La informática se ocupa del tratamiento automático de la información mediante sistemas computacionales, que se dividen en hardware y software. Los ordenadores, clasificados según su capacidad y velocidad, han evolucionado significativamente en los últimos 50 años, aumentando en fiabilidad y rendimiento. Los programas, que permiten a los ordenadores ejecutar tareas, se desarrollan mediante lenguajes de programación y requieren sistemas operativos para gestionar la comunicación entre la unidad central y los periféricos.