El documento describe la situación política y religiosa de Judea en tiempos de Jesús, bajo dominio romano. Los romanos gobernaban la región a través de un procurador que recaudaba impuestos para Roma y dependía de un legado en Siria. En lo religioso, existían varios grupos como los saduceos, fariseos, esenios y zelotas, además de sacerdotes, ancianos y escribas.