La inteligencia artificial surge a partir de trabajos publicados en la década de 1940 pero se establece como disciplina a partir de 1950 gracias al trabajo de Alan Turing. Combina ciencia de la computación, fisiología y filosofía, reuniendo campos como robótica y sistemas expertos con el objetivo común de crear máquinas capaces de pensar, aunque las ideas fundamentales se remontan a la lógica griega y las matemáticas árabes de siglos antes de Cristo.