativa Óscar Ponce Hernández Dirección General de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa Juan Martín Martínez Becerra Dirección General de Educación Indígena Rosalinda Morales Garza Dirección General de Formación Continua de Maestros en Servicio Víctor Mario Gamiño Casillas
  • 4. El enfoque formativo de la evaluación
  • 5. El enfoque formativo de la evaluación fue coordinado por la Dirección General de Desarrollo Curricular (DGDC) que pertenece a la Subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública. CORDINACIÓN GENERAL Y ACADÉMICA Noemí García García Rosa María Nicolás Mora ASESORA ACADÉMICA Margarita Zorrilla Fierro CONTENIDOS Valentina Jiménez Franco Coordinación editorial Ernesto López Orendain Gisela L. Galicia CORECIÓN DE ESTILO Sonia Ramírez Fortiz Portada Lourdes Salas Alexander DISEÑO y formación Víctor Castañeda FOTOGRAFÍA Tania M. Gallegos Vega Jorge A. López Cruz Dirección General de Desarrollo Curricular (DGDC) revisión técnico-pedagógica Isabel Gómez Caravantes, María Guadalupe Fuentes Cardona, Norma Nélida Reséndiz Melgar, María Teresa Sandoval Sevilla, María Esther Tapia Álvarez, María Eréndira Tinoco Ramírez y Miriam Zamora Díaz Barriga. PRIMERA edición, 2012 D. R. © Secretaría de Educación Pública, 2012, Argentina 28, Centro, 06020, Cuauhtémoc, México, D.F. ISBN: 978-607-467-274-9 Impreso en México MATERIAL GRATUITO/Prohibida su venta
  • 6. Índice Presentación 7 Prólogo 9 Introducción 13 I. El enfoque formativo de la evaluación de los aprendizajes 17 Evaluar desde el enfoque formativo 19 ¿Qué significa evaluar? 19 La medición en el contexto formativo de la evaluación 20 La estimación en el contexto formativo de la evaluación 21 La calificación en el contexto formativo de la evaluación 21 La acreditación 22 La evaluación desde el enfoque formativo 23 Funciones de la evaluación 24 Momentos y tipos de la evaluación 25 Los elementos de la evaluación 28 ¿Qué se evalúa? 28 ¿Para qué se evalúa? 29 ¿Quiénes evalúan? 30 ¿Cuándo se evalúa? 32 ¿Cómo se evalúa? 32 ¿Cómo se emiten juicios? 33 ¿Cómo se distribuyen las responsabilidades de la evaluación? 34 ¿Qué se hace con los resultados de la evaluación? 34 El docente que evalúa con base en el enfoque formativo 35 Un modelo de evaluación con enfoque formativo 37 Claridad en lo que se enseña: los aprendizajes esperados 38 Establecer y comunicar los criterios de evaluación 38
  • 7. Identificar dónde están los alumnos y hasta dónde pueden llegar 39 Retroalimentar a los alumnos 41 Supervisar el propio desempeño 42 La ética en la evaluación 43 II. Preguntas frecuentes 46 III. Autoevaluación docente. ¿Evalúo con base en el enfoque formativo? 52 Primer apartado 55 ¿En qué grado soy un docente que evalúa desde el enfoque formativo? 55 Segundo apartado 57 ¿Qué tan frecuente actúo como un docente-evaluador ético? 57 Guía de calificación de la lista de verificación para la autoevaluación del docente 58 Guía de calificación por componente 58 Guía de calificación total 59 IV. Para saber más 60 Bibliografía consultada 64
  • 8. Presentación La Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) tiene como elemento central la articula­ción de la Educación Básica, la cual determina un trayecto formativo congruente con las caracterís-ticas, los fines y los propósitos de la educación y el sistema educativo nacional. La articulación está centrada en el logro educativo, al atender las necesidades específicas de aprendizaje de cada uno de los estudiantes. En este contexto, el enfoque formativo de la evaluación se convierte en un aspecto sustantivo para la mejora del proceso educativo en los tres niveles que integran la Educación Básica. En el marco de la RIEB, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha editado la serie Herra-mientas para la evaluación en Educación Básica, con el propósito de favorecer la reflexión de los docentes acerca del enfoque formativo de la evaluación en todos los planteles de preescolar, primaria y secundaria. Los títulos de la serie Herramientas para la evaluación en Educación Básica son: 1. El en-foque formativo de la evaluación, 2. La evaluación durante el ciclo escolar, 3. Los elemen-tos del currículo en el contexto del enfoque formativo de la evaluación, 4. Las estrategias y los instrumentos de evaluación desde el enfoque formativo, y 5. La comunicación de los logros de aprendizaje de los alumnos desde el enfoque formativo, cuyos contenidos toman como base los principios pedagógicos expresados en el Plan de estudios 2011. Educación Básica, de manera particular el principio pedagógico Evaluar para aprender, en el que se destaca la creación de oportunidades para favorecer el logro de los aprendizajes. La SEP tiene confianza en que estos cinco cuadernillos serán de utilidad para orientar el trabajo de las maestras y los maestros de todo el país. Asimismo, reconoce que con su expe-riencia docente y a partir de los resultados que obtengan en la práctica, los enriquecerán. 7 SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
  • 9. Ahondar en la evaluación de los aprendizajes es considerar las emociones que despierta en el evaluador y en los evaluados, interpretar los contenidos y los modos de enseñar y aprender, los valores que se ponen en juego, los criterios de inclusión y exclusión, las creencias de los docentes acerca de las capacidades de aprender de sus alumnos. Rebeca Anijovich
  • 10. La evaluación de los aprendizajes es una de las tareas de ma-yor comple­jidad que realizan los docentes, tanto por el pro-ceso que implica como por las consecuencias que tiene emitir juicios sobre los logros de aprendizaje de los alumnos. Por esta razón, quise iniciar el prólogo con la cita de Rebeca Anijovich, ya que acercarse y profundizar en la evaluación de los aprendi-zajes sólo es posible si se hacen conscientes las emociones que involucra, la forma en que se enseña y en la que aprenden los alumnos, los valores implicados, las consecuencias que puede tener respecto de la inclusión y la exclusión y, sobre todo, respon-der honestamente si se confía en la capacidad de aprender de 9 todos y cada uno de los alumnos. Esta reflexión es importante debido a que en el proceso de la RIEB la evaluación de los aprendizajes de los alumnos de los tres niveles que integran la Educación Básica es un elemento que está directamente rela­cionado con la manera en que se desarrolle el currículo en las aulas y las escuelas. Tal como lo establece el Plan de estudios 2011, se debe “eva-luar para aprender”. En la actualidad, se insiste en la importancia de que el propósito de la evaluación en el aula sea mejorar el aprendizaje y desempeño de los alumnos mediante la creación constante de mejores oportunidades para aprender, a partir de los resultados que aquéllos obtienen en cada una de las eva-luaciones que presentan durante un ciclo escolar. Significa dejar atrás el papel sancionador y el carácter exclusivamente conclu-sivo o sumativo de la evaluación de aprendizajes, por uno más interesado en conocer por qué los alumnos se equivocan o tie-
  • 11. 10 1. El enfoque formativo de la evaluación nen fallas para que, una vez identificadas las causas, sea posible ayudarlos a superarlas. En esto consiste lo que hemos denomina-do el enfoque formativo de la evaluación de los aprendizajes. Además de lo establecido en el Plan de estudios 2011, la frase “evaluar para aprender” remite a la posibilidad de que todos los que participan en el proceso de evaluación aprendan de sus re-sultados. No sólo hace referencia a los alumnos y sus aprendizajes, también se dirige a las educadoras, las maestras y los maestros, quienes con los procesos de evaluación tienen la oportunidad de mejorar la enseñanza, al adecuarla a las necesidades de apren-dizaje de sus alumnos. En este sentido, la evaluación también es una herramienta para mejorar la práctica docente. Por lo anterior, se elaboró esta serie de materiales de apoyo para los docentes titulada Herramientas para la evaluación en Educación Básica, cuyo propósito principal es invitar a educa-doras, maestras y maestros a reflexionar acerca de qué evalúan, cómo lo hacen y, sobre todo, cuál es el sentido de la evalua­ción de los aprendizajes, con el fin de que esta reflexión sea la base para mejorar sus prácticas evaluativas y les permita ser cada día mejores docentes. Sólo es posible innovar cuando se reconoce la manera en que se han realizado ciertas acciones, y para in-novar en la evaluación es necesario que cada uno de nosotros tome como punto de partida su propia tradición. La serie consta de cinco textos: 1. El enfoque formativo de la evaluación 2. La evaluación durante el ciclo escolar 3. Los elementos del currículo en el contexto del enfoque formativo de la evaluación 4. Las estrategias y los instrumentos de evaluación desde el enfoque formativo 5. La comunicación de los logros de aprendizaje de los alumnos desde el enfoque formativo
  • 12. 11 1. El enfoque formativo de la evaluación En el primer texto se aborda la conceptualización del enfo-que formativo de la evaluación de los aprendizajes, y se explica con mayor profundidad en qué consiste, cuáles son los pasos que se deben seguir cuando se evalúa y cuáles son los tipos de evaluación que se llevan a cabo, entre otros temas principales. En el segundo se hace un análisis del pa­pel de la evaluación durante el ciclo escolar y se brindan sugerencias para dar se-guimiento a los alumnos que a lo largo del ciclo van presen-tando algún rezago respecto del resto del grupo. En el tercero se ofrece una mirada desde la evaluación a los elementos del currículo para centrarse en cómo evaluar los aprendizajes espe-rados. En el cuarto se presentan diversas estrategias e instrumen-tos de evaluación conforme a lo establecido en los programas de estudio y se dan sugerencias de cómo elaborarlos, también se identifica qué es lo que permite evaluar cada uno de ellos. Finalmente, en el quinto se abordan los temas relacionados con la comunicación de los logros de aprendizaje, desde la retro-alimentación en clase hasta el informe oficial que se brinda a través de la Cartilla de Educación Básica, y se plantean propues-tas de cómo hacer de la comunicación una herramienta para mejorar los logros de aprendizaje. Como puede apreciarse, estos textos, en su conjunto, hacen un re­corrido desde la conceptualización hasta la comunicación de resultados, con el fin de que los docentes cuenten con los elementos y las su­gerencias necesarias para mejorar la forma en que llevan a cabo la evaluación de los aprendizajes en el aula y la escuela. Este conjunto de materiales de evaluación de aprendizajes favorecerá el interés por este ámbito profesional de los docentes, que es tan importante, y por otros materiales sobre el te­ma que permitan profundizar en distintos aspectos de la evaluación. Para ello, resultará fundamental contar con las experiencias y opiniones de los propios docentes para orientar las reflexiones respecto de la evaluación.
