El benchmarking se originó como una técnica permanente de Xerox a principios de 1979 para detectar deficiencias internas mediante el contacto con empresas líderes y la adaptación de sus soluciones. Es un proceso continuo de medir productos y servicios contra competidores duros o líderes de la industria para establecer metas cuantitativas basadas en cómo esas empresas exitosas realizan sus procesos.