El documento presenta las reflexiones y deseos de un sacerdote sobre cómo le gustaría que fuera su ministerio y la religión en general. Desea que la Palabra de Dios mueva a los feligreses y que la Eucaristía sea una verdadera presencia de Jesús. También desea que las catequesis sean encuentros personales con Cristo y que los sacerdotes prediquen el evangelio con convicción. Finalmente, expresa su deseo de que el mundo acoja a Jesús con alegría.