  • 13. 12 1. El enfoque formativo de la evaluación Como maestra e investigadora, quiero expresar mi agra-decimiento por haberme invitado a reflexionar sobre el tema con los colegas de la Subsecretaría de Educación Básica, pues reconozco que la evaluación de los aprendizajes escolares es una labor de las educadoras, las maestras y los maestros frente a grupo, porque son quienes mejor conocen a los alumnos y quienes cuentan con la información necesaria para desarrollar esta tarea. Varias de las conclusiones a que llegamos en esas conver-saciones, están ahora en estos textos. Por ello, espero que los docentes de los tres niveles que integran la Educación Básica encuentren respuestas en ellos y se formulen nuevas preguntas que los lleven a profundizar su propio aprendizaje y a mejorar su enseñanza. Sin duda, la evaluación no puede ser un apéndice de la enseñanza, es parte de la enseñanza y del aprendizaje. Margarita Zorrilla Fierro
  • 14. El cuadernillo El enfoque formativo de la evaluación forma parte de un conjunto de textos que integran la serie Herra-mientas para la evaluación en Educación Básica, mediante los cuales se pretende generar la reflexión entre docentes, direc-tivos, equipos técnicos y autoridades en torno a los principios teóricos y metodológicos del enfoque formativo de la evalua-ción, y de esta forma coadyuvar al logro de los aprendizajes de las niñas, los niños y los adolescentes que en México cursan los niveles preescolar, primaria y secundaria. En la actualidad la evaluación es un tema importante en el ámbito educativo. La mayoría de los actores educativos están conscientes de las implicaciones de evaluar o ser evaluado en el proceso educativo. En este sentido, la evaluación verifica lo que los alumnos aprenden y cómo lo aprenden, lo que los do-centes enseñan y cómo lo enseñan, qué contenidos y mediante qué estrategias. Es decir, la actividad educativa de alumnos y docentes está orientada en algún grado por la evaluación para mejorar el aprendizaje (De la Orden, 1989). Con esta perspecti-va, es importante conocer qué es evaluar desde el enfoque for-mativo, con el fin de que la evaluación contribuya a una mejor enseñanza y al aprendizaje de los alumnos. Evaluar mediante el enfoque formativo implica reconocer que existe una cultura de evaluación que no se limita a la es-cuela. Tradicionalmente, la evaluación se aplicaba para cono-cer el desempeño escolar de los alumnos en un nivel cognosci-tivo: referir conceptos, hechos, principios, etcétera, adquiridos por ellos en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. A partir 13
  • 15. 14 1. El enfoque formativo de la evaluación de la década de 1960, la evaluación se ha extendido a otros elementos del proceso educativo: la práctica docente, el fun-cionamiento de los programas de apoyo al currículo y los com-ponentes del sistema educativo. Esta ampliación se realizó en Estados Unidos por circunstancias como la crítica a la calidad de la escuela pública y la necesidad de que se rindiera cuentas ante la enorme inversión en temas educativos, entre otras. En México, desde los años 90 del siglo XX la evaluación edu-cativa ha combinado el avance técnico de las pruebas estan-darizadas a gran escala, con la evaluación de los aprendizajes de los alumnos por parte de los docentes. Las pruebas estandarizadas aplicadas a un grupo conside-rable de la población escolarizada, permiten obtener resultados confiables de los niveles de aprendizaje que alcanzan miles de alumnos y tener un panorama que ayude a tomar decisiones para la mejora de la calidad de la educación; sin embargo, para ello se necesita reducir el número de temas al mínimo y utilizar preguntas que no atienden los aspectos más complejos de las competencias que pretende desarrollar la escuela. En este sen-tido, la evaluación de los aprendizajes de los alumnos por par-te del docente permite atender con precisión los aspectos más complejos de la enseñanza y el aprendizaje, y hacerlo de modo que se brinde retroalimentación detallada y oportuna a cada alumno (SEP, 2010). En el principio pedagógico “Evaluar para aprender”, seña­lado en el Plan de estudios 2011. Educación Básica, se men-ciona que los docentes son los responsables directos de la evaluación de los alumnos, independientemente de su mo-mento (inicial, de proceso y final) y/o finalidad (acreditativa o no acreditativa). En este contexto, la evaluación con enfoque formativo se concibe como un insumo importante para mejo-rar los procesos de aprendizaje durante todo el trayecto for-mativo. Esto se sustenta en el Acuerdo número 592 por el que se establece la Articulación de la Educación Básica (SEP, 2011).
  • 16. 15 1. El enfoque formativo de la evaluación Aun cuando dicho Acuerdo tiene alcance nacional, cada docente y escuela selecciona las estrategias, las técnicas y los instrumentos que le aportan información cualitativa y cuantita-tiva relevante en función del seguimiento al aprendizaje de sus alumnos y a las necesidades que puedan surgir de acuerdo con las características del contexto. Los docentes tienen absoluta libertad para determinar, interpretar, registrar y utilizar distintos elementos para la evaluación, y brindar retroalimentación a sus alumnos, aunque siempre teniendo como referente directo lo señalado en el Plan y los programas de estudio 2011 de Educa-ción Básica. Con frecuencia se observa que los docentes dedican poco tiempo a la evaluación del aprendizaje en sí mismo, lo cual pue-de redundar en que los criterios y los procedimientos empleados no necesariamente valoren de manera amplia y consistente el aprendizaje adquirido por los alumnos. Para subsanar esta situa-ción, la evaluación del aprendizaje desde el enfoque formativo requiere que cada docente utilice las estrategias y los instru-mentos de evaluación que considere adecuados a las necesi-dades de aprendizaje de su grupo para atender a la diversidad de alumnos. El propósito principal de este texto es aportar elementos que permitan transformar el sentido de la evaluación, conocer los avances en el aprendizaje y contar con información confiable que posibilite crear oportunidades adecuadas para que cada alumno pueda aprender cada vez mejor. Sobre todo, la interro-gante principal que se pretende ayudar a responder con este texto es explicitar en qué elementos se debe fijar el docente para fortalecer y potencializar su práctica y evaluar desde un enfoque formativo, es decir, a partir del principio de evaluar para aprender centrando la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje. El texto se organizó en cuatro secciones; en la primera se pre-senta la conceptualización de evaluación y de otros elementos
  • 17. 16 1. El enfoque formativo de la evaluación relacionados con este proceso. También se señalan las caracterís-ticas de la evaluación desde un enfoque formativo y los elemen-tos que deben considerarse para implementarla. En la segunda sección se detallan las características del docente que evalúa los aprendizajes de sus alumnos a partir del enfoque formativo. En la tercera sección se ofrece una serie de sugerencias puntuales basadas en preguntas frecuentes de los docentes para entender el enfoque formativo de la evaluación. Finalmente, el cuadernillo integra una sección de referencias “Para saber más”.
  • 18. I El enfoque formativo de la evaluación de los aprendizajes
  • 20. Evaluar desde el enfoque formativo 19 ¿Qué significa evaluar? El objeto de estudio más difícil de evaluar es el desarrollo del ser humano, al tener éste la capacidad permanente de aprender, evolucionar, adaptarse y cambiar, por lo que evaluar en el te-rreno educativo, es decir, el aprendizaje convencional de las personas, se torna en una actividad aún más compleja. En el campo de la evaluación educativa, la evaluación es un proceso integral y sistemático a través del cual se recopi-la información de manera metódica y rigurosa, para conocer, analizar y juzgar el valor de un objeto educativo determinado: los aprendizajes de los alumnos, el desempeño de los docen-tes, el grado de dominio del currículo y sus características; los programas educativos del orden estatal y federal, y la gestión de las instituciones, con base en lineamientos definidos que fun-damentan la toma de decisiones orientadas a ayudar, mejorar y ajustar la acción educativa (Ruiz, 1996; Hopkins, 1998; JCSE, 2003; Worthen, Sanders y Fitzpatrick, 1997). Desde esta perspectiva, el Plan de estudios 2011. Educación Básica recupera las aportaciones de la evaluación educativa y define la evaluación de los aprendizajes de los alumnos como “el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación; por tanto, es parte cons-
  • 21. 20 1. El enfoque formativo de la evaluación titutiva de la enseñanza y del aprendizaje” (SEP, 2011:22). Este enfoque formativo enriquece las aportaciones de la evalua-ción educativa al indicar que el centro de la evaluación son los aprendizajes y no los alumnos, esto es, se evalúa el desempeño y no la persona; con ello, la evaluación deja de ser una medida de sanción. En la comprensión del enfoque formativo de la evaluación que plantea el Plan de estudios 2011, es necesario considerar los siguientes aspectos: • Que en la práctica se tiende a confundir con cierta facili-dad conceptos como medición, calificación, estimación o acreditación. Sin embargo, existen diferencias episte-mológicas o de origen y metodológicas que es importan-te atender para clarificar su uso dentro del proceso de la evaluación. • Que la evaluación, al ser un proceso que busca informa-ción para tomar decisiones, demanda el uso de técnicas e instrumentos para recolectar información de corte cua-litativo y cuantitativo con objeto de obtener evidencias y dar seguimiento a los aprendizajes de los alumnos a lo largo de su formación en la Educación Básica. La medición en el contexto formativo de la evaluación Se define como la asignación de un valor numérico a conocimientos, habilidades, valores o actitudes, logrados por los alum-nos durante un periodo de corte, particu­lar­mente en primaria y secundaria.1 A partir Para conocer acerca de las técnicas y los instrumentos de evaluación, consultar el cuadernillo 4, Las estrategias y los instrumentos de evaluación desde el enfoque formativo. 1 En preescolar no se usa la medición. No se mide a las personas en sí mismas, sino en términos del nivel de su desempeño.
