Benjamin Franklin, un político e inventor estadounidense, descubrió el pararrayos en 1753 tras demostrar que las nubes están cargadas de electricidad usando una cometa. El pararrayos es una barra metálica con un conductor que dirige la electricidad de un rayo hacia el suelo, protegiendo así edificios y personas. Desde su invención, se han instalado miles de pararrayos en América y Europa para evitar peligros causados por rayos.