La administración subcutánea permite la aplicación de medicamentos como vacunas e insulina en el tejido celular subcutáneo de forma poco agresiva y con mínimas complicaciones. Se realiza en sitios como el brazo, abdomen o muslos utilizando una aguja a 45-90 grados y dosis pequeñas de 0.5 a 2 ml, siguiendo las precauciones de verificar la prescripción médica, no aplicar en zonas enrojecidas y considerar las limitaciones del paciente.