  • 22. 21 1. El enfoque formativo de la evaluación de esta definición, si se aplica una prueba a los alumnos con la intención de medir lo que aprendieron en Español durante el pri-mer bimestre, muchas veces se piensa que con esta acción se está evaluando; sin embargo, sólo se mide el aprendizaje, es de-cir, sólo se obtiene un puntaje. Para evaluar no sólo se requiere contar con una evidencia nu-mérica, además se necesita comparar ese puntaje con elemen-tos de referencia que se establecen previamente para conocer el desempeño de los alumnos. En el caso de Español, como en el resto de las asignaturas de primaria y secundaria, los aprendizajes esperados constituyen dicho referente. La estimación en el contexto formativo de la evaluación Los resultados de la medición permiten realizar estimaciones. Estimar es la acción concreta de emitir un juicio de lo que ha aprendido un alumno, con base en evidencias cualitativas y cuantitativas, cuando sea el caso. Una forma de estimación en el ámbito escolar es la calificación. La calificación en el contexto formativo de la evaluación Calificar se refiere sólo a la expresión cualitativa del nivel de desempeño, A: destacado, B: satisfactorio, C: suficiente, y D: insuficiente, o cuantitativa, como la escala numérica (10, 9, 8, 7, 6, 5) del juicio de valor que emita el docente acerca del logro de los aprendizajes esperados de los alumnos. En este juicio de valor se suele expresar el grado de suficiencia o insu-ficiencia de los aprendizajes esperados. Cuando se evalúa, no basta con establecer una califica-ción sino tomar decisiones sobre estas estimaciones. Las deci-siones se refieren a la retroalimentación que debe darse a los
  • 23. 22 1. El enfoque formativo de la evaluación alumnos, a la mejora o adecuación de la práctica docente y, en consecuencia, a la creación de oportunidades de aprendi-zaje que les permita a los alumnos aprender más y mejor. En el Plan de estudios 2011 se establece que los juicios acerca de los aprendizajes logrados durante el proceso de evaluación deben buscar que los alumnos, docentes, madres y padres de familia o tutores, autoridades escolares y educativas, en sus distintos nive-les, tomen decisiones que permitan mejorar el desempeño de los alumnos (SEP, 2011). La acreditación Consiste en tomar la decisión respecto a la pertinencia de que un alumno acceda al grado escolar o nivel educativo siguien-te o termine la Educación Básica, en función de las evidencias cualitativas y cuantitativas que se tienen sobre el logro de los aprendizajes esperados de cada alumno.2 En síntesis, la evaluación no se li-mita ni reduce a alguno de los con-ceptos previamente descritos sino, al contrario, los incorpora de alguna otra forma como acciones indispen-sables que integran el proceso. En la Educación Básica, el do-cente es el encargado de la eva-luación de los aprendizajes de los alumnos, por lo que debe recolectar evidencias, medir los aprendizajes en el aula, calificar y tomar decisiones 2 El Acuerdo número 648 por el que se establecen normas generales para la evaluación, acreditación, promo-ción y certificación en la educación básica, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 14 de agosto de 2012, además de dar cumplimiento al transitorio Séptimo del Acuerdo número 592, en el sentido de modificar el Acuerdo 200 para definir la evaluación de los aprendizajes en la escuela acorde al Plan y los programas de estudio 2011, establece criterios de acreditación para cada uno de los cuatro perio-dos en que se organiza la Educación Básica, y sus correspondientes criterios de promoción de grado y nivel educativo. Para conocer acerca de las particularidades de la acreditación en Educación Básica, consultar el cuadernillo 5, La comunicación de los logros de aprendizaje desde el enfoque formativo.
  • 24. 23 1. El enfoque formativo de la evaluación que permitan mejorar el desempeño de los alumnos para dar seguimiento a su aprendizaje, crear oportunidades de mejora y hacer modificaciones en su práctica docente para lograr los aprendizajes establecidos en los programas de estudio. La evaluación desde el enfoque formativo La evaluación desde el enfoque formativo además de tener como propósito contribuir a la mejora del aprendizaje, regula el proceso de enseñanza y de aprendizaje, principalmente para adaptar o ajustar las condiciones pedagógicas (estrategias, ac-tividades, planificaciones) en función de las necesidades de los alumnos. Desde este enfoque, la evaluación favo-rece el seguimiento al desarrollo del aprendi-zaje de los alumnos como resultado de la ex-periencia, la enseñanza o la observación. Por tanto, la evaluación formativa constituye un proceso en continuo cambio, producto de las acciones de los alumnos y de las propues-tas pedagógicas que promueva el docente (Díaz Barriga y Hernández, 2002). De ahí que sea importante entender qué ocurre en el proceso e identificar la necesidad de nuevas oportunidades de aprendizaje. De esta ma-nera, el proceso es más importante que el resultado y éste se convierte en un elemento de reflexión para la mejora. De acuerdo con estas consideraciones, la evaluación para la mejora de la calidad educativa es fundamental por dos razones: a) proporciona información que no se había previsto para ayudar a mejorar, y b) provee
  • 25. 24 1. El enfoque formativo de la evaluación información para ser comunicada a las diversas partes o au-diencias interesadas (alumnos, madres y padres de familia, tu-tores y autoridades escolares). En consecuencia, la evaluación desde el enfoque formativo responde a dos funciones; la prime-ra es de carácter pedagógico –no acreditativo–, y la segunda, social –acreditativo– (Vizcarro, 1998; Coll y Onrubia, 1999; Díaz Barriga y Hernández, 2002). Funciones de la evaluación La función pedagógica de la evaluación permite identificar las­necesidades del grupo de alumnos con que trabaje cada docen­te, mediante la reflexión y mejora de la enseñanza y del aprendizaje. También es útil para orientar el desempeño docente y seleccionar el tipo de actividades de aprendizaje que respon-dan a las necesidades de los alumnos. Sin esta función pedagó-gica no se podrían realizar los ajustes necesarios para el logro de los aprendizajes esperados, ni saber si se han logrado los aprendi-zajes de un campo formativo o de una asignatura, a lo largo del ciclo escolar o al final del nivel educativo. La función social de la evaluación está relacionada con la creación de oportunidades para seguir aprendiendo y la comu-nicación de los resultados al final de un periodo de corte, tam-bién implica analizar los resultados obtenidos para hacer ajustes en la práctica del siguiente periodo. Esto es, las evidencias obtenidas del seguimiento al progreso del aprendizaje de los alumnos, así como los juicios que se emitan de éste, serán insumos para la toma de decisiones respecto al mejora­miento de los aprendizajes de los alum-nos. Des­de este enfoque, una calificación y una des­cripción sin propuesta de mejora son insufi-cientes e inapropiadas para mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje (SEP, 2011). Para conocer acerca de la función social de la evaluación consultar el cuadernillo 5, La comunicación de los logros de aprendizaje desde el enfoque formativo.
  • 26. 25 1. El enfoque formativo de la evaluación Momentos y tipos de la evaluación Tradicionalmente se señalan tres momentos de evaluación: ini-cial, de proceso y final. Estos momentos coindicen con los tipos de evaluación: diagnóstica, formativa y sumativa o sumaria (Scri-ven, 1967; Díaz Barriga y Hernández, 2002; Nirenberg, Brawerman y Ruiz, 2003). La evaluación diagnóstica se realiza de manera previa al desarrollo de un proceso educativo, cualquiera que sea, con la intención de explorar los conocimientos que ya poseen los alumnos. Este tipo de evaluación es considerado por muchos teóricos como parte de la evaluación formativa, dado que su objetivo es establecer una línea base de aprendizajes comunes para diseñar las estrategias de intervención docente; por ello, la evaluación diagnóstica puede realizarse al inicio del ciclo esco-lar o de una situación o secuencia didáctica. La evaluación formativa se realiza para valorar el avance en los aprendizajes y mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Su fun-ción es mejorar una intervención en un momento determinado, y en concreto, permite valorar si la planificación se está realizando de acuerdo con lo planeado. Las modalidades de evaluación formativa que se emplean para regular el proceso de enseñanza y de aprendizaje son: interactiva, retroactiva y proactiva. Regulación interactiva. Son las evaluaciones que ocurren completamente integradas al proceso de enseñanza. La regu-lación suele ser inmediata gracias a los intercambios frecuen-tes y sistemáticos entre el docente y los alumnos, a propósito de una actividad o tarea realizada en el aula. En estos casos, el docente utiliza la observación, el diálogo y la interpretación de lo que hacen y dicen sus alumnos, para decidir qué apoyos necesita para hacer el seguimiento de los aprendizajes de los alumnos. Regulación retroactiva. Son las evaluaciones que permiten crear oportunidades de aprendizaje después de realizar una
  • 27. 26 1. El enfoque formativo de la evaluación medición puntual al término de una situación o secuencia di-dáctica; de esta forma, permiten reforzar lo que no se ha apren-dido de manera apropiada. Existen varias opciones para de-sarrollar este tipo de regulaciones: a) explicar los resultados o argumentos de las actividades realizadas con el grupo de alum-nos; b) realizar el proceso de forma sencilla, y c) agrupar a los alumnos por el tipo de apoyo que requieren para que elaboren ejercicios de manera diferenciada. Regulación proactiva. Son las evaluaciones que ayudan a hacer adaptaciones relacionadas con lo que se aprenderá en un futuro cercano. En el caso de los alumnos que lograron los aprendizajes propuestos, se pueden programar actividades para ampliar lo que aprendieron, y para los alumnos que no lo-graron todos los aprendizajes se proponen actividades con me-nor grado de dificultad. La regulación interactiva constituye la modalidad por exce-lencia de la evaluación formativa, mientras que la proactiva y la retroactiva son alternativas para que puedan utilizarse cuan-do la primera no ha funcionado por diversos factores (Díaz Barri-ga y Hernández, 2002). Por otra parte, la evaluación sumativa promueve que se ob-tenga un juicio global del grado de avance en el logro de los aprendizajes esperados de cada alumno, al concluir una secuen-cia didáctica o una situación didáctica. Para el caso de prima-ria y secundaria, también permite tomar decisiones relacionadas con la acreditación al final de un periodo de enseñanza o ciclo escolar, no así en el nivel de preescolar, donde la acreditación se obtendrá sólo por el hecho de haberlo cursado. Asimismo, la evaluación sumativa se basa en la recolec-ción de información acerca de los resultados de los alumnos, así como de los procesos, las estrategias y las actividades que ha utilizado el docente y le han permitido llegar a dichos resul-tados.
