El documento describe dos enfoques para la evaluación: la evaluación basada en estándares y la evaluación comprensiva. La evaluación basada en estándares se centra en mediciones y objetivos, mientras que la evaluación comprensiva se basa en la experiencia y la interpretación del evaluador para comprender a las personas y sus valores. El documento argumenta que ambos enfoques son complementarios y que el evaluador debe seleccionar el enfoque apropiado dependiendo de las características del programa o asunto que se está evaluando.