La administración intradérmica permite la absorción lenta de soluciones a través de los vasos capilares. Se suele usar pequeñas cantidades de líquido en el antebrazo, espalda o tórax. La aguja debe insertarse a un ángulo de 10-15 grados para administrar dosis de 0,1 a 0,3 ml. Se requiere usar una jeringa de 1 ml y una aguja fina para esta vía, siguiendo precauciones como evitar zonas sensibles.