  • 28. 27 1. El enfoque formativo de la evaluación En relación con los tres momentos de la evaluación, éstos son fundamentales para tomar decisiones respecto al desarrollo de la planificación en un aula en particular, por ello, es necesa-rio evaluar durante todo el ciclo escolar. En general, la evalua-ción inicial ocurre cuando comienza un ciclo escolar y en las primeras etapas del desarrollo de un periodo o bloque, y la final en las últimas etapas, mientras que la evaluación de proceso hace posible el aprendizaje. Generalmente, la evaluación final suele tener más atención por parte de los docentes que la del proceso. Si lo anterior ocurre, el docente no se centraría en la evaluación de los aprendizajes de los alumnos desde el enfo-que formativo, por lo que al no aplicar adecuadamente estas evaluaciones, se puede detener el proceso de aprendizaje de varias maneras; por ejemplo: • Si los exámenes y las tareas que se evalúan no comuni-can lo que es importante aprender o no se enfocan en los aprendizajes esperados, los alumnos no podrán mejo-rar sus aprendizajes. • La asignación de calificaciones como premio o castigo puede terminar con la motivación de los alumnos por aprender. • Si los alumnos perciben la obtención de una calificación como un logro fuera de su alcance, puede aminorar su esfuerzo y aumentar los distractores en el aprendizaje. • Las prácticas de evaluación en las que se aplican pre-mios o castigos pueden reducir la colaboración entre los alumnos o la motivación por aprender de los demás. El éxito de la evaluación es que los docentes mejoren el pro-ceso de enseñanza y de aprendizaje, en el cual las evaluacio-nes finales se utilicen como momentos importantes de logro. Por tanto, se apega más a la realidad de las aulas el fomentar la
  • 29. 28 1. El enfoque formativo de la evaluación evaluación con el único fin de mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Desde el enfoque formativo, la evaluación debe centrarse en los aprendizajes para dar seguimiento al progreso de cada alumno y ofrecerle oportunidades para lograrlos; hacer hincapié en que ellos asuman la responsabilidad de reflexionar su propio progreso en el aprendizaje; mejorar la práctica docente, y pro-porcionar información para la acreditación, la promoción y la certificación de estudios. Los elementos de la evaluación Cuando se evalúa desde el enfoque formativo se debe tener presente una serie de elementos para el diseño, el desarrollo y la reflexión del proceso evaluativo, que se refieren a las siguien-tes preguntas: ¿Qué se evalúa? ¿Para qué se evalúa? ¿Quié-nes evalúan? ¿Cuándo se evalúa? ¿Cómo se evalúa? ¿Cómo se emiten juicios? ¿Cómo se distribuyen las responsabilidades de la evaluación? ¿Qué se hace con los resultados de la eva-luación? ¿Qué se evalúa? El objeto de evaluación se refiere al componente que se evalúa, respecto al cual se toman decisiones en función de un conjunto de criterios establecidos. Con base en el Plan de estudios 2011. Educación Básica, el objeto de evaluación son los aprendizajes de los alumnos. En educación preescolar, los referentes para la evaluación son los aprendizajes esperados establecidos en cada campo formativo, que constituyen la expresión concreta de las compe-tencias y orientan a los docentes para saber en qué centrar su observación y qué registrar en relación con lo que los niños ha-
  • 30. 29 1. El enfoque formativo de la evaluación Para conocer acerca de los elementos del currículo consultar el cuadernillo 3, Los elementos del currículo en el contexto del enfoque formativo de la evaluación. cen. En la educación primaria y secundaria, en cada bloque se establecen los aprendi-zajes esperados para las asignaturas, lo que significa que se cuenta con referentes de evaluación que permiten dar seguimiento y apoyo cercano a los aprendizajes de los alumnos (SEP, 2011). ¿Para qué se evalúa? Toda evaluación que se lleve a cabo durante el ciclo escolar, in-dependientemente de su momento (inicio, durante el proceso o al final del proceso), de su finalidad (acreditativa o no acredi-tativa), o de quienes intervengan en ella (docentes, alumnos), se hará desde el enfoque formativo de la evaluación, es decir, evaluar para aprender como se señala en el séptimo principio pedagógico del Plan de estudios 2011,3 y en consecuencia me-jorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Así, a partir de las evidencias recolectadas a lo largo del proceso se puede retroalimentar a los alumnos para mejorar su desempeño y ampliar sus posibilidades de aprendizaje. Por ello, el docente brindará propuestas de mejora y creará oportunida-des de aprendizaje para que los alumnos continúen aprendiendo. Con esto, los docentes comparten con los alumnos, madres y padres de familia o tutores lo que se espera que aprendan, así como los criterios de evaluación. Esto brinda comprensión y apropiación compartida respecto a la meta de aprendizaje y los instrumentos a utilizar para conocer su logro; además, posibilita que todos valoren los resultados de las evaluaciones y las con-viertan en insumos para el aprendizaje. Por lo que es necesario que los esfuerzos se concentren en cómo apoyar y mejorar el desempeño de los alumnos y de la práctica docente (SEP, 2011). 3 Plan de estudios 2011. Educación Básica, p. 31.
  • 31. 30 1. El enfoque formativo de la evaluación ¿Quiénes evalúan? El docente frente a grupo es el encargado de evaluar los aprendi­zajes de los alumnos. Para ello planifica y conduce procesos de evaluación en diferentes contextos y con diversos propósitos y al-cances para el aseguramiento del logro de los aprendizajes de sus alumnos. Desde el enfoque formativo, existen tres formas en las que el docente puede realizar la evaluación: la interna, la ex-terna y la participativa (Nirenberg, Brawerman y Ruiz, 2003). La interna se refiere a que el docente evalúa a los alum-nos del grupo que atiende en un ciclo escolar, porque tiene un conocimiento detallado del contexto y las condiciones en las que surgen los aprendizajes de los alumnos. Este conocimiento propicia la reflexión y el autoanálisis para la contextualización y adaptación de sus estrategias de enseñanza y de evaluación, con el fin de crear las oportunidades que permitan que los alum-nos mejoren su aprendizaje. La evaluación participativa se refiere a que el docente eva-lúa al involucrar otros actores educativos, como sus alumnos, docentes o directivos. Esta forma de evaluar permite establecer acuerdos y negociaciones entre los involucrados, ya que se pro-mueve la participación de todos y, por tanto, los cambios son factibles. De esta manera, la evaluación se convierte en un re-curso común para mejorar el aprendizaje, lo cual implica que se establezcan acuerdos y se compartan criterios de evaluación para que todos puedan mejorar. Cuando el docente involucra a sus alumnos en el proceso de evaluación, propicia que ellos aprendan a regular sus proce-sos de aprendizaje; para lo cual pueden promoverse los siguien-tes tipos de evaluaciones formativas que son complementarias a las que realizan los docentes: Autoevaluación: es la evaluación que realiza el propio alumno de sus producciones y su proceso de aprendi-
  • 32. 31 1. El enfoque formativo de la evaluación zaje. De esta forma, conoce y valora sus actuaciones, y cuenta con más bases para mejorar su desempeño (SEP, 2011). Coevaluación: es la evaluación que realiza el propio alumno en colaboración con sus compañeros acerca de alguna producción o evidencia de desempeño de-terminada. De esta forma aprende a valorar los proce-sos y actuaciones de sus compañeros con la respon-sabilidad que esto conlleva. Además, representa una oportunidad para compartir estrategias de aprendizaje y aprender juntos (SEP, 2011). Heteroevaluación: es la evaluación que el docente realiza de las producciones de un alumno o un grupo de alumnos. Esta evaluación contribuye al mejoramiento de los aprendizajes de los alumnos mediante la identi-ficación de las respuestas que se obtienen con dichos aprendizajes y, en consecuencia, permite la creación de oportunidades para mejorar el desempeño (SEP, 2011). Desde el enfoque formativo de la evaluación, tanto en la au-toevaluación como en la coevaluación es necesario brindar a los alumnos criterios claros, precisos y concisos que deben aplicar du-rante el proceso, con el fin de que éste se convierta en una expe-riencia constructiva y no en la emisión de juicios sin fundamento. La evaluación externa se refiere a que el docente o agen-te que evalúa no esta incorporado a la escuela; es decir, se establece un juicio más objetivo porque no existen relaciones interpersonales con los evaluados. Sin embargo, se tiene poco conocimiento acerca de los avances en el aprendizaje de los alumnos y una noción mínima del contexto. En el enfoque formativo se debe privilegiar que los docen-tes evalúen de manera interna y participativa, al considerar los aprendizajes de los alumnos como el centro de atención de la evaluación en el aula.
  • 33. 32 1. El enfoque formativo de la evaluación ¿Cuándo se evalúa? La evaluación es un proceso cíclico que se lleva a cabo de ma-nera sistemática, y consiste en tres grandes fases: inicio, que im-plica el diseño; el proceso, que genera evalua-ciones formativas, y el final, donde se aplican evaluaciones sumativas en las que se puede reflexionar en torno a los resultados (Nirenberg, Brawerman y Ruiz, 2003). En este sentido, estos tres momentos de la evaluación pueden apli-carse de acuerdo al foco de atención: la activi-dad de un proyecto, un proyecto, un bloque, un bimestre o el ciclo escolar. ¿Cómo se evalúa? Para que la evaluación tenga un sentido formativo es necesario evaluar usando distintas técnicas e instrumentos para la reco-lección de información; además de aplicar criterios explícitos que permitan obtener información sistemática. Las técnicas y los instrumentos de recolección de informa-ción pueden ser informales, semiformales y formales: a) infor-males, como la observación del trabajo individual y grupal de los alumnos: registros anecdóticos, diarios de clase; las preguntas orales tipo pregunta-respuesta-retroalimenta­ción (IRF, estrategias de iniciación-respues-ta- feedback); b) semiformales, la producción de textos amplios, la realización de ejercicios en clase, tareas y trabajos, y la evaluación de portafolios, y c) formales, exámenes, mapas conceptuales, evaluación del desempeño, rú-bricas, lista de verificación o cotejo y escalas. En los tres casos se obtienen evidencias cuali-tativas y cuantitativas. Para aprender más acerca de planificación consultar el cuadernillo 2, La evaluación durante el ciclo escolar. Para aprender más acerca de cómo evaluar consultar el cuadernillo 4, Las estrategias y los instrumentos de la evaluación desde el enfoque formativo.
