El crecimiento de Internet y la sofisticación de dispositivos han generado la necesidad de un nuevo protocolo de IP, el IPv6, que amplia el espacio de direcciones de 32 bits en IPv4 a 128 bits, lo que permite un número significativo de direcciones. IPv6 ofrece beneficios en seguridad, calidad de servicio y administración, así como un diseño que apoya la jerarquía de enrutamiento y la autoconfiguración de nodos. Además, se han implementado mecanismos para facilitar la transición de IPv4 a IPv6 sin problemas para los usuarios finales.