Internet funciona gracias al protocolo TCP/IP que permite dividir y dirigir la información entre ordenadores. Un host es un ordenador conectado a Internet que permite el acceso de otros, como uno que aloja una página web. Cada ordenador tiene una dirección IP única que puede ser pública para acceder desde fuera o privada para una red interna. El sistema DNS asigna nombres legibles a las IPs para facilitar la navegación.