  • 34. 33 1. El enfoque formativo de la evaluación La sistematización de la información que se deriva de los instrumentos de evaluación utilizados, permitirá que al final de cada periodo de corte se registre, en la Cartilla de Educación Básica, el nivel de desempeño en preescolar y la referencia numérica y los niveles de desempeño que correspondan, en primaria y secundaria; además de los apoyos que se sugieran a los alumnos para mejorar su desempeño. Cuando no se usen los instrumentos suficien-tes para dar seguimiento al aprendizaje de los alumnos, el registro de las evaluaciones en la Cartilla hará difícil conocer los logros de aprendizaje de los alumnos. ¿Cómo se emiten juicios? Para profundizar acerca del uso de la Cartilla de Educación Básica, consultar el cuadernillo 5, La comunicación de los logros de aprendizaje de los alumnos desde el enfoque formativo. Los docentes emiten juicios en torno al logro de los aprendizajes esperados señalados en los programas de estudio. Las eviden-cias obtenidas a lo largo de un periodo previamente estableci-do permitirán elaborar los juicios respecto al desempeño de los alumnos, es decir, en sus aprendizajes y no en sus características personales. Para emitir un juicio del desempeño de los alumnos es nece-sario establecer criterios de evaluación: identificar los aprendi-zajes esperados y, en consecuencia, seleccionar las evidencias de desempeño que permitan verificarlos; además de determi-nar los criterios que se usarán para evaluar las evidencias. Estas evidencias pueden ser las producciones de los alumnos o los instrumentos de evaluación que el docente seleccione. Una vez que se seleccionaron las evidencias deben analizar-se los resultados tomando como referencia los aprendizajes es-perados, lo cual permitirá emitir un juicio del nivel de desempeño en relación con el logro de los aprendizajes y, si es necesario, bus-car otras estrategias para mejorar el desempeño de los alumnos.
  • 35. 34 1. El enfoque formativo de la evaluación ¿Cómo se distribuyen las responsabilidades de la evaluación? El alumno es corresponsable con docentes, familia o tutores de su proceso formativo; además tiene derecho a conocer los cri-terios de evaluación que utilizará el docente para las evalua-ciones que realice y a recibir retroalimentación del logro de sus aprendizajes, con el fin de contar con elementos que le permi-tan mejorar su desempeño. Las madres, padres de familia o tutores deben contribuir al proceso formativo de sus hijos o tutorados, por tanto, deben lle-varlos a la escuela con puntualidad y conocer los resultados de la evaluación de sus aprendizajes y, con base en ello, apoyar su desempeño. Las autoridades escolares deben estar al tanto de los proce-sos y resultados de las evaluaciones que realizan los docentes y así tomar las decisiones conducentes para alcanzar el logro de los aprendizajes. Las autoridades educativas de las entidades federativas y federales deben conocer los resultados de las evaluaciones realizadas en los planteles de Educación Básica y, en el marco de sus atribuciones y competencias, tomar las medidas necesa-rias para el logro de los aprendizajes establecidos en el Plan y los programas de estudio 2011 (SEP, 2011). ¿Qué se hace con los resultados de la evaluación? Generalmente, las madres y los padres de familia son quienes esperan que se evalúe a sus hijos y se les retroalimente acer-ca de su progreso. La sociedad en general también está a la expectativa de los resultados de los alumnos. Sin embargo, los resultados de las evaluaciones no se utilizan como un insumo para aprender y en consecuencia mejorar el desempeño del alumno, del docente y de las escuelas.
  • 36. 35 1. El enfoque formativo de la evaluación Con base en el enfoque formativo de la evaluación, los re-sultados deben analizarse para identificar las áreas de mejora y tomar decisiones que permitan avanzar hacia las metas que se esperan en beneficio de los alumnos. El docente que evalúa con base en el enfoque formativo Durante los procesos de enseñanza y de aprendizaje, el do-cente es el responsable de crear experiencias interpersonales que permitan a los alumnos convertirse en aprendices exitosos, pensadores críticos y participantes activos de su propio apren-dizaje. En este sentido, se espera que el docente: a) sea un media­dor entre el conocimiento y el aprendizaje de sus alumnos, b) sea un profesional reflexivo que de manera crítica examine su práctica, tome decisiones y solucione problemas pertinen-tes al contexto de su clase; c) analice críticamente sus propias ideas; d) promueva aprendizajes significativos; e) preste ayuda pedagógica ajustada a las necesidades y competencias del alumnado, y f) establezca como meta educativa la autono-mía y la autodirección de sus alumnos (Díaz Barriga y Hernán-dez, 2002). En este contexto, la enseñanza deja de ser un proceso de transmisión de conocimiento de alguien que lo posee (el docen-te) a alguien que no lo posee (el alumno), y se convierte en un proceso de naturaleza social, lingüística y comunicativa, en el cual el papel fundamental del docente es estructurar y guiar la construcción de significados que realizan los alumnos en un en-torno complejo de actividad y discurso, lo que permite ajustar su ayuda y apoyo en función de cómo los alumnos realizan esta construcción (Colomina, Onrubia y Cochera, 2001). Por lo anterior, la docencia es un proceso sistemático, per-manente y formal que surge en un marco educativo; dicho
  • 37. 36 1. El enfoque formativo de la evaluación proceso incluye las siguientes características: a) se enmarca en contextos institucionales; b) requiere formación, conocimientos especializados y habilidades específicas para trabajar con los alumnos; c) demanda conocimientos del contexto; d) exige ar-ticular la diversidad de conocimientos manejados de manera armónica, estratégica y lógica, y e) requiere de una revisión y actualización constante y profunda. En este contexto, el docente, como principal ejecutor del proceso de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación, diseña estrategias para que los alumnos sean capaces de plantear y resolver problemas, de pensar en forma crítica y creativa. Ade-más, interactúa con sus alumnos al apoyar de manera construc-tiva el aprendizaje significativo, ajustando el tipo y el grado de ayuda en sus progresos, lo que contribuye a favorecer la auto-nomía y la regulación en los aprendizajes. Esta forma de acercarse a los procesos de enseñanza y de aprendizaje permite: a) utilizar el conocimiento para la resolución eficaz de problemas, al enjuiciar de manera crítica la actividad y posición durante el proceso, además de los resultados del mismo; b) recurrir a estrategias tanto cognoscitivas como metacog-noscitivas que permitan resolver las tareas de modo eficiente logrando que los alumnos obtengan: una organización del co-nocimiento, la capacidad para resolver problemas, las habilida-des de autorregulación, y una motivación incrementada. La evaluación de los aprendizajes desde el enfoque formati-vo permite realizar un trabajo dinámico, en el que se incorpora la toma de decisiones con base en el juicio experto del docente y el conocimiento por el contacto diario con los alumnos, así como las evidencias recolectadas. Existe un modelo de evaluación for-mativa que expone Sadler (1989) y enriquece Sheppard, el cual integra elementos que el docente debe atender para favorecer la evaluación desde este enfoque. A continuación se presenta este modelo para aportar más elementos y comprender el enfo-que formativo de la evaluación de los aprendizajes.
  • 38. 37 1. El enfoque formativo de la evaluación Un modelo de evaluación con enfoque formativo Sheppard4 ha aportado el modelo más aceptado de la eva-luación formativa. El modelo se sustenta en la premisa de que los docentes no sólo se limiten a brindar retroalimentación de las respuestas correctas o incorrectas de sus alumnos, sino que ten-gan claridad: ¿Qué quiero que aprendan los alumnos? ¿Qué aprendizajes han construido? y ¿Cómo voy a lograr que apren-dan lo que se espera? En el contexto del Plan y los programas de estudio 2011, la primera pregunta se refiere a los aprendizajes esperados; la segunda a tener claridad de los conocimientos previos que tienen los alumnos, y la tercera, a las estrategias que se requieren para alcanzar los aprendizajes de acuerdo con lo que saben los alumnos. Este modelo plantea que en un primer momento debe exis-tir claridad por parte del docente y los alumnos respecto a los aprendizajes esperados, los criterios para valorar el trabajo del alumno, y el reconocimiento por parte del docente y los alumnos de los aprendizajes con que cuentan. Posteriormente, el modelo señala en un segundo momento que la evaluación debe darse durante el proceso de aprendizaje, mientras el alumno trabaja en tareas que ejemplifican los aprendizajes esperados de ma-nera directa. Esta evaluación que surge a la par del aprendizaje puede darse mediante preguntas dirigidas al alumno durante el trabajo grupal, cuando los alumnos explican en la clase cómo re-solvieron un problema, o al examinar un trabajo escrito. Finalmen-te, en un tercer momento, para que la evaluación formativa sea de ayuda para el aprendizaje, el docente debe retroalimentar el trabajo de los alumnos para subsanar las dificultades detectadas en el aprendizaje y brindar los elementos necesarios para que los alumnos sean capaces de supervisar su propio mejoramiento. 4 El texto completo traducido al español puede consultarse en la página del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), www.inee.edu.mx
  • 39. 38 1. El enfoque formativo de la evaluación Este modelo resalta la necesidad de que el docente identi-fique los aprendizajes esperados; los criterios de evaluación; lo que saben los alumnos en relación con lo que les quiere ense-ñar, para establecer las estrategias que permitan que los alum-nos aprendan; se les brinde retroalimentación y que se autoe-valúen y supervisen su propio desempeño. A continuación se explican estos elementos. Claridad en lo que se enseña: los aprendizajes esperados En el Plan de estudios 2011 se establece que los aprendizajes es-perados son indicadores de logro que, en términos de la tempo-ralidad establecida en los programas de estudio, definen lo que se espera de cada alumno, en términos de saber, saber hacer y saber ser; además, le dan concreción al trabajo docente al constatar lo que los alumnos logran, y cons-tituyen un referente para la planificación y la evaluación en el aula (SEP, 2011). Para que los aprendizajes tengan sentido es necesario que la enseñanza aplique el en-foque didáctico de cada campo formativo (preescolar) o asignatura (primaria y secunda-ria), porque así los alumnos desarrollarán ac-tividades de aprendizaje significativas y con-gruentes con los aprendizajes esperados. Para conocer acerca de los referentes de la evaluación consultar el cuadernillo 3, Los elementos del currículo en el contexto del enfoque formativo de la evaluación. Establecer y comunicar los criterios de evaluación El docente que evalúa con base en el enfoque formativo debe definir y compartir con sus alumnos los criterios de evaluación que utilizará, por lo que se espera que antes de iniciar y duran-te una actividad, secuencia didáctica o proyecto, les comu-nique: los propósitos; lo que se espera que logren al final de la
