Un grafo consiste en un conjunto de nodos (vértices) y aristas que conectan los nodos. Los grafos pueden ser dirigidos o no dirigidos. Un grafo dirigido tiene aristas que solo van en una dirección, mientras que en un grafo no dirigido las aristas conectan los nodos en ambas direcciones. Los grafos se usan comúnmente para representar relaciones entre objetos mediante la conexión de nodos con aristas.