La simulación es una estrategia de aprendizaje grupal que permite a los estudiantes desarrollar empatía y habilidades en contextos representativos. Su uso en la enseñanza favorece un aprendizaje significativo y recrea experiencias difíciles de experimentar en la realidad, aunque presenta desventajas como la necesidad de un control riguroso y múltiples computadoras. A pesar de los desafíos, promueve un aprendizaje positivo y ofrece un valioso apoyo didáctico.