  • 40. 39 1. El enfoque formativo de la evaluación actividad (los aprendizajes esperados); el tipo de actividades que se planificarán; el tiempo destinado para su realización; la importancia que tiene la actividad para el logro de los aprendi-zajes esperados, y cómo se les va a evaluar, es decir, el tipo de estrategia de evaluación (técnica o instrumento de evaluación: examen, ensayo, portafolio, etcétera); las características que tendrán los trabajos que se tomarán en cuenta; así como los lineamientos para evaluar que determinará el docente. Lo anterior con la finalidad que los alumnos conozcan de antemano en qué consistirá la actividad que están por desarro-llar y lo que se espera de ellos, para lograr que sean participan-tes activos y reflexivos en su proceso de aprendizaje. Identificar dónde están los alumnos y hasta dónde pueden llegar ¿Qué saben los alumnos de lo que se les va a enseñar? El cono-cimiento previo es esencial para el aprendizaje, el cual incluye el aprendizaje formal, pero también una multitud de explica-ciones implícitas para comprender e interpretar el mundo. Las estrategias eficaces de enseñanza se basan en el conocimiento previo de los estudiantes. Por ejemplo, los docentes ayudan a los alumnos a desarrollar el hábito de preguntarse (cuando se enfrentan a un nuevo aprendizaje o una tarea en la que tengan que resolver un problema) acerca de lo que ya saben: ¿qué puede ayudar a resolver esto? Se puede aplicar una evaluación diagnóstica formal y utilizar los resultados para decidir qué saben los alumnos y qué requiere de mayor trabajo. De esta manera, los alumnos entienden el sentido de los resultados de las evaluaciones y su vinculación formativa con lo que se les enseña (Sheppard, 2008). ¿Cómo identificar hasta dónde pueden llegar los alumnos? Esta concepción corresponde directamente con la zona de
  • 41. 40 1. El enfoque formativo de la evaluación desarrollo próximo y con la teoría sociocultural del aprendizaje. La perspectiva sociocultural considera que el desarrollo es el fru-to de una compleja e intrincada construcción, modificación y reorganización de los procesos cognoscitivos y de los esquemas de interpretación de la realidad, procesos que surgen gracias a la interacción entre las personas con el entorno donde viven, incluyendo las prácticas sociales y culturales. La perspectiva sociocultural tiene un punto de apoyo funda-mental en el trabajo de Vygotsky (1962, 1991). Uno de los presu-puestos básicos de su teoría es que todas las funciones mentales complejas aparecen primero en el plano interpsicológico –a nivel social–, y posteriormente, después de la interacción con alguien experto, aparecen en el plano intrapsicológico –a nivel individual. El concepto utilizado para ello es la zona de desarrollo próxi-mo, que es la región, en un continuo imaginario de aprendizaje, entre lo que un alumno puede hacer de manera independiente y lo que puede hacer si lo ayuda el docente u otros alumnos más expertos que él. Es decir, la zona de desarrollo próximo se refiere a la diferencia que existe entre el desarrollo actual de un alumno, determinado por su capacidad de solucionar proble-mas de manera independiente (conocimientos, habilidades y actitudes previas), y su desarrollo potencial, determinado por lo que puede llegar a lograr con la guía o la colaboración de alguien más experto. Respecto a lo anterior, se deben tender puentes entre lo que conoce un alumno (conocimientos previos) y lo que puede aprender. Esto implica un mecanismo distinto a la identificación de la zona de desarrollo próximo, que Bruner (1986) denominó como el proceso de andamiaje, y Sheppard (2008) especificó andamiaje de la enseñanza. En este proceso, un alumno,que inicialmente no conoce algo o no maneja un aprendizaje es-perado, conocimiento, habilidad o actitud, puede llegar a ha-cerlo si interactúa con un “experto”: el docente, que le brinda
  • 42. 41 1. El enfoque formativo de la evaluación guías, indicaciones y estímulos con base en estrategias especí-ficas con el propósito de que el alumno mejore su desempeño. Para favorecer el proceso de andamiaje de la enseñanza se determinan dinámicas en el aula que garanticen que los elementos básicos de la evaluación formativa y del andamiaje estén establecidos y funcionando como interacciones de en-señanza ordinarias. Algunas dinámicas serían que los alumnos compartan algo que han escrito con el grupo, y enseñarles a que se retroalimenten unos a otros. Este tipo de exposición gru-pal y retroalimentación ofrece un andamiaje al alumno, sin que sea necesario que el docente los atienda de manera individual (Sheppard, 2008). El reto que tiene el docente es lograr que estos procesos no interrumpan la enseñanza, sino que retroalimenten un aprendi-zaje continuo. Retroalimentar a los alumnos Uno de los hallazgos más antiguos en la investigación es que la retroalimentación facilita el aprendizaje; sin ésta es probable que el alumno siga cometiendo los mismos errores. En este sen-tido, uno de los mecanismos que puede establecerse como an-damiaje de la enseñanza es la retroalimentación. De acuerdo con las evidencias de la investigación, no es conveniente hacer elogios falsos al tratar de motivar a los estu-diantes y aumentar su autoestima. Al mismo tiempo, la retroali-mentación negativa directa, sin consideraciones, puede dete-ner el aprendizaje y la disposición del alumno a esforzarse más. La evaluación formativa demuestra que la retroalimentación es especialmente eficaz cuando dirige su atención a cualidades particulares del desempeño del alumno en relación con criterios establecidos, y proporciona una guía de qué hacer para mejorar.
  • 43. 42 1. El enfoque formativo de la evaluación Además, para que la retroalimentación sea formativa los docentes deben propiciar un clima de confianza y desarrollar normas en clase que posibiliten la crítica constructiva y las opi-niones fundamentadas. Estratégicamente, esto significa que la retroalimentación debe ocurrir durante el proceso de aprendi-zaje (y no al final, cuando ya se terminó el aprendizaje de ese tema): docente y alumnos deben tener una comprensión com-partida de que la finalidad de la retroalimentación es facilitar el aprendizaje (Sheppard, 2008). Para que haya una retroalimentación eficaz es necesario que los docentes sean capaces de analizar el trabajo de los alumnos e identificar los patrones de errores y las interferencias en el aprendizaje que más atención requieren. En un estudio de intervención, Elawar y Corno (1985) descubrieron que los docentes mejoraban extraordinariamente la eficacia de la re-troalimentación cuando se concentraban en estas preguntas: “¿Cuál es el error principal? ¿Cuál es la razón probable de que el alumno cometiera este error? ¿Cómo puedo guiar al alumno para que evite el error en un futuro?”. Supervisar el propio desempeño El hábito de autoevaluarse se asocia con la autosupervisión del desempeño, que es la finalidad del andamiaje de la enseñanza, así como el objetivo de la evaluación formativa de Sadler (1989). El proceso de autoevaluación se basa en que existan criterios de evaluación claros y explícitos para que los alumnos puedan pensar, aplicar y reflexionar, en el contexto de su propio trabajo. Este proceso de autoreflexión incrementa la responsabilidad y el compromiso de los alumnos ante su aprendizaje, lo que genera más colaboración en la relación alumno-docente. Los docentes, por su parte, no renuncian a su responsabilidad sino que, al com-partirla, consiguen que los alumnos tengan mayor confianza en
  • 44. 43 1. El enfoque formativo de la evaluación lo que deben aprender, se generan expectativas que entienden ambas partes, y se promueve que los alumnos se autorregulen. Se sabe que los alumnos que son capaces de desarrollar es-tas habilidades autorreguladoras son más eficaces en su apren-dizaje, y éstas suelen ser aprendidas cuando alguien que sabe más las modela o las muestra de manera visible (Díaz Barriga y Hernández, 2002). La ética en la evaluación La ética le da a la evaluación la posibilidad de constituirse como un ejercicio profesional equilibrado, al regular que los juicios de los docentes se apliquen de manera imparcial, justa, equitati-va, respetuosa, responsable, honesta y con compromiso social; además que se asuman las responsabilidades y se facilite la re-flexión de las acciones que surgen de la evaluación. Asimismo, la ética es un elemento a considerar en el proce-so de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación, con todos los actores: docentes, alumnos, madres y padres, tutores, autorida-des escolares y educativas. Un docente que evalúa debe ser un profesional ético que: a) trate a los alumnos de acuerdo con las orientaciones y los valores que rigen su conducta, como la honestidad, el respe-to, la autonomía, la reciprocidad, la imparcialidad y la justicia; b) reconozca las voces de todos, asegurando que los grupos más vulnerados en la sociedad, la escuela y el salón de clases, sean igualmente escuchados durante los procesos de enseñan-za, de aprendizaje y de evaluación; c) incorpore a los alumnos en las actividades con su pleno consentimiento; d) logre que los resultados estén disponibles y sean legítimos para todos los interesados, y e) permita a otros docentes enterarse de lo que él hace (House, 1990; Lois-Ellin, 1999).
  • 45. 44 1. El enfoque formativo de la evaluación Algunas herramientas y estrategias que le ayudan al docente que evalúa a identificar, enfrentar y solucionar los dilemas éticos, se dividen en tres ámbitos: individual, colectivo y material, que en su conjunto permite al docente que evalúa enfrentar los desafíos éticos. Esta es una propuesta que el docente puede reflexionar y aumentar según su experiencia. A continuación se describe cada uno de estos ámbitos. El ámbito individual se refiere a todas aquellas competen-cias (conocimientos, habilidades, actitudes y valores) que debe poseer el docente que evalúa para poder identificar, enfrentar y solucionar un dilema ético: ser reflexivo, tener formación y es-tar actualizado en su campo, además de contar con capaci-dad analítica y autocrítica. El ámbito colectivo se refiere a que el docente que evalúa trabaje de manera colegiada y colaborativa para evaluar su desempeño, mediante el diálogo entre docentes para comuni-car sus experiencias, avances y retos. Es necesario fomentar el intercambio de experiencias entre docentes para favorecer la conformación de redes y el desarrollo de un clima de aprendi-zaje, que permita la actualización y la detección de problemas comunes para establecer y comprender principios y códigos de actuación, que favorezcan al docente evaluador revisar su de­sem­peño con base en las opiniones de otros docentes. El ámbito material se refiere a las herramientas con que cuen-ta el docente para regular y desarrollar un proceso de evaluación ético. La evaluación debe reflejar lo que el alumno ha aprendido o le falta por aprender; de esta manera, dentro de este ámbito es necesario que el docente tenga las evidencias que le ayuden a tomar las decisiones correctas para favorecer el desempeño de los alumnos. Cabe señalar que una mala evaluación es determi-nante en los procesos de aprendizaje de los alumnos. En relación con la ética, la evaluación no debe considerarse una medida de control o sanción, de amenaza a los alumnos, como cambiar calificaciones o “bajarles puntos”, ya que no
  • 46. 45 1. El enfoque formativo de la evaluación beneficia el proceso de aprendizaje; la evaluación debe consi-derarse una medida conveniente para establecer criterios cen-trados en mejorar el aprendizaje, que garanticen el derecho a la educación de todos los alumnos, respetando su dignidad y protegiendo sus derechos. En suma, el tener siempre presente los tres ámbitos permitirá al docente evaluar de manera profesional y ética.
