Este documento discute los modelos orientados al consumidor en la evaluación educativa. Estos modelos no tienen objetivos prefijados y se enfocan en satisfacer las necesidades formativas del estudiante. El papel del evaluador es actuar como un sustituto del consumidor e informar al estudiante de diferentes alternativas educativas para que pueda tomar la decisión apropiada. El propósito de este enfoque es ayudar a los estudiantes a elegir bienes y servicios educativos evaluando su valor relativo y considerando sus necesidades.