La automatización transfiera tareas de producción habitualmente realizadas por humanos a elementos tecnológicos para mejorar la productividad y condiciones de trabajo. Existen tres clases principales de automatización - fija, programable y flexible - que varían en inversión inicial, índices de producción y flexibilidad ante cambios. La automatización trae beneficios como precios más bajos y mejor calidad, pero también desventajas como la reducción de empleos y el sometimiento humano a las máquinas.