  • 47. 46 Preguntas frecuentes II 1. El enfoque formativo de la evaluación
  • 49. S e presentan algunas preguntas que permiten aclarar, definir y aplicar los conceptos teóricos y metodológicos que se suscriben al hecho de evaluar los aprendizajes de los alumnos, con base en un enfoque formativo, y que de manera recurrente los docentes formulan. Qué significa evaluar bajo el enfoque formativo En el Plan de estudios 2011. Educación Básica se define la evaluación de los aprendizajes de los alumnos como “el proceso que permite ob-tener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación; por tanto, es parte constitutiva de la enseñanza y del aprendizaje” (SEP, 2011:22). Para evaluar desde el enfoque formativo es necesario realizar un seguimiento sistemático del aprendizaje de los alumnos, a partir de la recolección de evidencias relacionadas con su desempeño. Reunir dichas evidencias sin el análisis del desempeño y la propuesta de me-jora, no es parte del enfoque formativo de la evaluación porque no 48 contribuye al logro educativo.
  • 50. 49 1. El enfoque formativo de la evaluación Cómo se caracteriza a un docente que evalúa con base en el enfoque formativo El docente que evalúa desde el enfoque formativo, reflexiona constan-temente acerca de los aprendizajes esperados; los criterios de evalua-ción; informa a los alumnos lo que quiere que aprendan y retroalimenta su trabajo; además de promover que supervicen su desempeño. El docente que evalúa con base en el enfoque formativo es quien: • Posee una conducta ética y promueve una práctica profesional. • Cuenta con capacidad analítica y autocrítica. • Realiza en el aula una práctica reflexiva. • Se actualiza de forma continua. • Utiliza diferentes instrumentos para recolectar evidencias. • Fortalece competencias interpersonales, como algunas habilidades de comunicación con diferentes audiencias; tiene buen manejo del tiempo; es líder constructivo a lo largo del proceso; es asertivo bajo presión; es sensible para percibir conflictos, y es negociador y constru-ye relaciones sólidas con sus alumnos y otros docentes. • Promueve que el aula y la escuela sean los espacios destinados a la formación de los alumnos, la convivencia respetuosa y armoniosa. • Organiza, planifica su trabajo, y evalúa lo que enseña. • Conoce, a partir de las evaluaciones, los avances de sus alumnos y crea oportunidades de aprendizaje que conduzcan al logro de los aprendizajes esperados. • Define y comparte con sus alumnos los criterios de evaluación que utilizará, y ofrece retroalimentación de su progreso en el aprendizaje para que sus alumnos conozcan su desempeño y cuenten con los ele-mentos necesarios para mejorarlo. • Analiza los resultados de sus evaluaciones para reflexionar y tomar de-cisiones conducentes a mejorar su práctica, de manera que incida en el mejor desempeño de sus alumnos. • Informa a las autoridades escolares y a las madres, padres de familia o tutores el progreso en el logro de los aprendizajes de los alumnos, tanto
  • 51. 50 1. El enfoque formativo de la evaluación en los momentos destinados para ello como cuando lo considera opor-tuno, con el fin de que todos contribuyan al logro de los aprendizajes esperados. • Promueve en sus alumnos la puntualidad, la asistencia y la limpieza en sus trabajos, pero no incorpora estos aspectos como parte de la eva-luación. Cómo entender la función pedagógica de la evaluación La evaluación debe privilegiar la mejora del proceso de enseñanza y de aprendizaje, e involucrar a todos los implicados para centrar la atención en el alumno. De igual manera, entender cómo aprenden los alumnos, cuáles son sus estilos y ritmos de aprendizaje, las actividades desafiantes o retado-ras que favorecen el aprendizaje; además de considerar los resultados de la evaluación para mejorar, se remite a la función pedagógica de la evaluación. En qué momentos se evalúa La evaluación debe ser constante, por lo que es recomendable utilizar instrumentos para recolectar de forma sistemática y rigurosa la infor-mación. Esto permite al docente hacer un seguimiento del desempe-ño de los alumnos durante el desarrollo de las actividades cotidianas en el aula y en la escuela. La evaluación diagnóstica, que generalmente se usa al inicio del ciclo escolar, permitirá identificar las fortalezas y las debilidades de los alumnos para enfrentarse a nuevos aprendizajes, lo que favorecerá el diseño o la selección de estrategias de enseñanza. La evaluación formativa permite hacer un seguimiento cercano al desempeño de los alumnos; este tipo de evaluación ofrece la posibi-
  • 52. 51 1. El enfoque formativo de la evaluación lidad de retroalimentar a los alumnos durante los procesos de apren-dizaje o el desarrollo de las actividades de aprendizaje, y no al final. La evaluación sumativa se realiza al concluir un periodo de corte para obtener un juicio como producto de las evidencias recolectadas durante el proceso de aprendizaje. Es importante considerar que usar un instrumento solamente al final de un periodo de corte no permitirá ver de manera integral el desempeño de los alumnos. Qué son los criterios de evaluación Los criterios de evaluación son los elementos que el docente usará para evaluar las producciones de los alumnos, los cuales deben ser con-gruentes con los aprendizajes esperados porque permitirán identificar los avances en el logro de los mismos. Por ejemplo, si se va a evaluar un texto elaborado por los alumnos, algunos criterios de evaluación serían si cumple con las características del tipo de texto que se solicita, la co-herencia entre las ideas y el propósito del texto, entre otros.
  • 53. 52 1. El enfoque formativo de la evaluación III Autoevaluación docente. ¿Evalúo con base en el enfoque formativo?
  • 54. 53
  • 55. Para que el docente identifique si evalúa con enfoque forma-tivo, se sugiere emplear una lista de verificación en la que se puntualicen las características, los atributos y las acciones desea­bles que debe reunir un docente que evalúa los aprendi-zajes de sus alumnos, con base en el enfoque formativo. A continuación se presenta un ejemplo de lista de verifica-ción para promover que cada docente desarrolle un ejercicio de autoevaluación relacionada con su función. A partir de los resultados de este diagnóstico, se sugiere reflexionar acerca de los atributos que aún faltan por desarrollar. 54
  • 56. 55 1. El enfoque formativo de la evaluación Primer apartado ¿En qué grado soy un docente que evalúa desde el enfoque formativo? Instrucciones: Marque con una X la columna “Sí”, si usted cum-ple con la característica que se está valorando; “No”, en caso de no tenerla. Se incorpora una columna de observaciones en cada requisito. LISTA DE VERIFICACIÓN PARA LA AUTOEVALUACIÓN DEL DOCENTE Características personales de un profesional-ético Sí No Observaciones Soy reflexiva(o). Soy autocrítica(o). Soy analítica(o). Trato a los demás de acuerdo con los valores de la ética docente (honestidad, respeto, autonomía, reciprocidad, imparcialidad, justicia, equidad). Soy asertiva(o) bajo presión. Tengo buen manejo del tiempo. Dialogo con otros docentes. Soy negociadora(o). Construyo relaciones sólidas con los alumnos y demás docentes. Reconozco a todas(os), y me aseguro de que también sean escuchados. Tengo formación profesional en mis áreas de conocimiento. Me actualizo constantemente en mis áreas de conocimiento. Tengo formación en cuestiones básicas de evaluación de los aprendizajes de los alumnos. Me actualizo constantemente en temas de evaluación de los aprendizajes de los alumnos. Percibo con facilidad cuando hay un conflicto.
  • 57. 56 1. El enfoque formativo de la evaluación Acciones en práctica Sí No No aplica Observaciones Vinculo los procesos de enseñanza, de aprendiza-je y de evaluación. Organizo y planifico mi trabajo. Utilizo instrumentos para recolectar evidencias. Creo oportunidades de aprendizaje que conduz-can al logro de los aprendizajes esperados. Defino los criterios de evaluación que utilizo. Comparto con mis alumnos los criterios de evalua-ción que utilizo. Brindo retroalimentación a mis alumnos acerca de su progreso en el aprendizaje. Uso los resultados de las evaluaciones para re-flexionar. Uso los resultados de las evaluaciones para tomar decisiones. Uso los resultados de las evaluaciones para mejo-rar mi práctica. Me aseguro de que los ajustes que realizo a mi práctica incidan para el mejor desempeño de mis alumnos. Comunicación de los resultados Sí No No aplica Observaciones Me aseguro de que las estimaciones que realizo al desempeño de mis alumnos estén balanceadas. Es decir, valoro de manera equitativa sus fortalezas y las áreas de oportunidad de aprendizaje. Informo a las madres, padres de familia o tutores el progreso en el logro de los aprendizajes de mis alumnos. Informo los resultados en los momentos destinados para ello. Informo de los resultados cuando lo considero oportuno. Procuro que los resultados estén disponibles para las madres, padres de familia o tutores. Procuro que los resultados los entiendan las ma-dres, padres de familia o tutores.
  • 58. 57 1. El enfoque formativo de la evaluación Segundo apartado ¿Qué tan frecuente actúo como un docente-evaluador ético? Instrucciones: Marque con una X la frecuencia con que usted rea-liza las siguientes acciones. Para valorar cada acción se presenta una escala numérica y descriptiva de frecuencia, en la cual 1 sig-nifica “nunca”; 2, “pocas veces”; 3, “regularmente”, y 4, “siempre”. Acciones que realiza con frecuencia un docente-evaluador formativo 4 Siempre 3 Regularmente 2 Pocas veces 1 Nunca Vinculo las tareas de evaluación al proceso de enseñanza y de aprendizaje. Organizo y planifico mi trabajo. Desarrollo investigación sistemática para re-colectar evidencias. Creo oportunidades de aprendizaje que conduzcan al logro de los aprendizajes es-perados. Defino los criterios de evaluación que aplico. Comparto con mis alumnos los criterios de evaluación que aplico. Brindo retroalimentación a mis alumnos de su progreso en el aprendizaje. Analizo los resultados de sus evaluaciones para reflexionar. Analizo los resultados de sus evaluaciones para tomar decisiones. Analizo los resultados de sus evaluaciones para mejorar mi práctica. Me aseguro de que los ajustes que realizo a mi práctica incidan en el mejor desempeño de mis alumnos. Informo a las madres, padres de familia o tutores el progreso en el logro de los apren-dizajes de mis alumnos. Informo los resultados en los momentos des-tinados para ello. Informo los resultados cuando lo considero oportuno.
