La motricidad fina y gruesa son dos tipos de motricidad que se desarrollan en los niños. La motricidad fina permite realizar movimientos precisos de los dedos y las manos y se desarrolla principalmente entre los 6 meses y 6 años. La motricidad gruesa implica movimientos más amplios del cuerpo y se desarrolla antes que la fina, permitiendo levantar brazos y piernas. Estimular ambos tipos de motricidad es fundamental para el aprendizaje y desarrollo motor de los niños.