El design thinking es un enfoque de gestión empresarial que promueve la acción, la empatía y la innovación orientada al usuario, permitiendo a las organizaciones abordar problemas complejos de manera creativa y dinámica. Se centra en las necesidades del cliente, fomenta la colaboración interdisciplinaria y ayuda a reducir riesgos en el desarrollo de productos y servicios. Además, es una lógica competitiva que permite a las empresas transcender lo funcional para crear soluciones verdaderamente deseables.