  • 59. 58 1. El enfoque formativo de la evaluación Guía de calificación de la lista de verificación para la autoevaluación del docente Guía de calificación por componente La lista de verificación para la autoevaluación del docente que se muestra le es útil para que valore el tipo de atributos que tie-ne un evaluador formativo. En el primer apartado, la respuesta deseada para cada uno de los requisitos incorporados en los tres componentes, es “Sí”. Por lo tanto, a cada “Sí” se le otorga el valor de un punto, mientras que en los requisitos que se regis-tre “No”, se les otorga el valor de cero puntos. En el segundo apartado, la respuesta elegida para cada acción se le otorga el valor predeterminado: “nunca” tiene valor de 1; “pocas ve-ces”, de 2; “regularmente”, de 3, y “siempre”, de 4. Los puntajes máximos por componente son los siguientes: Componente Puntaje total por componente Registre el puntaje obtenido por componente Características personales de un profesional-ético. 15 Acciones en práctica. 11 Comunica los resultados. 6 Acciones que realiza con frecuencia un docente-eva-luador formativo. 56 Total de puntos 88
  • 60. 59 1. El enfoque formativo de la evaluación Guía de calificación total Una vez que se obtuvo el puntaje total de cada uno de los cua-tro componentes de análisis, es conveniente sumar estos punta-jes para obtener la calificación final de cada docente. Debe re-visarse la tabla de conversiones que se presenta a continuación para convertir los puntajes a una calificación en una escala de 0 a 10, y asignar el nivel en el que un docente cuenta con atri-butos de un docente-evaluador formativo. Puntaje total obtenido Calificación Nivel de un docente que cuenta con atributos de un docente-evaluador formativo 88-74 puntos 10 Excelente; usted cuenta con el perfil deseable de un docen-te- evaluador formativo. Compartir las estrategias que lo han llevado a lograr este perfil permitirá al resto de sus colegas tener en cuenta ejemplos exitosos. 73-59 puntos 9 Muy bien; usted cuenta con una cantidad satisfactoria de atributos que lo distinguen como un docente-evaluador for-mativo. 58-44 puntos 8 Bien; usted cuenta con una cantidad considerable de atribu-tos que lo distinguen como un docente-evaluador formativo. Se sugiere reflexionar en torno a los atributos que no figuran en su práctica y desarrollar planes de acción para su posible implementación. 43-29 puntos 7 Regular; usted cuenta con una cantidad limitada de atributos de un docente-evaluador formativo. Se sugiere reflexionar en torno a los atributos que no figuran en su práctica y desarrollar planes de acción para su posible implementación. 28-14 puntos 6 Suficiente; usted cuenta con una cantidad muy limitada de atributos de un docente-evaluador formativo. Se sugiere dia-logar con sus pares para conocer experiencias exitosas y de-sarrollar planes de acción para su posible implementación. Es recomendable dialogar con sus pares para conocer expe-riencias exitosas. 13-0 puntos 5 Inaceptable; usted cuenta con una cantidad muy limitada de atributos de un docente-evaluador formativo. Se sugiere dialogar con sus pares para conocer experiencias exitosas y diseñar cuanto antes un plan de acción (cursos de capacita-ción, intercambio con los pares) y así subsanar áreas de opor-tunidad visibles.
  • 61. 60 Para saber más IV 1. El enfoque formativo de la evaluación
  • 62. 61
  • 63. Colomina, R. y otros (2001), “Interactividad, mecanismos de influen-cia educativa y construcción del conocimiento en el aula”, en C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi (comps.) (2001), Desarrollo psi-cológico y educación, 2. Psicología de la educación escolar, 62 Madrid, Alianza. Coll, C. y E. Martín (1996), “La evaluación de los aprendizajes en el marco de la reforma: una perspectiva de conjunto”, Signos, núm. 18, pp. 64-77. Coll, C. y J. Onrubia (1999), “Evaluación de los aprendizajes y aten-ción a la diversidad”, en C. Coll (coord.), C. Gotzens, C. Mon-reo, J. Onrubia, J. I. Pozo y A. Tapia, Psicología de la instrucción: La enseñanza y el aprendizaje en la educación secundaria, Barcelona, Horsori, pp.141-168. Díaz Barriga, F. y G. Hernández (2002), Estrategias para la compren-sión y producción de textos, 2ª. ed., México, McGraw-Hill. López Bonilla, G. y M. Rodríguez (2003), “La evaluación alternativa: oportunidades y desafío para evaluar la lectura”, en Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 8, núm. 17, pp. 67-98. Loureiro, G. (2009), Evaluación en el aula, currículo y evaluaciones externas, Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL), Santiago de Chile. Dis-ponible en www.preal.org/Biblioteca.asp Marchesi, A. y E. Martín (1998), Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio, Madrid, Alianza. Martínez Rizo, F. (2008b), La evaluación de aprendizajes en América Latina, México, INE. Disponible en www.inee.edu.mx/Catalo-go_ Publicaciones/ ResultadosInvestigacion/Cuaderno32.html
  • 64. 63 1. El enfoque formativo de la evaluación Picaroni, B. (2009), La evaluación en las aulas de primaria: usos formativos, calificaciones y comunicación con los padres, Pro-grama de Promoción de la Reforma Educativa en América La-tina y el Caribe (PREAL), Santiago de Chile. Disponible en www. preal.org/Biblioteca.asp Sheppard, L. A. (2008), La evaluación en el aula, México, INE. Dis-ponible en www.inee.edu.mx/images/stories/Publicaciones/ Otros_textos/Aula/Completo/evaluacionaulacompletoa.pdf Vizcarro, C. (1998), “La evaluación como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje: la evaluación tradicional y alternati-va”, en C. Vizcarro y J. León (eds.), Nuevas tecnologías para el aprendizaje, Madrid, Pirámide, pp. 129-160.
  • 65. Bibliografía consultada Bruner, J. (1986), Actual minds, possible worlds, Cambridge, Mass, Harvard University Press. Colomina, R. y otros (2001), “Interactividad, mecanismos de influencia educativa y construcción del conocimiento en el aula”, en C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi (comps.) (2001), Desarrollo psicológico y educación 2. Psicología de la educación escolar, Madrid, Alianza. Coll, C. y J. Onrubia (1999), “Evaluación de los aprendizajes y atención a la diversidad”, en C. Coll (coord.), Psicología de la instrucción: la enseñanza y el aprendizaje en la educación secundaria, Barcelona, Horsori, pp. 141-168. Díaz Barriga, F. y G. Hernández (2002), Estrategias para la comprensión y producción de textos, 2ª. ed., 64 México, McGraw-Hill. Elawar, M. C. y L. Corno (1985), “A factorial experiment in teachers’ written feedback on student homework: Changing teacher behavior a little rather than a lot”, en Journal of Educational Psy-chology, vol. 77, pp. 162-173. Fullan, M. (1991), The new meaning of educational change, Chicago, EUA, Teacher College Press. House, E. (1990), “Ethics of evaluation studies”, en H. Welberg y G. Haertel, The international encyclo-pedia of educational evaluation, Oxford, Pergamon Press. Jiménez Franco, V. (2010), Informe de las prácticas de la evaluación de la Educación Básica en México, México, SEP/OCDE (en prensa). Lois-Ellin, D. (1999), “The ethics of evaluation neutrality and advocacy”, en New Directions for Eva-luation, núm. 82, verano, pp. 77-88. Loureiro, G. (2009), Evaluación en el aula, currículo y evaluaciones externas, Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL), Santiago de Chile. Disponi-ble en www.preal.org/Biblioteca.asp Marchesi, A. y E. Martín (1998), Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio, Madrid, Alianza. Morris, M. (2003), “Ethical considerations in evaluation”, en T. Kallaghan y D. L. Stufflebeam (eds.), International handbook of educational evaluation, Dordrecht, Holanda, Kluwer Academic Pu-blishers. National Science Foundation (2002), The 2002 User-Friendly Handbook for Project Evaluation. Dispo-nible en www.nsf.gov/pubs/2002/ nsf02057/start.htm (consultado el 9 de febrero de 2008).
  • 66. 65 1. El enfoque formativo de la evaluación Nirenberg, O. y otros (2003), Evaluar para la transformación. Innovaciones en la evaluación de progra-mas y proyectos sociales, Barcelona, Paidós. Nunally, J. (1991), Teoría psicométrica, México, Trillas. Picaroni, B. (2009), La evaluación en las aulas de primaria: usos formativos, calificaciones y comunicación con los padres, Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL), Santiago de Chile. Disponible en www.preal.org/Biblioteca.asp Sadler (1989), “Formative assessment and the design of instructional assessments”, en Instructional Science, núm. 18, pp. 119-144. SEP (2011), Plan de estudios 2011. Educación Básica, México. (2011), Acuerdo número 592 por el que se establece la Articulación de la Educación Básica, México. Disponible en http://basica.sep.gob.mx/dgdc/sitio/pdf/PlanEdu2011.pdf Scriven, M. (1999), “The nature of evaluation. Part I. Relation to psychology”, en Assessment, Research Evaluation, vol. 6, núm. 11. Sheppard, L. A. (2008), La evaluación en el aula, México, INEE. Disponible en www.inee.edu.mx/ images/stories/Publicaciones/Otros_textos/Aula/Completo/evaluacionaulacompletoa.pdf Smith, N. (2002), “An analysis of ethical challenges in evaluation”, en American Journal of Evaluation, vol. 23, núm. 2, pp. 199-206. The Joint Committee on Standards for Educational Evaluation (1991), The Personnel Evaluation Stan-dards, 3a. ed., Estados Unidos, Sage Publications, Inc. Vizcarro, C. (1998), “La evaluación como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje: la evaluación tradicional y alternativa”, en C. Vizcarro y J. León (eds.), Nuevas tecnologías para el aprendizaje, Madrid, Pirámide, pp. 129-160. Vygotsky, L. S. (1979), El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, México, Editorial Crítica/ Grijalbo. (1991), “The genesis of higher mental functions”, en P. Light, S. Sheldon y M. Woodhead, Learning to think, Londres, Routledge, pp. 34-63. Worthen, B. y otros (1997), Program evaluation. Alternative approaches and practical guidelines, Nueva York, Adison-Wiley Longman.